El Concepto de Lírica y sus Subgéneros en Roma
El concepto moderno de poesía lírica se diferencia mucho de la concepción primitiva de este género. Para los antiguos griegos, y también para los primeros líricos latinos, se diferenciaba del Carmen epicum, el Carmen lyricum, porque este último era un canto musical con acompañamiento de lira.
En la **Antigua Roma**, el nacimiento de la lírica se produce de forma bastante tardía. Los distintos subgéneros líricos comienzan a aparecer a finales del siglo II a.C., influenciados por los antiguos líricos griegos y por la poesía helenística de los alejandrinos. De esta época, se han conservado algunas composiciones de poetas del círculo de Lutacio Cátulo.
Los Poetas Neotéricos (*Poetae Noui*)
Quienes revolucionan totalmente la lírica serán los llamados **poetas neotéricos**. En el siglo I a.C., surge este grupo de poetas, denominados poetae noui. Su ideal poético se inspira, sobre todo, en el poeta alejandrino **Calímaco** y rechazaron la épica tradicional romana y toda la poesía solemne. Defienden un tipo de composición **breve, refinada, delicada e irónica**. Sus argumentos son los pequeños detalles de la vida cotidiana. Frente a la seriedad de la poesía oficial romana, prefieren una poesía lúdica, cuyos valores son la urbanitas (elegancia) y la amicitia (amistad). Además, el poeta nouus es ante todo doctus (erudito). En este círculo se encontraban Valerio Catón y Licinio Calvo, entre otros. De todos ellos, solo han llegado algunos fragmentos aislados. Sin embargo, se conserva la mayor parte de la producción de Catulo.
Catulo (Siglo I a.C.)
En Roma, Catulo conoció a **Clodia**, mujer que bajo el seudónimo de **Lesbia** se convirtió en la musa inspiradora de muchos de sus poemas amorosos. Gracias al contacto con los neotéricos, gozó de la protección de políticos influyentes.
Estructura de la Obra
Su obra está integrada por 116 Carmina agrupados en un solo libro:
- Poemas 1-60: De tipo polimétrico, son composiciones breves de argumentos ligeros.
- Poemas 61-68: Son más largos y presentan una mayor elaboración literaria.
- Poemas 69-116: Son de nuevo composiciones breves y epigramas.
Temática y Estilo
Desde el punto de vista temático, el grupo más numeroso son los poemas de tipo **amoroso y erótico**. Se puede asistir a las diversas fases por las que atravesó su relación con Lesbia:
- Predomina la exaltación y euforia apasionada del poeta enamorado.
- Fase de tensiones emocionales en la relación.
- Finalmente, la fase del **desamor**, la amarga ruptura y el sentimiento de dolor.
Además, en las composiciones de Catulo encontramos también la expresión de sentimientos de ternura hacia sus amigos o las burlas y las caricaturas de sus adversarios literarios. En estos poemas, se expresan, por primera vez en la literatura latina, los **sentimientos personales** y la experiencia vital. En ellos, tiene cabida la pasión amorosa, algo totalmente novedoso en la tradición literaria romana.
Pervivencia
En el primero de los poemas del Liber, Catulo imploraba a la musa larga vida para sus poemas, y realmente ha sido uno de los poetas latinos con mayor fortuna literaria. En la Edad Media, su poesía fue tachada de obscena, pero a partir del Renacimiento y, sobre todo, en el Romanticismo, gozó de enorme popularidad. Su Carmen V ha sido uno de los más imitados de toda la literatura universal. Poetas como Ronsard, Pope o Lord Byron recurrieron con frecuencia a sus versos. El compositor Carl Orff inmortalizó sus poemas en sus Catulli Carmina. En la literatura española, han sido muy numerosos los poetas clásicos que se han inspirado en motivos catulianos. Sin embargo, su impronta más notable se puede encontrar en poetas del siglo XX, sobre todo en los de la Generación de los 70, llamados **‘novísimos’** (en alusión a los neotéricos latinos), como Jaime Siles y Luis Alberto de Cuenca.
Horacio (Quinto Horacio Flaco, Siglo I a.C.)
Gracias a su amistad con Virgilio, Horacio frecuentó el influyente **círculo literario de Mecenas**. Aunque compuso obras como el Carmen Saeculare, varios libros de sátiras y epístolas poéticas, sus composiciones propiamente líricas son los Épodos y las Odas.
Los Épodos
Se trata de 17 composiciones en metro yámbico, imitando a los líricos griegos del siglo VII y a Calímaco. En la antigua lírica griega, el yambo era de contenido polémico y de tono y lenguaje agresivo. Los Épodos de Horacio son mucho más moderados, y la crítica queda en un segundo plano en muchas composiciones, como en el Epodo II, con el famosísimo tópico del **Beatus ille**.
Las Odas (*Carmina*)
Formadas por un total de 103 poemas, se publicaron en cuatro libros. Horacio toma como modelos a los líricos griegos **Alceo, Safo y Anacreonte**. Con los neotéricos, comparte el interés por la perfección formal del verso, pero se aparta de ellos puesto que su poesía es menos lúdica. Estas composiciones son la cumbre de su producción.
Encontramos las Odas dedicadas, sobre todo, a exaltar la política reformadora de **Augusto**, junto a otras de temática mitológica, autobiográfica, amorosa y filosófica. La poesía de Horacio carece de la intensidad y de la pasión de los poemas de Catulo. Sin embargo, lo superan en **equilibrio, exquisitez y perfección formal**.
Muchos de los tópicos poéticos imitados en todas las épocas y lenguas tienen su origen en sus composiciones, como el **Carpe diem**, la **Aurea mediocritas** o el Beatus ille.
Pervivencia
El mismo Horacio profetizó: Exegi monumentum aere perennius (“He erigido un monumento más duradero que el bronce”). A partir del Renacimiento, apenas podemos encontrar un poeta cuya obra no refleje en mayor o menor medida su huella. Sin Horacio, sería muy difícil entender muchas composiciones de Garcilaso, Fray Luis de León, Petrarca o Ronsard y John Milton. Tampoco es raro encontrar influencias horacianas en la poesía de la Generación del 27, como Jorge Guillén.
La Elegía Latina
En la primitiva tradición literaria griega, la Elegía era un canto de lamento fúnebre. Sin embargo, ya en algunos líricos griegos encontramos elegías de lamento amoroso. Más tarde, los poetas helenísticos continúan con la tradición de la elegía amorosa, casi siempre en el ámbito de la mitología.
Características de la Elegía Romana
La elegía latina toma de la griega su carácter doloroso y de lamento. Desde el punto de vista formal, el metro típico es el **dístico elegíaco**. Sin embargo, la originalidad de la elegía romana está fuera de toda duda, puesto que predomina el **carácter erótico-subjetivo** frente a la poesía elegíaca helénica, caracterizada por su mayor objetividad y mesura.
Los motivos poéticos son muy variados:
- El amante se convierte en seruus (esclavo) de la amada, que suele ser saeua (cruel), y por ella padece todo tipo de pruebas. Este **seruitium amoris** (esclavitud amorosa) no existía en la poesía griega.
- Los elegíacos latinos subliman a la amada, considerándola diuina, docta, elegante y sensible.
- La vida del enamorado es una verdadera **militia amoris** (servicio militar del amor), para obtener el favor de la amada, que, en muchos casos, prefiere entregarse al dives amator (amante rico). Este hecho provocará el abatimiento del poeta.
Poetas Elegíacos Clave
Tibulo (Albio Tibulo, Siglo I a.C.)
Frecuentó el círculo literario de Mesala Corvino. Su obra poética está compuesta por tres libros de elegías. Las del Libro I, dedicadas a su amada **Delia**, contienen tópicos característicos del género, como el paraclausithyron (lamento ante la puerta cerrada). En su segundo libro, aparece una nueva amante llamada **Némesis**.
Propercio
Contemporáneo a Tibulo, Propercio ingresó en el círculo de Mecenas. Su obra se compone de cuatro libros de elegías. El primero canta sus amores con **Cintia**, una relación tormentosa de su pasión amorosa que continúa en los libros II y III. Tras la muerte de Cintia, compuso otras de marcado carácter patriótico que se recogen en el IV libro.
Ovidio (Publio Ovidio Nasón, Siglo I a.C. – I d.C.)
Ovidio entró en el círculo de Mesala y abandonó una carrera de abogado para dedicarse por entero a la poesía. Augusto lo desterró, probablemente a causa de la publicación del Ars Amandi. De su abundante producción poética, que incluye otras composiciones didácticas y mitológicas o epistolares, nos centraremos en las de contenido propiamente elegíaco:
- Los Amores: Formados por tres libros dedicados a su amada **Corina**. La mayor parte de los poemas son de tono ligero e incluyen la totalidad de los tópicos de la poesía elegíaca. Presentan alusiones poéticas a las obras de los maestros precedentes.
- Ars Amandi (El Arte de Amar): Ovidio se presenta a sí mismo como **magister amoris** (maestro del amor). Está escrito en dísticos elegíacos. Dedica los dos primeros libros a dar consejos a los hombres sobre el arte de la seducción, y el tercero a las mujeres. Utiliza multitud de exempla mitológicos mezclados con anécdotas de la vida cotidiana, reflejando la sociedad romana en la época de Augusto.
- Obras Menores: Hay que mencionar otras dos obras menores: Remedia Amoris y Medicamina Faciei Feminae.
- Poesía del Exilio: Un carácter marcado presenta la ‘poesía del exilio’, recogida en **Tristia** y **Epistulae ex Ponto**. Aquí se muestra un Ovidio mucho más sincero y profundo, entristecido por la soledad y la nostalgia.
Trascendencia de Ovidio
Su trascendencia ha sido enorme. Su poesía amorosa constituye el germen de grandes movimientos poéticos, como el del **Amor Cortés**. A partir del siglo XI, se inicia la llamada **Aetas Ovidiana**, en la que la mayor parte de los poetas se inspiran e imitan a Ovidio. Destacamos aquí el Roman de la Rose, el Cancionero de Petrarca y el Libro de buen amor, del Arcipreste de Hita.
La Poesía Bucólica
Por poesía bucólica se entiende el género poético en el que la vida rústica y pastoril se propone como modelo idealizado.
Orígenes y Desarrollo
El primer ejemplo son los Idilios de **Teócrito** del siglo III a.C. El verdadero creador de este género en la literatura latina fue **Virgilio** con sus Églogas (o Bucólicas). En el siglo I a.C., estas obras son una imitación de los Idilios, pero con algunos elementos típicamente romanos.
En todas ellas se observa la descripción de un **locus amoenus** (lugar ameno), donde uno o varios pastores entonan lamentos amorosos, a veces con alusiones mitológicas. Virgilio hace gala de su clasicismo, pero su estilo es menos solemne que el de la Eneida.
Legado
Los tres grandes autores del primer Renacimiento italiano, Dante, Petrarca y Boccaccio, escribieron sus propias églogas siguiendo el modelo virgiliano. Por excelencia, destaca la Arcadia de Jacopo Sannazaro. En la literatura española, son fundamentales las *Églogas* de **Garcilaso de la Vega**, además de obras de Jorge de Montemayor y Cervantes (*La Galatea*).