Defina al hombre según la Concepción de Aristóteles.

2.- TEORÍA DE CONOCIMIENTOS EN ARISTÓTELES

Aristóteles adoptó una postura distinta frente a los presocráticos y a Platón sobre qué es el conocimiento, pues su postura era empirista. Aristóteles decía qué el origen del conocimiento está en la experiencia sensible, por tanto, el conocimiento está dirigido hacia el mundo sensible y, dentro de este, al ser verdaderamente real que es la sustancia compuesta de materia y forma, es decir, su esencia. En consecuencia todo conocimiento debe apoyarse en la sensación (captar los datos de la realidad exterior), la memoria (conservar las huellas de las sensaciones) y la imaginación (agrupar diversas sensaciones, elaborando una imagen unitaria). Además Aristóteles definíó 3 grados de conocimiento específicamente humanos: 

Empeiría:

se trata de un conocimiento fruto de la familiaridad con un tipo de cosas, que nos permite aplicarlo a lo concreto. Nos ofrece el qué o el porqué y por este motivo no se puede transmitir, solo se puede poner al otro en condiciones de adquirir esa experiencia. 

Tekhné

Es un grado de conocimiento más elevado, se trata del arte en sus sentido tradicional, es un saber hacer. El arte es el primer paso en el conocimiento de lo universal, y por eso se puede enseñar, lo individual, por su parte, solo puede verse o mostrarse.

Sophia:

Es el paso definitivo en el conocimiento de lo universal. Es la sabiduría, el saber de las cosas por sus primeros principios y sus primeras causas. Pero losprimeros principios no pueden ser demostrables, no se pueden derivar de nada, por eso, solo se llega a ellos por la intuición, que en este caso no será sensible, sino intelectual.

Aristóteles distinguíó dos formas diferentes de entendimiento:

Entendimiento paciente o en potencia


Es el encargado de recibir la iluminación de las imágenes de la fantasía o imaginación.

Entendimiento agente o en acto


Es el acto intelectual innato que ilumina las imágenes de la fantasía, desmaterializándolas, de modo que sean aptas para ser entendidas por el entendimiento paciente o posible. La abstracción intelectual significa que el entendimiento es capaz de captar inmaterialmente las formas o esencias de las cosas. Para ello, además de la facultad intelectual, debe existir en el hombre este entendimiento o intelecto agente.

3.- SUSTANCIA EN ARISTÓTELES

La sustancia es aquello qué existe por sí mismo; es el sujeto, el sustrato que sirve de soporte para los accidentes que se predican de ella. Los accidentes, por tanto, se predican siempre de un sujeto, mientras que la sustancia no se predica de ninguna otra cosa.

Consideremos, por ejemplo, una mesa verde. La mesa es mesa por sí (sustancia),

mientras que el color verde es algo de la mesa que no tiene existencia separado de ella

(accidente)

Para Aristóteles había dos tipos de sustancia, las primeras y las segundas; las sustancias primeras son las cosas concretas, individuales (este hombre, este árbol, esta piedra.); Las sustancias segundas: son los entes universales, los géneros y las especies: hombre, árbol, mamífero.

4.- LA TEORÍA HILEMÓRFICA

Esta teoría aclara la distinción entre sustancia primera y sustancia segunda, cuenta qué todo ser está compuesta por dos elementos: la materia (hyle), qué es la materia de la qué está hecha un objeto; y la forma (morphe, eidos) es lo que hace qué una cosa sea lo que es, es decir, lo que proporciona la esencia. Para Aristóteles la forma es universal y no se encuentra separadas de las cosas, sino presentes en ellas, informándolas. Materia y forma, se pueden distinguir por medio del pensamiento, pero no separar en la realidad. Con esta distinción queda explicado por primera vez el problema de la relación de las especies con las cosas individuales.

Por otro lado, Aristóteles describe dos niveles de materia, La materia prima, es el componente material de todo cosmos. No es algo que encontremos tal cual en la naturaleza, sino que es solo una abstracción necesaria; y la materia secundaria es el resultado de aportar a la materia prima un componente formal. Las primeras materias que encontramos son las de los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego. A partir de

ellas, se forma la materia de cada clase de seres.


5.- TEORÍA DE LAS CAUSAS

Aristóteles diferencia 4 causas del ser, la causa material: la materia de lo que algo está hecho.; la causa formal: es lo que algo es; su esencia, su forma; la causa eficiente: es el agente que, con su acción, produce la transformación; y la causa final: es el fin que se persigue alcanzar con el citado proceso.

De estas 4 causas, la causa material y formal constituyen al ser natural que cambia, y por ello son intrínsecas. En cambio la causa eficiente y formal actúan desde fuera del ser natural que experimenta el cambio, por lo que son causa extrínsecas.

6.- TEORÍA DEL ACTO Y LA POTENCIA

Aristóteles denomina a un ser en acto a aquella sustancia tal y como la hemos conocido en un momento determinado, por otro lado, el ser en potencia para él es el conjunto de capacidades de la sustancia para ser algo distinto de lo que es actualmente. Un niño tiene la capacidad de ser hombre: es, por lo tanto, un niño en acto, pero un hombre en potencia. Es decir, no es un hombre, pero puede llegar a serlo. Por supuesto que las potencias de una sustancia vienen determinadas por la naturaleza de cada sustancia.


Por ello la potencia (dynamis) representa una cierta forma de no ser, esto se entiende mejor con la noción de privación a la qué recurre Aristóteles. Que una sustancia tenga una determinada capacidad, o potencialidad, significa simplemente qué actualmente está privada de esa forma de ser, es decir, que la privación se da en un sujeto,

y no de un modo absoluto. Así pues, la materia es la potencia y la forma el acto.

7.-Antropología aristotélica

La teoría de la sustancia propuesta por Aristóteles le apartará también de la interpretación platónica del hombre. Por un lado, Platón había concebido al hombre como la uníón accidental entre cuerpo y alma, siendo el cuerpo corruptible y el alma inmortal. Además, identifica al hombre propiamente con su alma, por lo que considera que la vida del hombre está más allá de su final en la tierra. Por otro lado, Aristóteles declara a través de su teoría que la sustancia es un compuesto indisoluble de materia y forma y que todas las sustancias del mundo sublunar están sometidas a la generación y a la corrupción. Aristóteles niega la condición inmortal del alma, ya que un cuerpo sin alma dejaría de ser un organismo. En definitiva, el hombre ha de ser una sustancia compuesta de materia y forma; siendo el cuerpo la materia y el alma la forma.

8. La teoría del alma en Aristóteles

Aristóteles acepta la existencia del alma como principio vital: todos los seres vivos están dotados de alma. Pero interpreta también que el alma es la forma de la sustancia, es decir, el acto del hombre, en la medida en que la forma representa la actualización o realización de una sustancia. Coincidirá con Platón en la concepción de que el hombre es un compuesto de alma y cuerpo; pero se separará de él al concebir esa uníón no como accidental, sino como sustancial. No existen el alma por un lado y el cuerpo por otro, sino que ambos existen exclusivamente en la sustancia “hombre”. Así, la distinción entre alma y cuerpo es real, pero solo puede ser pensada.

Aristóteles distinguía en su tratado de Amina tres tipos de alma: la vegetativa, la sensitiva y la racional.

. El alma vegetativa ejerce las funciones de nutrición y reproducción, la posee todo ser vivo.

. El alma sensitiva es el alma propia de los animales. No solo está capacitada para ejercer las funciones vegetativas o nutritivas, sino que controla la percepción sensible, el deseo y el movimiento local; lo que proporciona a los animales las acciones necesarias para garantizar la supervivencia.

. El alma racional está capacitada para ejercer funciones intelectivas. Es el tipo de alma propia del hombre y es aquella capaz de abarcar todas las funciones anteriores. Para Aristóteles, al igual que para Platón, el alma no es solo principio vital, sino también principio de conocimiento.

9.La ética Aristotélica. *

Expone sus principales reflexiones éticas en Ética a Nicómaco, donde establece una concepción teleológica y finalista, dando lugar a la ética teleológica.

Defiende que el último fin al que se dirige la acción humana es la felicidad (eudamonía) y para llegar a ella hay que realizar actividades que vayan en consonancia con la propia naturaleza. Define la felicidad como capacidad de razonar, y no se puede alcanzar si no le dedica atención a la actividad racional. Sostiene que la virtud consiste en el sometimiento  del deseo a la razón (siendo esta un hábito). Además, señala que esta conducta evita el vicio y los excesos al ser equilibrada.

Sin embargo, si la decisión adoptada no es correcta, estaremos creando un hábito contrario al anterior basado en la repetición de malas decisiones, lo que se conoce como vicio. Virtudes y vicios hacen referencia a la forma habitual de comportamiento.

Por tanto, la virtud ética es el hábito de decidir el bien. Tenemos dos tipos de virtudes:

– virtudes éticas: es el medio justo entre dos extremos.

– virtudes dianoéticas: intelectuales. Así, la actividad del pensamiento sobre la vida ética y política del hombre tratando de dirigirla se denomina la virtud de la prudencia, y gracias a ella podemos elegir las reglas correctas de comportamiento por las que regular nuestra conducta. Sin la experiencia no podríamos adquirir las virtudes éticas.

La virtud es, por tanto, un hábito selectivo, consistente en una posición intermedia para

nosotros, determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente. Posición

intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto. Y así, unos vicios pecan

por defecto y otros por exceso de lo debido en las pasiones y en las acciones, mientras que

la virtud encuentra y elige el término medio.




3.- SUSTANCIA EN ARISTÓTELES

La sustancia es aquello qué existe por sí mismo; es el sujeto, el sustrato que sirve de soporte para los accidentes que se predican de ella. Los accidentes, por tanto, se predican siempre de un sujeto, mientras que la sustancia no se predica de ninguna otra cosa.

Consideremos, por ejemplo, una mesa verde. La mesa es mesa por sí (sustancia),

mientras que el color verde es algo de la mesa que no tiene existencia separado de ella

(accidente)

Para Aristóteles había dos tipos de sustancia, las primeras y las segundas; las sustancias primeras son las cosas concretas, individuales (este hombre, este árbol, esta piedra.); Las sustancias segundas: son los entes universales, los géneros y las especies: hombre, árbol, mamífero.

4.- LA TEORÍA HILEMÓRFICA

Esta teoría aclara la distinción entre sustancia primera y sustancia segunda, cuenta qué todo ser está compuesta por dos elementos: la materia (hyle), qué es la materia de la qué está hecha un objeto; y la forma (morphe, eidos) es lo que hace qué una cosa sea lo que es, es decir, lo que proporciona la esencia. Para Aristóteles la forma es universal y no se encuentra separadas de las cosas, sino presentes en ellas, informándolas. Materia y forma, se pueden distinguir por medio del pensamiento, pero no separar en la realidad. Con esta distinción queda explicado por primera vez el problema de la relación de las especies con las cosas individuales.

Por otro lado, Aristóteles describe dos niveles de materia, La materia prima, es el componente material de todo cosmos. No es algo que encontremos tal cual en la naturaleza, sino que es solo una abstracción necesaria; y la materia secundaria es el resultado de aportar a la materia prima un componente formal. Las primeras materias que encontramos son las de los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego. A partir de

ellas, se forma la materia de cada clase de seres.


5.- TEORÍA DE LAS CAUSAS

Aristóteles diferencia 4 causas del ser, la causa material: la materia de lo que algo está hecho.; la causa formal: es lo que algo es; su esencia, su forma; la causa eficiente: es el agente que, con su acción, produce la transformación; y la causa final: es el fin que se persigue alcanzar con el citado proceso.

De estas 4 causas, la causa material y formal constituyen al ser natural que cambia, y por ello son intrínsecas. En cambio la causa eficiente y formal actúan desde fuera del ser natural que experimenta el cambio, por lo que son causa extrínsecas.

6.- TEORÍA DEL ACTO Y LA POTENCIA

Aristóteles denomina a un ser en acto a aquella sustancia tal y como la hemos conocido en un momento determinado, por otro lado, el ser en potencia para él es el conjunto de capacidades de la sustancia para ser algo distinto de lo que es actualmente. Un niño tiene la capacidad de ser hombre: es, por lo tanto, un niño en acto, pero un hombre en potencia. Es decir, no es un hombre, pero puede llegar a serlo. Por supuesto que las potencias de una sustancia vienen determinadas por la naturaleza de cada sustancia.


Por ello la potencia (dynamis) representa una cierta forma de no ser, esto se entiende mejor con la noción de privación a la qué recurre Aristóteles. Que una sustancia tenga una determinada capacidad, o potencialidad, significa simplemente qué actualmente está privada de esa forma de ser, es decir, que la privación se da en un sujeto,

y no de un modo absoluto. Así pues, la materia es la potencia y la forma el acto.

7.-Antropología aristotélica

La teoría de la sustancia propuesta por Aristóteles le apartará también de la interpretación platónica del hombre. Por un lado, Platón había concebido al hombre como la uníón accidental entre cuerpo y alma, siendo el cuerpo corruptible y el alma inmortal. Además, identifica al hombre propiamente con su alma, por lo que considera que la vida del hombre está más allá de su final en la tierra. Por otro lado, Aristóteles declara a través de su teoría que la sustancia es un compuesto indisoluble de materia y forma y que todas las sustancias del mundo sublunar están sometidas a la generación y a la corrupción. Aristóteles niega la condición inmortal del alma, ya que un cuerpo sin alma dejaría de ser un organismo. En definitiva, el hombre ha de ser una sustancia compuesta de materia y forma; siendo el cuerpo la materia y el alma la forma.

8. La teoría del alma en Aristóteles

Aristóteles acepta la existencia del alma como principio vital: todos los seres vivos están dotados de alma. Pero interpreta también que el alma es la forma de la sustancia, es decir, el acto del hombre, en la medida en que la forma representa la actualización o realización de una sustancia. Coincidirá con Platón en la concepción de que el hombre es un compuesto de alma y cuerpo; pero se separará de él al concebir esa uníón no como accidental, sino como sustancial. No existen el alma por un lado y el cuerpo por otro, sino que ambos existen exclusivamente en la sustancia “hombre”. Así, la distinción entre alma y cuerpo es real, pero solo puede ser pensada.

Aristóteles distinguía en su tratado de Amina tres tipos de alma: la vegetativa, la sensitiva y la racional.

. El alma vegetativa ejerce las funciones de nutrición y reproducción, la posee todo ser vivo.

. El alma sensitiva es el alma propia de los animales. No solo está capacitada para ejercer las funciones vegetativas o nutritivas, sino que controla la percepción sensible, el deseo y el movimiento local; lo que proporciona a los animales las acciones necesarias para garantizar la supervivencia.

. El alma racional está capacitada para ejercer funciones intelectivas. Es el tipo de alma propia del hombre y es aquella capaz de abarcar todas las funciones anteriores. Para Aristóteles, al igual que para Platón, el alma no es solo principio vital, sino también principio de conocimiento.

9.La ética Aristotélica. *

Expone sus principales reflexiones éticas en Ética a Nicómaco, donde establece una concepción teleológica y finalista, dando lugar a la ética teleológica.

Defiende que el último fin al que se dirige la acción humana es la felicidad (eudamonía) y para llegar a ella hay que realizar actividades que vayan en consonancia con la propia naturaleza. Define la felicidad como capacidad de razonar, y no se puede alcanzar si no le dedica atención a la actividad racional. Sostiene que la virtud consiste en el sometimiento  del deseo a la razón (siendo esta un hábito). Además, señala que esta conducta evita el vicio y los excesos al ser equilibrada.

Sin embargo, si la decisión adoptada no es correcta, estaremos creando un hábito contrario al anterior basado en la repetición de malas decisiones, lo que se conoce como vicio. Virtudes y vicios hacen referencia a la forma habitual de comportamiento.

Por tanto, la virtud ética es el hábito de decidir el bien. Tenemos dos tipos de virtudes:

– virtudes éticas: es el medio justo entre dos extremos.

– virtudes dianoéticas: intelectuales. Así, la actividad del pensamiento sobre la vida ética y política del hombre tratando de dirigirla se denomina la virtud de la prudencia, y gracias a ella podemos elegir las reglas correctas de comportamiento por las que regular nuestra conducta. Sin la experiencia no podríamos adquirir las virtudes éticas.

La virtud es, por tanto, un hábito selectivo, consistente en una posición intermedia para

nosotros, determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente. Posición

intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto. Y así, unos vicios pecan

por defecto y otros por exceso de lo debido en las pasiones y en las acciones, mientras que

la virtud encuentra y elige el término medio.




5.- TEORÍA DE LAS CAUSAS

Aristóteles diferencia 4 causas del ser, la causa material: la materia de lo que algo está hecho.; la causa formal: es lo que algo es; su esencia, su forma; la causa eficiente: es el agente que, con su acción, produce la transformación; y la causa final: es el fin que se persigue alcanzar con el citado proceso.

De estas 4 causas, la causa material y formal constituyen al ser natural que cambia, y por ello son intrínsecas. En cambio la causa eficiente y formal actúan desde fuera del ser natural que experimenta el cambio, por lo que son causa extrínsecas.

6.- TEORÍA DEL ACTO Y LA POTENCIA

Aristóteles denomina a un ser en acto a aquella sustancia tal y como la hemos conocido en un momento determinado, por otro lado, el ser en potencia para él es el conjunto de capacidades de la sustancia para ser algo distinto de lo que es actualmente. Un niño tiene la capacidad de ser hombre: es, por lo tanto, un niño en acto, pero un hombre en potencia. Es decir, no es un hombre, pero puede llegar a serlo. Por supuesto que las potencias de una sustancia vienen determinadas por la naturaleza de cada sustancia.

Por ello la potencia (dynamis) representa una cierta forma de no ser, esto se entiende mejor con la noción de privación a la qué recurre Aristóteles. Que una sustancia tenga una determinada capacidad, o potencialidad, significa simplemente qué actualmente está privada de esa forma de ser, es decir, que la privación se da en un sujeto,

y no de un modo absoluto. Así pues, la materia es la potencia y la forma el acto.

7.-Antropología aristotélica

La teoría de la sustancia propuesta por Aristóteles le apartará también de la interpretación platónica del hombre. Por un lado, Platón había concebido al hombre como la uníón accidental entre cuerpo y alma, siendo el cuerpo corruptible y el alma inmortal. Además, identifica al hombre propiamente con su alma, por lo que considera que la vida del hombre está más allá de su final en la tierra. Por otro lado, Aristóteles declara a través de su teoría que la sustancia es un compuesto indisoluble de materia y forma y que todas las sustancias del mundo sublunar están sometidas a la generación y a la corrupción. Aristóteles niega la condición inmortal del alma, ya que un cuerpo sin alma dejaría de ser un organismo. En definitiva, el hombre ha de ser una sustancia compuesta de materia y forma; siendo el cuerpo la materia y el alma la forma.

8. La teoría del alma en Aristóteles

Aristóteles acepta la existencia del alma como principio vital: todos los seres vivos están dotados de alma. Pero interpreta también que el alma es la forma de la sustancia, es decir, el acto del hombre, en la medida en que la forma representa la actualización o realización de una sustancia. Coincidirá con Platón en la concepción de que el hombre es un compuesto de alma y cuerpo; pero se separará de él al concebir esa uníón no como accidental, sino como sustancial. No existen el alma por un lado y el cuerpo por otro, sino que ambos existen exclusivamente en la sustancia “hombre”. Así, la distinción entre alma y cuerpo es real, pero solo puede ser pensada.

Aristóteles distinguía en su tratado de Amina tres tipos de alma: la vegetativa, la sensitiva y la racional.

. El alma vegetativa ejerce las funciones de nutrición y reproducción, la posee todo ser vivo.

. El alma sensitiva es el alma propia de los animales. No solo está capacitada para ejercer las funciones vegetativas o nutritivas, sino que controla la percepción sensible, el deseo y el movimiento local; lo que proporciona a los animales las acciones necesarias para garantizar la supervivencia.

. El alma racional está capacitada para ejercer funciones intelectivas. Es el tipo de alma propia del hombre y es aquella capaz de abarcar todas las funciones anteriores. Para Aristóteles, al igual que para Platón, el alma no es solo principio vital, sino también principio de conocimiento.

9.La ética Aristotélica. *

Expone sus principales reflexiones éticas en Ética a Nicómaco, donde establece una concepción teleológica y finalista, dando lugar a la ética teleológica.

Defiende que el último fin al que se dirige la acción humana es la felicidad (eudamonía) y para llegar a ella hay que realizar actividades que vayan en consonancia con la propia naturaleza. Define la felicidad como capacidad de razonar, y no se puede alcanzar si no le dedica atención a la actividad racional. Sostiene que la virtud consiste en el sometimiento  del deseo a la razón (siendo esta un hábito). Además, señala que esta conducta evita el vicio y los excesos al ser equilibrada.

Sin embargo, si la decisión adoptada no es correcta, estaremos creando un hábito contrario al anterior basado en la repetición de malas decisiones, lo que se conoce como vicio. Virtudes y vicios hacen referencia a la forma habitual de comportamiento.

Por tanto, la virtud ética es el hábito de decidir el bien. Tenemos dos tipos de virtudes:

– virtudes éticas: es el medio justo entre dos extremos.

– virtudes dianoéticas: intelectuales. Así, la actividad del pensamiento sobre la vida ética y política del hombre tratando de dirigirla se denomina la virtud de la prudencia, y gracias a ella podemos elegir las reglas correctas de comportamiento por las que regular nuestra conducta. Sin la experiencia no podríamos adquirir las virtudes éticas.

La virtud es, por tanto, un hábito selectivo, consistente en una posición intermedia para

nosotros, determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente. Posición

intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto. Y así, unos vicios pecan

por defecto y otros por exceso de lo debido en las pasiones y en las acciones, mientras que

la virtud encuentra y elige el término medio.



7.-Antropología aristotélica

La teoría de la sustancia propuesta por Aristóteles le apartará también de la interpretación platónica del hombre. Por un lado, Platón había concebido al hombre como la uníón accidental entre cuerpo y alma, siendo el cuerpo corruptible y el alma inmortal. Además, identifica al hombre propiamente con su alma, por lo que considera que la vida del hombre está más allá de su final en la tierra. Por otro lado, Aristóteles declara a través de su teoría que la sustancia es un compuesto indisoluble de materia y forma y que todas las sustancias del mundo sublunar están sometidas a la generación y a la corrupción. Aristóteles niega la condición inmortal del alma, ya que un cuerpo sin alma dejaría de ser un organismo. En definitiva, el hombre ha de ser una sustancia compuesta de materia y forma; siendo el cuerpo la materia y el alma la forma.

8. La teoría del alma en Aristóteles

Aristóteles acepta la existencia del alma como principio vital: todos los seres vivos están dotados de alma. Pero interpreta también que el alma es la forma de la sustancia, es decir, el acto del hombre, en la medida en que la forma representa la actualización o realización de una sustancia. Coincidirá con Platón en la concepción de que el hombre es un compuesto de alma y cuerpo; pero se separará de él al concebir esa uníón no como accidental, sino como sustancial. No existen el alma por un lado y el cuerpo por otro, sino que ambos existen exclusivamente en la sustancia “hombre”. Así, la distinción entre alma y cuerpo es real, pero solo puede ser pensada. Aristóteles distinguía en su tratado de Amina tres tipos de alma: la vegetativa, la sensitiva y la racional.
 El alma vegetativa ejerce las funciones de nutrición y reproducción, la posee todo ser vivo.
 El alma sensitiva es el alma propia de los animales. No solo está capacitada para ejercer las funciones vegetativas o nutritivas, sino que controla la percepción sensible, el deseo y el movimiento local; lo que proporciona a los animales las acciones necesarias para garantizar la supervivencia.
 El alma racional está capacitada para ejercer funciones intelectivas. Es el tipo de alma propia del hombre y es aquella capaz de abarcar todas las funciones anteriores. Para Aristóteles, al igual que para Platón, el alma no es solo principio vital, sino también principio de conocimiento.

9.La ética Aristotélica. *

Expone sus principales reflexiones éticas en Ética a Nicómaco, donde establece una concepción teleológica y finalista, dando lugar a la ética teleológica.

Defiende que el último fin al que se dirige la acción humana es la felicidad (eudamonía) y para llegar a ella hay que realizar actividades que vayan en consonancia con la propia naturaleza. Define la felicidad como capacidad de razonar, y no se puede alcanzar si no le dedica atención a la actividad racional. Sostiene que la virtud consiste en el sometimiento  del deseo a la razón (siendo esta un hábito). Además, señala que esta conducta evita el vicio y los excesos al ser equilibrada.

Sin embargo, si la decisión adoptada no es correcta, estaremos creando un hábito contrario al anterior basado en la repetición de malas decisiones, lo que se conoce como vicio. Virtudes y vicios hacen referencia a la forma habitual de comportamiento.

Por tanto, la virtud ética es el hábito de decidir el bien. Tenemos dos tipos de virtudes:

– virtudes éticas: es el medio justo entre dos extremos.

– virtudes dianoéticas: intelectuales. Así, la actividad del pensamiento sobre la vida ética y política del hombre tratando de dirigirla se denomina la virtud de la prudencia, y gracias a ella podemos elegir las reglas correctas de comportamiento por las que regular nuestra conducta. Sin la experiencia no podríamos adquirir las virtudes éticas.

La virtud es, por tanto, un hábito selectivo, consistente en una posición intermedia para

nosotros, determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente. Posición

intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto. Y así, unos vicios pecan

por defecto y otros por exceso de lo debido en las pasiones y en las acciones, mientras que

la virtud encuentra y elige el término medio.



9.La ética Aristotélica. *

Expone sus principales reflexiones éticas en Ética a Nicómaco, donde establece una concepción teleológica y finalista, dando lugar a la ética teleológica.

Defiende que el último fin al que se dirige la acción humana es la felicidad (eudamonía) y para llegar a ella hay que realizar actividades que vayan en consonancia con la propia naturaleza. Define la felicidad como capacidad de razonar, y no se puede alcanzar si no le dedica atención a la actividad racional. Sostiene que la virtud consiste en el sometimiento  del deseo a la razón (siendo esta un hábito). Además, señala que esta conducta evita el vicio y los excesos al ser equilibrada.

Sin embargo, si la decisión adoptada no es correcta, estaremos creando un hábito contrario al anterior basado en la repetición de malas decisiones, lo que se conoce como vicio. Virtudes y vicios hacen referencia a la forma habitual de comportamiento.

Por tanto, la virtud ética es el hábito de decidir el bien. Tenemos dos tipos de virtudes:

– virtudes éticas: es el medio justo entre dos extremos.

– virtudes dianoéticas: intelectuales. Así, la actividad del pensamiento sobre la vida ética y política del hombre tratando de dirigirla se denomina la virtud de la prudencia, y gracias a ella podemos elegir las reglas correctas de comportamiento por las que regular nuestra conducta. Sin la experiencia no podríamos adquirir las virtudes éticas.

La virtud es, por tanto, un hábito selectivo, consistente en una posición intermedia para

nosotros, determinada por la razón y tal como la determinaría el hombre prudente. Posición

intermedia entre dos vicios, el uno por exceso y el otro por defecto. Y así, unos vicios pecan

por defecto y otros por exceso de lo debido en las pasiones y en las acciones, mientras que

la virtud encuentra y elige el término medio.