Tres elementos de la arquitectura Gótica


LA CATEDRAL GÓTICA


En su estado original, las catedrales góticas no estaban aisladas dentro de los espacios abiertos o plazas que hoy circundan a muchas de ellas: los edificios destinados al cabildo, cementerio, escuela, prisión y residencia del obispo, se unían a sus muros.

La catedral gótica era algo más que el foco religioso de su sociedad. Sus campanas regulaban las actividades seculares del día: servían de telón de fondo para la representación de sus dramas religiosos, sus fiestas públicas...


Tanto en su espacio interno como externo la catedral hacía las veces, a juicio de Elsen, de teatro sagrado: su fachada oeste servía de telón de fondo para la representación de misterios y en el área del altar era donde se celebraba el ritual de esos misterios y donde se exhibían los objetos sagrados.

PILARES Y ARBOTANTES



A medida que avanza el tiempo, el número de columnas adosadas al pilar se multiplica para recibir los nervios de las bóvedas, se van haciendo más finas y transforman su sección circular en apuntada. Conlleva la desaparición del capitel individual y su fusión en una estrecha faja, que es ya el capitel corrido del pilar. En las basas no se llega a esta fusión.

Muy importante es la innovación que introduce el gótico en el sistema de contrarresto de los empujes laterales de la bóveda.
Ello se lleva a cabo mediante:


*El arbotante, arco  apoyado en su parte superior en el arranque de la bóveda de ojiva, conduce su empuje lateral a un estribo situado en el muro de la nave inmediata, sin quitar luminosidad al ventanal abierto en el muro de la nave cuya bóveda contrarresta. El arbotante, además de esta función mecánica, sirve para conducir al exterior, a través de los pináculos, el agua de lluvia de las bóvedas. Las bocas de desagüe, están decorados con gárgolas.


*El pináculo, o pilar terminado en forma apiramidada en su parte superior, que surge para evitar el desplazamiento del estribo por el empuje del arbotante, sin elevarlo excesivamente en su totalidad.


LOS ELEMENTOS DECORATIVOS


Los temas geométricos preferidos es la tracería gótica que comienza yuxtaponiendo círculos o triángulos curvos, decorados en su interior con arquillos de medio punto o apuntados y pronto se complica entrecruzando sus líneas y creando una serie de curvas y contra curvas que, por semejar el ondulante movimiento de la llama, ha dado el nombre de flamígero al gótico en que se emplea.
La decoración vegetal es opuesta a la del ROMánico. Ya San Francisco ha predicado el amor a la naturaleza y a sus humildes criaturas, y ese aliento vital que anima la época hace que el decorador descubra la belleza natural de las plantas: las preferidas son las hojas de hiedra, de vid, de roble y de trébol. También, algo después, utilizará la hoja de cardo, que los castellanos de la época llamaban berza. En los últimos tiempos del gótico se pone de moda la decoración con troncos de plantas erizados de nudos y muñones y de rugosas cortezas.
La decoración de animales se distingue también por el Naturalismo de su interpretación, aunque también se representan monstruos y seres fantásticos, que aparecen entremezclados con el follaje o formando pequeñas escenas o aislados en gárgolas, remates de barandales, etc.

La decoración gótica se concentra en las puertas, ventanas y claustros, si bien los capiteles son mucho menos importantes que los ROMánicos a nivel decorativo. En el interior del templo se abren tres nuevos campos, las vidrieras de los grandes ventanales, el retablo y la sillería del coro.

Las portadas góticas son abocinadas, como las ROMánicas; pero el tímpano suele dividirse en varias zonas horizontales, la decoración escultórica de las arquivoltas no se dispone radialmente, sino en el sentido de su curva, y las esculturas de arquivoltas y jambas suelen protegerse con chambranas o doseletes. La forma apuntada de la portada gótica suele completarse con el gablete o moldura angular que le sirve de coronamiento.  


NOVEDADES TÉCNICAS: EL ARCO Y LA BÓVEDA


El arco apuntado es, de presiones laterales menores que el semicircular. Se le dan diversos nombres, según la proporción entre su altura y su luz. Así se llaman:
-De todo punto cuando sus centros están en los arranques.


De tercio punto cuando, dividida su anchura en cinco partes, los centros se encuentran en los extremos de los tres quintos centrales.
-De cuarto punto si, dividida esa anchura en cuatro, se hace centro en los extremos de los dos cuartos interiores.
-El arco conopial se generaliza en el Siglo XV.

También se utiliza el arco carpanel y el escarzano.
El arco mixtilíneo, producido por la introducción de pequeños trozos rectilíneos dentro del arco.

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La bóveda de crucería o de ojivas góticas deriva de la bóveda de aristas ROMánica, pero se diferencia esencialmente de ella. Descompone la bóveda en dos elementos: los arcos que cruzan diagonalmente, que son los arcos cruceros, los formeros y los fajones, todos los cuales constituyen el esqueleto de la bóveda, y los plementos, paños, o témpanos, que, apoyándose en ese esqueleto, cierran la bóveda.

Cuando a esta bóveda de crucería o cuatripartita se le agrega un nervio que una las claves de dos arcos laterales con la de la bóveda, se crea la bóveda sexpartita, con seis plementos.

Cuando, para subrayar la continuidad de la nave, se dispone un nervio en el sentido del eje de ésta, uniendo las claves de todas sus bóvedas, ese nervio se denomina combado.

La novedad de trazar por las bisectrices de los ángulos inferiores de cada témpano una pareja de nervios, que en su punto de convergencia se unen con otro nervio secundario o ligadura, que desciende de la clave. Este tipo de bóveda, llamada de terceletes, es de gran valor decorativo.

La transformación de terceletes y nervios intermedios termina dando lugar a las bóvedas estrelladas.