El Asedio de Jerusalén y el Ascenso de los Flavios: Crónica del Año 70 d.C.

Los Asesinos del Emperador: Liber III

Capítulo 39: El ejército de Tito

Campamento general romano, frente a las murallas de Jerusalén. Febrero de 70 d.C.

Marco Ulpio Trajano (padre) llega al campamento del monte Scopus con noticias cruciales: Vitelio ha sido ejecutado, el Senado ha proclamado a Vespasiano emperador y este, en su viaje de Egipto a Roma, ha nombrado Césares a sus hijos, Tito y Domiciano. El pacto entre Vespasiano y Tito es claro: Jerusalén debe caer antes de junio. En el praetorium, el joven Aulo Larcio Lépido, legatus de la Legión X Fretensis, organiza un encuentro entre Tito y Trajano. Junto a ellos se encuentran veteranos como Sexto Vettuleno Cerealis y Marco Tittio Frugi. Tito y Trajano, conscientes de que sus tropas son insuficientes para tomar la ciudad, afrontan un problema adicional: la Legión XII Fulminata tiene una moral y una eficacia muy bajas. Para solucionar esto, Tito nombra a Trajano padre como nuevo legatus oficial de dicha legión, con la misión de transformarla en una unidad de combate de élite.

Capítulo 40: La llegada de Longino

Itálica, sur de Hispania. Marzo de 70 d.C.

Cneo Pompeyo Longino es un superviviente de una familia pompeyana dispersa tras la derrota ante César. Su abuelo se estableció en Augusta Treverorum, en la Galia Bélgica. Tras la muerte de su padre en combate, este le encomendó buscar la protección de Trajano padre en Itálica, con quien había servido bajo el mando de Corbulón. Al llegar, Longino forja una estrecha amistad con Trajano hijo, compartiendo jornadas de caza, durante las cuales el joven Trajano desarrolla sentimientos más profundos por su nuevo amigo.

Capítulo 41: El amanecer de una dinastía

Bahía de Alejandría. Marzo de 70 d.C.

Tito Flavio Vespasiano, finalmente, pone rumbo a Roma. Con la capital ya bajo el control de sus aliados Antonio Primo y Muciano, y con la cabeza de Vitelio fuera de juego, su poder se consolida. El Senado lo ha proclamado emperador, y las profecías, tanto del templo de Serapis en Alejandría como del oráculo del monte Carmelo, auguran el éxito a un nuevo líder de Oriente. Vespasiano reflexiona sobre su gran ambición: la conquista de Jerusalén no solo le daría una fama inmensa, sino que sería el cimiento de una nueva dinastía, la Flavia. Sin embargo, le preocupa la disparidad entre sus hijos: el competente Tito, asediando la ciudad judía, y el indolente Domiciano, dedicado a tareas menores en Roma.

Capítulo 42: La primera muralla

Torre Psephinus, Jerusalén. Abril de 70 d.C.

Dentro de la ciudad, los líderes de la rebelión judía, Eleazar ben Jair y Simón bar Giora, líder de los radicales sicarios, planean su defensa. Simón ordena un ataque sorpresa justo cuando Tito realiza una inspección de las murallas con una escolta reducida. El César escapa por poco de la muerte. Poco después, los romanos se enteran de un asalto masivo de sicarios contra la Legión X Fretensis. Mientras preparan sus defensas y máquinas de asedio, los zelotes, otra facción judía, atacan a la legión desde una posición diferente, pero son repelidos con la llegada de refuerzos. La lucha interna entre sicarios y zelotes por ver quién derrota a los romanos evidencia la división de los defensores.

Capítulo 43: A la luz de una hoguera

Alrededores de Itálica. Mayo de 70 d.C.

Longino y Trajano hijo continúan fortaleciendo su amistad. Durante una noche de caza, bajo la luna llena y el efecto del vino, Trajano expresa sus sentimientos tocando la mejilla de Longino. Este, con delicadeza, le corresponde afirmando que son los mejores amigos, pero que no comparte esa clase de amor. A la mañana siguiente, Longino despierta y Trajano ya no está a su lado.

Capítulo 44: La bella Domicia

Roma, Domus Aurea. Mayo de 70 d.C.

El emperador Vespasiano, a pesar de la aparente aceptación del pueblo, siente la desconfianza de muchos senadores. Las revueltas en la Galia y los problemas en las fronteras del Rin y el Danubio se suman a la tenaz resistencia judía en Jerusalén. En este clima de incertidumbre, organiza un banquete en la Domus Aurea. Entre los invitados se encuentran Lucio Elio Lamia y su esposa, la bella Domicia Longina, quien asiste con recelo, pues su padre fue ejecutado por orden de Nerón. Domiciano, el hijo menor del emperador, se muestra molesto por tener que asistir al evento, prefiriendo sus habituales noches de placer.

Capítulo 45: El ariete de Roma

Ciudad vieja de Jerusalén. Mayo de 70 d.C.

En la asediada ciudad, el apóstol Juan intenta dar consuelo a la comunidad cristiana. Mientras tanto, en un movimiento desesperado, los líderes enemigos, Simón bar Giora (sicarios) y Juan de Gischala (zelotes), forjan una alianza para enfrentarse a Roma. Su tregua es interrumpida por un estruendo: un ariete romano ha comenzado a golpear la muralla de la Ciudad Nueva.

Capítulo 46: Banquete de emperador

Domus Aurea, Roma. Mayo de 70 d.C.

El aburrimiento de Domiciano en el banquete se desvanece al instante en que ve entrar a Domicia Longina. Cautivado por su belleza, pregunta por ella al veterano liberto Partenio, antiguo consejero de Nerón. La concubina de Vespasiano, Antonia Cenis, escucha la conversación y, viendo una oportunidad para ganarse el favor del joven César y mejorar su propia posición, le ofrece su ayuda para conquistarla.

Capítulo 47: Un pacto entre enemigos mortales

Jerusalén. Mayo de 70 d.C.

Tras la brecha abierta por los arietes, los zelotes y sicarios lanzan un contraataque coordinado. El combate cuerpo a cuerpo es brutal. Juan de Gischala, al ver que sus fuerzas son superadas, ordena la retirada. Durante la noche, los judíos logran prender fuego a una de las torres de asedio romanas. A pesar de esta victoria parcial, los romanos consiguen asegurar el control de la primera muralla y se preparan para asaltar la segunda, derribando las edificaciones cercanas para desplegar sus tácticas.

Capítulo 48: Una fiera asustada

Domus Aurea, Roma. Finales de mayo de 70 d.C.

Domiciano y Antonia Cenis trazan un plan para separar a Domicia de su esposo. La estrategia consiste en que Vespasiano ofrezca a Lucio un cargo de gran prestigio, como el de gobernador de una provincia lejana, lo que forzaría un divorcio. Partenio será el encargado de presentar la oferta, utilizando la memoria de Corbulón como pretexto para no levantar sospechas sobre las verdaderas intenciones.

Capítulo 49: La segunda muralla de Jerusalén

Jerusalén. 30 de mayo de 70 d.C.

Los romanos logran abrir una brecha en la segunda muralla, pero al entrar se encuentran con un silencio sepulcral. Es una trampa. Sicarios y zelotes surgen de sus escondites, acorralando a los legionarios. Tras una feroz batalla en la que Eleazar casi alcanza a Tito, una lluvia de flechas obliga a ambos bandos a retirarse. Cuatro días después, los romanos finalmente aseguran la zona. La ciudad queda dividida: la Ciudad Nueva para Roma, la Ciudad Alta para Simón y sus sicarios, y el Gran Templo y la Ciudad Vieja para Gischala y sus zelotes.

Capítulo 50: Un nuevo gobernador

Roma. Junio de 70 d.C.

Partenio se reúne con Lucio Elio Lamia y le presenta la oferta del emperador: el prestigioso cargo de gobernador de la provincia Tarraconensis. Lucio acepta con gratitud, pero su alegría se torna en desolación cuando Partenio le revela la condición innegociable: debe divorciarse de Domicia. Bajo una amenaza velada, Lucio se ve forzado a aceptar.

Capítulo 51: La fortaleza Antonia y la tercera muralla

Jerusalén. Junio de 70 d.C.

El siguiente objetivo romano es la imponente Fortaleza Antonia y la tercera muralla. Sin embargo, sus rampas de asedio comienzan a derrumbarse misteriosamente. Descubren que los zelotes han cavado túneles por debajo, saboteando la ofensiva. Ante el fracaso, Tito pide consejo a sus legados. Trajano propone una táctica empleada con éxito en Numancia: construir un muro de circunvalación completo alrededor de la ciudad para cortar todos los suministros y rendir a los defensores por hambre.

Capítulo 52: La caza del lince

Hispania. Verano de 70 d.C.

Durante una cacería, Trajano hijo es acorralado por un lince al borde de un barranco y cae, logrando aferrarse a unas ramas. Cuando todo parece perdido, Longino llega para rescatarlo. En el esfuerzo titánico por subir a su amigo, Longino sufre una grave lesión en el brazo, un sacrificio que le dejará secuelas permanentes.

Capítulo 53: El muro de Roma

Jerusalén. Junio de 70 d.C.

La construcción del muro de circunvalación comienza a surtir efecto, y muchos judíos, desesperados por el hambre, intentan rendirse. La situación se vuelve más cruel cuando un oficial romano, por su cuenta, masacra a los que huyen, justificándose con la excusa de que se tragaban oro para contrabandearlo. Trajano, indignado, ordena su arresto. Mientras tanto, los zelotes, en su afán por seguir cavando túneles, provocan accidentalmente el derrumbe de los cimientos de la Fortaleza Antonia, su propio bastión.

Capítulo 54: Las palabras de Lucio

Roma. Julio de 70 d.C.

Lucio comunica a Domicia que deben separarse por orden del emperador. Ella reacciona con ira y desprecio ante lo que considera una cobarde sumisión. Le propone huir juntos, afirmando que ella sí habría desafiado a Roma por su amor. Pero Lucio ya ha tomado su decisión y la abandona, dejándola sola con su dolor y sus palabras no escuchadas.

Capítulo 55: Camino a Éfeso

Jerusalén. Finales del verano de 70 d.C.

Con Jerusalén convertida en un infierno de ruinas y fuego, el apóstol Juan negocia con Trajano un salvoconducto para que los cristianos supervivientes puedan abandonar la ciudad y dirigirse a Éfeso. Mientras los legionarios, bajo la supervisión de Tito, saquean los tesoros del Templo, Trajano autoriza la huida pacífica del grupo.

Capítulo 56: Un mensaje para el emperador

Roma. Final del verano de 70 d.C.

Vespasiano recibe la carta de Tito: Jerusalén ha caído en septiembre. La noticia le llena de orgullo, pero también de una profunda inquietud. La inmensa fama y el amor que Tito ha ganado con esta victoria lo convierten en una figura poderosa, y su padre teme que pueda convertirse en un rival por el trono.

Capítulo 57: Alguien que no teme a Vespasiano

Roma. Principios de otoño de 70 d.C.

Para celebrar la victoria y acallar rumores, Vespasiano organiza otro gran banquete. Domicia es una de las invitadas de honor. Durante la velada, Domiciano conversa con ella, y es evidente que Domicia está empezando a corresponder a sus sentimientos. Vespasiano observa la escena con aprobación, viendo cómo su plan dinástico toma forma.

Capítulo 58: La muerte de un gobernador

Roma. Otoño de 70 d.C.

Llega una misiva desde la Tarraconensis informando de la repentina muerte del gobernador Lucio Elio Lamia, atribuida a una indigestión. Partenio, sospechando la verdad, confronta a Domiciano. Este no solo admite que ordenó el asesinato por considerarlo necesario, sino que amenaza veladamente a Partenio, advirtiéndole que mida sus palabras en el futuro.

Capítulo 59: Una carta de Oriente

Itálica. Otoño de 70 d.C.

En un acto de amistad y sacrificio supremo, Longino nunca soltó la mano de Trajano hijo al borde del precipicio. Con una fuerza sobrehumana, lo impulsó hacia arriba hasta ponerlo a salvo. Pero el precio fue terrible: un crujido en su brazo selló su destino, dejándolo con una invalidez permanente, un recordatorio constante del día en que salvó a su mejor amigo.