La Variedad de la Prosa Renacentista
La curiosidad y el vitalismo propios del Renacimiento, y la voluntad de imitar modelos grecolatinos explican el desarrollo en el siglo XVI de una amplia variedad de subgéneros en prosa, tanto de carácter didáctico como narrativo.
Las Misceláneas
Son obras de divulgación científica e histórica, cercanas a una moderna enciclopedia, en las que se mezclan temas diversos. Tenían como objetivo entretener al lector, presentando ante sus ojos la complejidad del ser humano. Sus fuentes fueron la Biblia, ciertos autores clásicos (Aristóteles, Plinio – Historia natural) y algunas misceláneas anteriores, principalmente italianas. Sin embargo, en las misceláneas españolas se añaden refranes o leyendas, y elementos extraños y misteriosos. Aunque se traten de textos informativos, cobra importancia el componente narrativo: los autores se dirigen a un lector no especializado, presentando datos en narraciones.
Principales misceláneas españolas:
- Silva de varia lección, de Pedro Mexía. Fue una obra miscelánea del Renacimiento que recopiló curiosidades, historia y saber humanista en España.
- Jardín de flores curiosas, de Antonio de Torquemada. Este recopila datos extraordinarios: brujas, fantasmas, tapices voladores…
- Miscelánea, de Luis de Zapata. Reúne anécdotas, costumbres, literatura y observaciones de la vida cotidiana.
Los Diálogos
Es un subgénero didáctico en el que distintos personajes intercambian puntos de vista sobre un tema determinado. Alcanza gran popularidad en el siglo XVI. Los humanistas vieron en él un medio para reflejar una visión abierta y plural del mundo. Pueden clasificarse según la relación entre los participantes, o bien en función de las raíces clásicas. De acuerdo con este último criterio podemos distinguir:
- Diálogo oratorio, con origen en Cicerón y Platón, que pretende recrear la atmósfera de un diálogo real. Cultivado por Petrarca en Secretum (trata temas como la pereza, su pasión por Laura o su afán de gloria literaria) y por Baltasar de Castiglione en El Cortesano (describe cualidades físicas y morales que deben adornar al cortesano; también trata temas como el amor o diferentes formas de gobierno). El principal ejemplo en España es el Diálogo de la lengua, de Juan de Valdés.
La Prosa Narrativa
Tenemos dos tipos: por un lado, obras de fuerte impronta realista, en particular el Lazarillo, que abre el camino a la novela moderna; por otro lado, subgéneros en los que predominan ambientes o personajes idealizados.
La Prosa Celestinesca
La conforman las continuaciones e imitaciones de La Celestina: obras dialogadas protagonizadas por una alcahueta, con una importante carga de crítica social. Incluye obras como La segunda Celestina, de Feliciano de Silva, o la Tercera parte de la tragicomedia de Celestina, de Francisco Delicado.
La Novela de Caballerías
Amadís de Gaula y Palmerín de Olivia cuentan las aventuras de caballeros valientes que luchan por amor y honor. Amadís busca el amor de Oriana, y Palmerín descubre su origen noble tras muchas hazañas. Ambas exaltan el ideal caballeresco.
La Novela Morisca
Se ambientan en la frontera entre Castilla y el reino nazarí de Granada en el siglo XV. Se caracterizan por la idealización de la figura del musulmán, tratado como hombre culto, civilizado, sensible y enamorado fiel. La obra más representativa es la anónima Historia del Abencerraje y la hermosa Jirafa.
La Novela Pastoril
Narran los amores desgraciados de los pastores protagonistas, en el marco de una naturaleza idealizada. Como principales fuentes e influencias, tenemos las grecolatinas e italianas, analizadas a propósito de Garcilaso. Como ideología, adoptan el neoplatonismo, lo que explica esa tendencia a la idealización tanto de los personajes como del entorno en el que se desarrollan las historias. Recibieron influencia de León Hebreo, en cuyo tratado Diálogos de amor, el amor era concebido como una elevación espiritual. Estos pastores a veces experimentan amores no correspondidos pero honestos, por ello trata temas como celos y melancolía.
Las principales características son:
- Pastores protagonistas: Viven solos, libres y ociosos. Bajo la máscara de pastor se esconden filósofos.
- Bucolismo: El escenario es una naturaleza idílica, con el tópico del locus amoenus.
- Lirismo: Son frecuentes los versos intercalados y las canciones con las que acompañan sus lamentos.
La Novela Bizantina
Los protagonistas son jóvenes animados por un amor fundado en la castidad y en la fidelidad, que deben separarse en un momento de la historia y superar obstáculos antes de volver a encontrarse. Como principales obras tenemos las Etiópicas, de Heliodoro, y en España, Historia de los amores de Alonso Núñez de Reinoso.
Lazarillo de Tormes
Fuentes y Antecedentes
El Lazarillo de Tormes se inspira en textos que retratan personajes humildes y marginales, como Libro de buen amor o La Celestina. Su principal antecedente es El asno de oro de Lucio Apuleyo, que narra las desgracias y transformaciones de un hombre, modelo para el protagonista del Lazarillo, quien enfrenta adversidades con ingenio.
Fecha y Autoría
La obra apareció por primera vez en 1554 en ciudades como Burgos, Amberes y Alcalá de Henares, pero probablemente fue escrita cerca de 1550. Es anónima, aunque se han sugerido autores como Juan de Ortega, Diego Hurtado de Mendoza o Alfonso de Valdés, posiblemente con perfiles conversos o humanistas críticos.
Difusión e Influencia
Prohibida en 1559 por la Inquisición, la obra vio limitada su circulación, aunque su impacto fue considerable. Se conocen versiones ampliadas en 1555 y 1620, y su influencia se extiende a escritores como Cervantes, considerándose un antecedente fundamental de la novela de aprendizaje.
Estructura y Argumento
La narración de El Lazarillo de Tormes se presenta en forma epistolar, con Lázaro contando su vida en una carta. La obra se compone de un prólogo y siete tratados que relatan sus experiencias con diferentes amos y se divide en tres bloques claramente diferenciados:
- El primer bloque incluye los tratados I, II y III, donde se narra la infancia de Lázaro y sus primeros amos —el ciego, el clérigo y el escudero— mostrando sus primeras dificultades y aprendizajes.
- El segundo bloque abarca los tratados IV, V y VI, que relatan la vida con nuevos amos —un fraile, un buldero y un capellán— y revelan la corrupción social que enfrenta.
- Finalmente, el tercer bloque, compuesto por el tratado VII, cuenta la etapa final con el arcipreste de San Salvador, su matrimonio con la criada y el desenlace en deshonra, cerrando la historia con un tono crítico y desencantado.
Rasgos Característicos
La obra destaca por su autobiografismo, al estar narrada en primera persona; presenta una historia de aprendizaje marcada por la necesidad; y concluye con un estado final de deshonor.
Originalidad de la Obra
El Lazarillo de Tormes es original por reelaborar tipos reales con fuerte carga crítica. El ciego enseña a Lázaro a sobrevivir con astucia, marcando su pérdida de inocencia. El clérigo avaro lo hace pasar hambre, reflejando la hipocresía del clero. El buldero engaña al pueblo con falsas reliquias, mostrando la corrupción religiosa. El hidalgo vive de las apariencias, sin recursos pero obsesionado con el honor. La obra mezcla realidad y ficción con gran verosimilitud e ironía, lo que refuerza su crítica social.
Temas e Interpretación
En Lazarillo de Tormes destacan tres grandes temas: el hambre, que impulsa la vida y acciones de Lázaro; la honra, mostrada como apariencia vacía; y la religión, criticada por su hipocresía a través de clérigos corruptos. La obra ofrece así una fuerte denuncia social desde la mirada de un marginado.