La novela después de la Guerra Civil

en sus poemas cuidan y renuevan la forma de la utilización de lex, culto junto con las palabras coloquiales. Utilizaron estrofas clásicas como soneto o el romance, pero tb innovaron con el verso libre, con la libertad métrica. En su evolución hay 3 etapas: la 1º (hasta 1927) se caracterizan por la deshumanización o neopopularismo(cántico de guillen) algunos autores la imitan y crean poemas con rasgos de poesía tradicional. Estos autores imitan la lírica culta clásica (cal y canto, alberti). 2º hay una rehumanizacion de la poesía y se crean obras surrealistas, temas: amor, frustración, inquietudes sociales. (alberti, sobre los ángeles) (Lorca, poeta en nueva york)3º tras la Guerra Civil, suppone la disgregación del grupo, Lorca murió asesinado, salinas,guillen,alberti tuvieron que exiliarse, sera un tema común en el “paraíso perdido”

La Guerra Civil española supuso una Ruptura con la literatura anterior y condiciónó fuertemente la vida cultural de Las décadas siguientes. Algunos escritores se ven obligados a emprender el Destierro, mientras que, quienes se quedan en el país, deben sortear una Estricta censura, especialmente en los primeros años. España queda aislada de la influencia cultural del extranjero. Ciertos autores, Sin embargo, resultan más favorables con el nuevo régimen y escriben obras de Exaltación patriótica y propaganda ideológica.

Entre los novelistas que marchan al Exilio encontramos temas recurrentes como la añoranza de la patria perdida, el Recuerdo del conflicto bélico y el choque con su nuevo entorno. Podemos Destacar autores como Ramón J. Sender, de tendencia realista y social, autor de Réquiem por un campesino español (1960) y la autobiografía Crónica del alba (1942-1966). También marcha Al exilio Rosa Chacel, autora de gran preocupación formal, con obras como Memorias de Leticia Valle (1946) y Barrio de Maravillas (1976). Max Aub, Que trata fundamentalmente el tema del ser humano como ser social, político y Moral, escribe obras como La calle de Valverde (1961) y Juego de cartas (1964), esta última de tendencia experimental. Finalmente, destacamos a Francisco Ayala, con una visión pesimista de la realidad, relatada con ironía En obras como Muertes de perro (1958) Y El fondo del vaso (1962).

Los autores que permanecen en el país Y que no siguen la línea favorable anteriormente indicada deben sortear la Censura y eso implica una gran dificultad para publicar. Sin embargo, podemos Destacar dos grandes novelas que, durante la década de los 40, abren nuevos Caminos para la narrativa posterior. La primera de ellas es La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela, novela iniciadora del género Conocido como tremendismo, que muestra con crudeza la situación de la Sociedad rural del momento. La segunda es Nada (1948), de Carmen Laforet, la novela más existencialista de la etapa, situada en la Barcelona de Posguerra.

En los años 50, superada la primera Década de la dictadura, los novelistas comienzan a crear historias enfocadas a Mostrar los problemas de sus contemporáneos: es la llamada novela social. En Esta década publica Cela su gran obra
La colmena (1951-1955), de Protagonista colectivo y que manifiesta la alienación de la sociedad urbana del Momento. En ella introduce novedades como la multiplicidad de puntos de vista o El carácter abierto de su trama. Miguel Delibes, por su parte, muestra en sus Novelas de corte realista la miseria en que vive la población rural castellana A través de novelas como El camino (1950) y  Las ratas (1962). Junto a estos dos Autores, aparece toda una nueva nómina de jóvenes novelistas, la llamada “generación del medio siglo”, que muestran de modos diversos la problemática de Su tiempo:

 la pobreza, la división ideológica, la explotación de la clase Obrera, la soledad e incomunicación, el éxodo rural… Entre ellos podemos Destacar a Rafael Sánchez Ferlosio, con su novela El Jarama (1956); a Carmen Martín Gaite, con Entre visillos (1957); a Juan Goytisolo, autor De Juegos de manos (1954); y a Jesús López Pacheco, con Central Eléctrica (1957).

Llegada la década de 1960, la fórmula De la novela social empieza a agotarse y los autores comienzan a experimentar Nuevas técnicas narrativas. Esto se ve propiciado por cierta relajación en la Censura y por una mayor apertura a la influencia de las tendencias literarias Del exterior. Entre las grandes innovaciones técnicas en la narrativa están, Por ejemplo, la superposición de voces narrativas y el empleo del narrador en 2ª persona; el desarrollo del monólogo interior, a veces como flujo Incontrolado de pensamientos; la ruptura de la linealidad espacio-temporal, con Empleo abundante de analepsis y prolepsis; la concepción de la novela como collage, Uniendo piezas diversas que dan sensación de fragmentariedad; o, incluso, la Modificación de la tipografía y los signos de puntuación. Se considera que la Obra que inicia esta tendencia experimental es Tiempo de silencio (1962), De Luis Martín-Santos. Sin embargo, incluso autores que ya gozaban de Popularidad desde la posguerra se suman a estas nuevas técnicas. Cela publica San Camilo 1936 (1969), y Delibes, Cinco horas con Mario (1966), ambas Con una exploración del monólogo interior y del narrador en segunda persona. Gonzalo Torrente Ballester, que también había empezado como un autor realista, Publicará en 1978 La saga/fuga de J.B., obra donde se observa la Confusión realidad-ficción. Por su parte, muchos autores de la generación del Medio siglo, que habían ocupado el panorama literario con novelas de corte Realista y enfoque social, también elaboran novelas experimentales. Podemos destacar Señas de identidad, de Juan Goytisolo (1966); Volverás a Regíón (1967), de Juan Benet; y Últimas tardes con Teresa (1966), de Juan Marsé