Obras Maestras del Romanticismo Pictórico: Un Viaje por el Arte del Siglo XIX

El Romanticismo en la Pintura: Emoción y Dramatismo en el Siglo XIX

El Romanticismo, un movimiento artístico y cultural que floreció en el siglo XIX, se caracterizó por la exaltación de la emoción, la individualidad y la libertad. En la pintura, esto se tradujo en obras de gran dramatismo, composiciones dinámicas y un uso expresivo del color y la luz. A continuación, exploraremos algunas de las obras más emblemáticas de este periodo, destacando las contribuciones de sus principales exponentes en Francia, España e Inglaterra.

Romanticismo Francés: Pasión y Crítica Social

La Balsa de la Medusa (1818-1819) de Théodore Géricault

La obra pictórica “La Balsa de la Medusa” (1818-1819) de Théodore Géricault representa el trágico naufragio de la fragata Medusa de la marina francesa, ocurrido en 1816, cuando se dirigía a Senegal. Los supervivientes debieron soportar el hambre, la deshidratación, el canibalismo y la locura. Esta pintura pertenece al Romanticismo francés, con una notable influencia barroca en la teatralidad de la escena y sus grandes formatos. Realizada al óleo sobre lienzo, en ella impera el color sobre el dibujo, destacando los tonos cálidos sobre los fríos. La luz posee una rica gradación lumínica en sus diferentes planos. Presenta una composición libre y dinámica en diagonal, donde se reflejan la muerte y la esperanza. Aunque el volumen tradicional no era el principal interés del autor, sí se aprecian los diferentes planos creando profundidad. La obra es una crítica política a la deficiente gestión del gobierno francés tras el naufragio de la fragata Medusa, donde el artista muestra la sucesión de sentimientos experimentados por los náufragos, desde la desesperación hasta la esperanza.

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La Libertad guiando al pueblo (1830) de Eugène Delacroix

La obra pictórica “La Libertad guiando al pueblo” (1830) de Eugène Delacroix representa las revueltas burguesas de París de julio de 1830. Pertenece al Romanticismo francés, con influencia barroca en la teatralidad de la escena y sus grandes formatos. Se trata de una pintura realizada al óleo sobre lienzo, donde impera el color sobre la línea debido a la pincelada constructiva que define las formas. Destacan los colores cálidos y fríos, aplicados con una pincelada vigorosa y certera. La luz juega un importante papel en sus diferentes gradaciones lumínicas, resaltando los cielos nubosos característicos de los románticos. Tiene una composición piramidal donde la base está formada por cuerpos yacentes y la parte superior es una matrona, símbolo de libertad, portando la bandera tricolor. Aunque el volumen tradicional no es el principal interés del autor, se aprecia un juego volumétrico en sus diferentes planos. En el fondo se observa la catedral de Notre Dame. El artista busca transmitir la intensidad emocional de una revolución.

La Muerte de Sardanápalo (1827) de Eugène Delacroix

La obra pictórica “La Muerte de Sardanápalo” (1827) de Eugène Delacroix representa una alegoría literaria del rey Sardanápalo, quien decide destruir su imperio antes de que lo invada su hermano, que quería quitarle el poder. Pertenece al Romanticismo francés con influencia barroca. Se trata de una pintura realizada al óleo sobre lienzo, donde impera el color sobre la línea. Destacan los colores cálidos y fríos, como rojos y verdes. La luz juega un importante papel en sus diferentes gradaciones lumínicas. Aunque el volumen tradicional no es el principal interés del autor, se aprecia un juego volumétrico en sus diferentes planos. La composición es libre y dinámica, destacando dos diagonales (la más iluminada y la más oscura). La escena transmite tensión, miedo y dramatismo, ya que los personajes serán asesinados por orden de Sardanápalo.

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La Matanza de Quíos (1824) de Eugène Delacroix

La obra pictórica “La Matanza de Quíos” (1824) de Eugène Delacroix representa la invasión turca contra los griegos en la isla de Quíos. Pertenece al Romanticismo francés, también conocido como Romanticismo del Color. Cuando Delacroix expuso el cuadro, vio la obra de John Constable y su cuadro le pareció «triste y sin luz», lo que le llevó a decidir modificarlo. Se trata de una pintura realizada al óleo sobre lienzo de grandes dimensiones (característica del arte francés), donde impera el color sobre la línea, y destaca una pincelada rápida y certera. Es un cuadro prácticamente monocromo, con colores cobrizos y amarillentos que contrastan con tonos fríos. La luz juega un importante papel en sus diferentes gradaciones lumínicas. Aunque el volumen tradicional no es el principal interés del autor, sí aporta profundidad con los diferentes planos. El cuadro se compone de tres pirámides humanas. Se aprecian expresiones de miedo y desesperación que transmiten el dramatismo y la desolación del pueblo griego tras ser atacado por los turcos. Los cuerpos, semidesnudos y tirados, reflejan la derrota de los griegos.

Masacre de Quíos | artehistoria.com  

Romanticismo Español: La Visión Crítica de Goya

Los Fusilamientos de la montaña del Príncipe Pío (1814) de Francisco de Goya

La obra pictórica “Los Fusilamientos de la montaña del Príncipe Pío” (1814) de Francisco de Goya representa a los franceses fusilando a los españoles en la Guerra de Independencia (1808-1814). Pertenece al estilo Neoclásico-Romántico. Se trata de una pintura realizada al óleo sobre lienzo, donde impera el color sobre la línea, destacando una pincelada constructiva, dinámica y vigorosa. Predominan los colores terrosos, ocres y amarillos que contrastan con los tonos parduzcos. La luz es muy importante, con sus diferentes gradaciones lumínicas, cuyo foco principal se sitúa en la parte izquierda del cuadro, que es la más iluminada. Tiene una composición libre y dinámica, destacando sus contrapesos visuales entre izquierda y derecha. Presenta un volumen definido en diferentes planos, aportando profundidad a la escena. Al fondo se aprecia el edificio militar Conde-Duque. Es una crítica a la guerra, ya que no la muestra como un hecho heroico, sino como un drama o tragedia. Destaca el retrato psicológico de los personajes, que transmiten miedo y dramatismo.

La Carga de los Mamelucos o El Dos de Mayo de 1808 (1814) de Francisco de Goya

La obra pictórica “La Carga de los Mamelucos” o “El Dos de Mayo de 1808” (1814) de Francisco de Goya representa el levantamiento de los madrileños ante la invasión francesa (ejército egipcio apoyando a Francia, estos eran los Mamelucos) en la Puerta del Sol de Madrid en 1808. Pertenece al estilo Neoclasicismo-Romanticismo. Se trata de una pintura realizada al óleo sobre lienzo, donde impera el color sobre la línea, destacando una pincelada suelta, certera, constructiva y vigorosa. Destacan colores cálidos y fríos que contrastan para dar dinamismo a la obra, como los rojizos, ocres, amarillos y verdes. La luz, con influencia de Rembrandt, destaca en sus diferentes gradaciones lumínicas. Tiene una composición libre y dinámica en diagonal, desde la parte inferior izquierda hasta la parte superior derecha. Se trata de un espacio abierto en diferentes planos. Goya busca reflejar el dramatismo y la crueldad de una guerra.

El dos de mayo de 1808 en Madrid - Wikipedia, la enciclopedia libre

La Familia de Carlos IV (1800-1801) de Francisco de Goya

La obra pictórica “La Familia de Carlos IV” (1800-1801) de Francisco de Goya representa a la familia real y el autorretrato de Goya, como ya hizo Velázquez en “Las Meninas”. Pertenece al estilo Neoclásico y Romántico. Se trata de una pintura realizada al óleo sobre lienzo, donde impera el color sobre la línea, destacando una pincelada constructiva, dinámica y vigorosa. Utiliza colores cálidos y fríos dentro de un contraste cromático, resaltando los rojizos y amarillentos, azules y violetas. Se aprecia la técnica ilusionista en ropajes, joyas y galardones. La luz, con influencia de Rembrandt, destaca en sus diferentes gradaciones lumínicas. Tiene una composición columnaria, libre y dinámica, donde se perciben tres grupos de cuatro personajes cada uno. La influencia de Velázquez es evidente, aunque el espacio aquí no es tan profundo, pero aun así se aprecian los diferentes planos. Destaca el retrato psicológico de los personajes, donde se observa a un Carlos IV apocado y manipulado por la reina María Luisa de Parma, su esposa, con un aire altivo, dominante y soberbio.

Romanticismo Inglés: La Emoción del Paisaje

El Campo de Trigo (1826) de John Constable

La obra pictórica “El Campo de Trigo” (1826) de John Constable representa a un rebaño con su pastor y su perro en un campo de trigo. Pertenece al Romanticismo inglés. Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo, donde impera el color sobre la línea, y destaca una pincelada rápida y certera. Destacan los colores cálidos y fríos que aportan un contraste cromático. La luz juega un importante papel en sus diferentes gradaciones lumínicas, con esos cielos tormentosos. La composición es diagonal, libre y dinámica. Aunque el volumen tradicional no es el principal interés del autor, sí aporta profundidad en diferentes planos. Es un paisaje característico inglés, que transmite emociones con el paisaje tormentoso, elemento característico del Romanticismo.