Fundamentos del Arte Griego: Arquitectura, Órdenes Clásicos y Maestros Escultóricos

Los Órdenes Arquitectónicos y la Razón Griega

A partir, sobre todo, del siglo VII a. C., la cultura griega se fue consolidando en torno a una serie de conceptos básicos:

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  • El Antropocentrismo: Recordemos la famosa frase de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”. La escultura plasma la visión ideal de los aspectos visibles del hombre. Incluso los dioses son concebidos como seres afectados por las pasiones humanas.yO-429YckeGomr7WPa1ijIX4youkOsjKY5Y5yTd0d_579Agd1VceARFJ0ZvzBruEuyMXeJPXLqHgO6Qr9oLvJDC8xSXfvyqunsN9Zv2hq9vExlZ1u6Pi2BUHs_-fnyH5PSbmQIMsI0nQrrxhKCiOy3e8uNKX-JWG2hb02ZyiyTka2Ywku07ud5S4sHu3Vg
  • La Reflexión Científica: Trataba de dar una explicación racional a todas las cosas.0zhdxfSFvgMdjxt1Y6IAhcZ5gZMQID6I8fsssoocXN47GaNO1WyU8feirkU8yyhfBqjBzH3SMBnHBjWF_AYjBerrE1kht2BevgZwKXLZnHYq3jCp2pwxqaSiVkK8ja2PZrOLlsRXAkuxTVSZViAIqC1n8dDgZFf3VUFeMqqGaGB7TYa6Z4_-ET1te3mYgg
  • La Capacidad de Abstracción: Los griegos sentaron las bases de modelos (en la literatura, en la filosofía, en el arte) que siguen teniendo vigor dos milenios y medio después.

Estos conceptos se aplican también a la arquitectura, que no está concebida para expresar el poder absoluto de los reyes o para contentar a los dioses, sino la perfecta armonía entre el hombre y la naturaleza. La arquitectura griega no pretende deslumbrar, sino ser un producto de la razón. Por este motivo, está llena de números, proporciones, ritmos y medidas. Las sucesivas partes de un edificio se van deduciendo a partir de un módulo inicial (casi siempre, el diámetro de la columna).

Características Generales de la Arquitectura Griega

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  • F4PGa48gACJc7xtJ88CKJ9xiVNJ7QqRV0BjA7hfCTo_8V2WiJ6xK70oXzFi6fBVgQkQOdkgISsyN9gcw352GwXdAEz7yA0HRlhEkU4OUZjOz58D2DEVq4OYwi8kJYiWYR0ygwfM9bRZjLrCnd-XorkMdo2hLZPH2qSO2QPpI4GXeCxj7HY3CMozH8yZOGA Hasta mitad del siglo V a. C., el material más usado fue el conglomerado o piedra arenisca. Ya en época clásica, se introdujo el mármol (Templo de Apolo en Delfos o Partenón), más difícil de trabajar.
  • -TpfmA3P7pvy0Hn7NUfYra8c6Bfr9ENupEggpKXcW2y-wHhUfMVg52DSYM60cuNhPVVz8imujQDRZb6agszjW-FWwGbE3eZwGInn_THv5eYU85sdyyWs_tZ8LnVRI8o_Uzw9cHrUvGPkMp5so6d6pNmqPUDuwy3r5m1gRW8Oo81kYijFilslqOLg0zHBxw Se utilizaban colores (hoy perdidos): azul en los triglifos; rojo en el fondo de las metopas.
  • FDuq3W1N1soQF_9xr_5svPQhhb0f9H9et4WyXuNQeJHRTRGGneaZFVt9RtoPymYtkKf8z05GLCzK4WMT2W_xgBsFJemK0YkEC08y7BUTzOhrhtnf3Ao8_w1xRbj-ox1FxVSSQWHXuuNMkZA6PgyDJsZpZC05cw9xE9CC3GNgobMMDQ_6G060L00yNq4Pug Para lograr una completa armonía visual, tuvieron que hacer ciertas correcciones a las medidas matemáticas.

Correcciones Ópticas en la Arquitectura

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  • 46nH7oThrKcMUvlS8OfOVUwU7PGJs1xkrj7u6psaQ1zGKxZ5h4ifh-n5-Ssb8h5663kjy5TUtYtjLIP0f6PdIX1i4CfC7dpoOfCeTgb6K5jS6Gc8d26h4Lfq-HCCLyNrgHelxA1pOp1Y4DfKaR0sMnwGTNZvxC-FjEWE85Wh-BKVqRBAxPe7pGugqYREFA Mayor anchura de las columnas de los ángulos para anular la sensación de que son puntos débiles.
  • 46nH7oThrKcMUvlS8OfOVUwU7PGJs1xkrj7u6psaQ1zGKxZ5h4ifh-n5-Ssb8h5663kjy5TUtYtjLIP0f6PdIX1i4CfC7dpoOfCeTgb6K5jS6Gc8d26h4Lfq-HCCLyNrgHelxA1pOp1Y4DfKaR0sMnwGTNZvxC-FjEWE85Wh-BKVqRBAxPe7pGugqYREFA Distancia desigual entre los espacios entre las columnas (intercolumnios).

Los Órdenes Arquitectónicos Fundamentales

Producto de la importancia que los griegos dieron al orden racional fue la creación de los órdenes arquitectónicos. Tras muchos experimentos, determinaron que había dos formas básicas para diseñar un edificio:

  1. El Orden Dórico: Expresaba fuerza y severidad, robustez en la construcción. Lo más visible es que la columna no tiene basa. El fuste está tallado en arista viva y muestra un ensanchamiento en la parte central (éntasis). El capitel consta de dos piezas: abajo, una pieza convexa (equino); encima, un dado cuadrangular. Sujeto por las columnas, hay un entablamento, con dos niveles: arquitrabe y friso. En el friso se alternan triglifos y metopas.

  2. El Orden Jónico: Más esbelto y elegante. La columna tiene basa. El fuste (sin éntasis) suele ser más alto que el dórico (de ocho a diez veces el diámetro inferior de la columna) y no presenta aristas vivas, sino suaves acanaladuras. El capitel está decorado con volutas enrolladas en espiral. El arquitrabe está dividido en tres bandas. El friso es una faja corrida que rodea todo el edificio.

A partir del siglo IV a. C., se incorporó un nuevo orden, el Corintio. Es el más esbelto y decorado de los tres (en el fondo, es una variación del jónico). Su gran diferencia es el capitel, decorado con hojas de acanto (planta originaria de la zona mediterránea).

De todo lo anterior, podemos deducir el inmenso papel que la arquitectura griega le dio a la columna, considerada como el elemento fundamental de la construcción. La columna no era solo soporte material, sino una metáfora del orden del mundo, sobre todo cuando formaba parte de un templo, el edificio que simbolizaba la armonía entre el cielo y la tierra.

El Templo Griego y el Partenón

Características Generales del Templo Griego

Los griegos conciben el templo como la casa del dios: es un espacio destinado a contener la estatua del dios, no un lugar de reunión de los fieles, de ahí su pequeño tamaño. Las ceremonias se realizaban en el exterior, por lo que también se consideraba sagrado el terreno situado en los alrededores (el témenos).

Los primeros templos eran apenas cabañas de madera. La forma definitiva se fijó durante la época arcaica (s. VII-VI a. C.):

  • Edificio sostenido por columnas.
  • Se alza sobre una plataforma de varios escalones (crepidoma), el último de los cuales se llama estilóbato.
  • Planta rectangular.
  • Cubierta a dos aguas.

Partes Esenciales de un Templo

(Aunque, en este aspecto, hay variaciones):

  • PRONAOS: Especie de vestíbulo que precede a la naos.
  • NAOS (cella, como la llaman los romanos): Habitación que albergaba la gran estatua del dios. Podía ser un espacio diáfano o dividido por columnas.
  • OPISTODOMOS: Destinada a guardar las ofrendas y el tesoro del templo; no tenía comunicación directa con la naos.
  • COLUMNAS: Casi siempre las había en la fachada principal. A veces, las había también en la parte posterior y en las laterales.

Tipos de Templos Griegos

Combinando estas distintas posibilidades, se han establecido varios tipos de templos:

  • Según el número de columnas de la fachada:
    • Tetrástilos (4 columnas)
    • Hexástilos (6)
    • Octástilos (8)
  • Según la situación de las columnas:
    • Si estaban entre los muros del pronaos (“In antis”).
    • Si quedaban fuera de los muros del pronaos:
      • Próstilo, si solo las tenía delante.
      • Anfipróstilo, si las tenía delante y detrás.
      • Períptero, si rodeaban el edificio por los cuatro lados.
      • Tolo. Circular, con columnas alrededor.

Decoración Escultórica

Una parte esencial de los templos era la decoración escultórica con temas míticos y religiosos. Tenían forma de relieve y se concentraban en determinados puntos:

  • Los dos frontones (grandes triángulos en las fachadas delantera y trasera).
  • El friso:
    • Metopas y triglifos del friso dórico.
    • Friso corrido del orden jónico.

Principales Templos Griegos

  • Época Arcaica:
    • Dóricos: Heraion de Olimpia, Artemision de Corfú o el Templo de Afaia en la isla de Egina.
    • Jónicos: Heraion de Samos o Artemision de Éfeso.
  • Época Clásica:
    • Templo de Zeus en Olimpia y templos de la Acrópolis de Atenas (Partenón, Erecteion y el Templo de Atenea Niké).
  • Época Helenística: Templo de Apolo en Dídimas.

El Partenón: Obra Cumbre del Clasicismo

Fue construido, entre el 447 y el 432 a. C., por los arquitectos Ictinos y Calícrates. Fidias se encargó de la escultura.

Está ubicado en la Acrópolis de Atenas y forma un excepcional conjunto con el Erecteion, el Templo de Atenea Niké y los Propileos (monumental entrada al conjunto en la que se alternan columnas dóricas y jónicas). El Partenón formaba parte del proyecto de Pericles para embellecer Atenas y mostrar, de esta forma, su liderazgo entre las polis griegas después de las guerras médicas.

Desde su concepción, el Partenón tuvo un carácter especial. Sus autores quisieron que fuera una imagen de la propia Atenas. Es un rectángulo de, aproximadamente, 30 por 70 metros. Esta proporción 9:4 se repite en todo el edificio como ordenadora del conjunto.

  • Es un templo períptero, de 8 x 17 columnas dóricas muy esbeltas.
  • Sobre ellas, se sitúa un friso dórico de triglifos y metopas. Encima de este, hay otro friso, de tipo jónico, corrido y sin divisiones.

Decoración Escultórica del Partenón (Fidias)

La decoración escultórica corrió, como hemos dicho, a cargo de Fidias, que dirigió un taller cuyo trabajo consistió en crear un gran programa destinado a ensalzar a la ciudad de Atenas a través de sus dioses y sus fiestas cívicas.

  • Un elemento destacado del conjunto es la estatua crisoelefantina (es decir, de oro y marfil) de Atenea que se colocó en el interior del templo.
  • Las 92 metopas (1.3 m² cada una) narraban cuatro luchas mitológicas: la Centauromaquia (batallas míticas entre lapitas y centauros), la Gigantomaquia, la Amazonomaquia y la guerra de Troya.
  • En el friso superior, se representa la gran procesión de la fiesta de las Panateneas.
  • Los frontones (última parte en ser decorada y de la que menos se ha conservado) contenían:
    • El frontón oeste, una representación de la disputa entre Atenea y Poseidón por el patronazgo de Atenas.
    • El frontón este, el nacimiento de Atenea.

El Partenón representa la obra culminante de una civilización, la griega, que tanta importancia ha tenido para las culturas posteriores. Su construcción dejó constancia de los avances que los griegos habían consolidado en matemáticas. Prueba de ello, son las correcciones ópticas para adaptar el edificio al ojo humano: la fachada, el entablamento y el estilóbato son ligeramente curvados; las columnas tienen éntasis y los intercolumnios son desiguales.

El Partenón se conservó bastante bien hasta 1687, cuando estalló el polvorín que los turcos habían instalado en su interior. En 1822, el británico Lord Elgin compró parte de sus esculturas, que hoy pueden admirarse en el Museo Británico de Londres. En la actualidad, las autoridades luchan por preservar lo que queda de la terrible contaminación de la ciudad de Atenas. Por ejemplo, las Cariátides del Erecteion han sido trasladadas al interior de un museo y sustituidas por copias.

La Escultura Griega: Maestros del Clasicismo y el Canon

Tipos Principales de la Escultura Arcaica

Los tipos principales de la escultura griega ya quedaron establecidos durante la época arcaica:

  • El kouros (tipo ideal de varón joven, desnudo, de tamaño superior al natural, con los brazos pegados al cuerpo y la pierna derecha adelantada).
  • La koré (figura femenina, en pie, portadora de ofrendas; se presenta vestida con el peplo dórico o con el jitón jónico, y con el himation).
  • Las estelas funerarias tenían una doble función: señalar la situación de la tumba y recordar las cualidades del difunto.
  • Los programas narrativos en relieve para decorar las metopas, los frisos y los frontones de los edificios. Para adaptar las figuras a la forma triangular de los frontones, no cambiaron la escala, sino que adaptaron las posturas al espacio decreciente que, desde el centro, iban teniendo.

En las primeras décadas del siglo V a. C., se añade, al uso tradicional del mármol, el vaciado en bronce (método de la cera perdida). Se hicieron muchas obras en bronce, pero se han conservado pocas, porque fueron fundidas para aprovechar el metal. De entre las que se han conservado (porque quedaron sepultadas entre los escombros en catástrofes naturales o porque se hundieron en el mar), destacan las siguientes:

  • El dios del Cabo Artemision.
  • El Auriga de Delfos.
  • Los guerreros de Riace (encontrados en 1980 en el mar, en el sur de Italia).

Hacia mediados del siglo V a. C. se inicia la época clásica del arte griego. Coincide con el momento de mayor expansión militar, política y económica de los atenienses. Es la era de Pericles.

Siglo V a. C.: Mirón, Policleto y Fidias

Mirón: El Instante Fugaz

Los inicios de la escultura clásica griega están determinados por la figura de MIRÓN. Sus principales obras son:

  • El Discóbolo: (Solo lo conocemos por copias romanas). Es un atleta en el momento previo al lanzamiento, que refleja una actitud tensa y concentrada. Recoge un instante fugaz de la acción, una instantánea, en la que el escultor parece detener tiempo y movimiento. Es una composición geométrica extraordinaria, de equilibrio inestable, donde el cuerpo describe un arco ideal. Muestra la admiración de la cultura griega por el ideal de un cuerpo atlético que alberga una inteligencia humana.

  • El grupo Atenea y Marsias.

Policleto: El Canon de la Proporción

POLICLETO. Pensaba, como otros muchos artistas griegos, que el arte debía estar regido por principios matemáticos. Esta convicción y su afán didáctico le llevaron a escribir un tratado en el que establecía las relaciones matemáticas entre las partes del cuerpo y sus proporciones ideales. Su mayor interés estuvo en el cuerpo masculino desnudo, al que trató de representar en sus proporciones perfectas. Partió para ello del concepto de symetria, que era la relación armónica de las partes entre sí y con el conjunto.

  • El Doríforo: Su obra clave, ejemplo de todas sus teorías sobre el cuerpo humano. Representa a un joven desnudo que lleva en su mano izquierda una lanza. La pierna derecha recibe el peso mientras la izquierda se adelanta y parece iniciar un movimiento. Esto hace que la figura, aunque esté en reposo, presente un notable dinamismo.

  • El Diadúmeno: Esta escultura representa a un atleta, vencedor de una prueba, en el momento de ceñirse sobre la cabeza la diadema que lo distingue como tal. La imagen resume perfectamente el ideal antropológico de los griegos de la época clásica: un hombre joven, con un equilibrio perfecto entre fuerza física e inteligencia, entre valores corporales y valores espirituales.

Para representar esta armonía, Policleto utiliza el canon establecido por él mismo: la cabeza debía ser siete veces menor que el resto del cuerpo; y el rostro debía dividirse en tres partes iguales (frente, frente a nariz y nariz a mentón). La composición responde a un calculado estudio de las proporciones de acuerdo con el canon. Las distintas partes del cuerpo se articulan de manera armónica a través de la técnica del contrapposto (una de las piernas está fija en el suelo y la otra se adelanta; los brazos hacen lo propio, mientras la cabeza mira hacia un lado simulando un paso).

En el modelado, el cuerpo presenta un mayor trabajo en el torso, en que se marcan con claridad los músculos. La cabeza es presentada de forma naturalista, observable en el gesto sereno y la distribución del pelo. Obsérvese, por último, que el atleta no muestra una actitud de orgullo, que los griegos hubieran considerado pecado de soberbia. Su canon y la composición en contrapposto ejercerían una notable influencia, no solo en sus contemporáneos, sino en los escultores romanos y en los del Renacimiento.

Fidias: La Plenitud del Clasicismo

FIDIAS. Representa la plenitud del clasicismo en una época en la que Atenas estaba en su momento de máximo esplendor. Aparte de la perfección de las proporciones que, a estas alturas, era algo completamente aceptado, Fidias se preocupó por expresar en su obra el sentimiento religioso y cívico que, a su juicio, iba ligado a la belleza.

Dirigió la decoración del Partenón, que centró en sus metopas, frisos y frontones, en los cuales desarrollaría un programa escultórico para exaltar la grandeza de la diosa Atenea y de la propia ciudad:

  • En las 92 metopas del Partenón, se narraban cuatro luchas mitológicas: la Centauromaquia, la Gigantomaquia, la Amazonomaquia y la guerra de Troya.
  • El friso del muro exterior de la cella se reservó para representar la Procesión de las Panateneas, un acontecimiento festivo y religioso que congregaba cada año a miles de personas para llevar a la diosa el peplo sagrado, tejido por las doncellas de la ciudad.
  • El frontón oriental mostraba el Nacimiento de Atenea de la cabeza de Zeus ante la mirada de los dioses.
  • El frontón occidental narraba la Disputa entre Poseidón y Palas Atenea por el dominio del Ática.

Todas estas composiciones están perfectamente adaptadas a la arquitectura del edificio. Se estructuran en grupos y se caracterizan por:

  • Movimiento.
  • Riqueza plástica de los ropajes, con telas finas y numerosos pliegues que dejan traslucir la anatomía femenina.
  • Parte del dinamismo y ritmo de las composiciones viene también del tratamiento de las ropas, que se arremolinan en curvas y espirales.

Entre las esculturas que se han conservado de los frontones, destacan las tres diosas: Hestia, Hera y Afrodita.

Fidias esculpió también la gigantesca estatua (12 metros) de la diosa Atenea para el interior del Partenón, realizada en oro y marfil. No se ha conservado, pero hay noticias de que causó sensación en su época. Aparte del conjunto del Partenón, hay que señalar otra obra de Fidias, que estuvo situada también en algún lugar de la acrópolis: la Atenea Lemnia, que establece el prototipo helénico de belleza serena. Fidias trabajó también en Olimpia, ciudad a la que se exilió tras las acusaciones de los enemigos de Pericles. Lo más importante, la estatua de Zeus para el templo del mismo nombre y los relieves del exterior. De algún discípulo de Fidias debe ser el relieve de la Victoria desatándose la sandalia, que formaba parte de la decoración del Templo de Atenea Niké. El tratamiento de los pliegues de la ropa subrayan las formas femeninas en un gesto completamente cotidiano.

Siglo IV a. C.: Praxíteles, Scopas y Lisipo

El siglo V a. C. termina mal para Atenas. En el 404, es vencida por Esparta en la Guerra del Peloponeso y termina su periodo de esplendor. La crisis supuso, en el terreno artístico, un abandono de los ideales cívicos que habían dominado hasta entonces. La belleza serena fue sustituida por expresiones de sufrimiento psicológico (pathos), de los sentimientos y emociones.

Praxíteles: La Curva y la Gracia

En este nuevo contexto, hay que situar la obra de PRAXÍTELES:

  • Destaca por su finura en el tratamiento del mármol.
  • Se interesó por reflejar la belleza juvenil: estilizó las figuras y arqueó suavemente los cuerpos (la llamada curva praxiteliana).
  • Destaquemos dos de sus obras:
    • La Afrodita de Cnido. Bajo la excusa del baño sagrado, muestra a la diosa en una espléndida desnudez.
    • Hermes y Dionisos, su obra maestra, que fue encontrada en unas excavaciones en Olimpia. Muestra el momento en que Hermes, camino de Nisa para dejar al pequeño Dionisos al cuidado de las ninfas, hace un alto en el camino y le ofrece un racimo de uvas. Es una escena llena de gracia, en la que los personajes divinos se muestran comunicativos y sonrientes.

Scopas: El Dramatismo Expresivo

SCOPAS. Procedente de la isla de Paros, se caracterizó por su fuerza expresiva y por la capacidad para transmitir estados de ánimo atormentados.

  • Destaca su obra Ménade Danzante, que transmite el frenesí de los cultos dionisíacos y provoca un efecto emocional que está cercano al helenismo.
  • Aunque no está confirmado, parece que colaboró con Leocares (al que se atribuye el Apolo Belvedere) en la decoración del Mausoleo de Halicarnaso.

Lisipo: El Nuevo Canon y la Profundidad

LISIPO. Se puede considerar el último representante de la escultura griega clásica. Sus principales aportaciones fueron las siguientes:

  • Se interesa por los rasgos individuales, lo que lo acerca al retrato.
  • Modificó el canon de Policleto haciéndolo más esbelto (1:7,5 entre cabeza y cuerpo).
  • Amplía la temática tradicional. Esculpe atletas, pero también niños, con formas realmente infantiles, y viejos mostrando los rasgos de la edad.

Se le atribuyen muchas obras (se habla de más de mil), tanto en bronce como en mármol. Destaquemos:

  • El Apoxiomeno: Figura de un atleta con el brazo extendido limpiándose con el estrígile el polvo de la palestra. Este adelantamiento del brazo supo ampliar el espacio escultórico e introducir el concepto de profundidad.

  • El Hércules Farnese: Es una robusta figura del dios. Lleva una mano detrás, lo que obliga al espectador a girar para ver lo que lleva. Se trata de la manzana de la inmortalidad que ha cogido en las Hespérides.

El Periodo Helenístico: Monumentalidad y Emoción

Contexto Histórico y Cultural

Se llama época helenística al periodo de la historia de Grecia que abarca desde el 330 a. C., en que muere Alejandro Magno y desaparece el imperio que había creado en pocos años, hasta finales del siglo II a. C., en que los territorios griegos pasan a ser conquistados por Roma.

Lo más importante de este periodo, desde el punto de vista artístico, es la extensión de los conceptos del arte griego a todo el Mediterráneo oriental. Se creó una especie de cultura común a la que se llamó koiné (“comunidad”). Esta cultura suponía una integración de lo griego, como elemento dominante, con elementos propios de cada lugar (Egipto, Mesopotamia, Siria, etc.).

Se trata de un periodo de florecimiento artístico que tiene como centro, además de a Atenas, a las capitales de los nuevos reinos helenísticos: Antioquía, Alejandría, Pérgamo, etc. A este florecimiento contribuyeron dos factores: el mecenazgo de los reyes y la aparición de un mercado privado de arte cada vez más amplio, que daría lugar al coleccionismo.

La Arquitectura Helenística

Utiliza los mismos elementos de la arquitectura clásica, pero dotándolos de un espíritu diferente: el equilibrio y la medida son sustituidos por la teatralidad, la monumentalidad y el deseo de impresionar. Ya no es una arquitectura cívica que refleja los valores colectivos de la polis, sino que trata de mostrar el poder y la gloria de los nuevos reyes helenísticos. Un ejemplo de lo que decimos es el Mausoleo de Halicarnaso.

Son frecuentes las construcciones de gran tamaño, encuadradas en conjuntos aún mayores, como las terrazas del Santuario de Cos (en Rodas). En Pérgamo, numerosos edificios públicos se construyeron escalonados de forma espectacular sobre una colina. De ellos, se ha conservado el Altar de Zeus (reconstruido hoy en un museo de Berlín).

Innovaciones en los Órdenes

Los órdenes se mantienen, pero se manejan de una manera menos rígida:

  • Se alteran las proporciones.
  • Se introducen variaciones en la decoración.
  • Adquiere gran importancia el orden corintio, en detrimento de los otros.
  • A veces, se superponen dos órdenes en el mismo edificio, lo que se desarrollará más tarde en Roma.

En los templos, se complica la organización del espacio interior. El Templo de Dídimas (310 a. C.) tiene poco que ver, en este sentido, con la simplicidad del Partenón.

Urbanismo Helenístico

En el terreno urbanístico, pierden influencia las ciudades tradicionales, como Atenas, y se imponen los nuevos centros que actúan como sedes de las cortes reales:

  • Antioquía.
  • Pérgamo.
  • Alejandría: Creada por Alejandro Magno en el delta del Nilo, se convierte en la nueva gran metrópoli del mundo antiguo: calles anchas, estructura hipodámica. En ella se encontraba, concretamente en el puerto de la isla de Faros, una torre que enviaba señales a los barcos. Ha dado su nombre a todos los “faros” posteriores.

La Escultura Helenística: Diversidad y Realismo Extremo

Es un periodo lleno de diversidad, lo que significa que se pueden encontrar muchas tendencias, fruto, como hemos dicho anteriormente, de la fusión de “lo griego” con los elementos propios de cada uno de los lugares. En la escultura, se profundiza en las líneas abiertas durante el siglo IV:

  • Interés por el movimiento y el dinamismo (frente al equilibrio de la época clásica).
  • Complicadas composiciones de grupo.
  • Realismo llevado al límite: patetismo, tensión, dolor.

En cuanto a los temas, predomina lo individual, las condiciones extremas y no los ideales. Es característico el desarrollo del retrato realista, que tanta influencia tendrá en la escultura romana. Se desarrollan temas como la fealdad, la vejez (Demóstenes), las deformaciones físicas o los asuntos meramente anecdóticos (Niño de la oca, Espinario).

Un tema muy utilizado es la representación de Afrodita, diosa del amor (los romanos la llamarán Venus). Su ejemplo más conocido es la Venus de Milo (Afrodita de Melos), descubierta en 1820. Los artistas del Neoclásico la tomaron como modelo, al considerarla un ideal de belleza.

Escuelas Locales y Obras Maestras

También en las artes plásticas, se observa la existencia de escuelas locales: Atenas, Alejandría, Pérgamo y Rodas fueron las más importantes:

  • Escuela de Pérgamo: Se erigió el gran Altar de Zeus para celebrar la victoria sobre los gálatas. Situado sobre un podio de siete metros de altura, el muro principal estaba decorado con un friso escultórico (100 metros de largo por 2.5 de alto). Las figuras tenían un tamaño superior al natural y eran casi de bulto redondo para aumentar la expresividad; algunas, incluso se salen del friso y apoyan sus manos y rodillas en los escalones por donde subían los fieles. También se deben a la escuela de Pérgamo, las esculturas Galo moribundo y Galo suicida.

  • Escuela de Rodas: Pertenecen dos de las obras cumbre del helenismo:

    • La Victoria de Samotracia: Erigida en el Santuario de los Grandes Dioses de Samotracia en agradecimiento por una victoria naval. Estaba colocada sobre un pedestal con forma de proa de barco. Con las alas extendidas irrumpe en la proa, mientras el viento agita y moja sus ropas, que dejan traslucir sus formas femeninas. El conjunto es de un gran dinamismo y destacan en el mismo los efectos de claroscuro.

    • El Laocoonte:

      • Escultura en mármol.
      • Autores: Agesandros, Polydoros y Athenodoro.
      • Fecha: Aprox. 50 d. C.
      • 2.42 m de altura.
      • Museos Vaticanos de Roma.

El Laocoonte: Símbolo del Pathos Helenístico

Los autores, de la misma familia, eran originarios de Rodas, de donde huyeron probablemente después de que un general romano saqueara la isla. La obra recoge todas las características de la escultura helenística:

  • Tridimensionalidad.
  • Nuevas proporciones, iniciadas por Lisipo.
  • Delicadeza de las formas, heredada de Praxíteles.
  • Dramatismo y naturalismo exagerado, observable ya en Scopas.

Todas estas características nos permiten relacionar al Laocoonte con algunos gigantes del friso del Altar de Pérgamo.

La escultura cuenta un tema mitológico: el castigo al que fue sometido Laocoonte, sacerdote troyano de Apolo, por los dioses favorables a los griegos en la Guerra de Troya. Laocoonte había sospechado que el caballo de madera de los griegos era una trampa y lo advirtió a sus compatriotas. Cuando estaba advirtiendo del engaño, salieron del mar dos serpientes monstruosas, que lo atacaron a él y a sus hijos. Solo uno de los hijos, el situado a la izquierda del padre, logró sobrevivir.

La obra recoge justo el momento en que Laocoonte y sus hijos luchan desesperadamente contra las serpientes. Es el pathos, como lo llamaban los griegos, el momento más dramático, el que refleja el sufrimiento extremo de los protagonistas: los personajes tratan de liberarse por cualquier medio de unas serpientes que se enroscan en sus cuerpos. Es notable el tratamiento de la musculatura, que aparece a punto de estallar por el esfuerzo, y de los rostros, que muestran un sufrimiento extremo (sobre todo el del padre, que concentra el terror y la impotencia de no poder salvar a sus hijos).

La composición es piramidal y está marcada también por fuertes diagonales, centradas en el doloroso escorzo del padre, que proyectan la escultura hacia el exterior, multiplicando los puntos de vista y generando efectos de claroscuro. No obstante, el conjunto fue concebido para ser visto de frente, como era frecuente en la escultura griega. Destacan en el conjunto la sensación de movimiento y la tensión, características del helenismo que han sustituido al equilibrio y la serenidad clásicos.

Tratamiento Técnico

Técnicamente, resulta muy interesante el tratamiento de las superficies:

  • El realismo minucioso con que han sido tratados los cuerpos de los personajes (ya hemos hablado de unos músculos que parecen a punto de estallar).
  • La blandura de las serpientes.
  • La plasticidad del pelo, en especial el de Laocoonte, trabajado a trépano.

También es interesante que se haya representado a los hijos como hombres pequeños, y no como a niños. Encontrada en un viñedo, entre las ruinas de lo que habían sido unas termas, inmediatamente fue adquirida por el Papa Julio II para llevarla a su palacio. Se considera que el Laocoonte es la pieza que dio origen a los Museos Vaticanos. Tanto el Laocoonte como el conjunto de la escultura helenística ha influido en artistas de diversas épocas: El Greco, Dalí y el escultor abstracto Alfaro, entre otros.