Razón Vital e Histórica
El Raciovitalismo
El raciovitalismo considera que el conocimiento está arraigado a la vida. Trata de superar los extremos: ni solo racionalismo, ni tampoco solo irracionalismo vitalista, sino un término medio con una relación íntima entre razón y vida.
- Considera Ortega que el racionalismo, como todo absolutismo, mata a la historia, la detiene, porque realiza la abstracción del tiempo. Situado entre verdades definitivas, el hombre deja de saberse en lucha perpetua contra el tiempo.
- El vitalismo irracionalista nietzscheano ignora a la racionalidad humana. El raciovitalismo pone en estrecha unión a razón y vida, a razón e historia. Toda razón es vital, ya que el hombre es un ser dotado de razón, pero de una razón que tiene que usar sobre todo para vivir.
- El hombre no podía considerarse independiente de sus circunstancias y de que la vida era en sí la única realidad radical: la razón. Todo conocimiento parte de la vida, y la razón es parte de ella, es razón viviente, por cuanto que vivir, para el hombre, implica dotar de sentido su existencia concreta. La razón no podía ser un constructo abstracto, sino un modo de ser del hombre en su vida: en su historia.
El Significado de la Razón
¿Qué es la razón? En sentido tradicional, hablaríamos de “razón pura”, desde los filósofos griegos hasta Kant. Sería la facultad que capta la esencia de las cosas, lo abstracto, lo inmutable, el concepto.
- Los filósofos antiguos y modernos creyeron que gracias a ella podríamos comprender y dominar el mundo, entender al hombre, establecer los fundamentos morales y políticos. Estos ideales, en parte, se han cumplido, señala Ortega: se ha cumplido el ideal ilustrado del conocimiento del mundo físico, pues este tipo de racionalidad nos permite comprender y dominar el mundo natural. Pero ha fracasado en aquello que era aún más importante para la Ilustración y la Modernidad: el conocimiento de la realidad humana y el descubrimiento de principios de conducta racional que permitiesen al hombre una vida de responsabilidad, justicia y libertad.
- Ortega y Gasset le da otro sentido a la razón: “Para mí es razón, en el verdadero y riguroso sentido, toda acción intelectual que nos pone en contacto con la realidad”, es decir, por encima de la razón pura está la razón vital, que es una misma cosa con el vivir. La razón es histórica, no es algo acabado, sino algo que fluye.
La Vida como Realidad Radical: Categorías del Vivir
La vida es la realidad radical en la que descansan todas las demás realidades, por lo que esta es la realidad primera. Por tanto, no diríamos “Pienso, luego existo”, sino que lo prioritario, para Ortega, es el vivir. Solo se puede pensar o hacer alguna otra actividad si previamente se vive.
Hay que definir el sentido de mi vida, buscar las categorías del vivir, que expresan las peculiaridades del vivir humano. Entre las categorías de la vida están:
- Vivir es un modo de ser radical: no existe otra realidad más indubitable que la vida particular que vivimos cada uno de nosotros.
- Vivir es encontrarme en el mundo: la vida no es algo abstracto, sino mi vida personalísima, intransferible, que consiste en ocuparme de mí y de mi mundo, condicionada por ambos.
- Vivir es ocuparme de algo: vivir es tender hacia el futuro, anticiparse, tener una finalidad.
- Vivir es un continuo quehacer: el mundo abre un abanico de posibilidades y el ser humano se ve obligado a elegir un proyecto de vida.
- Vivir es un problema: encontrarse viviendo es ya encontrarse uno viviendo sin saber cómo ni por qué.
- Vivir es encontrarse a sí mismo: la vida es radicalmente conciencia, tener conciencia individual de que se vive, sentirse vivir, percatarse de uno mismo y del mundo que le rodea.
- Vivir es coexistencia y convivencia: el individuo vive en comunidad con otros individuos, donde es necesario apoyarse mutuamente, conllevarse, tolerarse.
- La vida es temporalidad: la vida es perspectiva en una realidad móvil, dinámica, temporal, que es la historia.
Razón Vital e Histórica
La razón vital conduce a la razón histórica, puesto que la vida es esencialmente cambio e historia. La razón histórica comprende la realidad humana a partir de su construcción histórica y de las categorías de la vida; con ella podemos superar las graves limitaciones de la razón pura en la Modernidad. Uno de los más importantes defectos de la filosofía tradicional es la idea de que lo real tiene que ser estático.
- Para la razón vital no existe la teoría pura, sino una razón que interpreta el medio donde vive. La razón vital e histórica es tan razón como razón pura, pero capta la realidad fluida que es la vida. Razón, vida e historia están unidas. No hay oposición entre razón y vida. La razón es una función viva. Por eso la razón pura debe ceder su imperio a la razón vital e histórica orteguiana.
- Desde Grecia se ha entendido la “razón” como una facultad que capta la esencia de las cosas, el concepto, lo inmutable. Esta postura culmina en la razón de los racionalistas y en la Razón Pura de Kant. Pero la razón matemática, la razón “exacta” se vuelve incapaz de captar las realidades cambiantes y temporales de la vida. Por eso han surgido los irracionalismos.
- Ortega no va en contra de la razón, sino contra el Racionalismo. Razonar implica insertar ese algo en su contexto. La vida misma funciona como razón. Yo soy yo y mi circunstancia, es decir, mi vida no sería lo que es, si no fuera mía y si no se diera en las circunstancias en las que se da.
- Yo soy yo: la vida es individual, subjetiva, íntima, sin perder la visión del mundo exterior.
- Y mi circunstancia: mi vida no soy solo yo, sino toda la realidad que me rodea. En muchos textos también incluye en la circunstancia el cuerpo y la mente del propio sujeto. Nos encontramos con nuestro cuerpo y la mente del propio sujeto. Nos encontramos con nuestro cuerpo y nuestras habilidades, capacidades psicológicas e incluso con nuestro carácter como algo ya dado.
El Hombre como Ser Histórico
Dimensión Histórica de la Razón y del Hombre
La vida del ser humano es un continuo hacerse, es la realización permanente de un proyecto que se está haciendo en la historia. La vida del ser humano no es algo acabado e inmutable, sino que es historia. El hombre vive en un determinado momento, en una época. El tiempo no es lo que miden los relojes, sino tarea, vivencias.
- “El hombre no tiene naturaleza, sino historia.” Un animal heredero de la historia, con capacidad de hacerse a sí mismo con el fruto de una relación entre el pasado y el futuro. Lo que el hombre haga de sí mismo, sus proyectos para el futuro, estará en función del pasado que ha heredado. El recuerdo del pasado es una potencialidad originada en la necesidad de enfrentarse con su propio futuro, porque el futuro no le viene resuelto al ser humano al modo que le viene resuelto al animal. Es la posibilidad del hombre de hacerse a sí mismo hacia el futuro, la que le hace necesario tener que recurrir al pasado. No basta con recordar el pasado para orientarse en el presente y de cara al futuro. Para que el pasado pueda ser útil al hombre hay que “vivirlo”, hay que hacerlo presente como punto de referencia. Y es esta convicción que llevará a Ortega a reivindicar el recurso constante a la tradición (no vivir en el pasado, pero sí vivir del pasado).
Teoría de las Generaciones
La vida es posible gracias a la coexistencia de varias generaciones. Entiende por generaciones el hecho de que en cada época hay una forma de vida que durará un cierto tiempo. En un mismo tiempo coexisten varias generaciones: niños, jóvenes, adultos y viejos. Por ello, hay que distinguir entre: contemporáneos (los que viven en un mismo tiempo) y coetáneos (los que tienen la misma edad).
- Si todos los contemporáneos fuesen coetáneos, la historia se detendría, porque cada generación tiene dos dimensiones:
- Recibir la tradición, lo vivido por las generaciones anteriores.
- Dejar fluir su propia espontaneidad, innovar, crear nuevos proyectos.
- Cuando estas dos dimensiones no coinciden, es cuando hay generaciones polémicas y es posible la innovación. Toda generación tiene su propia misión, su propia tarea histórica.
- Cada generación está compuesta por dos tipos de personas:
- Minoría selecta o élite
- Masa.
- Considera Ortega que se ha creado una gran confusión entre quien manda y quien obedece. Ortega dirá: “España es el problema, Europa la solución”. Europa es la ciencia, España la consecuencia, un pueblo sin cerebro, un desierto intelectual y cultural. Tiene una visión pesimista de España. El problema es pedagógico. Es necesaria más educación, más cultura, pero una cultura arraigada a la vida que permite la moralización de España.
El Perspectivismo
El perspectivismo es la primera etapa del pensamiento de Ortega. Otros autores suelen hablar de una etapa previa: el objetivismo. En todo caso, el perspectivismo es la teoría del conocimiento que trata de superar el racionalismo y el relativismo imperantes a lo largo de la historia de la filosofía.
- El racionalismo se vio abocado al idealismo. Defiende que el ser humano es de naturaleza racional y que mediante sus actividades intelectuales descubre las esencias universales e inmutables de las cosas, válidas para todos los tiempos y para todas las personas. El racionalismo se olvida de la vida real y concreta.
- El relativismo recalca las diferencias entre los distintos sujetos que conocen y la imposibilidad de conocer la verdad. El ser humano es siempre singular y concreto.
Ortega, frente a estas posiciones antagónicas, afirmará su teoría perspectivista. Ni idealismo, ni realismo; ni racionalismo, ni relativismo; ni idealismo, ni escepticismo, sino perspectivismo.
El perspectivismo es la teoría orteguiana del conocimiento de la realidad que desarrolla en su obra El tema de nuestro tiempo. No hay un solo punto de vista absoluto sobre la realidad, sino que esta está formada por diversas perspectivas complementarias. La verdad, que es la realidad, no es ni únicamente objetiva ni totalmente subjetiva, sino una síntesis entre objetividad y subjetividad: la perspectiva que un sujeto tiene de las cosas que le rodean.
- La realidad, de una parte, tiene infinitas perspectivas, todas ellas verdaderas y auténticas. El ser humano, de otra parte, conoce desde una determinada situación: donde está mi pupila, no está la de los demás. El yo es un punto de vista que selecciona las impresiones. Hay tantas perspectivas como individuos. La razón del hombre debe dominar la circunstancia que su perspectiva le ofrece y así humanizarla: es una razón vital, no opuesta a la vida, sino que se desarrolla a la par que la vida.
- El punto de vista individual es el único desde el cual se puede conocer la verdad del mundo. Ocurre como en un paisaje; lo veremos según el lugar en el que nos situemos para contemplarlo. Nadie puede captar el paisaje en su totalidad: las perspectivas, los distintos puntos de vista son infinitos, todos ellos verídicos y auténticos, pero cada uno contempla la realidad que le ha tocado vivir. Por eso, cada uno tiene la misión de buscar la verdad. Nadie tiene toda la verdad, pero cada cual aplica la razón a la vida, y entonces se van uniendo las distintas visiones particulares en una global articuladora. Perspectivas individuales son insustituibles y necesarias para la colaboración entre ellas en su integración.
- La perspectiva es uno de los componentes de la realidad; esta se nos presenta en perspectiva. Todas las perspectivas son válidas, excepto una: aquella que tiene la intención de convertirse en la “única perspectiva”. Desde la óptica orteguiana, el gran error del racionalismo fue creer que la razón humana podía adoptar una actitud absolutamente privilegiada en el conocimiento de la realidad y que, por tanto, sería capaz de encontrar la verdad en sí misma. Asistimos al comienzo de una nueva etapa de la filosofía, superado tanto el realismo como el idealismo. Ahora el conocimiento y la realidad son como dos caras de la misma moneda. El perspectivismo le afecta tanto al sujeto como al objeto.
- Para el perspectivismo de Ortega, no existe algo que se pueda conceptuar como la verdad completa y absoluta. La verdad es algo que hay que ir conquistando cada día, cada persona y cada generación. No existe la verdad única y absoluta. Pretender lograr una verdad absoluta es no haber entendido la historicidad de la razón.
- La verdad es siempre parcial, lo cual no significa que sea relativa, sino que no es completa. Las verdades completas no se pueden alcanzar; las verdades universales son ficciones, puesto que la vida humana es siempre concreta y el sujeto de conocimiento, al ser siempre un ser humano, no puede conocerse nada real de modo universal. Un ser abstracto y utópico podría tener este tipo de conocimientos, válidos para todo tiempo y lugar; pero las personas tienen que conformarse con conocimientos históricos, circunstanciales y perspectivísticos.
- La teoría de Ortega es un ejemplo de tolerancia tanto desde el punto de vista epistemológico como desde el punto de vista ético-social: aceptemos el punto de vista de los demás.
Crítica a la Tradición Socrática-Platónica
- Sócrates es para Nietzsche el negador de la esencia griega por su elección de la razón como guía para la vida. Sócrates es la antítesis del fenómeno dionisíaco, exaltador de la vida. Con Sócrates se introduce en Occidente el peor de los venenos: suplantar la vida por la Razón.
- Es sorprendente la argumentación de Nietzsche para explicar esta afirmación: el problema de Sócrates era… ¡Su fealdad!, que le llevó a su afán por dialogar, definir, preguntar razones, único modo con el que poder “fascinar” a los jóvenes efebos, que de otro modo nunca se hubieran acercado a él.
- Pero el ataque más profundo de Nietzsche es contra la metafísica platónica en dos sentidos:
- La califica metafóricamente como “egipticismo”, es decir, odio contra la idea de devenir. La filosofía platónica cree haber encontrado la verdad cuando momifica la realidad, cuando la diseca, cuando detiene el devenir. La realidad es terrible. Aquellos que no pueden soportarlo crean un mundo distinto a este: el mundo de las Ideas. El único mundo existente será calificado como aparente. Nada de ese mundo sensible merece la pena. No solo inventa otro mundo ficticio, sino que además lo considera más real e importante que el sensible.
- El otro error de la metafísica platónica es el usar conceptos demasiado abstractos, vacíos. Se pretende ordenar la realidad racionalmente. Según Nietzsche, debe partirse de lo sensible, de lo real. Se intuyen metáforas, no de los conceptos que tienen un significado general, cuando la realidad es particular. Los conceptos disecan y desvitalizan. El lenguaje necesita los conceptos. Aun cuando dejáramos de fiarnos de la razón, el uso del lenguaje nos llevaría nuevamente al error.
- La razón crea conceptos para regular, ordenar y sobrevivir al devenir. El verdadero error es creer que la realidad es tal y como la ordena la razón. La metáfora es el mejor modo de acercarse a la realidad, pues la metáfora implica desigualdad. Sugiere y permite la posibilidad de completar el significado a partir de nuestra propia experiencia del mundo. Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que son metáforas.