El Concilio Vaticano II y la Renovación Eclesial
En 1962 se abrió el Concilio Vaticano II, convocado por Juan XXIII. Este Papa deseaba renovar la Iglesia y que esta dejara de rechazar todo lo que se le propusiera. Este modelo renovador cambió la estructura de la Iglesia: pasó de ser piramidal (Papa, obispos, cardenales, sacerdotes, religiosos, laicos) a un modelo circular, donde las personas están con diferentes misiones y, en el centro, Cristo resucitado. Esta nueva representación significa que las personas están a la misma distancia de Dios, pero cada una tiene su misión.
Juan XXIII solía decir: «Abrir las ventanas al mundo», es decir, que la Iglesia tenía que abrirse a la gente y a la ciencia, ya que cada una tenía su parte de razón. En 1963 muere Juan XXIII y en 1965 le sucede Pablo VI, quien acuña el concepto de la Civilización del Amor.
La Civilización del Amor: Fundamentos y Desafíos
Concepto y Alcance
El término «Civilización del Amor» hace referencia a una convivencia fraterna. Muchas civilizaciones han desaparecido a lo largo de la historia, pero este término trasciende todos los poderes económicos, culturales, sociales, etc. La Iglesia es consciente de los problemas sociales y de sus profundas raíces. Esta Civilización del Amor es de justicia y de una relación fraterna entre las personas, aunque a veces la convertimos en una caricatura cuando se busca justificar las limosnas con un beneficio que no genera justicia social.
Las Estructuras de Pecado y la Llamada a la Solidaridad
Según el Cristianismo, todo pecado tiene una dimensión social, porque nuestra conducta y la de los demás influyen mutuamente. También existe el pecado colectivo, que no se produciría si no hubiese personas que colaboran con él, concepto desarrollado por Juan Pablo II. Estas estructuras son creadas por los seres humanos y tienen un poder que nos supera. Estamos inmersos en una estructura socioeconómica que genera automáticamente y borra en nuestra conciencia cualquier sentimiento de culpa personal. El Cristianismo propone crear estructuras de solidaridad frente a estas estructuras de pecado.
El Amor en la Dimensión Política y Social
La Dimensión Política del Amor
El amor es el eje central del Cristianismo. Cuando hablamos de política, lo hacemos en sentido amplio: es un conjunto de acciones orientadas a ejercer un poder que influya en la organización social. El amor tiene siempre una dimensión política en el sentido de que, cuando una o más personas buscan modificar sus condiciones sociales para mejorarlas, están actuando políticamente. No es lo mismo hacer política para conseguir poder o estatus que hacer política para mejorar la vida de las personas desde el amor a su dignidad.
Jesús y la Definición del Prójimo: La Parábola del Buen Samaritano
En el texto de Lucas, la parábola del Buen Samaritano, Jesús nos explica el concepto de prójimo. Los fariseos buscaban poner a prueba a Jesús, ya que él cuestionaba los principios esenciales del judaísmo, y Jesús les remite a su propia creencia. El fariseo buscaba el premio y no hacerse cargo de la persona necesitada. Para explicar qué es el prójimo, Jesús se basa en la historia del buen samaritano, con tres personajes esenciales:
- El sacerdote, encargado del culto en el templo.
- El levita, ayudante del sacerdote.
- El samaritano, odiado por los judíos, quienes los consideraban contaminados por creer en otros dioses.
El sacerdote y el levita vieron al herido, pero pasaron de largo y siguieron con sus obligaciones. El samaritano, en cambio, sigue el proceso de los tres verbos del prójimo: ver, sentir y actuar.
Actitudes Cristianas ante el Prójimo: Compasión y Misericordia
El Cristianismo considera prójimo a toda persona, cercana o lejana, que necesite ayuda. Las dos actitudes cristianas frente al prójimo son:
- La compasión: es la reacción emocional ante el sufrimiento del otro, es decir, hacerse cargo de lo que siente. Sin compasión, no hay misericordia.
- La misericordia: consiste en poner el corazón en acción ante la miseria del prójimo.
La verdadera relación con el prójimo incluye ambas actitudes. Cuando el prójimo es la persona que te hace daño y eres capaz de perdonarle, es la mayor expresión del amor cristiano.
Amor, Ley y Justicia: Una Sincronía Esencial
La Relación entre Amor y Ley
Cuando existe amor auténtico, no es necesario regularlo por la ley. El amor no necesita de la ley, pero a veces las leyes tienen que regular las transgresiones. Si hay amor, la ley no tiene que actuar.
La Justicia como Pilar del Amor
El término justicia es un elemento fundamental del amor, ya que es dar a cada uno lo que le pertenece por dignidad y hacer realidad los derechos humanos. Las leyes deben garantizar los derechos, pero estas no los crean, ya que los derechos son universales a toda la humanidad. Las leyes también recuerdan las obligaciones. No existe amor sin justicia, ni justicia sin misericordia. Como se dice, «la caridad es mucho más que dar pan». La caridad es la ética del amor. El amor debe seguir yendo por delante de las leyes porque cubre una necesidad de dignidad que la ley omite en muchos casos.
La Fraternidad Cristiana: Vínculo Universal
Origen y Significado de la Fraternidad
La fraternidad cristiana es un elemento clave de la Civilización del Amor. Si necesitamos todavía implantar la Civilización del Amor, es porque no existe la fraternidad entre las personas. La Revolución Francesa se basó en tres pilares fundamentales: libertad, igualdad y fraternidad. Y la realidad es que sin fraternidad no existen ni igualdad ni libertad.
El origen de esta palabra viene del latín fraternitas, que significa «cualidad propia de los hermanos». Es un vínculo entre personas que debe asegurar la dignidad de cada uno. La fraternidad cristiana supera los vínculos de parentesco, sangre y proximidad, porque considera a todo ser humano como hermano, ya que el origen es la experiencia de ser hijos de Dios.
La Doctrina Social de la Iglesia (DSI): Compromiso con la Realidad
Origen y Propósito de la DSI
La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) es un conjunto de documentos de la Iglesia escritos por diferentes Papas, que muestran la postura de la Iglesia ante los problemas sociales. Jesús es el fundamento de esta doctrina, aunque no escribió ninguna. La primera encíclica social, Rerum Novarum, fue escrita por León XIII en 1891. Las encíclicas son documentos elaborados por los Papas, en los cuales se refleja el análisis de un problema y una respuesta a este.
Principios Fundamentales de la DSI
La DSI se basa en cinco principios fundamentales:
- La dignidad de la persona humana.
- El bien común.
- La justicia.
- La solidaridad.
- La subsidiariedad.
Metodología de la DSI: Ver, Juzgar, Actuar
La interpretación de un documento de la DSI se rige por la metodología de:
- Ver: analizar la realidad.
- Juzgar: desde el Evangelio y los valores cristianos.
- Actuar: compromiso de la Iglesia con la realidad.
La DSI no es una tercera vía a un sistema económico ni político; es una propuesta de transformación de la realidad, orientada a conseguir la Civilización del Amor y a trabajar en ella.