Grandes Maestros del Arte: Del Románico al Renacimiento
Maestro Mateo
Este artista, aunque enmarcado en el estilo románico, presenta claras señas de identidad de transición al estilo gótico, como lo marcan las figuras más esbeltas, el movimiento físico de sus personajes, así como el desarrollo de un movimiento psicológico, que se observa en las miradas y en los gestos de las caras. Además, los personajes se muestran cada vez más individualizados y no construidos en serie, como se realizaba en el estilo románico donde no se diferenciaban las caras; ahora se les da personalidad.
Giotto
Es el mayor representante de la Escuela de Florencia y el iniciador de la pintura moderna. No hay representaciones místicas, sino una aproximación a la realidad basada en la observación natural. Intenta transmitir una ilusión óptica de profundidad espacial y dota de sentimientos a sus personajes mediante la gesticulación. A finales del siglo XIII realizó los frescos de la Basílica Superior de San Francisco, en Asís, donde narra la vida del santo. Hacia 1306 pintó el fresco de la Capilla Scrovegni, en Padua, con escenas de la vida de María, de Cristo y el Juicio Final, y donde aparece representada La Huida a Egipto. Despuntó en la técnica al temple sobre tabla, como la Maestà de la Galería de los Uffizi en Florencia y el Retablo Stefaneschi del Vaticano.
Jan van Eyck
Es el máximo representante de la pintura flamenca. Fue pintor de Felipe el Bueno, para quien realizó misiones diplomáticas en España y Portugal, entrando en contacto con pintores de estas zonas. Intentó reflejar la realidad tal y como la percibe el ojo humano, por esto dio tanta importancia a los detalles y al espacio tridimensional. Su perspectiva se basaba en aspectos lumínicos y atmosféricos tratados de manera intuitiva. De entre sus obras destacan El Matrimonio Arnolfini y el políptico de La Adoración del Cordero Místico.
Rogier van der Weyden
Fue un pintor primitivo flamenco. Formado en el taller de Robert Campin, en 1435 fue nombrado pintor de la ciudad de Bruselas. Aunque fue uno de los más influyentes artistas de su tiempo, no firmó ninguna obra. Entre las obras atribuidas se encuentran retratos de personajes de la corte de Borgoña. Capaz de crear apariencia de vida gracias a la extraordinaria minuciosidad con que aborda los detalles, como las lágrimas que escurren por las mejillas, los bordados de un tejido o la sombra de las barbas mal afeitadas, como aparece en El Descendimiento de la Cruz. Todas sus obras son intensamente emotivas y de gran fuerza estética por la armonía de sus composiciones.
El Bosco
Perteneció a la generación de artistas flamencos que trabajaron en el último tercio del siglo XV y principios del siglo XVI. Era de ascendencia holandesa. Creó un estilo original, que lo diferenciaba de los demás por la temática y por el tratamiento de las formas. Así consiguió romper con la tradición establecida. Los temas que trata se inscriben dentro de una corriente de pintura alegórica y moralista que refleja la sociedad del momento, en la que los vicios, representados por el demonio, convierten al ser humano en presa de sus debilidades. Representa estos temas con un tono satírico y burlón. Su gran obra fue el tríptico El Jardín de las Delicias, que despertó gran interés en su época y fue adquirida por el monarca español Felipe II. Además de la anterior, muchas de sus obras destacadas se conservan hoy en el Museo del Prado, entre ellas: El Carro de Heno y El Pecado Capital.
Brunelleschi
Se le considera uno de los artistas que marcaron la ruptura con el gótico e introdujeron el estilo renacentista. Nació en Florencia y fue arquitecto, escultor, inventor de máquinas e ingeniero. Definió los principios del sistema de proporciones y las leyes de perspectiva. Se marchó a Roma tras la negativa de haber perdido un concurso contra Ghiberti, pero en 1410 regresó a Florencia con una gran formación. Introdujo en sus obras las leyes de la proporción y la perspectiva; por ello, en sus realizaciones predominan las líneas rectas y los volúmenes cúbicos. Su obra más famosa es la cúpula de la Catedral de Santa María del Fiore. Otros edificios significativos suyos son la Iglesia de San Lorenzo, la Iglesia del Santo Espíritu y la Capilla Pazzi.
Alberti
Fue el prototipo del perfecto humanista, ya que poseía grandes conocimientos de todo. Fue también un gran estudioso de la Antigüedad, escribió varios tratados de arte, entre los que está De re aedificatoria, basado en la obra de Vitruvio. Entre sus obras principales se encuentran el Palacio Rucellai y la fachada de la Iglesia de Santa María Novella.
Ghiberti
Es considerado el iniciador del nuevo estilo. Fue un gran humanista, al igual que otros artistas del momento. Su influencia fue notable. Su técnica favorita era el trabajo en bronce, tratando con gran maestría y con todo detalle el relieve. El gremio de comerciantes de Florencia decidió embellecer el baptisterio de la ciudad. Para elegir al artista convocaron un concurso en el que el requisito era entregar un relieve de bronce con la escena del Sacrificio de Isaac. Ghiberti fue el seleccionado. De esta manera, el escultor realizó la puerta norte del baptisterio. En 1425, ante el éxito conseguido, se le encargó la decoración de la llamada Puerta del Paraíso. Estas puertas son la obra maestra de Ghiberti.
Donatello
Nacido en Florencia, está considerado como el escultor más importante del Quattrocento. Trabajó como ayudante de broncista en el taller de Ghiberti, viajó a Roma junto a Brunelleschi y a su regreso ayudó a su maestro en las puertas del baptisterio. Las características de su escultura son un fuerte realismo, naturalismo y una gran fuerza expresiva y emocional. Consiguió un perfecto dominio de la anatomía humana. Utiliza el stiacciato, técnica en bajorrelieve en la que los planos de la composición se aplastan unos contra otros. Las esculturas más importantes son David, San Jorge y la estatua ecuestre del condotiero Gattamelata.
Masaccio
Es considerado el iniciador de la pintura renacentista del Quattrocento y representa, junto a Brunelleschi y Donatello, la afirmación del nuevo estilo. Sus figuras son monumentales, robustas, escultóricas, pesadas…, y consigue sombrearlas e iluminarlas sin dibujar los contornos. Pero lo que más caracteriza su obra es el gran dominio del espacio, de la perspectiva y de la proporción. Sus obras más representativas son los frescos de la Iglesia de Santa María Novella y los de la Capilla Brancacci.
Fra Angelico
Este pintor intervino en la decoración del Vaticano. Su obra muestra una ambivalencia estilística. Por un lado, mantiene la tradición gótica, que se aprecia en sus fondos. Por otro, introdujo en sus composiciones la perspectiva y los elementos arquitectónicos. Su obra más representativa es La Anunciación.
Piero della Francesca
Este pintor, alejado de Florencia, desarrolló un estilo muy personal. Trabajó para los Malatesta en Rímini y los duques de Urbino. Las formas geométricas y la solemnidad de sus escenas marcarán el tono majestuoso de sus pinturas, sin dejar de lado las composiciones en perspectiva, y creó luces y sombras que definen las figuras. Tenía un gran interés por las matemáticas y la geometría, lo que le llevó a escribir tres tratados sobre la geometría, la perspectiva y el ábaco. Se sabe que entró en contacto con los pintores venecianos, hecho que influyó en el tratamiento de sus fondos paisajísticos. Sus obras más destacadas son La Flagelación de Cristo y La Madonna del Duque de Urbino.