La Familia Romana: Estructura y Evolución
Fundamento Jurídico y Composición
La familia romana no se basaba ni en el parentesco natural ni en la sangre, sino en un vínculo jurídico, es decir, no natural. Estaba compuesta por un grupo de personas bajo la autoridad de un paterfamilias.
Funciones de los Miembros
- Paterfamilias: Era el jefe de la familia. Sus poderes (potestas) eran vitalicios y transmisibles solo por línea masculina. Tenía autoridad ilimitada sobre la mujer, los hijos, los esclavos y otras personas que pertenecían jurídicamente a la familia.
- Mujer: Jurídicamente estaba loco filias (en posesión semejante a una hija), pero social y moralmente era muy considerada. Quedaba fuera de toda potestas cuando su esposo moría.
- Hijos: Tenían derechos políticos y se liberaban de la potestas cuando el pater moría, momento en el que ellos se convertían en paterfamilias, estuvieran o no casados. También podían liberarse si el padre perdía la potestad (por pérdida de libertad, ciudadanía o captura en el extranjero), si ellos se convertían en sacerdotes o si el padre los emancipaba.
Funciones de la Familia
Las funciones de la familia romana eran varias tras haber perdido el papel político de las gentes:
- Procreación: El número de hijos solía ser elevado, aunque comenzó a descender con el tiempo.
- Educación: La importancia de la familia en este sentido era decisiva, no solo por parte del paterfamilias, sino muy especialmente de la materfamilias, en cuyas manos estaba el niño o la niña hasta los 7 años. A esa edad, el niño empezaba a acompañar al padre y su educación era esencialmente práctica, mientras que a la niña se le enseñaban las labores domésticas.
- Función Religiosa: El paterfamilias era también el ministro del culto doméstico, que transmitía a sus hijos varones.
- Función Económica: Hubo una crisis económica cuyas razones fueron diversas:
- La importancia creciente de la consideración del parentesco de sangre.
- La disgregación familiar, es decir, la patria potestas perdió fuerza y fue siendo restringida a favor de la mujer y los hijos.
- La consistencia del matrimonio disminuyó y aumentó la emancipación de la mujer.
- Varió la moralidad y las costumbres sexuales, disminuyendo el número de hijos y aumentando el de solteros. Por ello, se llevó a cabo una labor legislativa en pro del matrimonio y la familia numerosa y en contra de la soltería, la carencia de hijos o las costumbres disolutas, pero estas leyes no tuvieron vigencia duradera.
- La influencia del cristianismo también modificó las características de la familia romana.
El Matrimonio Romano: Tipos y Requisitos
El matrimonio romano siempre fue monógamo y, durante un tiempo, fue entendido como un deber cívico para la permanencia y el desarrollo de la comunidad. Por tanto, los sentimientos y la voluntad de los contrayentes no eran lo más importante; sin embargo, con el paso del tiempo, esto fue cambiando.
Requisitos para Contraer Matrimonio
Para contraer matrimonio, debían cumplirse los siguientes requisitos:
- Haber llegado a la pubertad (14 años para el varón, 12 para la mujer).
- Ser de condición libre (ius conubii) y ciudadanos romanos.
- Estar dispuesto a consentir en el matrimonio durante el tiempo que durase la unión.
En un principio, era imprescindible el consentimiento del paterfamilias, pero después se podía prescindir de su consentimiento cuando este estaba ausente, cautivo o loco. La consanguinidad en línea directa o que se tratase de un adoptante y su adoptado eran impedimentos para un matrimonio válido.
Tipos de Matrimonio
A inicios de la República, hubo dos tipos principales de matrimonio:
- Cum manu: La boda suponía para la mujer abandonar la autoridad de su padre y su culto familiar, y pasar a depender del marido como una hija. Este matrimonio adoptó tres formas:
- Per confarreationem: Ceremonia de tipo religioso.
- Per coemptionem: En la ceremonia, el hombre compraba a la mujer ante cinco o más testigos y ante el libripens.
- Per usum: Si el hombre y la mujer convivían durante un año seguido, sin interrupción de tres noches, se consideraba que la mujer estaba bajo la manus del esposo.
- Sine manu: La mujer seguía dependiendo de su padre y conservaba su culto familiar, lo cual le daba mayor libertad. Además, disponía de sus bienes y mantenía sus derechos sucesorios.
Otras Formas de Unión
Los hombres y mujeres que no podían casarse porque no cumplían los requisitos legales tenían posibilidades de unión que, aunque no eran legítimas, sí eran lícitas:
- Matrimonio sine connubio: Cuando alguno o ambos contrayentes carecían del ius conubii; sus hijos eran ilegítimos.
- Concubinato: Cohabitación de dos personas que no querían o no podían casarse legítimamente; sus hijos también eran ilegítimos.
- Contubernio: Unión de dos esclavos o de un esclavo y un libre; sus hijos eran esclavos.
El Divorcio en Roma: Causas y Evolución
El divorcio podía surgir por diversas razones:
- Muerte de uno de los cónyuges.
- Incapacidad, como la pérdida de la ciudadanía o de la libertad de uno de los cónyuges.
- Cese de la voluntad de ambos o de uno de los cónyuges.
El divorcio podía realizarse de común acuerdo (communi consensu) o por iniciativa de uno de los cónyuges (repudium). En un principio, los divorcios eran poco frecuentes y solo el esposo podía repudiar a la mujer, generalmente por adulterio o esterilidad. Sin embargo, con el tiempo, los divorcios fueron aumentando y la mujer también tomó la iniciativa.
Los hijos seguían perteneciendo jurídicamente a la familia del esposo, aunque lo corriente era que la mujer se encargase de ellos con la supervisión de aquel. A pesar de las leyes promulgadas para favorecer la familia estable con varios hijos, estas no lograron frenar el aumento de los divorcios; solo la influencia del cristianismo renovó la concepción del matrimonio romano.
La Mujer en Roma: Emancipación y Rol Social
La mujer romana se fue emancipando hasta alcanzar una libertad y una independencia que la acercaban a la condición de la mujer actual.
Las ocupaciones de la mujer del siglo I distaban mucho de las de la matrona de épocas más antiguas, quien se dedicaba a hilar, tejer y distribuir el trabajo diario a las esclavas. A esta última se le prohibían cosas como permanecer sentada en los banquetes (a diferencia de los hombres) o beber vino puro. En contraste, la mujer de este siglo asistía a espectáculos públicos (incluso como protagonista) y decidía si quería casarse o divorciarse. Como casada, era la compañera que compartía con el marido el gobierno de la casa y el cuidado de los hijos.
Sin embargo, la mujer romana careció de derechos políticos y no pudo acceder al ámbito de la justicia. El único sacerdocio que profesó fue el de Vesta, diosa del hogar.