La Novela Nada de Carmen Laforet: Temas, Contexto y Existencialismo
La obra Nada de Carmen Laforet es un referente fundamental de la literatura española de posguerra, que aborda con maestría diversas dimensiones temáticas y contextuales. A continuación, se exploran algunos de sus aspectos más relevantes.
El Simbolismo del Espacio en Nada
En cuanto al espacio, podemos recalcar que este destaca como un reflejo de la sociedad del momento: la dictadura franquista. Así, serán los espacios cerrados y opresivos los que más abunden en la obra, constituyendo un factor adicional en la situación opresiva en la que se desenvuelven los personajes del relato.
Ahora bien, no podemos obviar que el espacio también, y de manera ineludible, refleja las diferencias sociales que se marcan a lo largo de la obra. Los espacios abiertos y diáfanos de L’Eixample, Montjuïc, el Tibidabo, por ejemplo, simbolizan la libertad y el estatus socioeconómico de los personajes que los habitan. Frente a estos, la propia casa de la calle Aribau, las Ramblas, el Raval, representan el hacinamiento de los perdedores, de donde difícilmente pueden salir si no es para un camino de ida y vuelta al trabajo (servicio) de los vencedores. Un claro ejemplo de darwinismo social.
La Universidad, curiosamente, apenas muestra su interior; la mayoría de las acciones transcurren en el exterior de sus jardines y claustros amurallados. Adquiere, así, el rango de zona franca, ofreciendo a Andrea la posibilidad de ser el nexo entre dos mundos. La Universidad es el reflejo de la posibilidad de obtener la independencia y la autonomía que le están vedadas en ambas casas: la de la calle Aribau y la de Ena.
La Representación de la Mujer en la Obra
La mujer en la obra aparece representada bajo el canon impuesto por el franquismo en la sociedad y, por ende, en su propia existencia. La mujer ha de ser la perfecta casada, y su figura se ve lastrada por el poder que se instaura en la sociedad de la dictadura, donde queda sin voz ni voto. Se sumerge en la figura carpetovetónica de la madre-virgen, adalid y salvaguarda de las esencias de la moral, fiel servidora del hombre-marido, según la visión religiosa impuesta.
Asimismo, y como consecuencia directa, la violencia se normaliza (no solo por el contexto de la dictadura) como respuesta a la relación de dominio y posesión del hombre sobre la mujer.
El Género Literario de Nada: Novela Existencial
Nada se inscribe claramente en el género de la novela existencial. En ella, la ciudad —decadente, triste y sórdida— es el escenario por el que deambulan personajes incapaces tanto de vislumbrar un futuro satisfactorio como de orientarse en el vacío en el que parecen flotar. El relato en primera persona y el frecuente recurso al monólogo interior acentúan esta impresión de un ser humano solitario, incapaz de comunicarse afectivamente y perdido en los laberintos de la duda existencial.
El existencialismo es un término que se aplica al trabajo de un conjunto de filósofos de los siglos XIX y XX que, a pesar de sus profundas diferencias doctrinales, mantuvieron la idea de que el principal objetivo del pensamiento filosófico debía ser abordar las condiciones de la existencia individual, así como sus emociones, acciones, responsabilidades y pensamientos. En particular, Søren Kierkegaard —considerado hoy el padre del existencialismo— estableció que cada individuo es el único responsable de darle un significado a su propia vida y de vivirla de forma pasional y sincera, a pesar de los muchos obstáculos que pueda encontrar.
Rasgos del Existencialismo Literario en Nada
A modo de ejemplo, entre las variadas posibilidades, se pueden citar los siguientes rasgos que caracterizan el existencialismo literario en la obra:
Personajes Marginados o Desarraigados
Román se perfila ya desde su adolescencia como un ser complejo, capaz de seducir con su talento y, al mismo tiempo, obsesionado por dominar a los demás. En el caso de Margarita, la empuja de forma premeditada y consciente a cortarse la trenza (su única belleza) para después herirla y humillarla con sus palabras: «—Tengo lo mejor de ti en casa. Te he robado tu encanto —luego concluyó impaciente—: ¿Por qué has hecho esa estupidez, mujer? ¿Por qué eres como un perro para mí?».
Presencia de Situaciones Límite
Margarita alude a su situación con expresiones como: «así era el veneno, la obsesión que me llenaba…».
Pesimismo Existencial
Sentimientos de dolor, frustración, soledad, angustia, desamparo, entre otros. La autora plasma estos sentimientos de forma muy plástica a través de preguntas retóricas («me pregunto cómo se puede alcanzar tal capacidad de humillación»; «¿Y este dolor de ser descubierta, destapada hasta los rincones más íntimos?») y de comparaciones como: «Dolor como si arrancaran a tiras nuestra piel para ver la red de venas palpitando entre los músculos…».
La Relevancia del Personaje de Román
Román vive aparte (y apartado) del resto de la familia en una especie de buhardilla, lo que le confiere un halo de misterio y de victoria respecto al resto de su familia. Así, él ha conseguido (dentro de sus posibilidades) dar el salto social y económico, abandonando a su familia y sus creencias/posicionamientos políticos republicanos. Al mismo tiempo, él sí es un artista con talento (músico en su caso), a diferencia de su hermano Juan.
Ahora bien, lo que Andrea nos va trasladando de su persona irá pasando poco a poco de la admiración (casi enamoramiento platónico) al desprecio por su forma de ser: su cinismo y su maldad cizañera, que se deleita en hacer surgir la tensión entre el matrimonio de su hermano y Gloria.
Su muerte representa la claudicación ante la imagen de sí mismo que le proyecta el espejo (como se ha mencionado, el envés de la moneda). Román no puede soportar esta imagen que Ena le presenta de manera vívida, y acaba suicidándose cortándose la garganta con la cuchilla de afeitar. Ya nada más podrá salir de su boca: ni más cizaña, ni más delaciones, ni más engaños de amor a jovencitas fácilmente embaucables…