Jerzy Grotowski: El Teatro Pobre
Jerzy Grotowski (Polonia, 1933 – Italia, 1999) elaboró el concepto de teatro pobre para designar un teatro que prescinde de todo lo accesorio: vestuario, escenografía, música, luces…, en favor de la interpretación del actor como elemento clave de la representación.
Concibe su trabajo como un laboratorio de investigación en el que no enseña técnicas de interpretación, sino que ayuda a los actores a liberar las barreras que les impiden mostrar sus impulsos creativos. Según Grotowski, el actor más dotado es aquel que desarrolla al máximo “las posibilidades esenciales de su personalidad”.
Para Grotowski, el teatro propiamente dicho no es un lugar al que se va para un entrenamiento en el arte dramático, sino un lugar de investigación donde un grupo de actores explora las potencialidades inherentes a cualquier texto. El grupo no estrena una gran variedad de obras, sino que se concentra en un número limitado de piezas dramáticas que reinterpreta constantemente, redescubriéndolas en cada ocasión.
La Función Original del Teatro y su Evolución
Según Grotowski, cuando el teatro era aún parte de la religión, liberaba la energía espiritual de la tribu incorporando el mito para, posteriormente, profanarlo y trascenderlo. El espectador obtenía una nueva visión y conocimiento de su verdad personal y de la verdad del mito, y, a través del miedo y del sentido de lo sagrado, alcanzaba la catarsis.
Hoy en día, por el contrario, los grupos sociales no se definen por la religión; las formas míticas se han alterado y desaparecen y reaparecen bajo nuevas formas. Por eso es más difícil producir el choque necesario para atravesar la llamada máscara vital y alcanzar la verdad física que se esconde tras la máscara.
Teatro Rico vs. Teatro Pobre
Grotowski estableció la diferencia entre lo que él llamaba teatro rico y teatro pobre. El llamado teatro rico es aquel que abunda en recursos y, en su intento de competir con el cine y la televisión, emplea mecanismos más propios de estos dos medios. Así, Grotowski propone la pobreza en el teatro.
Eliminó vestuario, iluminación, maquillaje y música, e insistió en que la expresión física del actor es infinitamente más interesante que todos esos elementos. Ante la carencia de escenografía, maquillaje, y el uso mínimo de elementos de luz y vestuario, el teatro pobre pone énfasis en el trabajo del actor, al cual no se le instruye mediante técnicas preestablecidas. Por el contrario, se busca eliminar las resistencias que el organismo del actor produce frente a la aplicación de estas técnicas.
Grotowski define esta situación del modo que sigue: “La nuestra es una vía negativa, no una colección de técnicas, sino la destrucción de obstáculos”. Su vía negativa (o técnica negativa) busca que el cuerpo del actor sea el origen de todas las posibilidades expresivas, desbloqueando y liberando sus potenciales. Todo el cuerpo sustenta la palabra del actor, ya que no existe separación entre cuerpo y mente. Para Grotowski, la memoria emocional es orgánica: no es la mente la que recuerda, sino el cuerpo.
El Actor en el Teatro Pobre: Un Chamán
Esta austeridad del teatro pobre le permite al actor explorar, experimentar y trabajar sobre su propio cuerpo y su propia voz, logrando mostrar sensaciones, imágenes y sonidos a través de expresiones faciales, movimientos corporales, posturas, ritmos, etc., sin recurrir al uso de maquillaje, vestuario o efectos de sonido.
Esto implica que el trabajo del actor es constante, y por ello no se basa en una serie de técnicas predeterminadas, ya que en cada representación se conforma una nueva experiencia tanto para el actor como para el espectador. Todo ello convierte al actor en una especie de chamán.
Se crea un actor santo (no en un sentido religioso) que tiene que aceptar una disciplina muy estricta de trabajo. Grotowski profundiza en las técnicas de teóricos anteriores, como Stanislavski, Meyerhold, Artaud, y las tradiciones del teatro japonés, chino e hindú.
La Máscara Vital en Grotowski
El concepto de máscara vital es bastante complejo, pero está relacionado con otros conceptos que desarrolla Grotowski, como son el teatro pobre (frente al teatro rico), la técnica o vía negativa y el actor santo (frente al actor cortesano, es decir, el actor comúnmente entendido).
Este concepto de máscara vital proviene del mundo de la psicología (concretamente de Freud y Jung) y hace referencia a nuestra adaptación social. Es el papel que representamos y la forma en que comunicamos a nuestros semejantes cómo deseamos ser percibidos y cómo esperamos que reaccionen ante nosotros, y tiene como objetivo la adaptación social en busca del éxito. Esto conduce a que el niño se comporte tal como su entorno lo espera.
Con el tiempo, se desarrolla como una máscara. Es lo que mostramos al exterior. Es nuestro rol y función social. Representa un recorte significativo de nuestra personalidad que nos aleja de nuestra capacidad instintiva.
La Vía Negativa y la Eliminación de la Máscara
Mediante la vía negativa, el actor debe descubrir esas resistencias y esos obstáculos que le impiden alcanzar una tarea creativa. El actor no debe preguntarse ya: ¿cómo debo hacer esto?, sino saber lo que no debe hacer, aquello que lo obstaculiza. Esto es lo que significa la expresión vía negativa: un proceso de eliminación de esa máscara.
Así pues, por vía negativa se entiende el principio de eliminación que opera en el trabajo del actor, destruyendo bloqueos físicos y psíquicos. La técnica del actor santificado o actor santo es una técnica de eliminación, mientras que la técnica del actor cortesano es una técnica de acumulación de habilidades.
Para Grotowski, por tanto, el actor santo utiliza el papel como un trampolín, como un instrumento para explorar su personalidad, atravesar las diferentes capas de cebolla que suponen nuestras máscaras para encontrarse con lo más íntimo de nuestra personalidad, para exponerlo y sacrificarlo, invitando al público a realizar un proceso similar.
Implicaciones Terapéuticas del Trabajo Actoral de Grotowski
En conclusión, del trabajo actoral propuesto por Grotowski se deriva un camino terapéutico. Así, el actor obtiene de ese proceso una armonía y una paz mental, convirtiéndose en un ser más sano de mente y cuerpo.
Si, por el contrario, el actor se compromete de forma superficial en su trabajo, se produce un reforzamiento de la máscara cotidiana, generando un conflicto interno. Es importante destacar: eso no quiere decir que el actor cortesano no pueda obtener efectos estéticos notables ante un auditorio.
Para Grotowski, sin embargo, es primordial el proceso de construcción, el viaje, antes que el éxito final.