Conflictos Clave y Periodos Fundamentales en la Historia de México (Siglo XIX)

La Guerra entre México y Estados Unidos (1846-1848)

La Guerra de Estados Unidos – México (Mexican-American War en inglés3), conocida en México como Intervención Estadounidense en México, fue un conflicto bélico que enfrentó a ambos países entre 1846 y 1848. Se inició como consecuencia de las pretensiones expansionistas de los Estados Unidos de América, cuyo primer paso fue la creación de la República de Texas en el estado mexicano de Texas y sobre una parte del territorio de los estados de Coahuila, Tamaulipas, Chihuahua y Nuevo México. Este hecho, sumado a la entrada del ejército estadounidense a la zona comprendida entre los ríos Nueces y Bravo, más la demanda de indemnización al gobierno mexicano por los daños causados en Texas durante su guerra de independencia y los intereses estadounidenses en adquirir los territorios de Alta California y Nuevo México, provocaron el conflicto armado entre ambos países.

La Independencia de México (1810-1821)

La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España. La guerra por la independencia mexicana tuvo su antecedente en la invasión de Francia a España en 1808 y se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.

El movimiento independentista mexicano tiene como marco la Ilustración y las revoluciones liberales de la última parte del siglo XVIII. Por esa época, la élite ilustrada comenzaba a reflexionar acerca de las relaciones de España con sus colonias. Los cambios en la estructura social y política derivados de las Reformas Borbónicas, a los que se sumó una profunda crisis económica en Nueva España, también generaron un malestar entre algunos segmentos de la población.

La ocupación francesa de la metrópoli en 1808 desencadenó en Nueva España una crisis política que desembocó en el movimiento armado. En ese año, el rey Carlos IV y Fernando VII abdicaron sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, que dejó la corona de España a su hermano José Bonaparte. Como respuesta, el ayuntamiento de México —con apoyo del virrey José de Iturrigaray— reclamó la soberanía en ausencia del rey legítimo; la reacción condujo a un golpe de Estado contra el virrey y llevó a la cárcel a los cabecillas del movimiento.

El Segundo Imperio Mexicano y Maximiliano (1864-1867)

El establecimiento del Segundo Imperio Mexicano fue apoyado por los conservadores mexicanos y la Iglesia Católica, con el respaldo militar del ejército francés y voluntarios de los ejércitos austriaco y belga. El gobierno imperial, sin embargo, dependía de las tropas europeas para defenderse de los rebeldes republicanos, apoyados por Estados Unidos, con Benito Juárez y los liberales mexicanos al frente, quienes fueron perseguidos por todo el país hasta ser arrinconados en El Paso del Norte. La resistencia guerrillera contra el imperio de Maximiliano de Habsburgo fue una constante en varias partes del país, especialmente en el centro y norte.

Tras una serie de problemas que debió enfrentar el Imperio Francés de Napoleón III en Europa, las tropas francesas instaladas en México fueron repatriadas para defender los intereses de la metrópoli. Mientras tanto, en México surgieron desacuerdos entre los conservadores mexicanos y la Iglesia Católica, que habían promovido la llegada de Maximiliano, y el propio emperador, debido a las medidas de carácter liberal que este implementó. Esta situación facilitó la derrota definitiva de las tropas imperiales por el ejército republicano en el Sitio de Querétaro en 1867. Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena fue ejecutado, junto a los generales Tomás Mejía y Miguel Miramón, en el Cerro de las Campanas1 el 19 de junio de 1867.

La Guerra de Reforma (1857-1861)

La Guerra de Reforma, también conocida como la Guerra de los Tres Años, fue un conflicto civil en México.

Causas

Se inició cuando el general conservador Félix Zuloaga dio a conocer el Plan de Tacubaya en diciembre de 1857. Este plan demandaba la derogación de la Constitución de 1857 (que afectaba los privilegios del clero y el ejército), cuestionaba la permanencia de Ignacio Comonfort en la presidencia y convocaba a un Congreso extraordinario para elaborar otra carta constitucional que, según los conservadores, garantizara los verdaderos intereses del pueblo mexicano, profundamente católico en ese momento. Dos días después de su publicación, Comonfort (presidente electo) se adhirió al Plan de Tacubaya. Benito Juárez (Presidente de la Suprema Corte de Justicia en ese momento) defendió enérgicamente la Constitución y se negó a colaborar con los conservadores. Por esta razón, Comonfort ordenó su detención y encarcelamiento. Durante un tiempo, liberales y conservadores tuvieron gobiernos paralelos: la sede del gobierno conservador estaba en la Ciudad de México y la del gobierno liberal en Veracruz.

Consecuencias

Con el fin de conseguir más recursos para sostener la guerra y sanear la Hacienda Pública, el Ejecutivo liberal tuvo que tomar medidas drásticas. La presentación ante el Congreso de una iniciativa de ley para suspender los pagos de deudas y obligaciones extranjeras durante dos años fue el resultado de la angustiosa situación económica. Discutida en la Asamblea Legislativa, la iniciativa fue aprobada y se publicó en julio de 1861. La respuesta de las potencias afectadas (España, Francia y Gran Bretaña) fue inmediata. Aunque la disposición se derogó en noviembre de ese mismo año, fue demasiado tarde, pues la actitud asumida por los gobiernos extranjeros presagiaba el inicio de la Segunda Intervención Francesa en México.

La Guerra de los Pasteles (1838-1839)

La Guerra de los Pasteles fue un conflicto que enfrentó a México y Francia entre 1838 y 1839. Se originó a causa de las reclamaciones realizadas por el gobierno francés para obtener indemnizaciones en favor de los súbditos franceses residentes en México, quienes habían sufrido daños durante los disturbios internos del país. Fue llamada así de forma coloquial porque entre los damnificados figuraba un pastelero francés establecido en Tacubaya, quien reclamaba daños a su negocio.

La postura de Francia estaba motivada, en parte, por su deseo de obtener ventajas comerciales. Una escuadra francesa bloqueó el puerto de Veracruz en abril de 1838 y bombardeó el fuerte de San Juan de Ulúa en noviembre de ese mismo año. La mediación diplomática de Gran Bretaña permitió alcanzar la paz en marzo de 1839. México se comprometió a pagar 600,000 pesos como indemnización a Francia, la cual renunció a los 200,000 pesos adicionales que exigía por gastos de guerra y a obtener ventajas en el comercio al menudeo.