Max Weber y la Acción Social
¿Qué significa la acción social y el sentido de la misma para Weber?
Max Weber, reconocido como uno de los más trascendentes sociólogos alemanes, es recordado por sus trabajos enfocados en las denominadas acciones sociales. A Weber le interesaba la subjetividad presente en las conductas humanas, es decir, el significado personal que los individuos atribuyen a las acciones que realizan a lo largo de sus vidas.
Weber definió la acción social como “una conducta humana con sentido y dirigida a la acción de otro”. En otras palabras, el sociólogo identifica como acciones sociales aquellas conductas a las que los propios individuos les conceden un significado subjetivo o interno y que, además, están orientadas hacia otras personas; de ahí su carácter “social”.
La subjetividad implica que las acciones se orientan hacia otros con un propósito específico, lo que las diferencia de las meras reacciones cotidianas. Por ejemplo, un choque accidental entre ciclistas no sería una acción social; pero si uno de los ciclistas se desviara intencionadamente de su camino para evitar cruzarse con el otro, sí lo sería.
La orientación hacia terceros es esencial en las acciones sociales, ya que no toda acción “externa” es necesariamente social. Por ejemplo, la actividad económica podría considerarse social siempre que la persona considere la actividad de terceros al tomar sus decisiones. A su vez, estos terceros que orientan las acciones sociales pueden ser:
- Individuos específicos (presentes, pasados o futuros), dando lugar a acciones como la venganza.
- Un colectivo indefinido o conocido, llevando a acciones como la toma de decisiones económicas basadas en satisfacer las expectativas de la sociedad circundante.
Estas acciones serán posteriormente clasificadas por Weber de acuerdo a los elementos que las componen: los valores, los fines de las mismas, los medios para lograrlas y sus consecuencias. Su estudio es fundamental en la obra sociológica de Weber.
Tipos de Acción Social: La Acción Afectiva
En su definición de acción social, Weber establece una tipología basada en cómo se consideran los elementos clave (medios, fines, valores, consecuencias):
- Acción racional con arreglo a fines
- Acción racional con arreglo a valores
- Acción afectiva
- Acción tradicional
a. Definición de Acción Afectiva
Para Weber, las acciones afectivas se encuentran en el límite entre las conductas con sentido y aquellas que son meramente reactivas a diferentes estímulos. Estas acciones no implican una consideración consciente de los valores al momento de efectuarse, ya que el sujeto actúa impulsado por estados sentimentales o emociones del momento (ira, alegría, miedo, venganza, etc.).
b. Explicación (en relación a los elementos de la acción)
Al ser pasionales y, a menudo, irracionales, las reacciones afectivas tampoco suelen considerar las consecuencias futuras de la acción. Sin embargo, sí poseen medios (la forma en que se realizan) y fines (el objetivo subjetivo que persiguen), aunque estos puedan ser definidos de manera menos racional o calculada que en otros tipos de acción. Según Weber, la acción basada en afectos está “determinada por el estado afectivo y sentimental específico” del actor, por lo que puede implicar “una reacción descontrolada a un estímulo excepcional”.
c. Ejemplos y Análisis
Weber señala que las personas que actúan afectivamente pueden hacerlo, por ejemplo, en busca de venganza o si tienen una reacción catártica.
Venganza: Implica un fin (desquitarse de un agravio percibido) dirigido hacia un otro, y requiere de un medio para realizarse (una agresión física, verbal, etc.). Sin embargo, al ser una acción dominada por la pasión, suele ir acompañada por el olvido de los valores propios (morales, sociales) y la incapacidad de medir las consecuencias negativas de dicha acción (legales, sociales, personales).
Reacción Catártica: Un ejemplo es gritarle a alguien durante un enfado. Es una respuesta que utiliza un medio (el habla, el grito) para alcanzar un fin (manifestar o descargar el enojo). No obstante, en el momento, gritar implica dejar de lado ciertos valores (como el respeto, la empatía o la comunicación calmada que se nos enseña para resolver conflictos). Además, en ese momento de tensión y pasión, a menudo se ignoran las consecuencias (el impacto de las palabras o el volumen en la otra persona, que puede sentirse herida o reaccionar negativamente).
Esta desconsideración de los valores y las consecuencias sitúa a las acciones afectivas en la frontera que Weber traza entre las acciones sociales (con sentido subjetivo) y las meras respuestas reactivas o impulsivas a un estímulo.