Diferencia social que es, y como surge hasta nuestros días

LA POESÍA A PARTIR DE 1970

A partir de esa década, aunque la dictadura franquista continuaba, el nivel de vida se elevó, en parte, gracias al turismo. Éste, unido a la movilidad social y la emigración generaron un cambio en las costumbres.

Al morir Franco (1975), se inició la transición a la democracia. En 1977, el país empezó a cambiar: se eligió al primer gobierno democrático y la sociedad empezó a disfrutar de todo aquello que había estado prohibido.

La poesía de los años 70 viene marcado por dos hechos fundamentales: en 1966, Pere Gimferrer publica Arde el mar, libro que rompe con las poéticas anteriores; y en 1970, José María Castellet publica Nueve novísimos poetas españoles, antología que da nombre a la generación literaria que domina esa década.

Los Novísimos son presentados como un movimiento de ruptura vanguardista. Estos poetas ya no piensan que la poesía pueda cambiar la realidad, así que se alejan del compromiso social y político y se preocupan más por la forma. Algunos poetas son:  Gimferrer, Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca, Jaime Siles y Luis Antonio de Villena.

En concreto, las carácterísticas que distinguen las obras de esta promoción son:

-Se alejan del Realismo, defienden la autosuficiencia del poema, que vale por sí mismo y no tiene ninguna finalidad exterior a él. En consecuencia, priorizan los aspectos estilísticos o formales. Esta actitud lleva a una ausencia de lo sentimental y a cierta frialdad.

-Abundan las referencias a elementos culturales del arte, la historia, la mitología y la literatura (culturalismo). Por eso también se les ha llamado “venecianos”.

-Incorporan en sus poemas mitos popularizados por los medios de comunicación (del cine, de la política, del cómic…). Un ejemplo podría ser Marilyn Monroe.

-En sus obras tratan el tema de la propia poesía (metapoesía).

-Entre los rasgos estilísticos, cabe destacar la tendencia a la experimentación y a un neobarroquismo, logrado mediante una gran riqueza léxica, imágenes irracionales, enumeraciones caóticas y con la intertextualidad (citas de otros textos en el propio poema).

Desde 1975 y hasta principios de la década de los 80, prevalece la estética de la promoción del 68 o “Novísimos”. Al mismo tiempo, continúan su labor los poetas de la promoción de los 60, que viven una etapa de plenitud artística, en la que publican libros fundamentales.

Progresivamente, se van desarrollando distintas tendencias, alejadas del culturalismo:

– A pesar de esa variedad podemos afirmar que la corriente dominante hasta mediados de la década de los 90 es la de la poesía de la experiencia o figurativa, de corte realista ( lo que les lleva a incluir en sus poemas referencias a elementos de la realidad, fácilmente identificables por los lectores, sobre todo del ámbito de las ciudades: un bar, un parque, una calle, un coche, el teléfono, la cabina de un avión, etc.); se expresa con un lenguaje accesible y natural pero cuidado, en la línea de poetas de los sesenta como Gil de Biedma, cuyos autores transmiten su

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experiencia y reflexiones sobre temas como el paso del tiempo, el fracaso, el desengaño, las relaciones amorosas, a través de un yo poético fingido. Algunos de sus poetas representativos son: Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes o Carlos Marzal.

– Además de esta poética, surgen en este periodo otras corrientes como: la poética del silencio o neopurismo, representada por poetas como Jaime Siles o Ada Salas, en la que el yo poético medita sobre la naturaleza de la poesía y del acto creativo, enlaza con la poesía pura. Surge también una línea de neosurrealismo que recupera elementos como el verso largo, imágenes innovadoras, la sentimentalidad neorromántica y el mundo de la alucinación y de lo onírico, como se puede observar en la obra de Blanca Andreu. Por otro lado, la nueva épica, con poetas como Jorge Riechmann y Juan Carlos Suñén, rescata la historia, los mitos y valores del pasado. También surge una poesía clasicista, con poetas como Luis Antonio de Villena, que se caracteriza por su anhelo de belleza, en el cuidado de la elaboración formal y la abundancia de referencias míticas. Por último, el neoerotismo que desarrollan poetisas como Ana Rossetti se caracteriza por renovar la poesía amorosa a partir de la transgresión de los tópicos típicamente masculinos.

En los comienzos del Siglo XXI, la poesía actual sigue caracterizándose por la heterogeneidad de las principales obras. Sin embargo, se pueden destacar algunas tendencias comunes como el tono intimista, que con frecuencia es narrativo y prescinde de efectos ornamentales; las influencias literarias diversas y personales; la visión del mundo y el yo, cuyo reflejo se muestra distante e irónico. Entre los poetas destacan los nombres de Elena Medel, Antonio Lucas o María- Eloy García

En conclusión, mientras que la poesía de los 70 buscaba el alejamiento de la realidad, la tendencia predominante a partir de 1975 es básicamente realista, aunque alejada del compromiso de los años 50. No obstante, como se ha visto, lo carácterístico de esas últimas décadas es la convivencia de diversas corrientes.