Ética
Éticas deontológicas: Ejemplos
Los 10 Mandamientos
Según el Antiguo Testamento, Dios se presentó ante Moisés y le transmitió 10 mandamientos.
Aunque dentro del cristianismo encontramos muchas diferencias y matices, los 10 mandamientos son, en principio, 10 reglas que todo cristiano debe seguir sin importar las circunstancias.
Éticas deontológicas: Ejemplos
Códigos deontológicos profesionales
Muchas profesiones tienen un código ético, reglas o normas que deben respetarse a la hora de ejercerse.
Un ejemplo especialmente claro son los médicos y enfermeros. A través del juramento hipocrático, prometen seguir una serie de reglas en cuanto a su ejercicio profesional.
Éticas deontológicas: Ejemplos
Filosofía de Immanuel Kant
Para Kant, hay ciertas reglas que debe seguir todo ser racional, tratando de hacer del mundo un lugar mejor y más justo para todos. Dado que para cada cual hay cosas distintas que le provoquen daño o beneficio, una moral universal no puede estar basada en las circunstancias, sino que debe seguir reglas con las que todos podamos estar de acuerdo.
Por ello, propone dos reglas fundamentales a las que llama el imperativo categórico:
- “Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en ley universal”.
- “Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca simplemente como medio”.
Éticas deontológicas: problemas
Uno de los grandes problemas de las éticas deontológicas es su rigidez. Con frecuencia, encontramos excepciones a nuestras propias reglas morales. Al encontrar contraejemplos, momentos en que estas reglas no tienen sentido, dejan de ser universales. Si además rebatimos su fundamento, entonces no encontramos buenas razones para seguir esta regla.
Éticas consecuencialistas
Las éticas consecuencialistas consideran que el fundamento del bien moral son las consecuencias de una acción. La bondad y la maldad de una acción dependerían, por tanto, de quien realiza dicha acción.
Éticas consecuencialistas: ejemplo
La utilidad de una acción se establece en función de la felicidad que cause y el daño que evite para el mayor número de personas posibles. La felicidad tendría que ver con el placer y el daño con el dolor. Estos no son estrictamente sensuales, sino que también pueden ser espirituales.
Éticas consecuencialistas: problema
Éticas consecuencialistas como el utilitarismo pueden en ocasiones no ser prácticas, en la medida en que solicita al sujeto acciones que puede no estar dispuesto a realizar, incluso admitiendo una valoración objetiva.
Ética de Virtudes: ejemplos
Eudaimonismo o ética de Aristóteles
Aristóteles piensa que todas las cosas que existen, incluso las personas, tendemos a un fin. El fin del ser humano sería la eudaimonía.
La palabra eudaimonía puede traducirse al español como felicidad, pero con un matiz muy importante: no es un sentimiento de placer, sino una actividad que solo pueden llevar a cabo las personas plenamente desarrolladas. Para desarrollarnos debemos entrenarnos a través de la práctica de virtudes como la prudencia, la valentía o la generosidad.
Ética de Virtudes: ejemplos
Estoicismo
El estoicismo es una corriente filosófica fundada por Zenón de Citio (334-264 a. C.) que se centra en tres ramas: física, lógica y ética.
El estoicismo considera que el origen de la infelicidad es no conocer bien aquello de lo que somos causa. Nos consideramos causantes de placeres que en realidad no controlamos, por ejemplo, los que trae la fortuna, y nos preocupamos por cosas que no podemos cambiar.
Ética de Virtudes: problemas
El principal problema de la ética de virtudes es su relativismo. Las virtudes están ligadas a una comunidad.
En esta comunidad, las virtudes tienen unas características específicas que pueden no ser compartidas por otras.
Las éticas aplicadas son ramas de la ética que se centran en grupos de problemas concretos.
Dos ejemplos de ello son: Bioética y ética de la tecnología.
Bioética
La bioética es la rama de la ética aplicada que trata los problemas relacionados con la vida orgánica y la medicina.
Filosofía política
La palabra “política” proviene del griego polis, que eran las ciudades estado en las que se dividía la Antigua Grecia.
La política es, por lo tanto, la disciplina que se encarga de la gestión de los asuntos comunes o públicos, aquellos que conciernen a todos los que forman parte de una comunidad.
La filosofía política es entonces la rama de la filosofía que estudia racionalmente las relaciones de poder y la forma en que este permite gestionar los asuntos comunes.
Política y libertad
Necesitamos de la sociedad para poder vivir de la manera en que lo hacemos. Sin embargo, eso también implica tener alguna forma de convivir.
Nuestras sociedades se gestionan a partir de leyes. Estas leyes nos dan obligaciones, pero también derechos. Las leyes, por tanto, nos quitan libertades, pero también nos las dan.
La raíz de la convivencia: el contrato social
En el siglo XVII, aparece un concepto fundamental para la filosofía política: el contrato o pacto social.
El contrato o pacto social sería el acuerdo por el que los ciudadanos renuncian a ciertas libertades para formar un régimen político.
El contrato social sería aquello que nos permitiría existir como sociedad y, por tanto, como una civilización. Al estado en que nos encontraríamos de no haber alcanzado dicho contrato (o de dejar de seguirlo) sería el estado de naturaleza.
A través de estos conceptos, veremos las posturas de tres filósofos políticos:
Thomas Hobbes (1588-1679)
Para Hobbes, el ser humano es egoísta por naturaleza. Nacemos egoístas y, de continuar en dicho estado de naturaleza, la vida sería una continua guerra y discordia.
Hobbes describe este egoísmo humano, que lo hace un peligro para sí mismo, con la frase “El hombre es un lobo para el hombre”. Para proteger al hombre de su egoísmo habrían creado al Estado. El Estado constituiría un poder absoluto capaz de evitar que los hombres actúen egoístamente.
John Locke (1632-1704)
Para Locke, en el estado de naturaleza todos los seres humanos serían libres e iguales y siguen la ley natural que implica algunos derechos naturales como el derecho a la vida o a la propiedad privada.
Sin embargo, puede suceder que por distintos motivos estos derechos no se conserven. Necesitamos entonces recurrir al pacto social para defender dichos derechos. Los ciudadanos entonces deben ceder libremente sus propios derechos a la humanidad.
El poder debe dividirse en tres: legislativo, ejecutivo y federativo (controla las relaciones exteriores). Esta división de poderes permite evitar los abusos de poder del gobernante.
Jean-Jaques Rousseau (1712-1778)
Para Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza, nace feliz y bueno, pero es la sociedad la que lo corrompe. En el entorno social, debe convivir con otros, desarrollando vicios y volviéndose egoísta.
Sin embargo, el hombre puede vivir en sociedad de un mejor modo a través de una buena educación.
Dado que no es posible volver al estado de naturaleza, aboga por la necesidad de rehacer el contrato social.