Que se consiguió con el estatuto de autonomía vasco

Durante el Siglo XIX las mujeres españolas, al igual que el resto de las mujeres del
mundo industrial, habían puesto en evidencia la contradicción de que la igualdad
política, la libertad y la justicia social, que se consideraban derechos inalienables y
universales, en realidad se reservaban solo para los hombres. A principios del Siglo XX
se iniciaron pasos para obtener la igualdad legal entre ambos sexos, que sería
sancionada en 1931 por la Constitución republicana. Tras las elecciones municipales de Abril de 1931, la proclamación de la II República en
Abril de 1931 y la marcha al exilio el rey Alfonso XIII, se constituyó un Gobierno
Provisional republicano formado por los líderes de los partidos que habían firmado el
Pacto de San Sebastián (17 de Agosto de 1930). Su principal labor fue convocar
elecciones para Cortes Constituyentes (Junio de 1931). De ellas salíó triunfadora una
coalición formada por republicanos y socialistas qué ratifican como jefe de Gobierno a
Aniceto Alcalá Zamora. La principal labor de las Cortes constituyentes será la elaboración de una nueva
constitución. La República reconocíó un nuevo estatus social y político a las mujeres, posibilitando
una mayor participación de estas en la vida política (derecho al sufragio, ley del
divorcio, coeducación). Su aprobación no consiguió el apoyo de todas las fuerzas políticas, pero sí una amplia
mayoría. Las discrepancias más importantes se produjeron en las cuestiones religiosa
y autonómica lo que acabo provocando la dimisión de los ministros católicos del
gobierno sustituyendo Manuel Azaña a Alcalá Zamora en la Jefatura del Gobierno.
Las discusiones para su redacción fueron muy intensas, especialmente en lo referente
al tema de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y, en consecuencia, el
derecho al sufragio. 


Clara Campoamor, abogada, fue la que más se implicó en la defensa del sufragio
femenino. Logró que el artículo 25 dijese No podrán ser fundamento de privilegio
jurídico; la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas,
ni las creencias religiosas; Tras los debates, finalmente se recogerá el derecho universal al voto, siendo la
Constitución española de 1931 muy avanzada para su tiempo, tuvo una fuerte carga
democrática y progresista. Se reconocieron una amplia lista derechos.

Las primeras elecciones en las que participaron las mujeres fueron las de 1933 e
inevitablemente desde las fuerzas progresistas, se les echó a estas la culpa de la
victoria de la derecha. Era, sin embargo, una conclusión superficial. Aun aceptando
que una parte del electorado femenino hubiera podido influir en el resultado favorable
a las derechas, en los comicios del 33, si se sumaban todos los votos de izquierda
éstos todavía superaban a los de los conservadores. Se trataba sobre todo de un

problema de estrategia y unidad, como se encargarían de demostrar las elecciones de
Febrero de 1936 con el triunfo del Frente Popular, que agrupaba a los partidos de
izquierdas.


El nacimiento del nacionalismo vasco surgíó a finales del Siglo XIX centrándose en un
principio en Bizkaia, aunque con posterioridad incluyó en su reivindicación a todas las provincias con población vasca.
Los elementos
en que se basaba la nacionalidad vasca se asentaban en la raza, la religión, la lengua, la ley, el carácter y las costumbres
Nacíó sobre la idea de dos planteamientos políticos: la recuperación de los fueros
abolidos en 1876 y hacer frente a un modelo de sociedad que la industrialización está
imponiendo y que acaba con el modelo rural existente, a medida que se aceleraba en
Bizkaia lo que denominaban la “invasión maketa”. Se opónían a la llegada masiva de
inmigrantes. El impulsor de este nacionalismo fue Sabino Arana, que apostaba por la ruptura de todo
vínculo con España y la proclamación de la independencia. Defendía la defensa de la
sociedad tradicional, el rechazo de la industrialización y de la emigración, verdaderos
causantes de la pérdida de los valores de la sociedad vasca y por la necesidad de
independencia política para poder mantenerlos. Según este, la independencia política
preservaría a la sociedad vasca de los males del mundo moderno, como el laicismo, los
emigrantes, la industrialización, etc. Desde una perspectiva fuerista tradicional, se limitó
a recoger y dar coherencia a estas ideas que flotaban en la sociedad y las depuró.
Sabino Arana empezó su vida política en 1893 y en 1894 creó la primera sociedad política, la sociedad
nacionalista Euzkaldun Batzokija, El 31 de Julio de 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco con una
solemne declaración antiespañola y con la voluntad de restaurar en el territorio el orden
jurídico tradicional.


En los primeros momentos el nacionalismo no fue capaz de conseguir nada con los
primeros seguidores de Sabino Arana (la pequeña burguésía bilbaína
tradicionalista),consiguió adhesiones entre los grupos fueristas pero de escasa
importancia. Más adelante se incorporará a las tesis nacionalistas un grupo ya
constituido de liberales fueristas (Sociedad Euskalerria) con Ramón de la Sota. Esta
incorporación aportó influencia, prestigio social y moderación política y amplió sus bases

hacía una burguésía más moderna e industrial. Este hecho mejoró sus expectativas y
resultados electorales consiguiendo buenos resultados en Bizkaia (1898-1899,
Diputación y Bilbao). Fue entonces cuando aparecíó la tensión interna entre los
defensores de la independencia y los que buscaban, como objetivo más viable y
práctico, la autonomía dentro del estado español.

En 1903 muere Sabino Arana pero el nacionalismo, y el PNV, continuó su expansión
para convertirse en los años 30 en una de las corrientes políticas fundamentales el País
Vasco. En 1910, el PNV sufrirá una escisión entre sus elementos más progresistas,
separándose el grupo Askatasuna, que era el más favorable a un nacionalismo laico y

republicano. No obstante, no tendrá éxito hasta la 2a República cuando se funde EAE-
ANV (Acción Nacionalista Vasca).