Conceptos Clave y Paisajes Climáticos
Paisaje: Extensión de terreno que resulta del conjunto de las interrelaciones físicas, biológicas y humanas propias de una región.
Recursos naturales: Productos extraídos de la naturaleza, destinados a cubrir las necesidades del ser humano. Generalmente se asocian con la riqueza.
Emplazamiento: Hace referencia al lugar físico concreto que ocupa una ciudad o núcleo habitado.
Acción antrópica: Cualquier acción realizada por el ser humano sobre el medio natural a lo largo de la historia, con la finalidad de obtener algún beneficio económico.
Contaminación: Alteración del equilibrio de un ecosistema causada generalmente por acción humana. Se consideran contaminantes aquellas sustancias indeseables presentes en el medio ambiente, generalmente con efectos nocivos.
Esmog: Acrónimo derivado de las palabras inglesas smoke (humo) y fog (niebla), que describe un tipo de contaminación atmosférica.
Desertización: Difusión espacial de los procesos y formas propios de los medios áridos en áreas donde hasta el momento no se daban. Tales cambios son, ante todo, paisajísticos y están producidos por alteraciones en las condiciones climáticas o por usos incorrectos del suelo.
Deforestación: Proceso por el que un territorio pierde sus bosques debido a la presión del hombre y a la contaminación. En este proceso intervienen la agricultura, la construcción de infraestructuras y la expansión de las ciudades.
UNESCO: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, fundada para crear condiciones propicias de diálogo entre las civilizaciones, las culturas y los pueblos.
Ecosistema: Comunidad formada por los organismos vivos y el medio físico en el que habitan, que incluye todas las interacciones entre estos organismos.
Cohorte: Conjunto de individuos que han vivido un mismo acontecimiento en el curso de un periodo de tiempo dado. Suelen hacer referencia a los individuos nacidos en el mismo año.
Razón de masculinidad: Cantidad de hombres por cada 100 mujeres. Se calcula mediante la siguiente fórmula: (varones / mujeres) x 100.
Esperanza de vida: Número medio de años que esperaría seguir viviendo una persona de una determinada edad en caso de mantenerse el patrón de mortalidad por edad actual.
Saldo vegetativo (crecimiento natural): Diferencia que existe entre la natalidad y la mortalidad en una población y periodo determinados. Se calcula con la siguiente fórmula: nacimientos – defunciones.
Baby boom: Se denomina así a los periodos de fuerte incremento de la fecundidad, que dan lugar a generaciones muy numerosas.
Gentrificación: Proceso de transformación urbana en el que la población original de un sector o barrio deteriorado y pauperizado es desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo, a la vez que se renueva el área.
Densidad de población: Relación de la población de una zona con su superficie. Se suele expresar en habitantes por km² o en habitantes por Ha.
Tipos de Paisajes Climáticos
Paisaje Oceánico
- Clima oceánico: Precipitaciones abundantes y bastante regulares. Temperaturas suaves y baja amplitud térmica.
- Vegetación: Amplias zonas de bosques caducifolios junto con bosques de ribera; aparecen praderas o landas por degradación.
- Ríos: Cortos pero caudalosos y regulares.
Paisaje Mediterráneo Interior
- Clima mediterráneo continentalizado: Precipitaciones escasas con sequía en verano. Temperaturas frías en invierno y cálidas en verano; gran amplitud térmica.
- Vegetación: Escasos bosques, salvo en áreas de montaña. Predominio del matorral por la gran importancia de la degradación. Vegetación xerófila.
- Ríos: Largos, con caudales máximos en otoño y primavera y estiaje en verano.
Paisaje Mediterráneo Litoral
- Clima mediterráneo litoral: Precipitaciones escasas con sequía en verano. Temperaturas costeras suaves y con escasa amplitud térmica.
- Vegetación: Xerófila con predominio del matorral mediterráneo. Bosque perennifolio solo en áreas de mayor altura. Importancia de la vegetación arbórea agrícola.
- Ríos: Cortos y de régimen muy irregular, con acusados estiajes en verano y fuertes crecidas en otoño.
1. Recursos Naturales y su Interacción con el Relieve y Clima en España
Las influencias recíprocas entre las características del relieve de España y las actividades de su población son muy variadas:
- El emplazamiento de los núcleos de población busca lugares más favorables, evitando tanto las fuertes pendientes como las altitudes elevadas. Los asentamientos se localizan en las llanuras y en los fondos de los valles.
- Los recursos energéticos y mineros: la riqueza del subsuelo peninsular ha proporcionado minerales energéticos (carbón), abundantes minerales metálicos (hierro) y rocas industriales (pizarra).
- La actividad agraria: la península Ibérica presenta dos características poco favorables al desarrollo de los cultivos: su elevada altitud media y el escaso predominio de los relieves llanos, lo que dificulta la explotación de las tierras de cultivo y la mecanización de los procesos.
- La pesca: las características del relieve costero son desfavorables, ya que la escasa anchura de la plataforma continental dificulta la obtención de recursos pesqueros.
- Las comunicaciones terrestres se ven perjudicadas por la disposición del relieve y la abundancia de fuertes pendientes, lo que obliga a realizar obras de ingeniería que encarecen la construcción de carreteras y líneas ferroviarias.
- La variedad del relieve es uno de los principales factores para el desarrollo del turismo en España, con numerosos atractivos.
El Clima
El clima también influye en diversos aspectos de las actividades humanas:
- La distribución de la población: las densidades de población más bajas se localizan en las áreas montañosas y subdesérticas debido a las condiciones extremas de temperatura, humedad y aridez.
- La agricultura en España: los climas peninsulares templados de las áreas mediterráneas son propicios para el cultivo en cuanto a insolación y temperaturas, aunque no tanto en cuanto a sequías y lluvias torrenciales. En las áreas del interior, las situaciones climatológicas extremas influyen negativamente.
- Los transportes.
- El turismo de sol y playa: las características climáticas del litoral mediterráneo y de la España insular han favorecido de manera decisiva el desarrollo de este modelo turístico, muy importante para la economía española.
- Las energías renovables: la insolación de la Península, las abundantes precipitaciones de las áreas pirenaicas y de la cordillera Cantábrica o la abundancia de vientos son factores que favorecen la explotación de fuentes de energía renovables (centrales eólicas, hidroeléctricas y fotovoltaicas).
La Vegetación
La vegetación es fuente de alimentos y de otros recursos, como materias primas para diversas industrias, fuentes de energía o para el aprovechamiento recreativo.
Los Recursos Hídricos
El agua es uno de los recursos naturales más importantes para el ser humano. Es indispensable para la vida y necesaria para la mayoría de las actividades.
Hay que recordar que la mayor parte de la población y de las actividades agrícolas, industriales y turísticas de nuestro país se asientan en la España seca, de ahí la importancia y la problemática de los recursos hídricos.
El problema del agua en España se agudizó con la industrialización y el desarrollo del turismo. Se han adoptado políticas hidráulicas que tienen como finalidad la regulación de los recursos hídricos y su adecuada gestión, mediante las siguientes medidas:
- Construcción de infraestructuras hidráulicas.
- Mejora de los sistemas de riego y de las redes de distribución de agua en las ciudades.
- Construcción de numerosas plantas desaladoras, potabilizadoras y depuradoras.
El Suelo
Los suelos influyen en las producciones agrícolas, ganaderas y forestales. En España, la calidad agraria de los suelos es mediocre, con grandes contrastes entre suelos muy pobres y otros más fértiles. Junto con el clima y el relieve, los suelos han determinado en gran parte la inclinación ganadera y forestal de las áreas de clima atlántico y la dedicación agrícola de amplias zonas.
2. Medios Humanizados y Problemas Ambientales
Aunque los riesgos naturales pueden provocar problemas en el medio ambiente, los problemas medioambientales se deben principalmente a causas humanas. Los más graves son la contaminación del aire y de las aguas, la desertización y la deforestación.
Contaminación Atmosférica
- Lluvia ácida: Precipitación con un grado de acidez más alto, producida por los procesos de combustión de azufre y nitrógeno de las actividades industriales.
- Efecto invernadero: Se produce por la presencia de ciertos gases que dejan pasar la radiación visible del Sol, pero retienen la radiación infrarroja y el calor emitido por la superficie terrestre, devolviéndolos a la Tierra. La actividad humana ha incrementado la producción de uno de los gases de efecto invernadero, el CO2. Las consecuencias son el aumento de la temperatura media terrestre y de los sucesos climáticos catastróficos.
- Destrucción de la capa de ozono: Disminución del espesor de la capa de ozono. Las consecuencias de este proceso son el aumento del cáncer de piel en los seres humanos, diversas anomalías en animales domésticos o el descenso de las poblaciones de anfibios por alteraciones en la puesta de huevos.
- Esmog: Tipo de contaminación atmosférica propia de las ciudades. Es una forma de contaminación originada por la combinación del aire con contaminantes específicos, junto con una fuerte insolación y ausencia de vientos. Esta combinación provoca el estancamiento del aire y la permanencia de los contaminantes debido a su densidad.
Contaminación del Agua
Las causas de la contaminación del agua pueden ser:
- Naturales: Cuando no interviene la acción del ser humano. Se producen a causa de la dispersión de polen, residuos vegetales o excrementos animales.
- Antrópicas: Cuando son consecuencia de la acción humana. Mención aparte merece el transporte marítimo de hidrocarburos, que constituye un factor de riesgo para los mares y sus costas.
En cuanto a los tipos de contaminantes, destacan:
- Físicos: Como partículas radiactivas y vertidos industriales.
- Químicos: De procedencia fundamentalmente antrópica.
- Biológicos: Que proceden de aguas residuales urbanas y ganaderas, y de plantas de tratamiento.
Desertización
La desertización es el proceso de pérdida de suelo y vegetación debido a la acción humana, que provoca una erosión excesiva. En el caso de España, es un problema ambiental grave, porque el suelo es uno de los recursos naturales escasos y amenazados.
La desertización es grave en el área mediterránea por sus condiciones climáticas y ambientales, y por causas humanas.
Deforestación
La deforestación es la destrucción de la cubierta vegetal debido a la acción humana. Se produce por: roturaciones para aumentar las tierras de cultivo y de pastos, sobreexplotación maderera, actividades mineras e industriales, construcción de obras públicas, expansión inmobiliaria e incendios forestales.
El problema de los incendios forestales es grave en España. Aunque existen incendios forestales producidos por causas naturales, el origen de la gran mayoría de ellos se debe a la acción humana. Los incendios forestales se ocasionan en épocas estivales y en climas secos o semisecos, donde la vegetación es más propensa a la combustión por la falta de agua y la baja humedad. Se ven favorecidos por:
- La falta de cuidados de los bosques, debido al abandono de las actividades tradicionales.
- Las repoblaciones realizadas con especies muy propensas al fuego.
España, por sus características climáticas y de vegetación, es uno de los países más afectados por los incendios forestales de origen humano, por lo que, para paliar el problema, se han incrementado los medios de prevención.
3. Estructura y Dinámica de la Población Española
El estudio de las características de una población se centra en la llamada estructura demográfica, que se refleja en la composición de la población por sexos y edades. La forma de analizarla es mediante las pirámides de población, que permiten estudiar la estructura demográfica actual y aventurar un futuro próximo.
Algunos de los acontecimientos históricos que mayor incidencia tuvieron en la estructura demográfica de nuestro país, apenas resultan perceptibles en la actualidad, como por ejemplo la gripe española o la Guerra Civil, aunque fueron perceptibles en las pirámides de población de su momento.
Características de la Pirámide Actual
- Una estructura demográfica regresiva, fuertemente socavada en su base y con tendencia al incremento de las cohortes poblacionales de mayor edad.
- Un incremento del peso de la población femenina por la mayor incidencia de la mortalidad en los varones.
- Una ligera ralentización del descenso del número de niños en la base de la pirámide. Las causas pueden buscarse en el mayor número de personas en edad de procrear que hubo en esos años y en el ligero aumento que se está produciendo en el número medio de hijos por mujer.
- La participación de la población extranjera en este cambio de tendencia es evidente. Los inmigrantes aportaron niños nacidos en el exterior, que pasaron a engrosar las cohortes de población más jóvenes de la pirámide. Además, formaban parte de los grupos poblacionales en condiciones de ser padres, y sus pautas de fecundidad eran superiores a las de la población española.
Estructura por Sexos
Su principal característica es la existencia de un mayor número de mujeres que de hombres, lo que implica una razón de masculinidad de algo más de 96 varones por cada 100 mujeres.
Hay más niños que niñas en edades tempranas, aunque la mortalidad afecta más a los varones, equilibrando esa diferencia. Sus causas son tanto de tipo biológico como social. Hasta los 50 años, las mujeres no superan a los hombres. La diferencia numérica entre sexos es más importante cuanto más avanzada es la edad de la población. Entre las personas de 85 o más años, el número de mujeres es más del doble que el de los varones.
Tanto las grandes capitales como las zonas más envejecidas del país son las que menos masculinizadas se encuentran. Las primeras, por ser el gran refugio del empleo femenino; las segundas, por la lógica relación del envejecimiento con la distribución por sexos.
Estructura por Edades
La población española ha sufrido un progresivo envejecimiento. Este envejecimiento ha sido intenso, especialmente en los últimos 30 años, en los que se ha duplicado el número de personas mayores de 65 años.
Factores del Envejecimiento
Se debe a la combinación de tres factores:
- El aumento de la esperanza de vida, que incrementa el número de personas de mayor edad.
- El descenso de la fecundidad.
- El impacto de los movimientos migratorios. Durante unos años, la llegada masiva de inmigrantes internacionales propició un cierto rejuvenecimiento de la población.
Consecuencias del Envejecimiento
El envejecimiento de la población española conlleva una serie de problemas demográficos y socioeconómicos.
Entre las consecuencias del envejecimiento destacan:
- Aumento de la mortalidad y descenso de la población.
- Falta de personas en las cohortes en edad de procrear.
- Escasez de mano de obra para satisfacer la demanda laboral.
- Aumento de la población económicamente dependiente.
- Abandono y despoblación de áreas y asentamientos rurales.
- Aumento de la demanda de residencias.
Localización del Envejecimiento
El envejecimiento demográfico afecta de manera muy diferente a las distintas provincias españolas. Hay una clara diferencia entre las regiones del norte, que tienen el mayor porcentaje de población mayor de 65 años, y las regiones del sur, bastante menos envejecidas.
- Algunas provincias ya tienen cerca de un tercio de su población con 65 o más años.
- Por el contrario, los archipiélagos y algunas provincias costeras andaluzas tienen un porcentaje de ancianos inferior al 14%.
Esto tiene que ver con dos factores:
- Los movimientos migratorios hacia las zonas litorales (éxodo rural).
- El retorno migratorio, por el que muchas de las personas que emigraron volvieron a sus lugares de origen una vez jubiladas, aumentando las tasas de envejecimiento de estas regiones.
4. Dinámica Natural de la Población
El crecimiento vegetativo es el aumento o la disminución del número de habitantes por motivos naturales: nacimiento y fallecimiento de las personas.
Cuando los nacimientos superan a las defunciones, se genera un saldo vegetativo positivo; y si el número de fallecidos supera al de los nacidos, se produce un decrecimiento natural.
La evolución de la dinámica natural de la población española ha variado en las últimas décadas. Desde mediados de los años setenta hasta finales de los noventa, el saldo vegetativo se redujo prácticamente a cero, causado por el aumento de las personas de edad avanzada. Se ha pasado de un crecimiento natural superior al 1% en 1975 a otro del 0,06% en 2014, al borde del saldo vegetativo negativo.
La repetición en varios países de este mismo patrón llevó al planteamiento de la denominada teoría de la transición demográfica. Este modelo teórico explica el proceso de cambio desde un sistema demográfico antiguo a otro moderno, caracterizado por el equilibrio entre la natalidad y la mortalidad, aunque con niveles mucho más reducidos. La teoría de la transición demográfica explica este fenómeno en diferentes fases:
- Equilibrio inicial: Natalidad y mortalidad elevadas y débil crecimiento demográfico.
- Comienzo de la transición: Descenso de la mortalidad e inicio de un periodo de fuerte incremento poblacional.
- Final de la transición: Caída de la natalidad hasta niveles cercanos a los de la mortalidad.
- Equilibrio final: Natalidad y mortalidad reducidas y débil crecimiento demográfico.
Esta teoría plantea una relación directa entre el proceso de cambio demográfico que describe y las transformaciones socioculturales y de desarrollo económico de las sociedades en las que se produce.
Natalidad y Fecundidad
La natalidad y la fecundidad son los componentes que más han influido en la evolución de la dinámica natural de la población, junto a la inmigración.
La natalidad pone en relación los nacimientos con el conjunto de la población. Se mide mediante la tasa bruta de natalidad. La fecundidad relaciona los nacimientos solo con la parte de la población que está en disposición de tener hijos. Para medir la fecundidad se emplea la tasa global de fecundidad y el índice sintético de fecundidad.
El concepto de natalidad es más amplio que el de fecundidad, ya que el comportamiento reproductivo de una sociedad incluye también el peso de su estructura demográfica. El fenómeno reproductivo resulta más claro cuando hablamos de fecundidad, ya que la natalidad se ve enmascarada por el porcentaje de personas fértiles dentro de una población.
Natalidad
La tasa bruta de natalidad en España es una de las más bajas de los países desarrollados. La natalidad descendió, y con posterioridad siguió descendiendo, aunque a un ritmo más lento.
Con respecto a otros países europeos, en España se aprecia un notable retraso en la fecha de la caída de la natalidad, aunque cuando esta llegó lo hizo de una manera muy brusca y hasta niveles bajos. El descenso fue producido por causas de tipo socioeconómico y cultural. Es fácil deducir que el descenso de la natalidad en España tuvo sus causas en una fuerte caída de la fecundidad. Ni siquiera la llegada a la edad reproductiva de las generaciones del llamado baby boom español fueron capaces de evitar el desplome de la natalidad y de propiciar su recuperación. Las décadas anteriores hubieran sido propicias para la recuperación de la natalidad, dado que el porcentaje de mujeres en edad de procrear fue en aumento durante esos años.
La natalidad remontó ligeramente, hasta llegar a ser del 10,9‰ en el año 2006, volviendo a situarse por delante de la media de la Unión Europea. Volvió a descender en 2013. Este descenso de la natalidad se debe a diversos factores: las crisis económicas, el cambio de mentalidad, la pérdida de influencia de la Iglesia y la incorporación de la mujer al mercado laboral.
Fecundidad
La evolución de la fecundidad corre paralela a la evolución de la natalidad. Remontó lentamente gracias a la aportación de las mujeres inmigrantes, pero durante el periodo de crisis ha vuelto a descender. Entre otras razones, se achaca su caída a:
- El desarrollo económico y social.
- El cambio cultural (deseo de bienestar y libertad personal).
- El funcionamiento del mercado laboral y la priorización del desarrollo profesional.
- La falta de ayudas a las familias y de adecuadas políticas de conciliación familiar y laboral.
- Los elevados precios de las viviendas.
Mortalidad
La mortalidad en España se mantuvo en niveles elevados, propios de una sociedad tradicional. La mortalidad empezó a descender con cierta fuerza. La mortalidad epidémica siguió golpeando con fuerza a la población española, como con la gripe de 1918. Este retraso con respecto a nuestros vecinos europeos tuvo sus causas en la diferencia de desarrollo económico y social de España, que no consiguió generalizar mejoras significativas en la alimentación, la higiene y la medicina. El efecto de la Guerra Civil y del periodo inmediatamente posterior quebró el descenso de la mortalidad, que no comenzó a reducirse de nuevo. A partir de ese momento, la mortalidad siguió descendiendo hasta que en 1982 alcanzó su valor mínimo.
El nuevo periodo estuvo marcado por un repunte de la mortalidad, que se debió al cambio en la estructura poblacional provocado por el envejecimiento. Se alcanzó una tasa bruta de mortalidad debido al efecto rejuvenecedor que provocó la inmigración. Por provincias, las mayores tasas de mortalidad se localizan en el área noroeste peninsular. Los casos más extremos son Madrid y Almería, junto a las dos ciudades autónomas. Hay una llamativa coincidencia en la distribución espacial de la mortalidad y el envejecimiento. Se suele utilizar como complemento al análisis de la tasa bruta la tasa de mortalidad infantil, que nos indica el grado de desarrollo socioeconómico de una sociedad, dado que hace desaparecer por completo el factor envejecimiento. Utilizando este indicador y comparando su evolución con el de la tasa bruta, se comprueba el importante cambio en las causas de los fallecimientos y la mejora sanitaria que se ha registrado en España.
5. Movimientos Migratorios
Las migraciones son movimientos de población que implican el cambio de lugar de residencia de las personas que los protagonizan.
Suelen dar lugar a cambios profundos en la distribución territorial de la población, e influyen de manera decisiva en las tendencias de crecimiento y en la dinámica natural.
Las Migraciones Interiores
Los movimientos migratorios interiores son los cambios residenciales que se producen dentro del territorio de un país. Pueden ser simples variaciones en el municipio de residencia, o bien constituir movimientos de mayor envergadura que implican desplazamientos a otra provincia o comunidad autónoma.
Los desplazamientos de población dentro de España fueron débiles, aunque tenían cierta importancia las migraciones interiores temporales, debido a la necesidad de mano de obra para labores agrícolas en la Meseta o en Andalucía.
Las migraciones tuvieron lugar cuando se inició la industrialización en nuestro país, el incipiente éxodo rural y el proceso de urbanización. Al centrarse en las provincias de Barcelona, Vizcaya y Madrid, estas se convirtieron en el foco de atracción de la población rural.
Madrid, Barcelona y el País Vasco fueron los principales focos de atracción demográfica, mientras que las regiones del interior y Andalucía fueron las que perdieron mayor número de población.
En este periodo se empezaron a formar las áreas metropolitanas de ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao, ya que no tenían capacidad para acoger en su término municipal las nuevas oleadas migratorias. En consecuencia, estas tuvieron que asentarse en diversos municipios, que duplicaron en muy pocos años su población.
Posteriormente, dio comienzo un periodo marcado por la crisis económica y la posterior reconversión industrial, lo que propició una reducción en el volumen de las migraciones internas.
Hubo regiones que cambiaron su dinámica tradicional y se convirtieron en receptoras netas de población. Las principales áreas de inmigración dejaron de recibir población e incluso llegaron a perder habitantes a favor de las primeras (migraciones de retorno).
Las áreas con mayor peso turístico, como el litoral mediterráneo y las islas, son las únicas que siguieron teniendo en estos años saldos migratorios positivos.
Con la salida de la crisis económica se inicia una nueva etapa marcada por un incremento del número de movimientos migratorios.
Tipos de Movimientos Migratorios Internos
Podemos establecer dos grandes tipos de movimientos migratorios internos en España:
Éxodo Rural
Es el movimiento de población interna desde el campo a la ciudad y desde las regiones más atrasadas a las industrializadas. Sus principales características fueron las siguientes:
- Se produjo en poco tiempo.
- El destino del éxodo se concentró en pocas regiones.
- Produjo importantes cambios en la estructura por sexo y edad de las poblaciones locales.
- En cuanto a la densidad de población, influyó en la creación de desiertos demográficos en muchas regiones del interior peninsular, y en la concentración de población en casi todas las áreas litorales e insulares.
- Tuvo consecuencias de tipo económico y medioambiental, tanto en las áreas de emigración como en las áreas receptoras de población.
Movimientos Migratorios Recientes
En cuanto a los movimientos internos, se unen circunstancias que les confieren una mayor heterogeneidad:
- Dispersión metropolitana: Las principales migraciones interiores que se dan en la actualidad son las que se producen en los entornos urbanos. Son movimientos de desconcentración o dispersión metropolitana que tienen como origen las áreas centrales de la ciudad y por destino los municipios periféricos, en los que la disponibilidad del suelo y su menor precio permiten acceder a una vivienda con mayor facilidad.
La principal consecuencia es el envejecimiento de la población en muchas de las áreas urbanas del centro de las grandes ciudades españolas. También se aprecian movimientos contrarios, de recuperación de espacios centrales. A este tipo de movimientos, protagonizados en muchos casos por jóvenes con un perfil socioeconómico medio-alto, se les da el nombre de procesos de gentrificación.
- Movimientos regionales: Siguen existiendo migraciones interiores con motivación laboral, aunque su volumen ha descendido. Estas migraciones las llevan a cabo adultos jóvenes, en su mayoría trabajadores cualificados del sector servicios.
- Retorno rural: Se han producido movimientos migratorios de retorno rural, debido a los antiguos emigrantes que han alcanzado la edad de jubilación. Esto lleva a la lógica necesidad de tener que destinar más recursos a la atención y el bienestar de la población rural por el incremento de población anciana.
Tendencias de las Migraciones Interiores Recientes
En los cambios recientes se aprecia un cierto equilibrio entre las zonas con dinámica positiva y las zonas en las que la dinámica es negativa. Las mayores pérdidas de población se han concentrado en las provincias de Madrid y Barcelona.
Entre las provincias que ganan población, el saldo está más repartido.
Características de las Migraciones Interiores Recientes
Actualmente destacan las siguientes características en los movimientos interiores:
- Un importantísimo incremento de la movilidad interna. Se ha doblado el número de migraciones internas.
- Los movimientos más numerosos y que más han crecido últimamente son los intraprovinciales (entre municipios de una misma provincia).
- También han crecido los movimientos interprovinciales o interregionales (entre provincias o comunidades autónomas diferentes).
- Cada vez tienen mayor importancia los movimientos protagonizados por personas de nacionalidad extranjera.
- El cambio de procedencia de los emigrantes, que ahora es urbana en lugar de rural.
- Las personas que cambian de residencia dentro del país se sitúan en una franja de edad entre los 25 y los 30 años, y estudiantes que entran en la universidad.
Las Migraciones Exteriores
Las migraciones exteriores son los movimientos de población que tienen como origen o destino un país distinto. Este tipo de migraciones tienen la peculiaridad de que España fue un país emisor de población, mientras que en fechas más recientes fue un receptor neto de inmigrantes. Solo en los últimos años nuestro país ha vuelto a tener un saldo migratorio negativo.
Las migraciones exteriores contemporáneas de España se pueden dividir en cuatro grandes etapas: la emigración hacia América y la emigración hacia Europa.
Emigración hacia América
La corriente migratoria de europeos hacia América era un fenómeno que ya llevaba muchos años produciéndose cuando España se incorporó a ella. A partir del siglo XIX, este movimiento recobró importancia debido a la creciente presión demográfica de las empobrecidas áreas rurales del norte peninsular y de Canarias. Los emigrantes procedían de Canarias, Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco. En su gran mayoría, se trataba de varones con escasa cualificación laboral, que emigraban a América para dedicarse a actividades agrícolas o ganaderas. Se redujo mucho el volumen de emigrantes por los efectos de la Primera Guerra Mundial, la crisis económica de 1929 y la Guerra Civil y la posguerra. Posteriormente, volvió a aumentar el número de emigrantes hacia América. El descenso del número de emigrantes se debió a que los países receptores de América del Sur necesitaban en este momento trabajadores más cualificados que en la primera etapa. Los países a los que se dirigían los emigrantes españoles siguieron siendo Argentina y Brasil, a los que se añadieron México y Venezuela. Los emigrantes procedían de forma mayoritaria de Galicia y Canarias, aunque también salieron importantes contingentes de población desde Andalucía, Extremadura y Castilla y León. El número de emigrantes se redujo mucho, hasta casi desaparecer en 1970, debido al auge de la emigración hacia Europa y a la crisis económica en la mayoría de países.
La Emigración a Europa
La emigración a Europa se venía produciendo en España desde finales del siglo XIX.
- En un primer momento se trataba, sobre todo, de temporeros que se dirigían a Francia durante la época de vendimia, y posteriormente, de emigrantes definitivos.
- Desde finales de los años cincuenta, el principal destino de los emigrantes pasó a ser Europa Occidental, porque la mayoría de los países europeos estaban teniendo un crecimiento económico importante que necesitaba mucha mano de obra, aunque no fuera cualificada.
- A diferencia de la época emigratoria americana, la población emigrante que se dirigió a Europa procedía de casi todas las regiones españolas, mayoritariamente del ámbito urbano, ya que los países europeos demandaban obreros de baja cualificación, tanto de la industria como de la construcción.
La Inmigración Exterior
Se produjo un importante cambio de tendencia de las migraciones exteriores en España, debido principalmente a dos factores: la importante recuperación económica española y el estancamiento de la mayoría de los países europeos que hasta ese momento recibían importantes contingentes de inmigrantes. Esto provocó que el saldo migratorio positivo creciera cada vez más. Se incrementó el flujo de inmigrantes hasta alcanzar un ritmo de crecimiento de más de medio millón al año hasta 2011, año en el que se alcanzó el número máximo de extranjeros empadronados en España. Esto suponía casi un 15 % de la población.
Localización de los Inmigrantes
Desde el punto de vista territorial, las áreas con mayor número de inmigrantes son la costa mediterránea, Madrid, los archipiélagos y el valle del Ebro, aunque el fenómeno de la inmigración se extendió. Madrid es la provincia con mayor número de extranjeros residentes, seguida por Barcelona. Ambas acogen a más de un tercio del total de los extranjeros residentes en España.
Las provincias de la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía suman otro tercio, y Canarias y Baleares aportan un 10 % del total. Algo similar ocurre con el resto de las áreas peninsulares interiores, en especial las provincias pertenecientes a la Meseta. Con respecto a la distribución de la población extranjera, es importante tener en cuenta el volumen total de extranjeros y también el peso relativo de estos en el conjunto de la población.
6. El Espacio Demográfico Actual: Diversidad y Desequilibrios Regionales
En España existen importantes diferencias demográficas regionales, que se explican fundamentalmente por razones históricas y económicas. Cuando el sistema económico que organiza estos territorios favorece más el crecimiento en unos lugares que en otros, las desigualdades se transforman en desequilibrios demográficos, que se pueden constatar a diferentes escalas: autonómica, provincial y municipal.
La población española no se asienta de forma homogénea en el territorio, sino que presenta fuertes contrastes en su distribución. Frente a espacios de gran concentración demográfica como las ciudades y las zonas litorales, encontramos otros con poblamiento muy débil.
Las causas que explican esta distribución incluyen factores de orden natural e histórico que, de manera combinada, han configurado una determinada manera de ocupar el espacio.
Volumen y Densidad de Población
Si tenemos en cuenta el volumen de población por provincias, encontramos grandes diferencias entre las provincias con mayor número de habitantes y aquellas cuya población apenas supera los 100 000 habitantes o ni siquiera llegan a esa cifra. Estas diferencias en la ocupación del espacio han aumentado. Casi la cuarta parte de las provincias cuentan con menos habitantes de los que tenían, mientras que otras han multiplicado hasta ocho veces su población. En general, se comprueba que la población se asienta mayoritariamente en las áreas costeras de la península Ibérica y en los archipiélagos. Esta localización responde a una especie de centrifugación de la población española, donde las áreas litorales han crecido con mayor rapidez que las del interior, debido principalmente a la industrialización o al turismo.
El mapa de densidad poblacional permite observar mejor este contraste entre el centro y la periferia. En él se aprecia que prácticamente todas las provincias costeras tienen una densidad poblacional superior a los 100 hab./km², mientras que en el interior peninsular son mayoría las que se encuentran por debajo de los 50 hab./km², e incluso muchas de ellas no llegan a 25 hab./km².
En el extremo contrario, Madrid es la provincia española con mayor densidad. Le siguen algunas provincias costeras, como Barcelona, Vizcaya o Guipúzcoa. Así, se puede decir que España presenta grandes desequilibrios espaciales en la distribución de su población. Las mayores concentraciones se producen en la región urbana de Madrid, la costa mediterránea, la cornisa cantábrica, la costa atlántica gallega y los dos archipiélagos. Los grandes vacíos se encuentran en ambas Castillas, Extremadura, Aragón y Galicia.
Otro indicador muy significativo para analizar la diversidad demográfica regional es la dinámica de la población. Así, en el caso de la fecundidad, hay profundas diferencias entre las comunidades más envejecidas y menos fecundas, y otras donde la fecundidad es más elevada. Para comprender estos contrastes, es preciso tener en cuenta la evolución histórica de estas regiones.
Por último, los movimientos migratorios también han incrementado las disparidades demográficas, ya que los inmigrantes se asientan en los lugares con una economía más dinámica, donde suele ser más fácil encontrar un puesto de trabajo.