El Resurgir de Estilos: Historicismo, Neogótico y Neomudéjar en la Arquitectura del Siglo XIX

El Historicismo y el Eclecticismo en la Arquitectura del Siglo XIX

Desde la primera mitad del siglo XIX, el Romanticismo impulsó la recuperación de los estilos arquitectónicos del pasado. En este contexto, el Historicismo emergió como la corriente arquitectónica que se inspiró en los estilos pretéritos, imitando sus formas y elementos decorativos. Complementariamente, el Eclecticismo arquitectónico combinó varios de esos estilos en un mismo edificio.

En general, los edificios administrativos, financieros o palacios solían ser neoclásicos o neorrenacentistas; los edificios religiosos, neomedievales; mientras que algunas mansiones o plazas de toros adoptaron estilos neoislámicos o neomudéjares.

El Neogótico: Sentimiento, Razón y Nacionalismo

El movimiento y la arquitectura neogótica estuvieron impregnados de un fuerte acento en las identidades nacionales. Se desarrolló en el momento en el cual se constituían definitivamente las naciones tal como se las entiende en la actualidad, y se consideraba al gótico como representante de las fuertes identidades locales.

Hacia el año 1830, este estilo comenzó a consolidarse como una alternativa válida frente a las formas clásicas. Se caracterizó por el predominio del sentimiento sobre la razón; el gótico aparecía entonces como un conglomerado confuso de torrecillas, pináculos, pupitres tallados, bóvedas tenebrosas y luces oblicuas filtradas por vidrieras multicolores.

De todas las corrientes historicistas, el estilo neogótico fue el más característico, debido a su simbolismo cristiano y sus connotaciones nacionalistas, pues los europeos veían en la Edad Media su origen nacional.

Figuras Clave del Neogótico

Entre los arquitectos protagonistas de este movimiento destacan:

  • Augustus Pugin (1812-1852), arquitecto británico.
  • John Ruskin (1818-1900), teórico y crítico de arte británico.
  • El francés Eugène Viollet-le-Duc (1814-1879), conocido por sus obras literarias, sus restauraciones de catedrales góticas francesas y sus edificios, en cuyas estructuras empleó hierro.

El Parlamento de Londres: Un Hito Neogótico

El Parlamento de Londres (1840-1865), edificio neogótico de Charles Barry (1795-1850) y Augustus Pugin, está considerado uno de los edificios más representativos de la arquitectura historicista decimonónica.

  • Se caracteriza por su gran extensión, su trazado simétrico y la riqueza de las formas neogóticas inspiradas en el gótico inglés.
  • Es un claro ejemplo del espíritu nacionalista de la época llevado a la arquitectura; Barry fue responsable de la estructura y ordenamiento del edificio, mientras que Pugin, uno de los grandes partidarios del estilo neogótico, se encargó de la decoración goticista de las fachadas y del interior.
  • La elección del estilo neogótico para el edificio se debió a que los británicos consideraban que el origen del parlamentarismo, que caracterizaba su sistema político, se remontaba a la Edad Media.

La Visión de Viollet-le-Duc: Restauración e Invención

Viollet-le-Duc fue un restaurador prolífico e innovador, responsable de la restauración e incluso invención de conjuntos monumentales medievales como la Ciudadela de Carcasona, el Castillo de Roquetaillade o los trabajos realizados en Mont Saint-Michel.

Sus restauraciones de Notre Dame de París lo hicieron especialmente conocido: pretendía purificar el gótico más allá de lo que el gótico original había sido capaz de depurar. Por ello, erigió una aguja inexistente en Notre Dame de París, con la que buscaba pasar a la posteridad y acentuar la verticalidad, en una arquitectura nacida para tocar el cielo. Defendió el uso del hierro y la coherencia de la arquitectura gótica, en contra del eclecticismo.

El Neomudéjar: Un Estilo con Identidad Hispánica

El Neomudéjar es un estilo artístico y arquitectónico que se desarrolló principalmente en la península ibérica a finales del siglo XIX y principios del XX. Se asoció especialmente a construcciones de carácter festivo y de ocio.

El Neomudéjar como Estilo Nacional en España

En España, el estilo neomudéjar fue reivindicado como estilo nacional, por estar basado en un estilo propiamente hispánico. Arquitectos como Emilio Rodríguez Ayuso o Agustín Ortiz de Villajos vieron en el arte mudéjar algo únicamente español y empezaron a diseñar edificios utilizando rasgos del antiguo estilo, entre ellos las formas abstractas de ladrillo y los arcos de herradura.

Es importante señalar que lo que la historiografía ha considerado tradicionalmente como neomudéjar, son en muchos casos obras de estilo neoárabe, puesto que utilizan elementos califales, almohades y nazaríes, siendo el único aspecto mudéjar el uso del ladrillo visto.

Se ha considerado a la Plaza de Toros de la Fuente del Berro (también conocida como Plaza de Toros de Goya) en Madrid, de Rodríguez Ayuso y Álvarez Capra, de 1874, como el inicio del neomudéjar.

Ejemplos Emblemáticos del Neomudéjar

Iglesias

El estilo neomudéjar hubo de competir con el neogótico o el neorrománico, ambos preferidos por las autoridades eclesiásticas debido a la profusión con que fueron utilizados el románico y el gótico durante la Edad Media para la construcción de obras religiosas emblemáticas. Frente a estos estilos “cristianos”, el arabizante neomudéjar no fue el escogido mayoritariamente por la Iglesia católica, si bien llegaron a construirse unas cuantas iglesias en este estilo en Madrid, como son la Iglesia de Santa Cristina (1906) y la de San Matías de Hortaleza.

Plazas de Toros

El primer ejemplo del estilo neomudéjar es la mencionada Plaza de Toros de la Fuente del Berro (1874) en Madrid. El estilo fue a partir de entonces casi obligatorio en plazas de toros de toda España: la plaza de toros de Toledo, La Malagueta en Málaga, la de Bilbao, o la de Gijón, entre otras.

Estaciones Ferroviarias

El sector ferroviario absorbió el grueso de la inversión en infraestructuras en España entre mediados del siglo XIX y la Guerra Civil. Entre las estaciones construidas en lenguaje neomudéjar destaca la Estación de Toledo, diseñada por Narciso Clavería y terminada en 1920. Otros ejemplos son la Estación de Plaza de Armas de Sevilla (1901), la Estación de Aranjuez (1923) y la Estación de Jerez de la Frontera. En Extremadura sobresale la vieja Estación de Ferrocarril de Zafra (Badajoz) de 1917. En Aragón, el neomudéjar tuvo un amplio desarrollo.