##Los romances, unas de las manifestaciones más singulares de la literatura castellana del Siglo XV, consisten en una serie indefinida de versos que riman en consonante los impares.

2. Los géneros literarios
En el siglo xV se cultivan los mismos géneros lhterarios ue velamos ern siglos
anteriores, con algunas novedades! Desaparecen los cantares de gesta y loe
que poemas del mester de clerecía; en su lugar surge el romancero viejo, que
r’evitaliza el género épico y lo enriquece con nuevos temas.
Las mas importantes manifestaciones literarias están vinculadas a los ambien.
tes cortesanosi al amparo de la corte se desarrolla la lírica culta Y se despier.
ta el interés por las canciones populares (villancicos), reaparece con fuerza
la actividad teatral, se fomenta el cultivo de la prosa histórlca y didáctica, y se
acimatan las nuevas tendenias culturales procedentes de ltalia.
3. La poesía narrativa popular-tradicional:
el romancero viejo
Los romances son breves composicIones épico-líricas que surgen de la fragmen-
tación de los antiguos cantares de gesta. Esta es la tesis tradicionalista defendida
por Menéndez Pidal; otros, en cambio, opinan que los romances responden al
estuerzo creador de un solo individuo, pues las muestras más antiguas del género
son líricas o novelescas, y no épicas (tesis individualista)
3.1 Evolución y transmisión
Los romances, cuyas primeras manifestaciones se remontan a finales del Siglo XV,
se transmiten oralmente durante el Siglo XV.A lo largo del Siglo XVI y la primera
mitad del siglo xvil, los autores cultos los recogen y los incluyen en cancioneros
y romanceros. En la segunda mitad del siglo xVil empieza a olvidarse el Román-
cero tradicional y nuevamente se refugia en el pueblo.
A partir de la segunda mitad del Siglo XVI y durante el Siglo XVI, poetas renombra-
dos como Cervantes, Góngora, Quevedo o Lope de Vega componen, a imitación
de los tradicionales, nuevOS romances, que constitUyen el romancero nuevo o
artístico. Son composiciones de carácter culto; su versión definitiva la fija, por
escrito, el propio autor y se transmiten ajenas a la tradición oral, por lo que no
caben múltiples variantes, como oCurre en el romancero viejo.


3.2 Temas
Atendiendo a los temas que tratan, pueden clasificarse en:
a Histórico-nacionales: proceden de los cantares de gesta
castellanos y exaltan a sus héroes (Bemardo de Carpió,
personaje legendano que luchó contra los franceses en la
batalla de Roncesvalles; el conde Femán González, artífice
de la independencia de Castilla del reino de León; los in-
fantes de Lara, asesinados por orden de su tío y vengados
por Mudara; y Rodngo Díaz de Vivar, el Cid)
b Novelescos y líricos: creados por la imaginación po-
pular.
c Fronterizos y moriscos: relatan episodios bélicos en
la trontera entre los reinos moros y cristianos en los
SIglos XIV y XV. Los primeros tienen como protagonista
a un cristiano y los segundos, a un musulmán.
d Carolingios: se centran en la figura de Carlomagno y los
personajes y sucesos con él relacionados: el valeroso y temerario Roldán, muerto en Roncesvalles, y su espOsa, dona Alda.
e.Bretones: inspirados en la leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda.
3.3 Métrica
Ia estructura métrica de los romances prueba también su estrecha relación con
los cantares de gesta. Estos, en su ultima etapa, tendían al verso de 16 sílabas,
dividido en dos hemistiquios de 8. Cada hemistiquio se recitaba como verso
independiente, de tal manera que los impares pasaron a ser versos sueltos y los
pares, versos asonantados. El romance es, pues, una composición formada por
U serie indefinida de versos octosílabos que riman en asonante los pares y los
impares quedan sueltos.
3.4 Estilo
lunto a algunos rasgos idiomáticos propios de la épica y fórmulas del len-
guaje oral (como las constantes invocaciones a los oyentes), que heredan de
los cantares de gesta, los romances presentan estas peculiaridades estilísticas
inconfundibles:
a Tendencia a lo fragmentario. El romance se cine a lo esencial. Entra en
materna Sin exponer antecedentes de la acción (comienzo abrupto) y en
el momento de mayor intensidad dramática deja truncado el relato (final
abrupto).


b Tendencia a la repetición. Es uno de los procedimientos más llamativos de la
poesía popular. Unas veces se repiten fonemas (aliteración); otras, palabras
idénticas (repetición retórica); en otras ocasiones, se reiteran Sintagmas o
estructuras oracionales (paralelismo).
c Libertad temporal. Destacan, entre otros, los siguientes usos verbales
.El imperfecto de subjuntivo con valor de pretérito indefinido (Allí res-
pondiera el moro, / bien oréis lo que dirá).
En los diálogos aparecen frecuentemente el condicional en lugar del futuro
(Por tanto, pregunta, rey,/ que la verdad te dina) y el imperfecto de indicativo
en lugar del presente. Es el llamado imperfecto desrealizador, con el que
se logra una atmósfera de imprecisión temporal, altamente poética (Qué
Castillos son aquellos?/ AltOs son y relucían)
4. La lírica culta: la poesía de cancionero
Llamamos poesía de cancionero al ConjuntO de composiciones, de temática muy diversa, pertenecientes a poetas vinculados a la corte y recopiladas en amplias antologías (cancioneros)
De la variada gama de temas que trata destacaremos tres: el amor, la reflexión
moral y la sátira.


4.1 El amor. La lírica amorosa al estilo provenzal
En la poesía amorosa castellana del Siglo XV, recopilada en los Cancioneros, con
Tluyen la tradición provenzal directa (a través de la cantiga de amor galaico.
portuguesa), irradiaciones del dolce stil nuovo y de Petrarca, que espiritualizan el
sentido del amor de los trovadores provenzales, y ecos de Ausiäs March y de
Jordi de Sant Jordi, en quienes se funden lo provenzal y lo italiano.
Con-
Ausiàs March y de
lodos esos ingredientes configuraron un modelo de poesía amatoria cuyos ras-
gos identificadores son: reserva y contención verbal, abundancia de alegorías
y personificaciones de ideas, aislamiento emocional, un cierto gusto por el alar
de de ingenio (juegos conceptistas, antítesis, paradojas) y la improvisación.
En ese mundo cortesano pocos poetas escapan a la tentación de cantar al amor.
Entre ellos no podían faltar las tres grandes personalidades literarias del Siglo XV.
el marqués de Santillana, Juan de Merna y Jorge Manrique.
4.2 La reflexión moral: las Coplas de Jorge Manrique
1a obra más representativa de esta tendencia poética es la elegía Coplas a la
muerte de su padre, de Jorge Manrique, poema didáctico-moral en el que el au-
ar tras la muerte del maestre don Rodrigo Manrique, evocay ensalza su figura.
De ella hablamos mas extensamente en las páginas I199 y 200.
lorge Manrique nació, al parecer en la localidad palentina de Paredes de Nava,
hacia 1440. Era hijo de don Rodrigo Manrique y de doña Mencía de Figueroa,
prima del marqués de Santillana. Su familia participó de modo muy activo en las
contiendas nobillarias de su tiempo. Bajo el reinado de Juan lI (I1406-1454), com-
batieron los Manrique al condestable don Álvaro de Luna, hombre de confianza
del monarca y tirme partidario de reforzar el poder de la Corona en detrimento
de los nobles.


En ese ambiente guerrero y de intrigas políticas se educó nuestro poeta.
Pero, in-
fluido por el refinamiento de la vida cortesana del siglo xw o, quizás, por el ejemplo
cercano de su tío, el famoso poeta y dramaturgo Gómez Manrique, debíó de fre-
cuentar también los círculos artísticos de la época: de ahí sus contactos con las letras.
Esa compartida afición a las armas y a la literatura ha forjado de él, como en Gar-
cilaso, la imagen de soldado-poeta. En una de las frecuentes acciones guerreras
en las que intervino (el asalto al castillo de Garcimuñoz, en poder de las tropas
rebeldes del marqués de Villena) perdíó la vida Jorge Manrique en Abril de 1479.
Otros poetas cultivan esta tendencia poética:
El marqués de Santillana es autor de la Comedieta de Ponza (sobre la derrota
naval sufrida por Alfonso V el Magnánimo de Aragón), del Diálogo de Bias
contra Fortuna (reflexión sobre la fugacidad de los bienes mundanos) y del
Doctrinal de privados (severo juicio de don Álvaro de Luna, valido de Juan ).
Juan de Mena escribíó Laberinto de la Fotuna o Trescientas, obra en la que nos
ofrece una visión de la fortuna que fluctúa entre la interpretación pagana y la
cristiana. Ambos viven durante el reinado de Juan lI de Castilla, en la primera
mitad del Siglo XV.
5. La prosa y la novela


La novela del s.XV está impregnada de un sentimentalismo amoroso propiciado por el ambiente cortesano de la época. Se siguen escribiendo novelas de aventuras y de caballerías. Completan el panorama narrativo dos nuevos géneros:
a Novela histórica. Recrea asuntos de la historia nacional, tomados de la épica y de las crónicas. La primera novela histórica española es la Crónica sarracina, de Pedro del Corral; se inspira en la leyenda de don Rodrigo, último rey Visigodo.
b Novela sentimental. La acción discurre con lentitud, adopta la forma au-
tobiográfica y se recrea en el análisis minucioso de los sentimientos de los
enamorados. Las obras más significativas del género son Siervo libre de amor,
de Rodniguez del Padrón, y Cárcel de amor, de Diego de San Pedro.
6. El teatro: La Celestina
A finales del siglo XVy durante el reinado de los Reyes Católicos, surge un teatro
cortesano que cultiva dos modalidades dramáticas: una religiosa (los autos) y
otra profana, que trata temas pastoriles, amorosos y humanísticos. A esta última
pertenece La Celestina. Publicada en Burgos en l499, consta de 2l actos de diversa extensión y su autor es el judío converso Fernando de Rojas.
6.1 Género literario
La adscripción de La Celestina a un determinado genero literario ha suscitado una
larga controversia. Unos, basándose en las dificultades que plantea su puesta en
escena (se trata de una obra muy extensa, cuya acción transcurre con lentitud en
múltiples lugares), niegan su carácter dramático y la consideran una novela dialo-
gada. Otros la sitúan dentro del subgénero dramático de la comedia humanística,
que se caracteriza, entre otros, por los Siguientes rasgos: trama sencilla en prosa,
Realismo en la descripción de ambientes, tema del amor ilícito con la intervención
de terceros, exhibición erudita de saberes clásicos, y lenguaje culto y artificioso.
Hoy en día, pocos discuten la índole esencialmente dramática de La Celestina
el hecho de que no este pensada para una posterior puesta en escena es algo
secundario; lo fundamental es el diálogo, pues de él nace la acción, y en él los
personajes cobran vida y maduran.


 6.2 Los personajes

El personaje de Celestina constituye una de las más robustas

creaciones de la literatura universal. Intermediaria en los amores
de Calisto y Melibea, se ha erigido en prototipo de la alcahueta;
dominada por la codicia, moviliza todas sus habilidades (perspicacia, sagacidad,
nicacia, Sagacidad, elocuencia) para conseguir sus propósitos.
Calisto, dominado por la pasión amorosa, es inseguro, indolen-
te. Egoísta y amoral. Melibea es un personaje más complejo y
atractivo: profundamente humana, al principio rechaza a Calisto,
luego duda y, finalmente, se entrega a él sin reparos. Sempronio,
movido por el interés y la lujuria, es falso, desleal, cobarde y
violento. E otro criado de Calisto, Pármeno, experimenta una
evolución en su trayectoria vital: inicialmente se muestra fiel a su
señor; más tarde, dolido por la ingratitud de su amo y presiona-
do por la elocuencia de la vieja alcahueta, acaba convirtiéndose
en otro Sempronio.
Otros personajes son Elicia y Areúsa: conscientes de su condición de desheredadaS, manitiestan repetidas veces su envidia y resentimiento hacia la clase dominante. Los padres de Melibea son Alisa, una gran señora, orgullosa y altIva, pero insensata, y Pleberio, que representa al padre etregado, tierno y cariñoso
con su hija, aunque demasiado confiado y negligente. Centurio es un soldado
fanfarróny cobarde, utilizado por Areúsa para vengarse de Melibea. Tristán y
Sosia son criados de Calisto, y Lucrecia, criada de Melibea.
6.3 Los temas
La obra se articula entorno a varios núcleos temáticos:
-El amor se muestra como una pasión incontrolable y avasalladora que altera
el ánimo de los individuos, los arrastra al desorden moral y, por último, los
destruye y aniquila.
-La codicia es otra pasión que enloquece a los criados y ofusca el entendimien-
to de Celestina, hasta provocarles la muerte.
-La fortuna es un azar ciego y arbitrario, responsable de las tragedias humanas.
-La magia cumple en la obra una clara funciIón dramática: despertar en Melibea
el fuego amoroso.
-El tiempo. Los personajes de La Celestina son conscientes de la irreversibilidad
del paso del tiempo: esto los empuja al goce trenético del momento presente.
-La muerte carece del significado trascendente que le concede Jorge Manrique
en sus Coplas. Rojas nos la presenta como un simple dejar de existir.