3.1 evolución política de Al-Ándalus: conquista emirato y califato de Córdoba

Conquista y romanización de la Península Ibérica. ámbitos social, económico y cultural


La estructura económica era de carácter colonial: se exportaban minerales, cereales y aceite y se importaban artículos de lujo. Durante el Imperio aumentó la producción artesanal y disminuyeron las importaciones de herramientas y otros objetos. Las bases de la economía fueron las siguientes: Agricultura y Ganadería, los principales cultivos eran los cereales, el olivo y la vid, se completaba con la cría de ovinos y porcinos; pesca y salazones, aprovecharon la riqueza del litoral peninsular y de los bancos de Mauritania; minería, los romanos continuaron la tradición minera de los primeros pueblos colonizadores. / Los grupos sociales que la compónían estaban diferenciados por su riqueza, sus derechos y el grado de participación en los asuntos públicos. La población de base agraria y mercantil tendía a concentrarse en ciudades, algunas de las cuales llegaron a alcanzar los 20.000 habitantes como (Mérida).Era una sociedad de base esclavista que, durante el Bajo Imperio, inició un cambio hacia el régimen de colonato. Este cambio se produjo por escasez de esclavos y por el decaimiento de las ciudades como unidades de producción y de consumo. / Hispania se incorporó plenamente a la cultura romana, sobre todo en la Bética y en La Tarraconense. Las zonas del interior fueron más tardías. La romanización fue menor en la cornisa cantábrica. El latín se impuso como lengua en lo oficial y en el uso privado. De las lenguas prerromanas sólo se mantuvo el euskera. También fue muy importante la influencia ejercida en Hispania por el derecho romano.

Al Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y califato de Córdoba

En 711, Musa el gobernador de Ifriquiya (Actual Magreb), envió a su liberto Tarik con un ejército para que cruzara el Estrecho de Gibraltar. Este ejército se enfrentó a los visigodos dirigidos por el Rey Don Rodrigo y les vencíó en la Batalla del Guadalete (711). Al año siguiente, 712, el propio Musa cruzó  la Península con refuerzos. Entre 712-714 los musulmanes dominaron toda la Península. Una parte importante de las conquistas se debíó a las capitulaciones o rendiciones pactadas. En éstas los musulmanes concedían amplios privilegios a los vencidos, pues éstos conservaban sus tierras y podían seguir practicando su religión a cambio de pagar un impuesto (ejemplo: capitulación de Teodomiro o Tudmir en Murcia). / El Emirato Dependiente de Damasco (714-756). Durante este período, Al Andaluz es una provincia dependiente del Califato Omeya de Damasco y gobernado por un valí o emir. A pesar de que va a intentar mantener la expansión militar ésta se va a ver frenada por: La Batalla de Poitiers (732) y la Rebelión de los bereberes (741). / El Emirato Independiente de Córdoba (756-929) Durante este período Al Ándalus se independiza políticamente del Califato de Bagdad y es gobernado por la familia de los Omeyas. Sin embargo, continúa su dependencia religiosa de dicho Califato. Se trata de un período de consolidación y reorganización política interna dentro del Emirato de Córdoba, especialmente durante los emiratos de Abd- al-Rahmán I y Abd- al-Rahman II. Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo IX y principios del Siglo X, el Emirato vive fuertes tensiones políticas internas, debido a los conflictos entre musulmanes y con los mozárabes. / El Califato de Córdoba (929-1031) En 929 Abd –al-Rahman III, emir de Córdoba, se convierte en Califa, es decir, se hace religiosamente independiente del Califato de Bagdad. Se trata del período álgido de Al Ándalus como potencia política y económica del Mediterráneo Occidental.Durante el Califato de Al-Hakam II Córdoba se convierte, además en el centro cultural más importante de Europa Occidental. Durante el Califato se culmina la Gran Mezquita de Córdoba y se construye el Palacio de Medina Azahara. / Los Califas posteriores son más débiles y el Primer Visir Almanzor (972-1002) domina políticamente el Califato con una dictadura militar. Este giro militarista se manifiesta en una serie de campañas de castigo ejercidas por Almanzor contra los núcleos cristianos del norte (Santiago de Compostela, Barcelona, etc.). Muerto Almanzor, el Califato entró en un proceso de decadencia y disgregación política en los Reinos de Taifas (1002-1031).

La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y administración. Los problemas internos. Guerras y sublevación en Europa.

Felipe II (1556-1598) mantuvo la política belicista de su padre situando la corte en España y construyó como símbolo de poder el Escorial. España siguió teniendo la hegemonía Europea. Gobernó a través de los consejos territoriales y temáticos creando nuevos, siendo el único vínculo institucional común el Consejo de Estado. Para agilizar  los trámites estaban los Secretarios Reales. Durante su reinado cogieron importancia los corregidores y los virreyes. Jurídicamente había Chancillerías y Audiencias. / Felipe II persiguió en el interior al protestantismo (Pragmática Sanción de 1558).  En 1567 al prohibir la vestimenta o lengua de los moriscos provocó la revuelta de las Alpujarras (1568-1571) tras la cual los moriscos granadinos fueron deportados por todo el Reino de Castilla. Las Alteraciones de Aragón fue un conflicto entre una monarquía pactista y autoritaria que acabó con el derecho real de elegir al Justicia Mayor de Aragón. / Su política exterior buscó defender la hegemonía y  el catolicismo. Las guerras contra Francia se cerraron con la paz de Cateu-Cambresis (1559) consolidando el norte de Italia. El problema con los turcos comenzó a solucionarse tras la batalla de Lepanto (1571). En 1577 se llegó a un momento de paz. En 1580 Portugal es anexionado. Su primer gran fracaso fue el intento de invasión de Inglaterra (Armada Invencible, 1588). Pero el gran problema fue Flandes donde el norte Calvinista proclamó su independencia en la Uníón de Utrecht. La Uníón de Arras (1579), uníón del sur católico, estuvo a punto de someter al norte, pero estos lograron consolidar sus posiciones.