La filosofía política de la Edad Media
Convivencia de dos órdenes: espiritual y terrenal
- El orden espiritual es gestionado por la Iglesia, con el Papa a la cabeza.
- El orden terrenal administra los asuntos no directamente vinculados con la religión y requiere una estructura y una organización independientes.
- Superioridad de la autoridad espiritual sobre la terrenal: Los dos órdenes no pueden entrar en conflicto, ya que el fin que persiguen debe ser el mismo. Cuando se presente algún conflicto puntual, la autoridad espiritual prevalece sobre la terrenal.
Preferencia por un modelo político jerárquico
La Iglesia tiene una estructura piramidal: en la base se encuentran los feligreses; por encima de ellos se sitúa la curia eclesiástica, y en la cúspide se encuentra Jesucristo, concebido como Hijo de Dios. El orden terrenal ha de aspirar a imitar el orden de la Iglesia instituida por Dios. De ahí que se considere a la monarquía como el sistema de gobierno más adecuado.
El fin de la sociedad según la filosofía medieval
En la Antigüedad, la reflexión sobre la política se centraba en el origen y el fundamento de la sociedad. Los pensadores medievales añadieron a esos dos asuntos un tercero que consideraban de capital importancia: el fin que debe perseguir la sociedad. Para los filósofos medievales, ese fin debía centrarse en facilitar a los seres humanos su retorno a Dios. Por tanto, ese era el asunto político central.
El realismo político de Maquiavelo
La mejor forma de gobierno fue la república romana. El equilibrio que estableció entre los distintos poderes, con sus cónsules, pretores y censores elegidos periódicamente de entre la aristocracia romana, redujo el riesgo de abuso de poder, favoreció la participación ciudadana y contribuyó a salvaguardar la libertad.
La ley de la decadencia histórica
- Todas las formas de gobierno están sometidas a la ley de la decadencia histórica. Según esta, las monarquías degeneran inexorablemente en tiranías; las aristocracias, en oligarquías; y las democracias, como la república romana, en sistemas demagógicos y corruptos.
- Una república corrupta no es capaz de regenerarse a sí misma. La concentración de poder en una persona es la única forma de gobierno capaz de regenerar una democracia corrompida. En el siglo XVI, Italia se encontraba en una situación de corrupción y disolución de la vida política que requería, a juicio de Maquiavelo, una regeneración que solo podía llevar a cabo la figura de un príncipe dotado de amplios poderes.
- Los principios que deben inspirar la acción política del príncipe son el mantenimiento del orden social y la conservación del poder político que le ha sido otorgado.
- Las virtudes que debe atesorar el príncipe son la sagacidad del zorro que sabe esquivar las trampas y la determinación del león que ahuyenta a los lobos.
La sagacidad lo ayudará a valorar bien las distintas situaciones y tomar las decisiones acertadas. La determinación le servirá para llevar a cabo aquello que se proponga.
El contrato social: Jean-Jacques Rousseau
Para Rousseau, el ser humano, antes de incorporarse a la sociedad, era un buen salvaje que vivía conforme a sus sentimientos y sus instintos naturales.
Pilares del contrato social de Rousseau
- La determinación y definición del bien común compartido por todos los miembros de la sociedad, resultado del acuerdo de los intereses particulares.
- La constitución de una voluntad general que nazca del vínculo social que se genera al compartir el objetivo de alcanzar el bien común. Esta voluntad general es el resultado de un pacto entre iguales.
El contrato social: Thomas Hobbes
Para Thomas Hobbes, los seres humanos en estado de naturaleza son seres egoístas y despiadados que solo buscan satisfacer sus propios intereses sin reparar en los demás.
Esto lleva a representar la vida humana anterior a su integración en las sociedades como una guerra de todos contra todos. La sociedad es la solución frente a ese estado de guerra total. Ahora bien, siendo los seres humanos tan egoístas y belicosos, ¿cómo garantizar que se respete el pacto sobre el que habrá de fundarse la sociedad? La respuesta de Hobbes es que el diseño del Estado que surja, si no quiere fracasar, habrá de anticiparse a las dificultades para poder evitarlas antes de que se produzcan.
La sociedad debe proporcionar a quienes se integren en ella lo que les falta en el estado de naturaleza: seguridad, orden y protección. A cambio, sus miembros tienen que ceder los derechos y las libertades de los que gozaban en el estado de naturaleza.
El pacto social propuesto por Hobbes surge de una transacción en la que se intercambian derechos por seguridad.