Economía y Sociedad en el Antiguo Régimen Europeo

La Industria Artesanal: Persistencia del Sistema Gremial

La actividad manufacturera en las ciudades estaba controlada por los gremios de origen medieval, agrupaciones de artesanos que controlaban en régimen de monopolio toda la producción artesanal de cada oficio. Establecían la cantidad de materias primas que debía comprarse, el número de artesanos y talleres, las zonas de venta y hasta el precio final del producto. Para poder trabajar en un oficio, los artesanos (albañiles, carpinteros, etc.) debían estar integrados en su correspondiente gremio. La artesanía presentó pocos avances y escasa innovación tecnológica. Los artesanos trabajaban en pequeños talleres con muy pocos operarios.

Nuevas Formas de Producción

Desde el siglo XVII se desarrolló el sistema de trabajo a domicilio, donde un inversor capitalista compraba las materias primas y las repartía entre los hogares campesinos en los meses de descanso agrícola. Allí se realizaba el producto y luego el inversor lo recogía y lo comercializaba a precio libre. Esto permitió aumentar la producción, reducir los precios y satisfacer la demanda creciente de mercancías.

El Comercio Internacional

Vivió una gran transformación en la Edad Moderna debido a la explotación colonial y el aumento de la demanda. Los estados modernos establecieron monopolios de comercio controlados por grandes compañías privilegiadas, patrocinadas por los gobiernos. El funcionamiento de muchas de estas compañías se basó en la protección de la monarquía; debían vender obligatoriamente productos del propio país, muy a menudo de las industrias protegidas.

El Comercio Interior

Se desarrollaba en ferias anuales y mercados semanales. Mientras los mercados eran centros de comercio local y regional, las ferias abarcaban intercambios nacionales e incluso internacionales. También había un comercio que realizaban los vendedores ambulantes. Los mercados mantuvieron su vigor, pero las ferias entraron en decadencia; fueron sustituidas por lonjas o centros de contratación, donde el negocio era diario y las ventas se realizaban sobre muestras. Algunos de estos centros de contratación llegaron a especializarse en un determinado producto: algodón, lana, azúcar, etc. Otras lonjas ofrecían diversidad de productos.

La Sociedad de los Privilegiados

La sociedad europea del Antiguo Régimen ha sido definida como aristocratizante, porque los valores del estamento noble eran los dominantes y porque la división social se basaba en el privilegio jurídico. La sociedad se dividía en tres estamentos o grupos sociales: la nobleza y el clero gozaban de grandes privilegios (no pagaban impuestos directos, tenían leyes y tribunales propios, eran ricos ya que poseían las tierras, etc.), y el pueblo llano se ocupaba de las actividades productivas y disponía de sus recursos y fuerza de trabajo para sobrevivir. Los privilegiados eran una minoría, pero la sociedad estaba basada en la desigualdad de origen: si se nacía en un estamento, era muy difícil cambiar la posición social.

Nobleza y Aristocracia en Europa

Los aristócratas poseían un alto sentido de grupo social excluyente: se casaban entre ellos, tenían elevados ingresos derivados de la posesión de la tierra, del comercio y de las rentas señoriales, y monopolizaban el gobierno. Durante el siglo XVIII, el poder de la aristocracia creció, mientras que la situación del resto de la nobleza se debilitó. Esto acercó las posiciones de la alta burguesía y la nobleza.

El Clero

Era también un estamento privilegiado. Lo integraban dos grupos: el clero regular (los monjes y monjas y otros miembros de las órdenes monásticas y religiosas) y el clero secular (que comprendía al resto de los miembros de la Iglesia, como curas de todo tipo, etc.). Los religiosos, al igual que los nobles, tampoco pagaban impuestos, tenían leyes y tribunales propios y otra serie de privilegios. Además de las rentas que les proporcionaban las tierras que eran propiedad de la Iglesia, recibían la décima parte de la cosecha de todos los campos. Dentro del clero también había una gran diversidad. Mientras que el alto clero (cardenales, obispos) tenía un gran poder económico y político y controlaba grandes riquezas, la mayoría de los curas y monjas vivían de forma modesta e incluso en la pobreza. La carrera eclesiástica era la vía para poder acceder desde el estado llano a un estamento privilegiado.

El Pueblo Llano o Tercer Estado

El pueblo llano comprendía a la inmensa mayoría de la población y lo componían grupos de muy diferente condición que solo compartían una característica: carecían de privilegios jurídicos y económicos. Tenían, por tanto, que pagar impuestos y su trabajo sustentaba al conjunto de la sociedad.

La Burguesía

Incluía comerciantes, propietarios de talleres y otros negocios (funcionarios, médicos, artistas, etc.). A pesar de ser un sector social básico para el desarrollo económico, su papel social era reducido debido al monopolio del poder que ejercían la aristocracia y la jerarquía eclesiástica. En el siglo XVIII, la burguesía comenzó a estar descontenta con su situación porque pensaba que su posición económica debía traducirse en una mayor influencia política y social.

Otros Grupos Urbanos

La mayoría de la población urbana no pertenecía a la burguesía. Carecían de propiedades, vivían de escasos sueldos y tenían un nivel de vida muy modesto. También existía el grupo de los marginados que abundaban en las ciudades: mendigos, delincuentes, prostitutas, etc., personas que no se dedicaban a una actividad productiva.

El Campesinado

El 80% de la población era campesina. Buena parte de la tierra estaba en manos de la nobleza o de la Iglesia. Los campesinos trabajaban como vasallos, siervos, etc. Aunque también había campesinos propietarios de tierras y algunos incluso se habían enriquecido. Los conflictos sociales en el mundo rural eran motivados por la desigualdad en la distribución de la propiedad de la tierra, los impuestos y las malas cosechas.