1. El Proceso de Hominización en la Península Ibérica
La hominización es el proceso evolutivo de adquisición de la actual fisiología y cultura de la humanidad. Los restos de los primeros homínidos conocidos aparecieron en África.
En 1994, Arsuaga, Carbonell y Bermúdez de Castro descubrieron en la sierra de Atapuerca (Burgos) restos fósiles de seis cadáveres de una especie desconocida hasta entonces, que bautizaron como Homo Antecessor. Estos restos, hallados en el nivel 6 de Gran Dolina, se dataron en 800.000 años de antigüedad, por lo que se considera que pertenecen a una especie evolucionada del Homo Ergaster –que llega a Europa a través de Georgia– y, por lo tanto, el primer hombre europeo. Se sabe muy poco de su estilo de vida, pero debido al hallazgo de huellas de dentelladas humanas, se cree que practicaban el canibalismo.
Posteriormente, se encontró en la Sima de los Huesos (Atapuerca) restos del Homo Heidelbergensis, especie descubierta en Alemania que vivió hace unos 500.000 años. Debido a la gran cantidad de restos encontrados, se piensa que podría suponer la primera práctica funeraria de la historia (enterramiento). Dentro de este enterramiento se descubrió «Excalibur», un bifaz de cuarcita roja sin huellas de uso, lo que podría suponer el primer rito funerario (creencia en el más allá, trascendencia).
El siguiente homínido en la escala evolutiva es el Homo sapiens neanderthalensis, que apareció hace unos 200.000 años. Era una especie robusta que enterraba a sus muertos y controlaba el fuego. Se extinguió hace unos 28.000 años.
Por último, hace unos 40.000 años apareció en Europa el Homo sapiens sapiens, especie a la que pertenecemos, que ya poseía lenguaje articulado completo, enterraba a sus muertos y practicaba ritos funerarios. Llegaron a coexistir con los neandertales, aunque no hay pruebas de intercambio genético. Fueron los creadores de las primeras manifestaciones artísticas de la humanidad, como las pinturas rupestres de Altamira.
2. Los Pueblos Prerromanos y las Colonizaciones Históricas
2.1. Pueblos Indoeuropeos del Interior Peninsular
Antes de la llegada de los romanos a finales del siglo III a.C. (II Guerra Púnica), habitaron en la Península Ibérica diversos pueblos. En el interior de la Península Ibérica habitaron, desde el 1200 a.C., cuatro conjuntos de pueblos mayoritariamente de procedencia indoeuropea:
Tartessos
Aparecieron en el Bronce Final, siglo XII a.C., y desaparecieron en el siglo VI a.C. Vivieron en el suroeste de la Península Ibérica, entre Sierra Morena y Gibraltar. Se dedicaban a la agricultura, ganadería, minería (oro, plata y bronce) y también al comercio con los fenicios. Destacan los tesoros de Aliseda (Cáceres) y El Carambolo (Sevilla).
Íberos
Conjunto de pueblos que habitaron la franja costera mediterránea desde Andalucía hasta Languedoc (sur de Francia) entre los siglos VI y I a.C. Vivían en poblados amurallados, estaban organizados socialmente en castas, incineraban a sus muertos y guardaban las cenizas en urnas. De su artesanía destaca la Dama de Elche, un busto tallado en piedra caliza que podría haberse utilizado como urna funeraria.
Celtas y Celtíberos
Conjunto de pueblos de procedencia indoeuropea asentados en la Meseta y en la costa Atlántica peninsular entre los siglos V y III a.C.
Pueblos del Norte
Los pueblos del norte (galaicos, astures y vascones) eran menos evolucionados. Los astures vivían en poblados fortificados llamados castros.
2.2. Colonizaciones Históricas: Fenicios, Griegos y Cartagineses
Los fenicios, griegos y cartagineses establecieron importantes colonias en la costa de la Península Ibérica para tratar de dominar el comercio, sobre todo de metales.
Fenicios
Pueblo comerciante, llegaron en torno al siglo IX a.C. Trajeron la vid, el cerdo, el torno de alfarero y un alfabeto. Fundaron las colonias de Gadir (Cádiz), Malaca (Málaga), Abdera (Adra) y Sexi (Almuñécar).
Griegos
Comenzaron a llegar a la costa mediterránea de la península en torno a los siglos VIII-VI a.C. Trajeron el olivo, el asno y la gallina. Entre las colonias griegas destacan Massilia (Marsella), Rhode (Rosas) (siglo VIII a.C.) y Emporion (Ampurias).
Cartagineses
Tenían su base en Cartago (actual Túnez) y fundaron las colonias de Cartago Nova (actual Cartagena) y Ebussus (Ibiza). Buscaron metales. Su apogeo en la península sucedió entre los siglos VI y III a.C., momento en que comenzó su enfrentamiento con los romanos en las llamadas Guerras Púnicas, en las que fueron derrotados.
3. Conquista y Romanización de Hispania
3.1. Fases de la Conquista Romana
A finales del siglo III a.C. (218 a.C.), Roma inicia una política expansiva que la enfrenta con Cartago. Este es el inicio de la ocupación de la península por el Imperio Romano, que finalizó el emperador Augusto en el año 19 a.C.
Fase 1 (218-206 a.C.): Segunda Guerra Púnica
Aníbal fue derrotado y Escipión el Africano ocupó toda la costa mediterránea.
Fase 2 (206-133 a.C.): Ocupación del centro peninsular
Durante este periodo, los romanos ocuparon el centro de la península. En 197 a.C. dividieron Hispania en dos provincias llamadas Hispania Citerior, con capital en Tarraco, e Hispania Ulterior, con capital en Córdoba. Para ello, tuvieron que derrotar a los celtíberos en el asedio de la ciudad arévaca de Numancia (133 a.C.) y a los lusitanos, que acosaban a los romanos con guerrillas, por medio del asesinato de su caudillo Viriato (139 a.C.).
Fase 3 (133-19 a.C.): Conquista del norte y Baleares
Comenzó con la conquista de las Baleares y después con la incorporación al Imperio de los pueblos del norte peninsular (cántabros, astures y vascones) por el emperador Octavio Augusto.
3.2. El Proceso de Romanización y su Legado
Al tiempo que se conquistaba, se inició la romanización de la Península, que consistió en la integración de una sociedad en la política, economía, religión, cultura y sociedad romanas. El proceso de romanización en Hispania fue rápido y, en cierto modo, fácil en la parte costera mediterránea, aunque no tanto en el interior de la Península Ibérica. Comenzó en el siglo III a.C. y se podría decir que alcanzó su cénit cuando el emperador Caracalla concedió la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del imperio en 212 d.C.
De los romanos, Hispania heredó:
La Lengua
El latín, que fue lengua oficial y de la que deriva el castellano actual.
El Derecho Romano (Ius Romanum)
Base del actual derecho español. Algunos habitantes, sobre todo los de mayor estatus social prerromano, acogieron rápidamente el modo de vida romano y obtuvieron el derecho de ciudadanía, logrando el acceso a los cargos públicos y a las magistraturas. Las tierras pasaron a formar parte del Ager Publicus.
La Religión
Politeísta primero y cristiana a partir del siglo I d.C. El cristianismo sufrió persecuciones hasta el Edicto de Milán del emperador Constantino en 313 d.C. En 380, Teodosio lo proclamó la religión oficial.
La Organización Administrativa
La idea de dividir el territorio en provincias para una mejor administración.
El Modo de Vida Romano e Infraestructuras
En general, también heredó el modo de vida romano. A esto contribuyó la gran cantidad de infraestructuras y obras públicas que los romanos construyeron en Hispania, como calzadas, termas, puentes, acueductos, alcantarillados, planos de cuadrícula, vías, teatros y circos.
Fundación de Ciudades
Los romanos fundaron ciudades importantes como Cesaraugusta y Emerita Augusta.
Los pueblos prerromanos perdieron en poco tiempo su lengua y su cultura, a excepción de los vascones, a los que la influencia romana llegó menos intensamente.
Prueba del grado que alcanzó la romanización en Hispania son los emperadores Trajano y Adriano, nacidos en Itálica (actual Santiponce), y el filósofo Séneca, nacido en Corduba (actual Córdoba).