Configuración Geográfica y Relieve de la Península Ibérica y Cataluña

Situación de la Península Ibérica

La Península Ibérica está situada en el punto más occidental de Europa. Es una de las tres penínsulas meridionales que hay en el continente y la que presenta una forma más maciza.

La posición geográfica que ocupa la Península, esto resta facilidades a las comunicaciones y al comercio con Europa. Sin embargo, la cordillera no fue nunca un obstáculo para el contacto de los pueblos que viven en esta zona, ni para detener las invasiones que hubo en el pasado. Además, los puertos de montaña, aunque no son muy numerosos ni fáciles, siempre fueron accesibles.

Por el sur, sólo 14 kilómetros separan Gibraltar de África. Por el estrecho han atravesado pueblos de una orilla a otra, y a lo largo del tiempo ha habido un intercambio cultural y comercial activo, sobre todo de especies vegetales y animales. Hay quien dice que el estrecho separa Europa de África, pero otros autores lo consideran un puente entre ambos continentes.

El hecho de que la Península Ibérica cierre el mar Mediterráneo y lo convierta en un mar interior ha tenido una importancia estratégica para la navegación, especialmente para el control del paso del estrecho.

El relieve peninsular español

El relieve peninsular español se caracteriza por varios aspectos fundamentales:

  • La forma maciza: Está determinada por la anchura y la extensión de las costas. La mayor parte del perímetro costero presenta un trazado rectilíneo, a excepción de pequeños tramos. El trazado rectilíneo de las costas peninsulares ofrece pocos refugios para la navegación.
  • La elevada altitud media: Es debida a dos factores: la existencia de una extensa meseta central, que ocupa tres cuartas partes de la Península Ibérica, y las numerosas y diversas cordilleras que atraviesan el territorio. La altitud de la Península y las pronunciadas pendientes impiden la formación de suelos aptos para la agricultura, dificultan las comunicaciones y endurecen las condiciones del clima.
  • La disposición periférica del relieve: Dificulta el acceso a la Meseta, ya que hay que salvar un fuerte desnivel para llegar a las zonas llanas centrales. Además, junto con la amplitud de la Península, los relieves periféricos impiden que la influencia climática del mar llegue hasta las tierras del interior, lo que hace más extremos los inviernos y los veranos.

Esta diversidad del relieve peninsular y la variedad de climas dan como resultado unidades naturales muy diferenciadas.

La Meseta

Es la unidad principal del relieve español, ocupa el espacio central de la Península Ibérica y representa el 45% de su superficie. Durante el movimiento alpino quedó fracturada en dos grandes bloques:

La Submeseta Norte tiene una altitud media de 800-850 m; aparece casi completamente rodeada de montañas y es atravesada de este a oeste por la red fluvial del Duero. Los ríos de la Submeseta Norte superan el desnivel que hay entre la Meseta y la penillanura, bajando hasta el mar encajados entre los materiales duros hercinianos, formando acantilados y desfiladeros.

La Submeseta Sur tiene una altitud media de 500-700 metros y está formada por dos mesetas separadas por los Montes de Toledo: el altiplano surcado por el río Tajo y la meseta de la cuenca hidrográfica del Guadiana. La Submeseta Sur toma una suave inclinación hacia el Atlántico; aquí los ríos fluyen plácidamente hasta la desembocadura. Entre estas dos mesetas se extiende la llanura de La Mancha, la de mayor superficie de España.

Las sierras interiores de la Meseta

Son el Sistema Central y los Montes de Toledo, ambas orientadas de este a oeste. Como son parte del antiguo zócalo, el roquedo que las forma es de granitos, pizarras y gneis. Los perfiles de estas cordilleras presentan formas suaves y redondeadas. Sólo destacan las agudas crestas de cuarcita más resistentes a la erosión.

El Sistema Central

Divide la Meseta prácticamente en dos mitades y está formado por diferentes sierras de altitud importante. Entre las sierras del Sistema Central, los bloques hundidos forman valles y abren pasos de montaña altos y nevosos, que hacen difíciles las comunicaciones en invierno. El puerto más importante es el de Somosierra, que comunica las dos mesetas.

La Cordillera Cantábrica

Forma una cadena lineal que presenta formas muy enérgicas y grandes desniveles en la fachada cantábrica, y menos acentuadas en la vertiente interior. Se caracteriza por:

  • En la parte occidental de la cordillera, el Macizo Asturiano da lugar a una serie de bloques paleozoicos dislocados. En esta parte están los más grandes yacimientos de carbón de España, además de una variada gama de metales como el hierro, el antimonio o el mercurio. El acceso entre la Meseta y Asturias es difícil, por la altitud del relieve y por el carácter nevoso de los puertos de montaña.
  • En la parte oriental, o Montaña Cantábrica, las cumbres pierden altitud. Predominan los relieves plegados de materiales sedimentarios, entre los que abundan las areniscas, los conglomerados y, especialmente, las calizas, que debido a su volumen, dureza y fuerte inclinación son la clave para explicar la energía de este macizo, donde se forman relieves con crestas y escarpes.

Los Pirineos

Forman una alineación continua de montañas de unos 440 km de longitud que se extiende desde el Golfo de Vizcaya hasta el Cabo de Creus, dibujando el límite de la Península con el resto de Europa. La cordillera, con anchos de más de 100 km, forma una serie de alineaciones paralelas que, desde la parte central o axial de los Pirineos, descienden en forma de escalones colosales.

Los Pirineos Axiales o Centrales

Es donde se encuentran las altitudes más notables, como el Aneto (en el macizo de la Maladeta), el Monte Perdido y la Pica d’Estats. Debido a su altitud, los puertos de montaña son escasos y de paso difícil. La parte central está formada básicamente por materiales hercinianos, que dan lugar a macizos elevados y crecientes. Aquí se mantienen los últimos restos de glaciares, también gracias al clima de alta montaña.

Los Prepirineos

De menor altitud y formas más suaves, están formados por dos alineaciones montañosas paralelas a la zona axial y de materiales secundarios calizos: las Sierras Interiores, que llegan a más de 2500 m de altitud (como Guara y Peña); y las Sierras Exteriores (Cadí, Montsec), con altitudes más modestas. Entre ambos grupos de sierras se abre la Depresión Media Pirenaica, alargada, estrecha e interrumpida por otros relieves.

Las Cordilleras Béticas

Las Cordilleras Béticas se formaron a lo largo del movimiento alpino, debido a la fuerte presión sobre los materiales sedimentarios acumulados en los fondos oceánicos. El Sistema Bético lo forman la Cordillera Penibética y la Cordillera Subbética, separadas por una serie discontinua de depresiones u hoyas.

La Cordillera Penibética

Situada junto a la costa, está formada por materiales del antiguo macizo herciniano Bético-Rifeño, elevado por la orogenia alpina.

La Cordillera Subbética

Forma un gran arco de materiales plegados, que se extiende desde el Peñón de Gibraltar hasta el cabo de la Nao, donde se sumerge en el mar y vuelve a emerger más adelante para definir parte del relieve de las islas Baleares. En las montañas de esta cordillera se alternan calizas duras y margas más blandas, que ofrecen un relieve quebrado e irregular.

Las depresiones exteriores a la Meseta

La Depresión del Ebro

Queda encajada entre el Prepirineo, el Sistema Ibérico y la Cordillera Litoral Catalana. Tiene una longitud de unos 380 km y una anchura máxima de 150 km. En un momento inicial, la depresión estuvo ocupada por el mar, pero luego se cerró y formó un gran lago rellenado lentamente por materiales continentales aportados por los ríos.

La Depresión del Guadalquivir

Se extiende entre la orilla escarpada de Sierra Morena y las Cordilleras Béticas. Se trata de una gran llanura, de forma triangular, de unos 330 km de longitud por 200 km de amplitud en la costa, que se estrecha progresivamente hacia el este. La altitud oscila entre los 150 y los 250 m.

Las cordilleras de la costa catalana

La Cordillera Interior o Prelitoral

Forma una alineación con cumbres importantes, como las que encontramos en Les Guilleries y el Montseny, en Prades y en los Puertos de Tortosa-Beceite. Por razones de proximidad, en esta alineación se incorporan relieves que no le son propios, formados por materiales acumulados en la desembocadura de antiguos ríos caudalosos. Estos depósitos, que han formado conglomerados, han quedado elevados debido a la resistencia que presentan a la erosión cuando el agua ha ido rebajando las tierras de alrededor. Este es el caso de Montserrat (1236 m) y del Montsant (1166 m).

La Cordillera Litoral

Suavemente ondulada, no presenta ninguna altitud importante: Montnegre (759 m), Collserola (512 m) y Montsià (762 m). Algunos de sus extremos se acercan tanto a la costa que forman acantilados, como en el caso del Garraf. Esta cresta va bajando progresivamente hasta desaparecer cerca de El Vendrell, donde la Cordillera Interior llega al mar.

La Depresión Central Catalana

Su origen y formación la sitúan como la parte oriental de la Depresión del Ebro, pero con la especificidad de que una parte de esta depresión es drenada por ríos como el Llobregat, el Francolí, el Ter y otros que no desembocan en el Ebro.

Esta extensa depresión, que se extiende entre los Pirineos y las cordilleras de la costa, fue ocupada por el mar y emergió lentamente debido a la sedimentación de materiales de origen fluvial y marino. Los terrenos sedimentarios de origen fluvial más pesados se depositaron al pie de las montañas, donde han formado conglomerados.

La Depresión Central Catalana tiene forma de un gran anfiteatro, con pendiente débil hacia Lleida, Tàrrega y Calaf, donde los estratos son más recientes y hasta hace pocos años se formaban humedales.

Las costas catalanas

La mole granítica del cabo de Creus, el golfo de Roses en la llanura del Empordà y la Costa Brava, con pequeñas calas entre estribos rocosos, confieren atractivo y variedad a la costa norte. Después sigue una costa rectilínea y monótona debido a la existencia de la llanura litoral, estrecha en el Maresme y más amplia en el Camp de Tarragona y en los deltas que forman algunos ríos en su desembocadura. Esta franja se interrumpe cuando algún relieve llega hasta el mar, como en el caso de la muela del Garraf.

La llanura litoral se ha formado con los aluviones de los activos ríos mediterráneos y con los materiales que aportan las corrientes marinas. Sin embargo, la falla que bordea la costa obliga a rellenar primero el fondo del mar; esto explica que la franja sea estrecha y que los ríos formen pequeños deltas.

En la llanura litoral la población es elevada porque la tierra es rica, el clima es suave, se desarrollan muchas actividades económicas y existen buenas comunicaciones marítimas, terrestres y aéreas, una situación ideal para atraer el turismo.