Desarrollo del Arte Hispanomusulmán
Épocas Omeya y Califal (siglos VIII-X)
Comienza con el reinado de Abd al-Rahman I (756-788), quien inició la construcción de la Mezquita de Córdoba (antes basílica visigótica de San Vicente). De la antigua catedral de San Vicente se aprovecharon parte de los muros, así como algunas columnas y capiteles romanos y visigodos. Dado que estas columnas tenían poca altura, sobre ellas se dispusieron unas pilastras de base rectangular que servían de apoyo a los arcos que sostendrían el tejado. Las dovelas que forman los arcos están alternadas en colores rojo y blanco, confiriendo al conjunto un efecto visual y estético de gran belleza; las columnas se multiplican como si de un bosque se tratara.
Abd al-Rahman II, a partir del año 833, añadió doce tramos más orientados hacia el sur. Con todo, fue en el siglo X cuando se produjo el momento de máximo esplendor de la cultura musulmana andalusí. Con el reinado de Abd al-Rahman III (912-961), quien independizó Al-Ándalus y asumió el título de califa, Córdoba se convirtió en uno de los centros culturales y artísticos más importantes del mundo. Abd al-Rahman III remodeló la mezquita. Sin embargo, la reforma de mayor suntuosidad se debe a Al-Hakam II, quien alargó el templo en sentido longitudinal con doce nuevos tramos cubiertos por bóvedas y también realizó el actual mihrab. La última ampliación del templo se debe a Almanzor en el año 987. El exterior resulta muy austero, construido con sillares de piedra, y en él destacan contrafuertes y el remate de almenas escalonadas.
Otra obra destacada de este periodo es la Ciudad-Palacio de Madinat al-Zahra, iniciada por Abd al-Rahman III en el año 936 y continuada por Al-Hakam II. El trazado del recinto amurallado era irregular, y sus restos muestran una rica decoración en mármol y yeserías.
Época de los Reinos de Taifas (siglo XI)
A la muerte de Almanzor, el Califato de Córdoba se desintegró en los llamados reinos de Taifas, entidades independientes con escaso poder económico que intentaban detener el avance de los reinos cristianos. Destacan las Alcazabas de Almería, Granada y Málaga.
Época de los Almorávides y los Almohades (1086-1232)
La desmembración de Al-Ándalus conllevó que los pequeños reinos de Taifas no pudieran contener por sí solos la presión reconquistadora y que reclamaran la ayuda de las tribus bereberes norteafricanas. Como edificios representativos de su arte en nuestro territorio, destaca la Mezquita de Sevilla, de la que hoy solo se conserva el alminar o minarete conocido como La Giralda. Presenta una estructura cuadrangular, con balcones ajimezados y arcos decorados mediante paños calados de sebka (redes romboidales), lo que aligera la parte superior.
Otro género de edificios almohades son las fortificaciones. Frecuentemente, se organizaban murallas dobles en las que se intercalaban algunas torres avanzadas con el objeto de vigilar lugares estratégicos; un buen ejemplo es La Torre del Oro. Debe su nombre a que su estructura de piedra original estaba recubierta de cerámica dorada que refulgía con la luz del sol.
Época Nazarí (siglos XIII-XV)
Desde 1238 hasta 1492, la dinastía nazarí gobernó Granada, el último bastión musulmán de la Península Ibérica. Su arte se caracterizó por el uso de materiales económicos y frágiles (ladrillo, yeso, madera), ocultos por una recargada decoración que les proporcionaba una apariencia suntuosa y combinados con una constante presencia del agua y los jardines. La rica variedad de recursos constructivos y ornamentales se pone de manifiesto en la Ciudad Palatina de la Alhambra (llamada «La Roja» por el color característico de sus ladrillos).
Las funciones de la Alhambra son múltiples: residencia palaciega, fortaleza, centro de administración y representación y, a la vez, residencia privada. Construida en una de las colinas que domina la ciudad de Granada, constituye una auténtica ciudad-palacio formada por una ciudadela o alcazaba. Todo este conjunto está circunscrito por un vasto recinto amurallado. La planta es laberíntica, con una finalidad defensiva evidente. Los núcleos que articulan el espacio son los patios.
En el Patio de los Arrayanes o de Comares se encuentra el área del diwan. El harén está constituido por las habitaciones privadas del monarca: estancias, baños y pequeños patios se ordenan alrededor de un gran patio, el Patio de los Leones. El Patio de los Arrayanes o de Comares tiene una característica forma rectangular, y en sus lados menores se abren pórticos cuyos soportes son muy particulares. Los forman columnas sobre basas, con fustes muy estilizados, realizadas en mármol y que son muy finas. El Patio de los Leones sigue el mismo esquema. Presenta planta rectangular con una fuente central que es la que da nombre al patio. El Mirador de Daraxa sería el lugar donde tendría su trono Muhammad V.