La Caracterización de los Personajes en Los Santos Inocentes
Los Santos Inocentes es una novela de Miguel Delibes, escrita en 1981, con una intención marcadamente social, aunque salpicada de lirismo y emoción. El título contiene una clara alusión evangélica que nos remite a la matanza de niños ordenada por Herodes. En la novela, los inocentes son Azarías y los suyos, quienes, en lugar de ser asesinados por la espada, son “muertos” cada día mediante la degradación a la que sus opresores los someten. Fue llevada al cine por Mario Camus.
Es una novela de personaje. El autor denota su firme preocupación por el ser humano, adornando su vida rutinaria con anécdotas significativas.
Atendiendo a su importancia en el desarrollo de la novela, se establecen tres grupos de personajes:
- Personajes de primer plano: Azarías, Paco el Bajo y el señorito Iván.
- Personajes de segundo plano:
- La familia de Paco el Bajo: la Régula, la Niña Chica, Quirce, Rogelio y Nieves.
- La familia del señorito Iván: la señora Marquesa y la señorita Miriam.
- Los encargados del Cortijo: don Pedro el Perito y su esposa doña Purita.
- Personajes de tercer plano: el resto de los sirvientes (como pastores, porqueros, vigilantes, gañanes), el señorito de la Jara, los invitados, Manolo el médico, el Hachemita, el Mago y los educadores.
Personajes de Primer Plano
Azarías
Es una figura principal de la novela. Posee tres características principales: es inocente, con retraso mental, viejo y un marginado, incluso para los habitantes pobres del cortijo, quienes lo mantienen por caridad.
Entre sus rasgos destacan: pobreza extrema (anda descalzo, con ropas raídas), se orinaba, tenía piojos y una cierta animalización.
De su carácter destaca una conducta mecánica e instintiva (todos los días hacía lo mismo), la ignorancia y la perturbación psíquica. Sin embargo, Azarías también demuestra sentimientos humanos como el miedo y la ternura.
Las milanas, para Azarías, valen más que cualquier ser humano y son objeto de su absoluta dedicación. El crimen final evidencia que la milana tiene tanto valor para él que es capaz de matar por ella. Azarías no mata al señorito por ser un opresor, sino porque para él la milana vale más que el hombre.
Paco el Bajo
Es el paradigma del modo de vida de los sirvientes del cortijo. El aspecto de su conducta que más destaca es la sumisión. Asume de forma natural su condición de siervo. Paco es el personaje más humillado y, al mismo tiempo, uno de los más admirados por el señorito Iván. Esto se debe a que este último lo obliga a comportarse como si fuera un perro eficaz e imprescindible en las batidas de caza. Su dependencia del amo es enorme: este le reprocha a Paco a los dieciséis años por tutearle («de hoy en adelante, de usted y señorito Iván»); acepta su propina tras cada cacería; se somete a la humillación de las firmas en el comedor; y para complacerle, asume riesgos físicos (sufre dos accidentes graves).
Sus aptitudes son muestras de sabiduría e ingenio. Su nariz corta goza de un olfato prodigioso para la caza, lo que causa la admiración del señorito y de sus invitados; es capaz de llevar el cómputo mental de todas las piezas abatidas. A ello une su conocimiento del comportamiento de los animales. Es pacífico y resignado: todo lo acepta de buen grado y sin rechistar.
Posee, finalmente, detalles de indudable calidad humana. Desea ilusionadamente que sus hijos alcancen un futuro mejor a través de la educación. Es, junto a Régula, modelo de amor al prójimo. Mantiene hacia Azarías una actitud de comprensión y cariño.
El Señorito Iván
Presenta rasgos predominantemente negativos; es muy difícil encontrar en él un signo de bondad. Su mentalidad «feudal» le hace mantener su condición de amo sin límites y manifiesta una total ausencia de conciencia social hacia los humildes: «Unos abajo y otros arriba, es ley de vida».
Otro rasgo característico es su vanidad desmedida, adoptando una actitud insultante no solo hacia sus siervos, sino también hacia sus invitados.
Personajes de Segundo Plano
El perfil de estos personajes queda más difuminado. Aunque su importancia en el desarrollo de la novela es menor, son indispensables para conocer las relaciones de la historia.
- La Régula: Simboliza el amor al prójimo.
- La Niña Chica: Su inocencia reside en su profunda discapacidad intelectual; constituye la imagen más impresionante de la degradación, con sus quejidos y gritos.
- Quirce: Es el único que manifiesta su intención de romper con la sumisión de toda la familia: no adula al señorito ni acepta su limosna.
- Nieves: Es signo también de servicio y sumisión; no puede estudiar por ser requerida para servir en casa de don Pedro.
- Rogelio: Se ocupa del tractor y entiende la mecánica como nadie. Cuida de su tío Azarías y se ven en él signos de progreso y sentimientos de afecto hacia los necesitados.
- Don Pedro, el Perito: Es el personaje que mejor reúne la condición de víctima y opresor. Es opresor respecto a Nieves, pero es víctima de la prepotencia y el cinismo del señorito Iván.
- Doña Purita: Es un ejemplo de frivolidad, con la sola intención: la conquista amorosa del señorito Iván.
- La señora Marquesa: Mantiene una actitud paternalista; aparenta protegerles para mantener así su posición social.
- La señorita Miriam: Demuestra poseer conciencia social.
- René el francés: También posee conciencia social.
Personajes de Tercer Plano
Los personajes de tercer plano se mezclan accidentalmente en la trama, pero son indispensables para entender la temática social de la novela. Entre ellos se encuentran:
- Grupos de sirvientes: pastores, porqueros, vigilantes, gañanes.
- Grupos de amos: como el señorito de la Jara y los invitados (quienes, a excepción de René el francés, ya mencionado, presentan generalmente una ideología conservadora y falta de conciencia social).
- El Mago del Tremedal
- El Hachemita
- Manolo, el médico
- Los educadores