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Grandes Obras de la Arquitectura Española
Mezquita-Catedral de Córdoba: Esplendor Califal
Se trata de un edificio religioso realizado entre los siglos VIII y X. Es el periodo conocido como califal, donde Córdoba se convierte en la capital. Presenta una planta rectangular característica, compuesta por el patio y la sala de oración, dividida en naves separadas por columnas. Dichas naves son perpendiculares al muro de la qibla, lugar al que se dirige la oración. Generalmente, este muro de la qibla está orientado hacia La Meca.
La sala de oración presenta visualmente la característica más singular de este periodo: los arcos superpuestos de herradura y de medio punto, y la alternancia de color de las dovelas. Puede observarse el dominio en la superposición de arcos para conseguir una mayor altura en las naves, así como la alternancia de color, que provoca bellos efectos visuales en el interior del edificio. El arco de herradura está tomado del arte visigodo, aunque en el periodo califal presenta un sector de círculo más amplio.
La mezquita sufre una evolución a lo largo de su historia. En un primer momento, los musulmanes compraron una iglesia a los cristianos para realizar su culto, la basílica de San Vicente. Sin embargo, ante el aumento de población, este espacio se quedó pequeño, por lo que fue derribada y comenzó la construcción de la mezquita en el siglo VIII, aprovechando los materiales del antiguo edificio. Conforme crecía la ciudad, las necesidades de un mayor espacio de culto obligaron a ampliar la mezquita durante los siglos IX y X, generalmente a costa del muro de la qibla, que fue derribado hasta en dos ocasiones. Por último, la mezquita tuvo que ser ampliada lateralmente, convirtiéndola en una de las mayores mezquitas del mundo islámico.
Hoy en día, la qibla, el mihrab y la maqsura pertenecen al siglo X y son los lugares que concentran una mayor decoración. Son también la causa de la mayor sorpresa para los visitantes.
Alhambra de Granada: Fortaleza y Palacios Nazaríes
El conjunto monumental de la Alhambra está formado por palacios y fortalezas edificados en su mayor parte en el siglo XIV. Es el monumento más importante del periodo nazarí, la última etapa de la ocupación musulmana en la península ibérica. Además, se encuentra en una colina de Granada. Su nombre deriva del material con el que se construyó: ladrillo visto rojo. La Alhambra significa”la Roj”.
Los palacios islámicos se configuran en torno a patios. En la Alhambra encontramos dos distintos: la parte oficial, alrededor del Patio de Comares, zona donde se recibía a los embajadores extranjeros; y la parte privada, alrededor del Patio de los Leones, a la que se abren diversas habitaciones, las más decoradas, como la Sala de los Reyes, la Sala de Dos Hermanas y la Sala de los Abencerrajes. Todas parecen cubiertas por bóvedas de mocárabes, muy características de este periodo.
Pueden observarse algunos de los elementos constructivos de este periodo, por ejemplo, el nuevo tipo de columna: columnas finas con fuste muy liso. Se puede ver el arco de medio punto, que en realidad aparece envuelto en decoración, demostrando que las abundantes labores decorativas son la principal característica de este periodo. Además de estos elementos constructivos, la Alhambra es un claro ejemplo de la utilización del agua y la vegetación como integración de la naturaleza.
En la arquitectura, no de una forma salvaje, sino de una manera domesticada. De tal forma que la Alhambra se convierte en una auténtica fantasía ornamental, en un escenario en el que cada elemento realmente ejerce su papel: la vegetación le otorga el color y el dinamismo, y el agua, la musicalidad y el sonido. De esta manera, la Alhambra es uno de los edificios más singulares que se conservan de la ocupación islámica en la península ibérica.
San Martín de Frómista: Perfección del Románico Castellano
Es una iglesia del siglo XI que se encuentra en la provincia de Palencia y que se convierte en un modelo de perfección estilística del Románico rural castellano. Esta iglesia, además, demuestra una gran cantidad de influencias, pero a la vez presenta una gran uniformidad, pues recoge las características más clásicas del arte románico, tanto desde un punto de vista constructivo como decorativo. Tal vez la uniformidad del edificio se deba a que su construcción se realizó en muy poco tiempo, apenas 24 años, lo cual, para esta época, es muy poco tiempo.
Presenta una planta de cruz latina con un crucero de brazos muy poco acusados y con ábsides en la cabecera, de clara influencia francesa. Estos tres ábsides, además, se corresponden con el interior, que está dividido en tres naves, lo que nos habla de la importancia que el Románico le otorgaba a los exteriores y a su relación con los interiores. Corresponde a un estilo de estructuras lógicas donde todos los elementos guardan relación entre sí.
Sobre el crucero se levanta un cimborrio octogonal y en los muros, donde los sillares son perfectamente regulares, se abren pequeñas ventanas de arcos dobles que otorgan a esos interiores el recogimiento, esencial para el Románico. En el exterior aparece la típica decoración románica a base de taqueados y ajedrezados, y en la fachada aparecen dos torres cilíndricas inspiradas en las catedrales alemanas, lo que muestra que este edificio es coetáneo a la arquitectura catedralicia alemana. En todo caso, estamos ante el edificio más regular desde el punto de vista constructivo del Románico en Castilla.
Catedral de Santiago de Compostela: Icono de la Peregrinación Románica
Se trata de una iglesia románica del siglo XI y es, además, un claro ejemplo de iglesia de peregrinación, probablemente el más importante de estas iglesias en España. Esta catedral es semejante a otros ejemplos de iglesias de peregrinación que se encuentran en Francia, como San Sernín de Toulouse. Presenta una planta basilical de tres naves que siguen un esquema de cruz latina.
Como ocurre con otras iglesias de peregrinación, se crea un itinerario secundario a través de las naves laterales para que los peregrinos puedan visitar las reliquias del Apóstol sin interrumpir el culto que tiene lugar en la nave principal. Al mismo tiempo, el edificio cuenta con tribunas abiertas a la nave principal y con numerosas capillas tanto en el deambulatorio como en el transepto para responder a los numerosos actos litúrgicos, muy comunes en este tipo de iglesias que reciben una gran cantidad de gente.
La obra presenta todas las características constructivas y los elementos propios de la arquitectura románica, como las bóvedas de piedra o los grandes pilares cruciformes, lo que supone, además, una mejora técnica que evita la destrucción por incendios y que mejora las condiciones acústicas, fundamentales para el canto, como ya ocurría en otros numerosos monasterios que se encontraban en el Camino de Santiago. La catedral es, además, el final de una de las vías de peregrinación más importantes.