La casa de acacias

12. LA ZORRA Y EL LEOPARDO


Una zorra y un leopardo discutían sobre su belleza. Exaltando el leopardo a cada momento la variedad de colores de su cuerpo, la zorra habiendo contestado, le dijo:
“Y cuánto más bella soy que tú, que soy variada, no de cuerpo sino de espíritu.” 15a. LA ZORRA Y LAS UVAS:
Una zorra estando hambrienta, cuando vio unos racimos colgando de una parra, quiso apoderarse de ellos y no pudo. Y apartándose, dijo para sí: “Están verdes.” 15b. LA ZORRA Y EL RATÓN:
Una zorra habiendo visto en una parra unos racimos de uvas maduros estaba a punto de comer(los), pero no podía comer los que estaban en altura. Y un ratón habiendo visto a ésta sonrió habiendo dicho: “Nada comes.” Y la zorra no queriendo ser derrotada hacia el ratón dijo: “están verdes.” 20. LA ZORRA Y EL COCODRILO:
Una zorra y un cocodrilo disputaban sobre su abolengo. Exponiendo el cocodrilo muchas cosas sobre la distinción de sus antepasados y diciendo finalmente que es de padres gimnasiarcos, la zorra habiendo respondido, dijo: «Aunque tú no lo digas, muestras por tu piel que llevas muchos años haciendo gimnasia».

21. LOS PESCADORES:

Unos pescadores habiendo salido a la pesca, y habiendo faenado durante mucho tiempo no cogieron nada, y estando sentados en el barco se desanimaban. Pero entretanto, un atún siendo perseguido, se precipitó con mucho ruido a la barca sin darse cuenta. Y ellos, habiéndolo cogido y habiendo marchado a la ciudad, lo vendieron.

27. LA ZORRA A LA MÁSCARA:

Una zorra, habiendo entrado en un taller de un escultor y examinando cada una de las existencias, cuando encontró casualmente una máscara, habiendo levantado esta, dijo: “¡Qué clase de cabeza que no tiene cerebro!”.

41. LA ZORRA Y EL PERRO:

Una zorra, habiendo entrado en un rebaño de ovejas, habiendo cogido un corderillo que mamaba fingía besarlo tiernamente. Siendo preguntada por un perro:
“¿Por qué haces eso?” dijo: «Lo cuido y juego con él». Y el perro respondíó: «Y ahora, si no sueltas el cordero, te ofreceré las cosas de los perros».

43. LAS RANAS

Dos ranas, habiéndose secado su charca, andaban dando vueltas buscando donde quedarse. Y cuando llegaron junto a un pozo, una aconsejaba saltar despreocupadamente. Pero la otra decía: “Y si también se seca el agua de aquí, ¿cómo podremos subir?” 45. LOS BUEYES Y LOS EJES: Unos bueyes tiraban de un carro. Y, chirriando un eje, habiéndose vuelto hacia él dijeron: “¡Oh tú!, llevando nosotros toda la carga, ¿tú has gritado?”.

58. LA MUJER Y LA GALLINA:

Una mujer viuda, que tenía una gallina que le ponía cada día un huevo, pensó que si le echaba más comida, pondrá incluso dos veces al día. Y haciendo ella eso, sucedíó que la gallina haciéndose gorda ya no puso ni siquiera una vez.

59. LA COMADREJA:

Una comadreja, habiendo entrado en un taller de un herrero lamía la lima que allí había. Y sucedíó que, raspándose la lengua, le salía mucha sangre. Pero ella se alegraba pensando en que le sacaba algo al hierro, hasta que perdíó totalmente la lengua.

60. EL ANCIANO Y LA MUERTE:

Una vez un viejo habiendo cortado leña y llevando ésta recorría un largo camino. Habiendo dejado la carga en el suelo a causa de la fatiga de la caminata, llamaba a la Muerte. Y habiéndose aparecido la Muerte y habiendo preguntado por qué causa la llamaba, el viejo dijo: «Para que me lleves la carga».

62. EL LABRADOR Y LA SERPIENTE:

Un labrador durante el invierno, habiendo encontrado una serpiente helada por el frío, habiéndose compadecido de ésta y habiéndola cogido la colocó bajo el pecho. Y aquella, habiéndose calentado y  habiendo recobrado su propia naturaleza, hirió a su benefactor y lo mató. Y él, muriendo, decía: “sufro justamente habiéndome compadecido de un malvado”.

64. EL HOMBRE MORDIDO POR UN PERRO:

Alguien, habiendo sido mordido por un perro, iba de un lado a otro buscando quien lo curara. Habiendo dicho alguien que lo que debía hacer era untar la sangre con pan y echárselo al perro que lo había mordido, habiendo respondido dijo: «Pero si hiciera eso, será obligatorio que me sea mordido por  todos los perros de la ciudad> 71. LA ENCINA Y LA CAÑA:
Una encina y una caña discutían sobre la fuerza. Pero, habiendo un fuerte viento, la caña agitándose e inclínándose hacia los vientos de éste evitó que la arrancaran, pero la encina habiéndose puesto en frente en su totalidad fue abatida desde las raíces.

89.3 LA GALLINA QUE PONÍA HUEVOS DE ORO:

Alguien tenía una gallina que ponía huevos de oro; y habiendo pensado  que dentro de ella había un montón de oro, habiéndola matado descubríó que era igual que las demás gallinas. Y él, habiendo esperado encontrar una riqueza agrupada también ha sido privado de aquella pequeña.

93. EL BURRO QUE JUGABA

Uno que tenía un perro maltés y un burro pasaba el tiempo jugando con el perro; y, si comía fuera, le traía algo acercándose y coleando. Y el burro habiendo tenido envidia se adelantó y saltando lo cocéó. Y este habiéndose irritado ordenó que se lo llevaran pegándolo y (lo) ataran al pesebre.

95. LA VÍBORA Y LA LIMA:

Una víbora habiendo entrado en el taller de un herrero pedía ayuda a las herramientas. Pero habiéndola tomado de otras, llegó ante una lima y le rogó que le diese algo. Ésta, habiendo respondido, dijo: «Pues bien, eres tonta pensando llevarte algo de mí, que no acostumbro a dar, sino a quitar de todos».

105. HERMES

Zeus ordenó a Hermes que esparciera una pócima de falsedad entre todos los artesanos. Y él habiendo triturado esta y habiendo hecho una medida igual unos lotes iguales los distribuyó a cada uno. Pero, puesto aún le sobrara mucha pócima quedando sólo el zapatero, habiendo cogido todo el líquido lo vertíó sobre él. Desde entonces sucedíó que todos los artesanos mienten, pero los que más de todos, los zapateros.

108. Zeus Y LA TORTUGA

Zeus, al casarse, invitó a todos los animales. Pero, retrasándose solo la tortuga, ignorando la causa, al día siguiente le preguntó por qué no vino la única al banquete. Y ella respondíó: “una casa propia, es la mejor casa”. Habiéndose enojado con ella, dispuso que ella circulara llevando su propia casa.

110. Zeus Y LOS HOMBRES:

Zeus, habiendo moldeado a los hombres ordenó a Hermes infundirles inteligencia. Y aquél, habiendo hecho una medida, infundíó lo mismo a cada uno. Pero sucedíó que los de pequeña estatura, llenados de una medida, se hicieron sensatos, pero los altos por no extenderse la bebida hasta las rodillas, y no hacia todo el cuerpo se hicieron más insensatos.


114.B LA HORMIGA Y LA CIGARRA:


En la estación de invierno, estando mojado los alimentos, las hormigas los secaban. Una cigarra estando hambrienta les pedía comida. Pero las hormigas le dijeron: “¿Por qué durante el verano no reunías alimento?”. Y ella dijo: “no tenía tiempo libre sino que cantaba melodiosamente”. Y ella, habiéndose reído, dijeron: “Pues bien, si en las estaciones de verano cantabas, baila en invierno”.

116. EL MÉDICO Y EL ENFERMO:

Un médico examinando a un enfermo sucedíó que él murió. Y el médico decía hacia los que lo transportaban fuera: “este hombre si se hubiera apartado del vino y se hubiera servido de jeringas (lavativas), no habría muerto”. Pero uno de los que estaban presentes dijo: “¡Oh tú, no era necesario que tú ahora dijeras esto, cuando ya no es útil, sino que era necesario que tu lo hubieras aconsejado entonces, cuando todavía podía ser útil”.

118. EL CANGREJO Y LA ZORRA

Un cangrejo habiendo venido a parar desde el mar se dirigía hacia un lugar. Pero una zorra teniendo hambre cuando (lo) vio, habiéndose acercado lo cogíó. Y él estando a punto de ser devorado dijo: “Pues bien, sufro cosas justas (justamente), el cual (porque) siendo marino quise llegar a ser de tierra”.

120. EL CASTOR:

El castor es un animal de cuatro patas que vive la mayor parte del tiempo en lagos, cuyos testículos dicen que son útiles para los médicos. Éste ciertamente, cuando siendo perseguido por hombres es cogido, sabiendo que no es perseguido por su belleza (gracia), habiendo cortado sus testículos (los) arroja hacia los que le persiguen y así logra la salvación.

122. EL JARDINERO Y EL PERRO

Un perro de un jardinero cayó a un pozo. Y él, queriendo tirar de este hacia arriba, allí bajó. Pero el perro, habiéndose apurado cuando se acercó a él, creyendo que iba a ser hundido por él, lo mordíó. Y éste al ser tratado mal dijo: “Pues bien, yo por mi parte he sufrido justamente. Pues ¿por qué, habiéndote precipitado tú sólo, intentaba salvarte del peligro?

123 EL CITARISTA

Un citarista sin talento cantando ininterrumpidamente en una casa llena de polvo, repitiéndosele un sonido, creyó que él era de muy buena voz. Envalentonado por esto, creyó necesario que él mismo acudiera al teatro. Pero habiendo llegado para mostrarla y cantando muy mal lo expulsaron habiéndole echado con piedras.

124. LOS LADRONES Y EL GALLO:

Unos ladrones habiendo entrado en una casa ninguna otra cosa encontraron si no un gallo y habiendo cogido a éste se alejaron. Y él estando a punto de ser sacrificado por ellos suplicaba que lo liberaran diciendo que él mismo era útil para los hombres despertándolos por la noche para sus trabajos. Y ellos dijeron: “Pues bien también por esto a ti más de sacrificamos; pues despertando a aquellos no nos dejas robar”.

128. EL GRAJO Y LA ZORRA:

Un grajo estando hambriento se posó sobre una higuera. Habiendo descubierto que los higos todavía no estaban maduros, esperó hasta que los higos maduraran. Pero una zorra habiéndolo visto echando raíces y habiendo aprendido la causa por él mismo dijo: “Estás equivocado, ¡oh grajo!, fiándote de la esperanza, la cual sabe engañar pero en ningún modo alimentar”.

129. LA CORNEJA Y EL PERRO:

Una corneja haciendo un sacrificio a Atenea invitó a un perro al banquete. Pero éste dijo hacia ella: “¿Por qué gastas sacrificios inútilmente? Pues la diosa te odia tanto que también te ha quitado la confianza de tus augurios naturales”. Y la corneja hacia él: “por esto más le hago sacrificios, para que se reconcilie conmigo”.

130. EL CUERVO Y LA SERPIENTE

Un cuervo careciendo de alimento cuando vio una serpiente durmiendo en un lugar soleado, habiendo bajado volando se apoderó de ésta. Pero revolvíéndose y picándolo, estando a punto de morir dijo: “Pues bien desdichado soy yo por mi parte, quien encontré (una presa) tan fácil y por ésta también muero.” 135. EL PERRO Y LA ZORRA:
Un perro de caza habiendo visto un león perseguía a éste. Pero cuando aquél habiéndose vuelto rugíó, habiéndose asustado huyó hacia atrás. Y una zorra habiéndolo visto dijo: “¡Oh mala cabeza!, ¿tú perseguías un león cuyo rugido ni siquiera aguantaste?” 136. LA PERRA QUE LLEVABA CARNE:
Una perra teniendo (un trozo de) carne cruzaba un río. Y habiendo visto su propia sombra en el agua sospechó que había otra perra que tenía un trozo de carne más grande. Por eso habiendo soltado el propio se dispuso para quitar el de aquella. Pero le sucedíó que se quedó privada de ambos, no consiguiendo uno, porque nada existía, y el otro porque fue arrastrado por el río.

138. LAS PERRAS QUE ESTABAN HAMBRIENTAS:

Unas perras que estaban hambrientas cuando vieron en un río unas pieles que estaban mojadas, no pudiendo apoderarse de ellas maquinaron las unas con las otras, que en primer lugar se bebieran el agua, así luego llegarían hacia las pieles. Pero sucedíó que ellas habiendo bebido reventaron antes de que se apoderaran de las pieles.

139. EL PERRO Y LA LIEBRE:

Un perro de caza habiendo atrapado una liebre alguna vez mordía a ésta y alguna vez la lamía los hocicos. Ésta, estando cansada, dijo hacia él: “Pero ¡tú!, deja de morderme o besarme, para que sepa  si llegas a ser mi enemigo o mi amigo.” 140. EL MOSQUITO Y EL TORO:
Un mosquito habiéndose posado en un cuerno de un toro y habiendo estado colocado (allí) mucho tiempo cuando estaba a punto de alejarse preguntó al toro si quiere que se fuera ya. Y él, habiendo respondido, dijo: “Pues ni cuando llegaste lo supe ni, si te marchas, lo sabré”.

146. EL LEÓN Y LA RANA:

Un león habiendo escuchado a una rana croando se volvíó hacia el sonido creyendo que había un animal grande. Pero habiéndole esperado un poco de tiempo cuando la vio saliendo del estanque, habiéndose acercado la pisó habiendo dicho: “¡Que un ruido no perturbe a nadie ante la diosa!” 162. EL LOBO Y LA CABRA:
Un lobo habiendo visto una cabra paciendo sobre un lugar escarpado puesto que no podía apoderarse de ella, la animaba a que bajara más abajo, no se cayera sin darse cuenta, diciendo que el prado y la hierba eran muy gozosas para ella. Pero ella dijo hacia él: “Sin embargo no me llamas por la hierba sino que tú mismo careces de comida.” 172. LAS ABEJAS Y Zeus:
Unas abejas no concediendo por envida su propia miel a los hombres, llegaron ante Zeus y pidieron a éste que le proporcionara fuerza para golpear con sus aguijones a los que se acercaban para llevarse sus panales. Y Zeus, habiéndose irritado contra ellas por su envidia dispuso que ellas, cuando golpearan a alguien, y clavasen el aguijón, después de esto también quedarían privadas de salvación.


176. LA HORMIGA Y LA PALOMA


Una hormiga habiendo tenido sed, habiendo bajado hacia un manantial queriendo beber se ahogaba. Pero una paloma habiendo roto una hoja en un árbol la tiró, por la cual la hormiga habiéndose subido se salvó. Pero un cazador (un pajarero) habiendo colocado y ajustado las cañas quería coger la paloma. Pero la hormiga picó hacia el pie del pajarero. Y él habiendo agitado las cañas hizo que la paloma huyera.

184. EL CAMINANTE Y LA SUERTE

Un caminante habiendo terminado un largo camino, cuando estaba rendido por fatiga, habiendo caído junto a un pozo se tendíó. Y estando él a punto de caerse la Suerte habiéndose presentado y habiéndolo despertado dijo: “¡Tú, si hubieras caído, no hubieras culpado a tu insensatez sino a mí.” 191. EL BURRO QUETRANSPORTABA SAL:
Un burro que transportaba sal cruzaba un río. Pero habiendo resbalado cuando como cayó hacia el agua, habiéndose disuelto la sal se levantó más ligero. Y habiendo disfrutado con esto cuando después llevando como carga esponjas llegó a un río, creyó que si se cayera de nuevo, se iba a levantar más ligero. Y resbaló adrede. Pero sucedíó que él, absorbiendo las esponjas el agua no pudiendo levantarse se ahogó en este (río).

193. EL BURRO QUE CARGABA UNA ESTATUA:

Un burro habiendo transportado una estatua marchaba hacia una ciudad. Arrodillándose todos los presentes ante la estatua habiendo creído el burro que se arrodillan ante él, habiéndose excitado rebuznó y ya no quería avanzar más allá. Y el arriero habiéndose dado cuenta de los sucedido golpeándolo con una porra dijo: “¡Oh mala cabeza!, ya también era esto lo que faltaba que un burro fuera adorado por hombres.” La fábula muestra que los que se vanaglorian con los bienes ajenos se exponen a la risa de parte de los que los conocen.

194. EL ASNO SALVAJE

Un asno salvaje habiendo visto un asno domesticado en un lugar soleado, habiéndose acercado lo estimaba dichoso por el vigor de su cuerpo y por la utilidad de su alimento. Pero después habiéndolo visto llevando una carga y al arriero por siguiéndolo por detrás y golpeándolo con palos dijo: “Pues yo por mi parte ya no te considero dichoso. Pues veo que no sin grandes males tienes la abundancia.

195. EL BURRO Y LAS CIGARRAS:

Un burro habiendo escuchado a unas cigarras cantando se complacíó por su buena voz y habiendo envidiado el agradable sonido de ellas dijo: “¿Qué coméis para soltar tal sonido?” Y habiendo dicho éstas “rocío” el burro esperando por el rocío murió de hambre.

202. EL BURRO, EL CUERVO Y EL LOBO:

Un burro teniendo herido el lomo pacía en una pradera. Habiéndose posado sobre él un cuervo y golpeando la herida el burro rebuznó y brincó. Estando cerca el arriero y riendo un lobo pasando cerca (lo) vio y se dijo a sí mismo: “¡Desdichados nosotros que, incluso solo con que seamos vistos, somos perseguidos y se ríen estando este cerca!.” 212. LA SERPIENTE, LA COMADREJA Y LOS RATONES:
Una serpiente y una comadreja en una casa luchaban. Pero entonces los ratones siempre siendo devorados por ambos cuando vieron la lucha salieron. Pero éstas habiendo visto a éstos habiendo dejado la lucha entre ellos se volvieron contra aquellos.

217. LA PALOMA QUE TENÍA SED

Una paloma atormentada por la sed, cuando vio en un dibujo una crátera de agua pintada, creyó que era verdad. Por esto con mucho ruido sin darse cuenta se lanzó chocando contra el dibujo. Le sucedíó que habiéndosele roto las alas y habiendo caído a la tierra fue capturada por uno de los que casualmente estaban presente.

218. LA PALOMA Y LA CORNEJA:

Una paloma siendo criada en un palomar alardeaba de su fecundidad. Y una corneja habiendo escuchado sus palabras dijo:” Para ya de fanfarronear sobre esto, pues cuanto más hijos tengas, tanto de mayor servidumbre te lamentarás.” 227. LOS CAMINANTES Y EL CUERVO:
Un cuervo, mutilado uno de los ojos, salíó al encuentro de unos que viajaban por un negocio. Habiéndose vuelto ellos y aconsejando uno volver sobre sus pasos –pues eso anunciaba el presagio- otro habiendo respondido dijo: “¿Y cómo éste puede predecirnos el futuro, el cual ni siquiera prevíó su propia mutilación para que la evitara?” 228. PROMETEO Y LOS HOMBRES:
Prometeo por mandato de Zeus modeló a los hombres y las fieras. Y Zeus habiendo visto que los animales irracionales, con mucho, eran más ordenó que él habiendo destruido alguno transfigurara a unos hombres. Habiendo hecho éste  lo ordenado sucedíó que los que de éstos habían sido modelados tenían forma de hombres pero las almas de animales salvajes.

229. LAS DOS ALFORJAS:

Prometeo habiendo modelado a los hombres colgó de ellos dos alforjas, una de los males ajenos y otra de los propios. La de los ajenos colocó delante, y la de las otras colgó detrás. Por esto sucedíó que los hombres desde lejos ven los males ajenos, pero no miran los propios.

236. LA AVISPA Y LA SERPIENTE:

Una avispa habiéndose sentado sobre la cabeza de una serpiente y sin interrupción golpeándo(la) con su aguijón (la ) atormentaba. Y ésta estando dolorida y no pudiendo rechazar al enemigo habiendo salido en el camino y habiendo visto un carro viniendo colocó su cabeza en la ruda y así murió junto a la avispa [afirmando: “muero junto a mi enemigo”].

241. LA HIENA Y LA ZORRA

Dicen que las hienas, cambiando cada año su forma alguna vez llegar a ser machos y otras veces hembras. Y una hiena habiendo visto una zorra le hacía reproches porque no se acercara queriendo ser su amiga. Y aquélla habiendo respondido dijo: “No me hagas reproches a mí, sino a tu naturaleza, por la que ignoro si como amiga o como amigo te trataría.

242. EL TORO Y LAS CABRAS MONTESES

Un toro, siendo perseguido por un león, huyó hacia una cueva, en la que estaban unas cabras. Y siendo golpeado y corneado por éstas, dijo: “no aguanto porque os tema, sino al que está delante de la entrada de la cueva.” 244. EL PAVO REAL Y EL GRAJO:
Habiendo celebrado un consejo las aves sobre el reinado un pavo real estimaba justo que él fuera elegido rey por su belleza. Disponiéndose para esto las aves un grajo dijo: “Pues bien, si, reinando tú, un ágüila nos persigue, ¿cómo nos ayudarás?” 248. Zeus Y LA SERPIENTE:
Al casarse Zeus todos los animales llevaron regalos, cada uno lo que pudo. Pero una serpiente arrastrándose subíó habiendo recogido una rosa en la boca. Y Zeus, habiéndola visto, dijo: “Tomo los regalos de todos los otros; pero de tu boca no los cojo.”


249. EL PAVO REAL Y LA GRULLA:


Un pavo real se burlaba de una grulla injuriando su plumaje y diciendo que: “yo visto oro y púrpura, pero tú nada hermoso llevas en las alas.” Y ella dijo:” Pero yo canto muy cerca de los astros y vuelo hacia los altos cielos, pero tú como un gallo abajo con las aves vas.” 251. LA CERDA Y LA PERRA:
Una cerda y una perra debatían acerca de la fecundidad. Y dijo la perra que era la más fecunda de todos los animales terrestres, y la cerda habiendo respondido ante esto dice: “Cuando digas esto, que sepas que pares ciegos tus propios perrillos.” 252. EL CERDO SALVAJE Y LA ZORRA:
Un cerdo salvaje (un jabalí) estando de pie junto a un árbol afilaba sus dientes. Preguntando una zorra la causa por la que afila los dientes no habiendo para él ningún cazador ni ningún peligro dijo: “No hago esto inútilmente. Pues si algún peligro me cogiera, no tendría tiempo entonces para afilarme, y estar dispuestos para usarlos.” 254. LA TORTUGA Y LA LIEBRE:
Una tortuga y una liebre debatían sobre la rapidez. Y habiendo establecido un día fijado se retiraron del lugar. La liebre habiendo estado despreocupada por su velocidad natural, habiendo caído se tubó junto al camino. Y la tortuga teniendo conciencia de su lentitud no dejó de correr y así habiendo adelantado a la liebre que esta durmiendo alcanzó el premio de la victoria.

258.3 LA GOLONDRINA Y LA CORNEJA

Una golondrina y una corneja disputaban acerca de la belleza. Y la corneja, habiendo tomado la palabra, dijo hacia ésta: “Pues bien tu belleza florece en la estación primaveral, pero la mía se extiendo también en invierno.” 259. LA TORTUGA Y EL ÁGüila:
Una tortuga habiendo visto un ágüila volando quiso también ella misma volar. Y habiéndose acercado llama a ésta para que le enseñe por el pago que quisiera. Y diciendo ella que era imposible y todavía insistiendo y pidiéndolo ella, habiéndola elevado y colocado en las alturas se precipitó contra una piedra, donde, habiéndose golpeado, reventó (y murió).

260. LA PULGA Y EL HOMBRE

Una pulga una vez habiendo saltado se posó sobre el pie de un hombre. Y él llamaba a Heracles para una alianza. Huyendo ella al momento de allí, habiéndose él lamentado dijo: ¡Oh Heracles, si no (me) me ayudaste con una simple pulga, ¿cómo (me) ayudarás contra rivales mayores?

265. EL PERRO Y EL CARACOL

Un perro acostumbrado a devorar huevos habiendo visto un caracol, habiendo abierto su boca ha devorado a éste con una grandísima violencia creyendo que era un huevo. Pero teniendo molestas las entrañas y sintiendo dolor decía: “yo por mi parte he sufrido justamente si creo que todas las cosas redondas son huevos.” 266. LOS GALLOS Y EL ÁGüila:
Luchando dos gallos por unas gallinas el uno puso en fuga al otro. Y que fue vencido habiéndose marchado a un lugar sombreado se ocultó. Y el que vencíó habiéndose acomodado en la dignidad y habiéndose colocado en un alto muro gritó con voz muy fuerte. Inmediatamente un ágüila habiendo volado hacia se apoderó de él. Y el otro oculto en la oscuridad sin miedo desde entonces pisaba a las gallinas.

270. LA TERNERA Y EL BUEY

Una ternera habiendo visto un buey trabajando (lo) compadecía por su sufrimiento. Pero cuando llegaron las fiestas, habiendo soltado al buey se apoderaron de la ternera para sacrificarla. Y habiendo visto el buey sonrió y dijo hacia ella: “¡Oh ternera, por eso estas desocupada, por ser sacrificada ahora mismo.” 273. EL ÁGüila:
En lo alto de una piedra (roca) un ágüila estaba sentada (posada) tratando de cazar una liebre. Pero alguien disparó a esta habiéndola herido con flechas y la flecha entró dentro del ágüila, pero la muesca quedó ante sus ojos con las plumas. Y ella habiéndolo visto dijo: “también esto es para mi otro dolor, morir por mis plumas.

274. EL NEGRO

Alguien recibíó un negro creyendo que él tenía tal color por descuido del anterior; y habiéndole llevado a su casa le aplicó todos los jabones, y con todos los baños intentó lavarlo. Y no pudo cambiar el color, pero el sufrir le provocó estar enfermo.

275. EL CERVATILLO Y EL CIERVO:

Un cervatillo dijo hacia un ciervo: “padre, tú has nacido más grande y más rápido que los perros llevas cuernos como defensa contra éstos. ¿Por qué entonces temes tanto a éstos?” Y aquél, sonriendo, dijo: “Esto que dices es verdad, hijo, pero sé una cosa, que cuando el ladrido de un perro, al momento, no sé cómo, a la fuga me lanzo.” 277. EL CISNE:
Un hombre siendo rico criaba una al mismo tiempo una oca y un cisne, no para las mismas cosas ciertamente. Pues a uno por su canto y al otro para la mesa. Y cuando era necesario que la oca sufriera por las cosas que era criado, era de noche y el momento no permitíó distinguir al cada uno. Y el cisne habiendo sido cogido en lugar de la oca cantaba una canción preludio de la muerte. Y y con el canto revela su naturaleza y evita la muerte con el 287. EL GUSANO Y LA ZORRA:
El gusano, escondíéndose en el barro, habiendo salido a tierra decía a todos los animales: “soy un médico conocedor de los fármacos, tal cual es el médico de los dioses Peeón.” “¿Y cómo?”, dijo una zorra, “curando a otros no te curaste a ti mismo estando débil?” 288. EL CUERVO QUE ESTABA ENFERMO:
Un cuervo estando enfermo dijo a su madre: “madre, suplica al Dios y no llores.” Y ella habiendo respondido dijo: “¿Cuál de los dioses, hijo, tendrá piedad de ti? Pues ¿La carne de quién no fue robada por ti?” 289. EL TROMPETA:
Un trompeta, convocando un ejército y habiendo sido retenido por los enemigos gritaba: “No me matéis, hombres (soldados), a la ligera y en vano. Pues a ninguno de vosotros maté; pues, excepto este bronce ninguna otra cosa tengo.” Y ellos dijeron hacia él: “Pues por esto mas te mataremos, porque tú no pudiendo luchar avisas a todos a la batalla.” 291. LA COLA Y EL CUERPO DE LA SERPIENTE:
La cola de una serpiente se rebeló contra la cabeza estimando justo ir delante alguna vez y no seguir a aquella continuamente. Habiendo cogido el primer puesto mal se aleja avanzando con insensatez y  desgarra la cabeza siendo obligada a seguir contra la naturaleza a unos miembros ciegos y sordos.