Las Eras Geológicas de la Península Ibérica
El relieve de la Península Ibérica se ha formado durante millones de años. En este largo proceso, se han sucedido periodos de levantamiento de montañas, de desgaste por la erosión y épocas de calma en las que se acumularon sedimentos. Su posición estratégica entre Europa y África también ha influido notablemente en su configuración. La Península ha pasado por cinco grandes eras geológicas: Precámbrica, Paleozoica, Mesozoica, Cenozoica y Cuaternaria.
Era Precámbrica
Durante la era Precámbrica, casi toda la Península estaba sumergida bajo el mar. Solo sobresalían algunas montañas que formaban el llamado macizo precámbrico, constituyendo las primeras tierras emergidas. En esa época, los continentes africano y europeo estaban separados por el mar de Tetis.
Era Paleozoica (o Primaria)
En la era Paleozoica se formaron grandes cadenas montañosas debido a los movimientos orogénicos conocidos como orogenia Caledoniana y Herciniana. La orogenia Herciniana levantó una imponente cordillera que, con el tiempo, fue desgastada por la erosión hasta formar una superficie plana llamada zócalo. De este proceso surgió el Macizo Hespérico, que hoy constituye la base de la Meseta Central.
Era Mesozoica (o Secundaria)
La era Mesozoica fue un periodo de relativa calma tectónica, sin grandes movimientos orogénicos. La erosión continuó actuando sobre los macizos antiguos. En el este de la Península, se acumularon en el fondo marino grandes depósitos de materiales calizos. Más tarde, estos materiales dieron lugar al característico relieve kárstico, con formaciones como cuevas, cañones, hoces, poljés, dolinas, y espectaculares cuevas con estalactitas y estalagmitas.
Era Cenozoica (o Terciaria)
Durante la era Cenozoica tuvo lugar la orogenia alpina, un evento tectónico que levantó muchas de las montañas actuales, como los Pirineos, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico, el Sistema Central y las Cordilleras Béticas. También se formaron las depresiones del Ebro y del Guadalquivir, y la Meseta se elevó. En este periodo aparecieron algunos volcanes en distintas zonas.
Era Cuaternaria
En la era Cuaternaria, el relieve cambió poco, pero el clima experimentó grandes variaciones. Se sucedieron épocas frías, con la formación de glaciares, y otras más cálidas. Los glaciares modelaron las altas montañas, y la acción de los ríos fue fundamental para formar los valles, llanuras y costas que conocemos hoy.
Variedad Litológica y Formas del Roquedo Peninsular
La litología es la ciencia que estudia las rocas, su origen y composición. La diversidad de rocas en España da lugar a paisajes muy distintos. Según el tipo de roca predominante, se distinguen cuatro grandes dominios litológicos: silíceo, calizo, arcilloso y volcánico.
Dominio Silíceo
Se localiza principalmente en el oeste de la Península. Está compuesto por rocas muy antiguas y duras como el granito, la pizarra y la cuarcita, formadas en las eras Precámbrica y Primaria. El agua, el hielo y el deshielo las desgastan lentamente. Las formas de relieve más típicas son los domos (montes redondeados), las piedras caballeras (bloques en equilibrio), las pedrizas o canchales (acumulaciones de piedras) y los berrocales (grandes bloques de granito amontonados).
Dominio Calizo
Se extiende por el este y norte de la Península. Está formado por rocas calizas de origen marino (restos de conchas y esqueletos). El agua, al disolver la caliza, crea el singular relieve kárstico. Las formas más comunes son el lapiaz (surcos y grietas en la roca), los cañones y hoces (valles estrechos y profundos), los poljés (valles cerrados y de fondo plano), las dolinas (depresiones circulares) y las cuevas con estalactitas y estalagmitas.
Dominio Arcilloso
Ocupa zonas hundidas durante la orogenia alpina, como las grandes depresiones. Está formado por materiales blandos como arcillas y margas, que se erosionan con gran facilidad. Las formas del relieve características son las cárcavas o barrancos (surcos profundos), los badlands (paisajes áridos y muy erosionados), los páramos (superficies planas y elevadas) y los cerros testigos (colinas aisladas que evidencian la erosión de un páramo).
Dominio Volcánico
Se encuentra principalmente en el archipiélago canario, aunque también hay ejemplos en Cabo de Gata (Almería), Olot (Girona) y Campo de Calatrava (Ciudad Real). Su origen se debe a erupciones volcánicas y a la posterior erosión. Sus formas más típicas son el cono volcánico (montaña formada por lava y cenizas), la caldera (gran depresión circular formada por el colapso de un volcán) y el malpaís (terreno abrupto y yermo cubierto de rocas de lava).
Las Grandes Unidades del Relieve Peninsular
El relieve de la Península Ibérica se organiza en dos grandes conjuntos: la Meseta Central y las unidades exteriores a ella. Además, es fundamental considerar los relieves insulares de los archipiélagos Balear y Canario.
La Meseta Central
La Meseta Central es la unidad de relieve más antigua y extensa de la Península. Se extiende desde la Cordillera Cantábrica al norte hasta Sierra Morena al sur, y desde el Macizo Galaico-Leonés al oeste hasta el Sistema Ibérico al este. Está formada por materiales duros y antiguos. Aunque es una gran llanura elevada, en su interior alberga varias zonas montañosas. Su configuración actual se debe a los movimientos de las placas tectónicas, que fracturaron su superficie en distintos bloques.
Bordes Montañosos de la Meseta
Rodeando la Meseta se encuentran varios sistemas montañosos que se levantaron durante la era Terciaria, como consecuencia de la orogenia alpina. Estos bordes son:
- El Macizo Galaico-Leonés al noroeste.
- La Cordillera Cantábrica al norte.
- El Sistema Ibérico al este.
- Sierra Morena al sur.
Unidades Exteriores a la Meseta
Fuera de la Meseta Central se localizan importantes depresiones y cordilleras.
Depresiones Exteriores
Se formaron al mismo tiempo que las cordilleras que las rodean. Son zonas hundidas donde se han acumulado grandes espesores de sedimentos.
- La Depresión del Ebro: situada al noreste, entre los Pirineos y el Sistema Ibérico. Contiene materiales marinos y continentales.
- La Depresión del Guadalquivir: localizada al suroeste, junto a las Cordilleras Béticas. Está rellena de sedimentos y presenta extensas zonas de marismas.
Cordilleras Exteriores
Estas cordilleras se formaron por el plegamiento de materiales depositados durante las eras Secundaria y Terciaria, y están compuestas principalmente por rocas calizas. Las más importantes son los Pirineos, los Montes Vascos, la Cordillera Costero-Catalana y las Cordilleras Béticas, situadas en el sur.
Relieves Insulares
Finalmente, destacan los relieves de los archipiélagos.
- Archipiélago Balear: sus montañas están formadas por rocas calizas y se consideran una prolongación geológica del Sistema Bético y la Cordillera Costero-Catalana.
- Archipiélago Canario: compuesto por siete islas principales de origen volcánico, que emergieron del océano hace unos 20 millones de años.
Factores que Condicionan la Red Hidrográfica
La red hidrográfica, formada por los ríos y sus afluentes, está determinada por una combinación de factores naturales y humanos.
Factores Naturales
Relieve
El relieve es un factor clave. La Península Ibérica presenta una notable inclinación hacia el oeste, lo que provoca que la mayoría de los grandes ríos, como el Duero, el Tajo y el Guadiana, desemboquen en el océano Atlántico. En zonas más llanas y sin salida al mar, se produce la llamada circulación endorreica.
Litología
El tipo de roca (litología) también afecta al recorrido del agua. En rocas duras e impermeables, el agua fluye por la superficie, mientras que en rocas permeables, como las calizas, se filtra con facilidad hacia el subsuelo.
Clima
El clima es determinante. En las zonas húmedas del norte, los ríos son más caudalosos y regulares. En contraste, en las zonas secas o áridas, los ríos tienen menos agua y sufren fuertes estiajes (periodos de mínimo caudal) debido a la escasez de lluvias y la alta evaporación.
Vegetación
La cubierta vegetal ayuda a retener el agua en el suelo, reduce la evaporación y contribuye a que el caudal de los ríos sea más constante a lo largo del año.
Factores Humanos
La acción humana ha modificado profundamente la red hidrográfica. Se han construido numerosos embalses y presas para almacenar agua, regular el caudal de los ríos, generar energía eléctrica y garantizar el abastecimiento a la población, especialmente en las regiones con menores precipitaciones.
Factores que Condicionan la Vegetación Peninsular e Insular
La vegetación de la Península y sus archipiélagos es el resultado de la interacción de diversos factores físicos y humanos.
Factores Físicos
El factor físico más influyente es el clima, debido a los grandes contrastes que existen en España. El norte, frío y lluvioso, alberga una vegetación muy diferente a la del sur, cálido y seco. Cada especie está adaptada a su ambiente. La situación geográfica de la Península, entre África y Europa, también favorece una gran biodiversidad. En las Islas Canarias, su clima subtropical ha permitido el desarrollo de numerosas plantas únicas en el mundo, conocidas como endemismos.
El relieve y los suelos también condicionan la distribución de la vegetación. En las montañas, las especies vegetales varían según la altitud y la orientación de las laderas (solana o umbría). Cada tipo de suelo favorece a unas especies sobre otras: los suelos silíceos del oeste son propicios para alcornoques y pinos; los calcáreos del este, para robles y encinas; y los suelos salinos dificultan el crecimiento de la mayoría de las plantas.
Factores Humanos
El factor humano más determinante ha sido la deforestación. Durante siglos, se han talado bosques para obtener tierras de cultivo, pastos para el ganado, leña o espacio para construir ciudades. Esta actividad ha transformado drásticamente el paisaje, sobre todo en las zonas de clima mediterráneo. En cambio, las áreas del norte y las regiones montañosas han conservado mejor sus bosques originales. En las últimas décadas, se ha intentado revertir este problema mediante la protección de espacios naturales y la puesta en marcha de programas de reforestación con especies autóctonas.