Explorando las Grandes Teorías Éticas: Felicidad, Justicia y el Carácter Moral

La Moral a lo Largo de la Historia y la Filosofía

Perspectivas Históricas sobre la Moral

A lo largo de la historia, diversas figuras han ofrecido valiosas perspectivas sobre la moralidad y el comportamiento humano:

  • Confucio: Es preferible el orden al capricho.
  • Buda: Es mejor el autodominio que someterse a los deseos.
  • Sócrates: Es mejor padecer injusticia que cometerla.
  • Jesús: Es más humano el amor que el egoísmo; conviene más el perdón que la venganza.
  • Gandhi: Es más eficaz la lucha no violenta que el uso de la violencia.

El Rol de los Filósofos en la Comprensión Moral

Los primeros filósofos que ayudaron a entender la moral fueron Sócrates, Platón y Aristóteles. Ellos no se preguntaban cómo comportarse para ser buena persona (eso ya se sabe), sino por qué tengo que serlo y he de actuar moralmente. Aunque algunos filósofos han mantenido una opinión escéptica, la mayoría ha formulado teorías éticas que explican el sentido de la moral.

Éticas de la Felicidad

Eudemonismo (Aristóteles)

Para Aristóteles, la bondad moral reside en forjarse un buen carácter. No basta con saber lo que está bien y lo que no; la persona debe esforzarse por comportarse en consecuencia con ese saber y convertirse en una persona virtuosa. Las virtudes son cualidades que deberían tener todas las personas (sinceridad, compasión, justicia).

Aristóteles usa el término griego “eudaimonia”, que significa felicidad. Cuanto mejor se comporta una persona, más feliz es. La felicidad es el último fin natural de nuestra vida y también el fin moral. Las virtudes son el término medio entre dos vicios (ej. tacañería – generosidad – derroche). La virtud más importante es la prudencia, que es a la vez virtud intelectual y moral.

Características de la Persona Prudente

  • Al elegir algo, tiene en cuenta que va a ser para toda la vida y no solo para el momento.
  • Emplea sus habilidades para fines buenos.
  • Sabe aplicar principios morales generales a casos concretos de la vida.
  • Es capaz de deliberar sobre qué deseos deben ser satisfechos y cuáles no.

Hedonismo Clásico (Epicuro)

Según Epicuro, el hedonismo clásico se basa en tres principios:

  • El fin del comportamiento humano y animal es el placer.
  • Felicidad = máximo placer y mínimo dolor.
  • La razón moral es una razón calculadora, que evalúa las consecuencias de nuestras acciones desde el punto de vista del placer que proporcionan.

Epicuro distingue dos tipos de placeres:

  • Negativos: Armonía producida por la ausencia de dolor en el cuerpo y turbación en el alma.
  • Positivos: Producidos por una excitación que va más allá de eliminar el dolor.

Considera los placeres negativos más estables y superiores a los positivos.

Hedonismo Moderno (Utilitarismo)

La meta del utilitarismo es el bienestar de la mayoría, es decir, alcanzar la felicidad para el mayor número posible de personas. Filósofos como Jeremy Bentham y John Stuart Mill sostienen que lo esencial para el comportamiento moral es calcular las consecuencias de nuestras decisiones, teniendo como meta el placer del mayor número.

Existen diferencias en la concepción del placer entre los hedonistas:

  • Para Epicuro, hay dos tipos de placeres.
  • Para Bentham, todos los placeres son iguales en cualidad pero diferentes en cantidad.
  • Para Mill, los placeres son diferentes en cualidad y en cantidad.

Modos de Utilitarismo

Se distinguen dos modos principales de utilitarismo:

  • Utilitarismo del acto: Preguntarse de qué modo de actuar será preferible en cada caso particular, con vistas a la felicidad del mayor número.
  • Utilitarismo de la regla: Para la felicidad del mayor número, nos tenemos que atener todos a las reglas de la moralidad; solo algo excepcional puede hacer que se incumpla una regla establecida.

Éticas de la Justicia

La clave moral en las éticas de la justicia es la dignidad humana y el respeto. Se establecen dos criterios para la decisión moral:

  • Positivo: Apoyar a las personas en sus proyectos.
  • Negativo: No dañar a las personas.

Teoría Ética de Kant

Según Immanuel Kant, todos los seres vivos que sienten tienden al placer, y todos los humanos queremos ser felices. Sin embargo, solo son fines morales aquellos que podemos proponer libremente y no los impuestos por la naturaleza. La naturaleza representa la necesidad, mientras que la moralidad representa la libertad.

Fines Morales y Mandatos

¿Cuáles son los fines morales? El ser humano tiene conciencia de que hay mandatos que debe seguir, tanto si le hacen feliz como si no (Ej. No matar). ¿De dónde surgen estos mandatos? De nuestra propia razón y no de los deseos. No prometen felicidad, sino respetar la humanidad.

Estos mandatos son de dos tipos:

  • Imperativos Categóricos: Mandan hacer algo sin condición alguna (Ej. Respeta a tus padres).
  • Imperativos Hipotéticos: Mandan hacer algo como medio para conseguir algo (Ej. Estudia para aprobar).

La Persona como Fin en Sí Misma

La razón descubre que ser persona es, por sí mismo, valioso. Nuestras normas racionales son las auténticas normas morales. La razón humana es una razón que respeta a las personas por ser valiosas, dotadas de dignidad.

Criterio para un Imperativo Categórico

¿Cómo saber si una norma es un imperativo categórico? Si es un principio categórico, se ajusta a este principio:

“Obra solo de tal manera que puedas querer que la máxima de tu acción se convierta en ley universal.”

La Ética del Discurso (Apel y Habermas)

Karl-Otto Apel y Jürgen Habermas quieren continuar con la ética kantiana, pero superando sus diferencias. Coinciden con Kant en que el mundo moral es el de las normas que los hombres nos imponemos a nosotros mismos. Como no nos las impone la naturaleza, somos libres para rechazarlas, aceptarlas o abolirlas.

Sin embargo, no están de acuerdo en la manera kantiana de entender la autonomía. Kant dice que cada uno decide qué normas son propias de las personas, y ellos sostienen que eso debe decidirlo los afectados por ellas. No se puede llegar a la conclusión de que una norma es moralmente válida mediante un razonamiento individual, sino que debe haber un diálogo en el que participen los afectados y se llegue a un acuerdo.