Definición de Terapia
La terapia es una relación de trabajo entre un terapeuta y un cliente, orientada a desarrollar formas más viables de estar en el mundo. Mediante diferentes técnicas y métodos, el terapeuta ayuda a resolver problemas personales, a ampliar los estrechos márgenes de la conducta, a fomentar la creatividad en las relaciones interpersonales y a construir una visión personal más realista.
Metas Terapéuticas
- Ayudar a superar la desmoralización: El objetivo de la terapia es enseñar a percibir los problemas como desafíos y no como amenazas. Esto reducirá el grado de desmoralización de la persona, facilitando la adopción de los cambios necesarios y la búsqueda de caminos vitales más fructíferos.
- Afianzar la competencia personal: Aprender a dirigir nuestra conducta es un objetivo básico de todas las psicoterapias. Algunas estrategias para mejorar la eficacia personal incluyen:
- Pensar en conductas concretas.
- Pensar en la solución.
- Desarrollar un pensamiento práctico.
- Enfocarse en logros pequeños.
- Superar las conductas de evitación: Ayudar a la persona a realizar aquello que teme y a exponerse a las situaciones ansiógenas.
- Ser consciente de las propias ideas erróneas: Los terapeutas, especialmente los de orientación cognitiva, enseñan a ser conscientes de las propias distorsiones cognitivas e ideas irracionales que perturban el estado emocional.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)
La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) se enfoca en mantener, cambiar o suprimir una conducta. Aborda problemas conductuales en lugar de conceptualizarlos primariamente como enfermedades mentales, lo que implica una actitud diferente ante los problemas psicológicos. Se centra en problemas de aprendizaje y/o cognitivos, la falta de habilidades emocionales y sociales, y enseña cómo afrontar los problemas de la vida. Estos terapeutas ayudan a sus clientes a liberarse al hacerles comprender que sus creencias y percepciones son construcciones de «la realidad» y no revelaciones de verdades absolutas.
Terapia Familiar Sistémica
La terapia sistémica estudia al grupo familiar, considerándolo como un todo. Observa cómo interactúan sus miembros y examina sus patrones de comportamiento, ya sean inhibidores o destructivos. Los terapeutas familiares distinguen entre un sistema abierto y un sistema cerrado.
Características de un Sistema Abierto:
- Mantiene frecuentes intercambios con su entorno.
- Puede alcanzar un nuevo estado, independientemente de las condiciones iniciales.
- Tiende a mostrar una «voluntad propia».
Características de un Sistema Cerrado:
- No mantiene ningún tipo de intercambio con el entorno.
- Se produce un empobrecimiento energético y, por tanto, una pérdida constante de calidad.
La familia es una unidad social, y la psicoterapia debe permitir a todos sus miembros encontrar un modo de funcionamiento satisfactorio. La forma en que los miembros de una familia se enfrentan o eluden los problemas, así como la honestidad u hostilidad en que basan sus relaciones, son de gran importancia durante la terapia. La terapia familiar también considera las diferentes etapas del ciclo vital familiar.
Teoría de Rasgos y Tipos: Los Cinco Grandes Rasgos de la Personalidad (Big Five)
- Neuroticismo / Estabilidad Emocional: Expone el grado en que una persona manifiesta ansiedad, es incapaz de controlar sus impulsos y experimenta emociones negativas (como ira, tristeza o vulnerabilidad). Las personas con alto neuroticismo se suelen preocupar o quejar con frecuencia, incluso ante situaciones no graves.
- Extraversión / Introversión: Los extrovertidos son personas sociables, asertivas y habladoras, a quienes les agrada la compañía y las relaciones sociales. Los introvertidos son personas reservadas, que prefieren estar a solas o en grupos pequeños y se vuelcan en su vida interior.
- Amabilidad (Cordialidad): Describe en qué medida las personas son afables, cooperativas y confiadas, o por el contrario, irritables y desconfiadas. Este rasgo refleja la tendencia a tener relaciones interpersonales amistosas u hostiles.
- Responsabilidad (Tesón o Escrupulosidad): Es la capacidad de controlar los impulsos, ser organizado, perseverante y la voluntad de imponerse metas y objetivos.
- Apertura a la Experiencia: Describe en qué medida las personas son curiosas, imaginativas, creativas y abiertas a nuevas ideas y experiencias; o, por el contrario, son más convencionales, conformistas y con un menor interés por lo novedoso.
El Psicoanálisis: Fundamentos
En su estudio sobre la conciencia, Freud distingue tres niveles:
- El Inconsciente: Formado por contenidos mentales (deseos, recuerdos, traumas) a los que la persona no tiene acceso directo.
- El Consciente: Incluye percepciones, pensamientos y sentimientos de los que somos conscientes en un momento dado.
- El Preconsciente: Posee contenidos mentales que no están actualmente en la conciencia, pero son fácilmente accesibles.
Por otra parte, Freud establece tres estructuras de la personalidad (el aparato psíquico):
- El Ello (Id): Es la fuente de los instintos (pulsiones agresivas y sexuales) y de los deseos primarios. Opera bajo el principio del placer.
- El Superyó (Superego): Representa las normas morales y los valores internalizados que el individuo ha aprendido de su entorno (familia, sociedad). Actúa como una conciencia moral.
- El Yo (Ego): Su objetivo es mediar entre las demandas del Ello, las exigencias del Superyó y la realidad del entorno. Opera bajo el principio de realidad.
La psicopatología se entiende como un conflicto en la interacción entre estas tres estructuras. El conflicto surgiría, por ejemplo, cuando aparece una pulsión del Ello. El Superyó puede originar un sentimiento de culpa, y el Yo, mediante mecanismos de defensa, intenta permitir una gratificación parcial del impulso o manejar el conflicto, a veces eliminando o reduciendo el sentimiento de culpa.
Técnicas Psicoanalíticas Fundamentales:
- La Asociación Libre: El paciente expresa libremente todos sus pensamientos, sentimientos y recuerdos que acuden a su mente, sin censura. Esto facilita la emergencia de material inconsciente, incluyendo deseos reprimidos, para su posterior análisis y elaboración.
- El Análisis y la Interpretación de los Sueños: Freud consideraba los sueños como “la vía regia hacia el inconsciente”. Los impulsos y deseos reprimidos durante la vigilia se manifiestan en el sueño, aunque de formas simbólicas y disfrazadas, requiriendo interpretación para desvelar su contenido latente.
- La Transferencia: Se refiere al proceso mediante el cual el paciente proyecta o transfiere inconscientemente sobre el analista sentimientos, deseos y actitudes que originalmente experimentó en relaciones significativas del pasado (generalmente con los padres). El análisis de la transferencia permite al paciente comprender y reelaborar estos patrones emocionales, reconociendo cómo influyen en sus relaciones actuales y entendiendo que ciertos sentimientos infantiles pueden no ser apropiados en la vida adulta.
Profundizando en el Psicoanálisis de Sigmund Freud
El psicoanálisis de Sigmund Freud es una compleja teoría sobre el desarrollo y el funcionamiento de la vida psíquica. Constituye también un método de investigación de los procesos mentales, una forma de explicación de la conducta humana y una psicoterapia que se vale de herramientas como la interpretación de los sueños, las asociaciones libres y el análisis de los actos fallidos, entre otros.
A. Descubrimiento del Inconsciente
En su investigación clínica, Freud advirtió que los pacientes a menudo ignoran las causas subyacentes de sus traumas y que muchos fenómenos mentales permanecen ocultos para la propia persona. A partir de esta observación, Freud postuló distintos niveles de conciencia (primera tópica freudiana):
- El Nivel Consciente: Formado por percepciones, pensamientos y recuerdos de los que somos conscientes en un momento determinado.
- El Preconsciente: Constituido por pensamientos, recuerdos y aprendizajes que no son conscientes en el momento actual, pero a los que podemos acceder con relativa facilidad.
- El Inconsciente: Compuesto por experiencias, deseos, impulsos y recuerdos (a menudo desagradables o amenazantes) que han sido reprimidos y que difícilmente acceden a la conciencia de forma directa, pero que influyen significativamente en la conducta y las emociones.
Freud situó entre el preconsciente y el inconsciente la censura, un mecanismo que reprime los deseos e impulsos (especialmente agresivos y sexuales) considerados inaceptables, impidiendo su fácil acceso a la conciencia.
B. Estructura de la Personalidad (Segunda Tópica Freudiana)
Posteriormente, Freud desarrolló un modelo estructural de la personalidad, integrado por tres instancias psíquicas que interactúan dinámicamente y, a menudo, de forma conflictiva, determinando la vida psicológica del individuo:
- Ello (Id): Es la parte más primitiva e instintiva de la mente. Contiene la energía psíquica (libido) y opera bajo el principio del placer, buscando la satisfacción inmediata de los impulsos inconscientes de supervivencia, reproducción y agresión.
- Yo (Ego): Es la instancia racional y realista de la personalidad que se desarrolla a partir del Ello. Está formada por elementos conscientes (como la percepción y el pensamiento lógico) e inconscientes (como los mecanismos de defensa). Su función principal es la autoconservación y la mediación entre las demandas del Ello, las exigencias del Superyó y la realidad externa, operando bajo el principio de realidad.
- Superyó (Superego): Surge a partir del Yo mediante un proceso de interiorización de las normas sociales, morales y culturales (principalmente a través de la identificación con las figuras parentales). Representa la conciencia moral y el ideal del yo. Indica cómo debería comportarse el individuo, suscitando sentimientos de culpa si no se cumplen sus exigencias, y busca inhibir las pulsiones del Ello consideradas inaceptables.
C. Pulsiones y Principios Rectores
Freud estableció que nuestros pensamientos, reacciones y decisiones están profundamente influenciados por las pulsiones (Triebe), que son impulsos energéticos de origen inconsciente que buscan satisfacción.
Distinguió principalmente dos tipos de pulsiones:
- Eros (Pulsión de Vida): Agrupa los impulsos que tienden a la conservación de la vida, la unión y la armonización. Incluye los impulsos de amor, sexuales (en un sentido amplio, como búsqueda de placer y conexión) y de autoconservación, que inducen a los humanos a buscar la compañía y construir.
- Tánatos (Pulsión de Muerte): Agrupa los impulsos que tienden a la disolución, la separación y la destrucción. Se manifiestan como impulsos de agresividad, autodestrucción y la tendencia a regresar a un estado inorgánico. Estos impulsos pueden dirigirse hacia el exterior (agresión) o hacia el interior (autocrítica, conductas autodestructivas).
Estas pulsiones, y el funcionamiento psíquico en general, se rigen por dos principios fundamentales:
- Principio del Placer: Característico del Ello, busca la satisfacción inmediata de los deseos y la evitación del displacer.
- Principio de Realidad: Característico del Yo, modula la búsqueda de placer ajustándola a las condiciones y limitaciones del mundo exterior, permitiendo posponer la gratificación.
Mecanismos de Defensa del Yo
Los mecanismos de defensa son estrategias psicológicas inconscientes que el Yo utiliza para protegerse de la ansiedad generada por conflictos internos (entre el Ello, el Yo y el Superyó) o amenazas externas. Ayudan a evitar emociones desagradables (como la angustia o la culpa) y a mantener una autoimagen más aceptable o idealizada.
- Aislamiento Afectivo: Se huye del conflicto separando las ideas de las emociones o afectos asociados a ellas. La persona puede relatar un evento traumático sin mostrar la emoción esperada.
- Compensación: Consiste en contrarrestar una debilidad real o percibida, o una frustración, buscando sobresalir en otra área o actividad.
- Desplazamiento: Descargar sentimientos o impulsos (generalmente hostiles o sexuales) sobre personas u objetos que son menos amenazantes o que no fueron los que originalmente suscitaron dichas emociones.
- Fantasía: Realizar con la imaginación aquello que no se puede conseguir en la realidad, proporcionando una gratificación ilusoria.
- Identificación: Tendencia a incorporar en el propio yo las cualidades, actitudes o características de otra persona (generalmente admirada o temida).
- Formación Reactiva: Adoptar o expresar sentimientos, actitudes o comportamientos que son opuestos a los verdaderos deseos o impulsos inconscientes, que son percibidos como inaceptables.
- Negación: Ignorar o rehusarse a reconocer realidades externas o internas desagradables o amenazantes para no tener que enfrentarse a ellas.
- Proyección: Atribuir a otras personas los propios defectos, errores, pensamientos, sentimientos o deseos inaceptables.
- Racionalización: Justificar las propias ideas, sentimientos o conductas mediante explicaciones lógicas o socialmente aceptables, ocultando los verdaderos motivos (a menudo inconscientes) ante el temor de que no sean aceptados.
- Regresión: Volver a una fase anterior del desarrollo psicosocial, adoptando comportamientos más infantiles o primitivos, ante situaciones de estrés o ansiedad.
- Represión: Es el mecanismo de defensa fundamental. Consiste en impedir activamente que pensamientos, recuerdos, deseos o sentimientos dolorosos, peligrosos o que generan ansiedad, entren en la conciencia, manteniéndolos en el inconsciente.
- Sublimación: Canalizar impulsos o deseos (especialmente agresivos y sexuales) considerados inaceptables por el sujeto hacia actividades socialmente valoradas, creativas o «superiores» (como el arte, la ciencia, el deporte).
Teoría Humanista de Carl Rogers: El Enfoque Centrado en la Persona
Carl Rogers desarrolló una psicología humanista, también conocida como el enfoque centrado en la persona, cuyo objetivo principal es comprender la personalidad y promover el crecimiento individual. Para Rogers, la conducta es «el intento de un organismo de alcanzar un objetivo: satisfacer sus necesidades conforme las percibe». La psicología humanista sostiene que la vida es un proceso dinámico y que cada persona posee un potencial inherente para desarrollar sus competencias personales e interpersonales. Rogers reconoció que la conducta de la persona está influenciada por su constitución biológica, las fuerzas sociales y las experiencias pasadas; sin embargo, enfatizó la libertad personal y la capacidad de elección. Consideraba que la tarea fundamental del ser humano es la «autorrealización del yo», es decir, el desarrollo pleno de sus potencialidades. El concepto de «sí mismo» (self-concept) es crucial en la teoría de Rogers. Consiste en la configuración organizada de percepciones, creencias, valores e ideales que el individuo tiene sobre sí mismo y que conforman su imagen personal. La función del sí mismo es organizar y simbolizar la experiencia, permitiendo tomar conciencia de la realidad de una manera coherente con la autoimagen.
Teoría Humanista de Abraham Maslow: La Jerarquía de las Necesidades
Abraham Maslow, otro exponente fundamental de la psicología humanista, propuso una organización jerárquica de los diferentes motivos humanos, comúnmente representada como una pirámide que consta de varios niveles. Maslow distinguió entre necesidades de deficiencia (o carencia) y necesidades de crecimiento (o de ser).
Jerarquía de Necesidades de Maslow:
- Necesidades Fisiológicas: Son la base de la pirámide e incluyen las necesidades básicas para la supervivencia, como agua, alimento, sueño, respiración y homeostasis (y sexo para la supervivencia de la especie).
- Necesidades de Seguridad: Una vez satisfechas las fisiológicas, surgen las necesidades de sentirse seguro y protegido, tanto física como emocionalmente (seguridad de empleo, de recursos, moral, familiar, de salud, de propiedad privada). Implica evitar el dolor, el peligro y el malestar.
- Necesidades de Pertenencia y Amor (Sociales): Corresponden al deseo de ser aceptado por otros, de tener relaciones afectivas, amor, amistad, intimidad y pertenecer a un grupo.
- Necesidades de Estima: Incluyen tanto la necesidad de autoestima (confianza, competencia, logros, independencia, libertad) como la necesidad de reconocimiento y respeto por parte de los demás (reputación, estatus, aprecio).
- Necesidades de Autorrealización: Se encuentran en la cúspide de la pirámide y representan la tendencia a desarrollar el máximo potencial personal, “llegar a ser todo lo que uno es capaz de ser”. Es un proceso individual que consiste en el desarrollo integral de las posibilidades personales, la creatividad, la moralidad, la espontaneidad, la aceptación de los hechos y la resolución de problemas.
Maslow también mencionó otras necesidades que no siempre se encuadran estrictamente en esta jerarquía, como las necesidades cognitivas (saber, comprender, explorar) y las necesidades estéticas (apreciar la belleza, el orden, la simetría).
Según Maslow, la satisfacción de las necesidades más básicas es un prerrequisito para que emerjan y motiven las necesidades de niveles superiores.