El Sistema Inmunitario Humano: Memoria, Tipos de Inmunidad y Alteraciones

La Memoria Inmunológica: Respuestas Primaria y Secundaria

La primera vez que penetra un antígeno provoca una respuesta inmune primaria. Esta respuesta se caracteriza porque primero hay un período de latencia, período que necesita el sistema inmune para activarse, en el cual no hay producción de anticuerpos. Al cabo de varios días empiezan a aparecer anticuerpos (IgM) en la sangre, que van aumentando hasta un máximo (que se alcanza a los 10-15 días), para después declinar, hasta casi desaparecer.

Pero si el antígeno vuelve a penetrar una segunda vez, la respuesta inmune, llamada respuesta secundaria, es más rápida, intensa y prolongada. El período de latencia es mínimo, la producción de anticuerpos es mucho mayor y su persistencia en la sangre es muy superior (hasta varios años). Esto indica claramente que existe una memoria inmunológica.

La base de esta memoria está en los linfocitos, algunos de los cuales, tras el primer contacto con el antígeno, se transforman en células de memoria (linfocitos B o T). Los linfocitos de memoria están circulando por la sangre y los órganos linfoides, por lo que detectan rápidamente una nueva entrada del antígeno, desencadenando una rápida producción de IgG, que impide el desarrollo de la infección.

Respuesta Inmune Celular: Los Linfocitos T

Además de la acción de los anticuerpos sobre los antígenos, existe otro proceso defensivo, conocido como respuesta inmune celular o respuesta inmune mediada por células, sin producción de anticuerpos. Este proceso resulta muy eficaz en la destrucción de:

  • Células extrañas procedentes de otro individuo distinto, aunque sea de la misma especie (ej: órganos trasplantados).
  • Células propias tumorales.
  • Células infectadas por virus.
  • Células que contienen microorganismos de crecimiento intracelular (como la bacteria de la tuberculosis).

La respuesta inmune celular corre a cargo de los linfocitos T, aunque requiere la colaboración de los macrófagos. El proceso se realiza de la siguiente forma: Cuando se detecta la presencia de un elemento extraño, un macrófago lo fagocita y tras su digestión intracelular sitúa algunos fragmentos del antígeno (péptidos más sencillos) sobre su membrana, junto con sus antígenos de histocompatibilidad. Esta célula recibe el nombre de célula presentadora de antígenos.

Son los linfocitos T auxiliares o colaboradores (TH) los que actúan en primer lugar, llevando a cabo un doble reconocimiento: por una parte, reconocen los antígenos del MHC (Complejo Mayor de Histocompatibilidad) del macrófago y los identifican como propios (ya que ambas células pertenecen al mismo individuo); por otra parte, reconocen el antígeno extraño. De esta manera se produce la activación de los linfocitos T auxiliares.

Inmunidad: Concepto y Tipos

Se dice que un organismo es inmune a determinado antígeno cuando es capaz de anularlo sin presentar reacción patológica. Hay varios tipos de inmunidad:

Inmunidad Natural

Se da este nombre a la inmunidad que se desarrolla por procesos naturales. A su vez puede ser:

Activa

Si el propio organismo sintetiza los anticuerpos tras la introducción del antígeno. La inmunidad natural activa se produce después de superar una enfermedad infecciosa, ya que el organismo queda cargado con los anticuerpos sintetizados y, sobre todo, con linfocitos de memoria, por lo que durante un tiempo (en ocasiones toda la vida) se evita la reinfección.

Pasiva

Si la inmunidad se adquiere al recibir anticuerpos específicos fabricados por otro organismo. Se da por la transferencia de anticuerpos de la madre al feto, a través de la placenta, y al niño lactante a través de la leche materna (“calostro”). De esta forma, el niño recibe anticuerpos hasta que sus mecanismos inmunológicos se desarrollen completamente. Es una inmunidad pasiva.

Inmunidad Artificial

Es la inmunidad que se adquiere artificialmente mediante el uso de técnicas médicas. Puede ser:

Inmunidad Artificial Pasiva: Sueros (Sueroterapia)

Consiste en la introducción en el organismo de anticuerpos sintetizados previamente por otro individuo. El principal método que se utiliza es la sueroterapia, que consiste en inocular el antígeno correspondiente a un animal (con frecuencia se ha utilizado el caballo), que sintetiza los anticuerpos contra una enfermedad determinada. Tras la extracción de la sangre del animal se aíslan y purifican los anticuerpos que van a ser inyectados a la persona infectada.

La utilización de sueros tiene unas ventajas evidentes:

  • Proporciona una protección inmediata (a las pocas horas de su inyección), a diferencia de las vacunas que requieren varios días para producir resistencia.
  • Al no ser necesaria la síntesis propia de anticuerpos, esta inmunidad resulta útil en individuos con deficiencias en su sistema inmunitario.

Pero la sueroterapia también presenta una serie de inconvenientes:

  • Se obtiene una inmunidad de duración limitada (unos pocos meses) hasta que los anticuerpos administrados desaparezcan.

Inmunidad Artificial Activa: Vacunas

Este tipo de inmunidad se consigue con la vacunación, que consiste en introducir gérmenes muertos o atenuados, incapaces de desarrollar la enfermedad, pero que son portadores de los antígenos específicos. De ahí que el organismo responda fabricando anticuerpos (respuesta primaria) y quedando así inmunizado contra la enfermedad, pues el posible contagio con la forma virulenta del antígeno desencadena la respuesta secundaria, por lo que la infección no se desarrolla.

La duración de esta inmunidad puede ser para toda la vida o bien temporal. La finalidad de la vacunación es la de prevenir una enfermedad pero no la de curarla, ya que las vacunas producen sus efectos tras unos días en los que el organismo fabrica anticuerpos.

Autoinmunidad

El sistema inmunitario normalmente es capaz de reconocer las moléculas extrañas y distinguirlas de las que son propias del organismo, produciendo anticuerpos sólo contra las extrañas. Sin embargo, a veces, el sistema inmunitario ataca a las propias células. Se trata del fenómeno de autoinmunidad. Es un proceso autodestructivo que origina enfermedades autoinmunes, cuyo desarrollo es lento pero progresivo.

Algunos ejemplos son:

  • Esclerosis múltiple: afecta a la médula espinal y el cerebro provocando múltiples y graves trastornos nerviosos.
  • Diabetes juvenil (Tipo 1): afecta al páncreas y provoca diabetes insulinodependiente.

Hipersensibilidad

Las reacciones inmunológicas tienen como objetivo eliminar los antígenos extraños sin producir daño a la persona. Sin embargo, en ocasiones, el sistema inmunitario puede llegar a actuar de manera excesiva ante moléculas inocuas o poco peligrosas, produciendo efectos graves e incluso la muerte. Esto se conoce como hipersensibilidad (comúnmente, alergias).

Inmunodeficiencia

Una inmunodeficiencia es la incapacidad para desarrollar una respuesta inmunitaria adecuada ante la presencia de antígenos extraños, es decir, éstos no son eliminados correctamente. Existen dos clases de inmunodeficiencias: las congénitas y las adquiridas.

Inmunodeficiencias Congénitas

Es una anomalía inmunitaria con la que se nace; suele ser hereditaria.

Inmunodeficiencias Adquiridas

En este tipo de enfermedades, más frecuentes que las inmunodeficiencias congénitas, la deficiencia inmunitaria no se transmite genéticamente, sino que aparece en cualquier momento de la vida como consecuencia de diversos factores, entre los que figuran la leucemia, la exposición a radiaciones o infecciones como el VIH (que causa el SIDA).