Los reinos cristianos merindedes

10. EXPANSIÓN TERRITORIAL DE LOS REINOS CRISTIANOS

Proceso histórico que comienza con la aparición de núcleos de resistencia cristiana a la invasión musulmana en la cornisa cantábrica en torno a 718. Comenzó con la batalla de Covadonga comandada por Pelayo en 722 y consistíó en el progresivo avance de norte a sur de los reinos cristianos, legitimados al considerarse herederos de la Monarquía visigoda. El proceso fue muy largo y discontinuo. Se pueden distinguir tres etapas: Una primera de superioridad musulmana que coincide con época de esplendor del califato de Córdoba, (s. VIII‐XI), una segunda fase (s. XI‐XII) en la que se conquistan los valles del Tajo y del Ebro; y una última (s. XIII‐XV), de hegemonía cristiana tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212). No se culminó hasta 1492, con la toma de Granada, dando lugar a ocho siglos de progresiva expansión.

11. REINO DE Pamplona

Entidad política cristiana surgida en el Pirineo Occidental en el siglo IX cuando la aristocracia local, encabezada por Íñigo Arista,  logró expulsar a los francos en la batalla de Roncesvalles y consiguió cierta autonomía frente a musulmanes (la familia Banu Qasi de Tudela). El reino de Pamplona a principios del Siglo X, ya con Sancho Garcés I, de la dinastía Jimena, rompíó con el Califato de Córdoba y proclamó una nueva monarquía. Sancho Garcés, entre el 905-925, extendíó su territorio hacia La Rioja y Aragón. Su máxima expansión territorial e influencia política las alcanzaría bajo el reinado de Sancho III el Mayor (1004‐1035) al anexionarse los condados de Ribagorza, Sobrarbe y Aragón, así como Castilla. A su muerte dividíó sus posesiones entre sus cuatro hijos y el reino pamplonés perdíó la hegemonía. Con Sancho VI el Sabio, en 1162, pasó a denominarse Reino de Navarra.


13. CORTES MEDIEVALES

Instituciones políticas surgidas en los reinos cristianos durante los siglos XII en León, XIII en Castilla y Aragón y XIV en Navarra formadas por una representación de los tres brazos o estamentos (nobleza, clero y burguésía urbana) que se reunían al ser convocados por el rey.
Pese a las diferencias entre los tres grandes reinos peninsulares, compartían una estructura política similar: Las Cortes, con el fin de fortalecer la autoridad real y crear una estructura de Estado. Su principal función era discutir y votar las peticiones económicas del rey (subsidios) y a cambio éste atendía a las peticiones de los estamentos. En Castilla con el tiempo perdieron peso y tuvieron un carácter consultivo mientras que en Aragón y Navarra se les otorgaba cierta capacidad legislativa y aprobaban los impuestos. Son el precedente de las actuales Cortes o Parlamentos.

19. DIPUTACIÓN DEL REINO DE Navarra

Institución creada en 1576 por las Cortes de Navarra para funcionar de forma permanente cuando las Cortes no estaban reunidas. Estaba formada por siete miembros (un eclesiástico, dos caballeros y cuatro representantes de las villas y ciudades) elegidas por las Cortes. Sus funciones eran el asegurar el cumplimiento de lo acordado en las Cortes y preservar los fueros de las posibles ilegalidades por parte de los oficiales del rey, y de ser así, solicitaban la reparación de los agravios causados contra el reino. Presentaba ante el rey los proyectos de ley elaborados por lar Cortes para que este los sancionara. A diferencia de las diputaciones de otros reinos de España, no se dedicaron a la recaudación de impuestos al existir la Cámara de Comptos, pero asumirán esta función a mediados del s. XVII. En 1841, con la Ley Paccionada, es suprimida y sustituida por la Diputación Foral.


21. EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS

Acontecimiento histórico que tuvo lugar entre 1609 y 1614, bajo el reinado de Felipe III, en su defensa a ultranza del catolicismo siguiendo los principios del Concilio de Trento (1564). Los moriscos eran  los musulmanes obligados a convertirse al cristianismo en el s. XVI que no se asimilaron al resto de la población y despertaban recelos. Propiciaron revueltas por la continua pérdida de sus derechos, la más importante las Alpujarras en 1568 en Granada. Felipe III decretó su expulsión por considerarlos un enemigo interno que cooperaba con los piratas berberiscos que atacaban las costas mediterráneas. Su expulsión afectó negativamente a la economía agraria al perder mano de obra altamente cualificada y supuso una recesión de la economía agraria, sobre todo en la Corona de Aragón, donde éstos eran muy numerosos.

22. PAZ DE LOS PIRINEOS

Armisticio firmado con Francia en 1659 que acabó con las hostilidades que todavía continuaban entre Francia y España, pese a haber firmado la Paz de Westfalia en 1648, que ponía fin a la Guerra de los Treinta Años y reconocía la independencia de los Países bajos de la Monarquía Hispánica. En un contexto de guerra de religiones entre catolicismo y protestantismo, la propia Francia, que aunque era católica, utilizó este pretexto para debilitar a su gran rival europea. Con este tratado Felipe IV y el monarca francés Luis XIV acordaron que la monarquía española cediera los territorios del norte de los Pirineos (Rosellón y parte de Cerdaña) y en Flandes y se establecíó los Pirineos como frontera entre ambos países. Este tratado puso de manifiesto el declive de la Corona de España y la hegemonía francesa.

25. DESPOTISMO ILUSTRADOForma de gobierno de algunas monarquías europeas del s. XVIII, donde los monarcas combinaban su poder absoluto con la voluntad reformadora de la economía y la sociedad propia de los ilustrados. Partían de los presupuestos ilustrados, que buscaban la modernización de las estructuras del país. Los monarcas se rodeaban de un equipo imbuido de las nuevas ideas de carácter reformista, intentando conjugar los intereses del monarca con el bienestar de los gobernados, aunque eran inmovilistas en lo político. En España alcanzó su plenitud con el reinado de Carlos III, con colaboradores como el 


conde de Aranda o Floridablanca, en donde se impulsaron medidas a favor de la educación y la mejora de la economía del país al igual que un intento de reducir el poder de la Iglesia.

24. DECRETOS DE NUEVA PLANTA

Conjunto de leyes de carácter político-administrativas promulgadas por Felipe V entre 1707 y 1716 a los reinos de la Corona de Aragón, por su rebelión en la Guerra de Sucesión al apoyar al candidato al trono Carlos de Habsburgo. La batalla de Almansa en 1707 supuso la primera victoria Franco-española, la toma de Valencia, Zaragoza y Lleida y la promulgación de los primeros decretos. Éstos conllevaron, por un lado, la uniformidad territorial del Estado con la supresión de sus instituciones tradicionales y sistema “constitucional” como Fueros y Cortes, o el sistema fiscal propio, por considerarlos incompatibles con la autoridad del monarca. En su lugar se impusieron las leyes castellanas, más centralistas y que otorgaban mayor poder al Rey, así como las instituciones y cargos de Castilla. Sólo se respetaron los fueros vascos y navarros, dado que Felipe V recibíó su apoyo en el conflicto. 

23. GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA

Conflicto dinástico entre 1702 y 1713 ocurrido tras la muerte sin descendencia de Carlos II en 1700, año en el que testamento designaba como sucesor a Felipe de Anjou, de la casa Borbón francesa. Para evitar el aumento de poder francés y la ruptura del equilibrio europeo, se constituyó en Europa una alianza formada por Inglaterra, Holanda, Portugal y Austria, que no lo reconocían como rey y que defendían la candidatura de Carlos de Habsburgo. Esta pugna desembocó en una guerra europea de poder y una Guerra Civil. Castilla y Navarra respaldaron a Felipe V y la Corona de Aragón a Carlos. En la paz de Utrecht y Rasttat (1713-14) se reconocíó a Felipe como rey de España a cambio de la renuncia al trono francés, Gibraltar y Menorca y a posesiones europeas. La Guerra Civil continuó en Cataluña y Baleares hasta 1715.