1. Fases de la Revolución Francesa
Prefase: La Revuelta de los Privilegiados
Luis XVI convoca a los grupos privilegiados para discutir con ellos la imposición de una tasa que solventara los problemas económicos y financieros. Los nobles se rebelan, negándose a pagar esta tasa y exigen al rey que convoque los Estados Generales, donde pretendían aumentar su poder aceptando pagar impuestos.
Los Estados Generales y la Asamblea Nacional Constituyente
Los grupos privilegiados se rebelan y se convocan los Estados Generales. Se pretendía discutir únicamente sobre finanzas y se descartaban las propuestas de reforma social que demandaba el Tercer Estado: voto por cabeza y no por estamento, como era habitual en el Antiguo Régimen. Ante la negativa del rey y los privilegiados, los representantes del Tercer Estado se constituyeron en Asamblea Nacional Constituyente (tras el Juramento del Juego de Pelota) y los Estados Generales desaparecieron.
El Juramento del Juego de Pelota y la Asamblea Nacional
La amenaza de una reacción de los privilegiados y el ejército condujo a una revuelta popular, que significó la irrupción del pueblo llano en la revolución. El pueblo de París asaltó La Bastilla y los campesinos protagonizaron el Gran Miedo (asalto a castillos, incendio de campos y archivos, etc.).
La noche del 4 de agosto de 1789 fueron abolidos todos los privilegios y derechos feudales de la nobleza y el clero.
El 26 de agosto se aprobó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que establece una serie de libertades y derechos, así como la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
La Asamblea (parlamento) elaboró las leyes (poder legislativo) y los jueces eran independientes (poder judicial).
La Monarquía Parlamentaria
La Asamblea Legislativa empezó a elaborar leyes para implantar el liberalismo económico y político: derecho a la propiedad privada, igualdad ante los impuestos y libertad económica. Las propiedades de la Iglesia pasaron a ser bienes nacionales y se obligó al clero a jurar la Constitución.
Las aspiraciones de la burguesía implantaron un liberalismo moderado, pero no las del pueblo llano, ya que solo los ricos participaban en la política y la crisis mantenía en la miseria a gran parte de la población.
Muchos nobles huyeron hacia Austria y, con la ayuda del emperador austriaco, organizaron una intervención armada para restaurar el absolutismo.
El propio rey y su familia huyeron de París rumbo a la frontera con Austria para ponerse al frente de sus tropas y frenar la invasión. Fue detenido en Varennes.
La Convención Jacobina: Robespierre y el Terror
La Asamblea Nacional decidió declarar la guerra a Austria, que amenazaba con invadir Francia. Pero se sucedieron las derrotas de Francia, ya que no se reclutaban suficientes soldados y no había alimentos. La Asamblea propuso una leva en masa, a lo que el rey se opuso. Los sans-culottes protagonizaron una insurrección y asaltaron el palacio de las Tullerías exigiendo el fin de la monarquía. Se constituyó una nueva asamblea, la Convención Nacional, por sufragio universal, y su primera acción fue abolir la monarquía e instaurar la república.
El grupo de los Girondinos obtuvo la mayoría en la Convención. Con la proclamación de la república y el sufragio universal, pensaban que la revolución había acabado. Los Jacobinos (los más radicales) ejercían de portavoces de los sans-culottes, que deseaban una revolución que avanzase en la igualdad social. Girondinos y Jacobinos discrepaban con respecto a la monarquía. Los Jacobinos querían castigar al rey, juzgarlo, condenarlo y ajusticiarlo. Ante estas ejecuciones reales, los demás países europeos se unieron en una coalición antirrevolucionaria. Se inició, además, una insurrección contrarrevolucionaria en la región de la Vendée. En París, las clases populares reclamaban reformas sociales igualitarias ante la falta de alimentos, el acaparamiento de víveres y la especulación.
Los Jacobinos, respaldados por los sans-culottes, asaltaron la Convención y detuvieron a los principales diputados girondinos, ejecutándolos. El poder quedó en manos de los Jacobinos, quienes hicieron reformas sociales en la Constitución. Una nueva Constitución que reflejaba los principios de la democracia social con un sufragio masculino universal. Impulsaron la redistribución de la propiedad agraria, el precio máximo para bienes de primera necesidad (Ley del Máximum) y el castigo a los especuladores. Un nuevo calendario inició la república, que pretendía el cambio de costumbres e ideas. Para enfrentarse a los ejércitos extranjeros que invadían Francia, se declaró la leva en masa y se democratizó el ejército al permitir el nombramiento de oficiales que provenían de clases populares.
Para imponer todas estas reformas se estableció un gobierno revolucionario, el Comité de Salud Pública, y se situó al frente Robespierre, el líder jacobino.
El nuevo gobierno suprimió las garantías constitucionales e inició la política del Terror, instaurando medidas para que los antirrevolucionarios fueran detenidos. Parecía que la república se había salvado: el nuevo ejército frenó a los invasores. Amplios sectores de la burguesía moderada ansiaban poner fin a las reformas jacobinas. Ante las críticas, los Jacobinos llevaron a cabo una sangrienta represión. Todos sus enemigos se unieron contra ellos y un golpe de Estado en la Convención detuvo a Robespierre.
Reacción Termidoriana: El Directorio
La burguesía moderada dio un golpe de Estado en contra de los Jacobinos con ayuda del ejército. Tras la caída de Robespierre, la Convención pasó a estar controlada por los sectores burgueses más moderados y se inició un desmantelamiento de las medidas de la etapa jacobina. Se prohibieron los clubes jacobinos y se detuvo a muchos de sus miembros. Se aprobó una Constitución que restableció el sufragio censitario y creó un nuevo poder ejecutivo: El Directorio. Pero este no consiguió estabilizar la situación; solo la guerra en el exterior parecía dar triunfos. Vieron en Napoleón a un general victorioso que podía llevar a cabo la revolución liberal, evitando los excesos democráticos de las clases populares. Napoleón protagonizó el 9 de noviembre (18 de Brumario) de 1799 un golpe de Estado contra El Directorio.