Historia a

Reinado de Amadeo I


Amadeo de Saboya fue elegido rey por el empeño de Prim, quien quería evitar la proclamación de la república.
Pero el mismo día en que el monarca desembarcaba en Cartagena, el 30 d diciembre de 1870, Prim moría en Madrid victima de un atentado. Desaparecía así el principal apoyo de Amadeo y, sin el, su reinado fue un largo desierto. Nunca se supo quien asesinó a prim.

Amadeo entró en Madrid el 2 de enero de 1871, juró la constitución y comenzó la primera experiencia de una monarquía democrática en España. Pronto sufrió el menosprecio de los altos mandos militares y de la aristocracia. El nuevo rey tuvo que encargar la formación de gobierno a Serrano, a pesar de que nunca llegaron a entenderse. Uno de los principales problemas políticos fue la división interna en los partidos que apoyaban a Amadeo, unionistas y progresistas, especialmente estos últimos. Esta división era reflejo del personalismo, pero también del bipartidismo que perfilaba la vida política. Dentro de los progresistas se formaron dos tendencias: una más conservadora, con Sagasta a la cabeza, los llamados constitucionalistas, que tuvieron el apoyo de los unionistas de Serrano. Y otro más reformista, dirigido por Ruiz Zorrilla, los radicales, a la que se unieron los demócratas cuyo partido se había repartido entre los que defendían la monarquía y los partidarios de la república.

Amadeo encargó gobierno a Ruiz Zorrilla pero fue sustituido en octubre por un militar próximo a Sagasta. Por otro lado existía una agitación sociopolítica derivada de los efectos de la comuna de París y la difusión de los principios de la I internacional en España. El miedo a la revolución proletaria empujó a Sagasta a adoptar medidas represivas contra las organizaciones obreras. A toda esta inestabilidad contribuyo la oposición de los republicanos federales, cada vez mas radicalizados.

A todo esto se unió el estallido de la rebelión carlista y la guerra de Cuba (1868). El malestar en el ejército se acrecentó por el nombramiento del general Hidalgo como capitán general de las Vascongadas. El arma de artillería protestó por considerar que había participado en la represión de los artilleros del cuartel de San Gil en 1866. Para presionar, los mandos artilleros solicitaron la separación colectiva del servicio. El gobierno y las cortes estaban decididos a reafirmar el poder civil sobre el ejército y aceptaron la renuncia de los oficiales. Este nuevo foco de enfrentamiento colmó la paciencia del rey y se negó a firmar el decreto de reorganización de la armada de artillería, pero al haberlo apoyado el congreso, lo firmó y el día 10 de febrero de 1873 renunció a la corona. El balance del reinado habla por si solo: 6 gabinetes, 3 elecciones a Cortes y el fracaso de la democracia de clases medias. El 11 de febrero de 1873 el Congreso y el Senado conjuntamente asumieron los poderes y proclamaron la república (258 votos a favor y 32 en contra).

En el carlismo convivieron dos ideologías:- una facción más abierta, identificada con el general Cabrera acusada de heterodoxa y próxima a la masonería. Y otra más ortodoxa a cuyo frente estaban Carlos VII y Cándido Nocedal. La tercera guerra carlista se inició en abril de 1872, tres días después de abrirse las cortes. El fracaso de la sublevación dio por cerrada esta primera fase de la guerra. La reorganización del ejército carlista tras la derrota de Oroquieta llevó a reanudar las hostilidades en diciembre de 1872. La guerra se generalizó durante 1873. El capítulo más importante del conflicto fue el sitio de Bilbao, que ganaron las tropas liberales. 3 razones explican la persistencia del conflicto carlista a lo largo del siglo XIX:- la resistencia del pueblo campesino, la resistencia de los territorios forales –la resistencia al proceso de secularización. La centralización acabó con los restos del sistema foral vasco y abrió el camino para la transformación, durante el periodote la restauración, del viejo fuerismo en los nacionalismos de base étnica católica y xenófoba.


La pugna entre federales y unitarios o radicales marcó la historia de la primera experiencia republicana en España. La historia de este periodo abarcó menos de un año, del 11 de febrero de 1873 al 3 de enero del año siguiente cuando el golpe del general Pavía derrocó al gobierno republicano. En este tiempo se sucedieron numerosos acontecimientos: 4 presidentes (Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar), 6 gobiernos una intensa agitación social, dos guerras carlista y cubana y la revolución cantonal. El esfuerzo para construir un nuevo modelo de estado tropezó con múltiples dificultades:-la cuestionada legitimidad de su origen, al haberse proclamado en sesión conjunta de ambas cámaras constituida en asamblea constituyente, algo que no permitía la constitución. – otra fue la dificultad de corrientes políticas y proyectos que defendían radicales y federales por un lado y las distintas tendencias dentro del federalismo, por otro. El primer presidente del poder ejecutivo fue Figueras. Su gobierno estuvo formado por 5 ministros radicales y figuras simbólicas del republicanismo. Se mantuvo la constitución de 1869, suprimiendo sólo los artículos referidos a la monarquía. Se convocaron elecciones para mayo de 1873 con carácter constituyente. Con mayoría republicana federal, las cortes constituyentes comenzaron sus sesiones el uno de junio y proclamaron la república democrática federal. A Figueras le sustituyó Pi i Margall, que intentó conciliar las corrientes republicanas con un programa de orden y gobierno. Pero los problemas que tenía que afrontar eran casi insuperables: 2 guerras, un ejército en plena disolución y unos oficiales contrarios a la república. El fenómeno cantonista estropeó los planes de Pi y, ante la resistencia de este a reprimir los levantamientos cantonales, el gobierno entró en crisis. Salmerón sustituyó a Pi y se comprometió a reestablecer el orden y aprobar las reformas sociales pendientes.

El cantonalismo se basaba en -la democracia directa, la autonomía de municipios y diputaciones, -la supresión de consumos y quintas, -el reparto de la tierra, -un anticlericalismo difuso y -la defensa de los intereses de las clases medias y populares. Pero en ningún caso cuestionaron la unidad de España, a pesar de la apariencia de dividir el estado en cantones independientes. El movimiento cantonal dividió a los republicanos entre los transigentes y los partidarios de la represión.

Emilio Castelar, nombrado presidente en septiembre defendía una republica centralista, inmovilizó a los reservistas para acabar con el problema cantonal y continuar las dos guerras vigentes. Creía en la necesidad de separar iglesia y estado. El general Pavía capitán general de Madrid, había preparado un golpe de estado del que el mismo Castelar daba apoyo. Pero tras negar la cámara la confianza a Castelar, este dimitió. De enero a diciembre de 1874 se instauró un régimen conocido como república unitaria o dictadura del general Serrano que presidió el gobierno y el poder ejecutivo. Era un sistema sin constitución. Los gobiernos del 1874, siempre actuaron con la idea de provisionalidad y de volver a la normalidad institucional. Esta provisionalidad facilitó los preparativos del retorno del hijo de Isabel II (Alfonso). El 3 de septiembre Sagasta sustituyó al general Zavala en el gobierno, mientras e general Martínez Campos preparó un pronunciamiento, del que Canovas no era partidario. Canovas quería una restauración monárquica por la vía civil, evitando el pronunciamiento. Martínez campos salió de Madrid el 26 de diciembre, marchó hacia Sagunto tras comunicar sus planes a Canovas y allí arengó a las tropas el 29 de diciembre proclamando a Alfonso XII nuevo rey de España. La rápida adhesión al pronunciamiento obligó a Serrano a marchar a Francia, mientras el último día del año Canovas constituía el ministerio regencia que inauguraba una nueva etapa.