Diversidad Lingüística del Español: Sociolectos, Registros y la Norma Estándar

Variedades Socioculturales y Registros del Lenguaje

Introducción

Recordemos que el castellano (al igual que todas las lenguas) es un sistema de signos articulado que nos permite comunicarnos, pero que puede presentar numerosas variedades en su realización, según quién, dónde y cuándo utilice esta lengua.

Variedades Diastráticas: Los Sociolectos

Los distintos niveles socioculturales existentes en una comunidad lingüística son los que marcan las diferencias entre los hablantes. Estas diferencias están determinadas, por un lado, por el nivel cultural de los hablantes y, por otro, por el grupo social al que pertenecen.

El Nivel Cultural del Hablante

El nivel cultural de un hablante depende de su formación y estudios. Según este nivel cultural, los hablantes pueden emplear dos códigos o niveles principales:

  • Código Elaborado o Nivel Culto

    Capaz de adaptarse a las distintas situaciones comunicativas y caracterizado lingüísticamente por una pronunciación cuidada, una sintaxis compleja y el uso de un léxico rico, variado y preciso. Con el nivel culto, se logra una comunicación muy expresiva y llena de matices, prescindiendo de otros medios extralingüísticos más propios de niveles menos cultos, como la gesticulación.

  • Código Restringido o Nivel Vulgar (Inculto)

    Que limita las posibilidades de adaptación del hablante a las distintas situaciones comunicativas. La variedad lingüística utilizada en el nivel vulgar se caracteriza por una pronunciación con incorrecciones fonéticas, errores gramaticales (como el laísmo, el loísmo, el dequeísmo, etc.), una sintaxis simple y un léxico pobre. La pobreza léxica se suple con la entonación, los gestos, las interjecciones, etc.

  • Código Común o Nivel Estándar

    Cabe señalar también la existencia de un código común o nivel estándar, que constituye un modelo intermedio en el que se neutralizan las diferencias entre el culto y el vulgar. Este código es el que permite la comprensión mutua. Es una variedad caracterizada por la sencillez expresiva y la corrección lingüística, y es (o debería ser) la variedad habitual en la educación y los medios de comunicación.

El Grupo Social del Hablante

El grupo social al que pertenece cada hablante influye en su manera de hablar. Cada hablante pertenece a un grupo social dependiendo de su edad, sexo, tipo de trabajo, lugar de residencia, lugar de origen, etc.

Al margen de la pertenencia a estos grupos, cabe señalar que existen algunos con características lingüísticas muy marcadas, como es el caso de:

  • Jergas o Argots

    Son variedades utilizadas por un grupo reducido de hablantes que se encuentran al margen de la colectividad y que emplean un lenguaje particular para ocultar información a quienes no pertenecen a su grupo.

    Por ejemplo, la jerga juvenil, muy cambiante y caracterizada por la creación de neologismos, el uso de extranjerismos y los cambios de significado de algunas palabras; la jerga del hampa, propia del mundo de la droga y de la cárcel; o el caló, lenguaje propio de los gitanos.

  • Lenguajes Científico-Técnicos

    Caracterizan a grupos de hablantes unidos por un tema en común. Suelen emplear tecnicismos de un solo significado, pues pretenden ser precisos, claros y objetivos; no utilizan la connotación y suele ser un lenguaje complejo y especializado, a veces algo incomprensible para quienes no pertenecen a la misma disciplina.

  • Lenguajes Sectoriales o Usos Específicos

    Propios de una situación comunicativa ligada a una actividad determinada, como por ejemplo la administración, el periodismo, la publicidad o la literatura. Por ejemplo, el lenguaje burocrático-administrativo, caracterizado por un estilo nominal y unas fórmulas estereotipadas; el lenguaje periodístico, breve y conciso; el lenguaje publicitario, muy connotativo y expresivo, con términos de doble sentido; y el lenguaje literario, muy subjetivo, connotativo y con predominio de la función estética.

Variedades Diafásicas: Los Registros Lingüísticos

La situación comunicativa también establece diferencias en la forma de hablar, ya que no nos expresamos de la misma manera cuando conversamos con amigos que cuando lo hacemos en una reunión de trabajo.

La variedad que utilicemos en una situación comunicativa determinada dependerá, por un lado, del grado de formalidad del contexto y, por otro, del grado de planificación de dicha situación. Así, en un extremo tendríamos un registro espontáneo e informal y, en el otro, un registro planificado y formal. Entre estos dos extremos, existen numerosos registros intermedios.

Destacaremos aquí dos registros básicos:

  • Registro Coloquial (Familiar o Informal)

    Utilizado en un ambiente familiar, con personas allegadas; por tanto, se trata de una variedad relajada y espontánea. Se caracteriza por el uso de vocativos, muletillas, deícticos, interrogaciones retóricas, hipérboles, etc., pero no olvidemos que se trata de un registro que tiende a respetar la norma.

  • Registro Formal (Especializado)

    Solo puede ser empleado por hablantes de nivel culto. Se utiliza en situaciones formales, cuando se busca una expresión y una corrección máximas. Sus características son las ya mencionadas para el nivel culto. Este registro es propio de textos escritos de carácter científico, humanístico y literario.

La Lengua Estándar o Lengua Común: La Norma Culta

A pesar de todas las variedades descritas, los hablantes de una misma comunidad logran comunicarse a través de una lengua común, denominada estándar. Esta variedad estándar se elige entre las variedades con mayor prestigio y adquiere un carácter universal.

Esta «variedad estándar» intenta siempre adaptarse a la norma, que viene fijada por instituciones como la Real Academia Española (RAE). Estas establecen reglas sobre «el buen uso de la lengua» y sobre los usos correctos e incorrectos del castellano, que serán adoptadas por los hablantes de nivel culto.

La estandarización y normativización de la lengua es un proceso impulsado por las academias, las universidades, los medios de comunicación (oral), los libros y revistas (escrito) y las instituciones educativas en general.