La Cima Literaria del Siglo XIV: Juan Ruiz, Don Juan Manuel y la Prosa Medieval

El Libro de Buen Amor (Juan Ruiz, Arcipreste de Hita)

Escrito a principios del siglo XIV por el Arcipreste de Hita, es la obra más representativa del Mester de Clerecía.

Estructura y Personajes

  • Destaca por su extensión el episodio de Don Melón y Doña Endrina, en el que interviene una mediadora llamada Trotaconventos.
  • Las protagonistas femeninas incluyen una monja, una mora y unas serranas (mujeres grotescas y desagradables, a modo de parodia de la pastorela).
  • El “yo” protagonista encubre varios personajes.
  • Se introducen digresiones didácticas o moralizantes y exempla.
  • Se intercalan piezas líricas de métrica variada y dos composiciones alegóricas.
  • La mayor parte está escrita en cuaderna vía, aunque algunos versos tienen 16 sílabas.
  • En prosa solo se conserva uno de los dos prólogos.

Propósito y Ambigüedad (El Sentido de la Obra)

En el prólogo en prosa se exponen dos propósitos principales: el didactismo y la introducción de un cancionero enmarcado en la narración. El autor manifiesta que su intención es inducir al buen amor, sugiriendo que los casos que se proponen se deben evitar (el loco amor).

El didactismo está asociado a muchos pasajes de humor, aunque no faltan fragmentos serios. La obra mantiene una constante ambigüedad, sustentada en el pensamiento de San Agustín, quien creía que no debía imponerse un punto de vista, sino ofrecer dos opciones para que el lector eligiese. Algunos críticos hacen hincapié en este carácter didáctico, mientras que otros la consideran una manifestación de alegría vital.

Eje Temático: El Amor

El eje temático del libro es el amor, entendido tanto en su dimensión humana como en la divina. Precisamente de la tensión entre ambos surge la deliberada ambigüedad de la obra, tantas veces señalada.


La Prosa Medieval Castellana

Las primeras manifestaciones de la prosa romance aparecen bajo el reinado de Fernando III el Santo y consisten en traducciones de textos anteriores escritos en latín. Dos colecciones de cuentos, el Calila e Dimna y el Libro de los engaños, son sus muestras más representativas.

Alfonso X El Sabio: El Impulsor Cultural

Sucedió a su padre en el trono de Castilla. Quiso personificar la figura del gobernante ilustrado. Este deseo de unir el ejercicio de las armas con el de las letras será recogido por Don Juan Manuel, que llegará hasta el Renacimiento en el personaje del poeta-soldado, con Garcilaso de la Vega como su exponente más destacado. En el terreno cultural, sus esfuerzos tuvieron un resultado positivo, por lo cual recibió el sobrenombre de “El Sabio”.

La Normalización del Castellano

Alfonso X logra convertir el castellano en una lengua capaz de transmitir información sobre materias que hasta ahora habían quedado para el latín y el árabe. Impulsó la tarea realizada por la Escuela de Traductores de Toledo y mandó traducir numerosas obras en lengua romance, cuyo propósito era recopilar todo el saber de su época.

La obra literaria en la Edad Media representa poner por escrito todo aquello que merece ser confiado a la letra para que perdure. El esfuerzo del rey se orientó en buscar la forma idónea del idioma romance, sometiendo a la lengua a un enriquecimiento léxico y sintáctico:

  1. Uso más flexivo de la sintaxis y empleo de fórmulas latinas y árabes.
  2. Leves modificaciones fonéticas.

Su afán le [falta texto].


La Prosa Literaria en el Siglo XIV

En el siglo XIV, con la aparición de vigorosas personalidades como el Canciller Ayala y, sobre todo, Don Juan Manuel, asistimos al nacimiento de la prosa literaria propiamente dicha.

Pero López de Ayala (El Canciller Ayala)

El Canciller Ayala cultiva el género histórico con espíritu humanista en su Crónica de Pedro I. No se limita a enumerar escuetamente nombres, fechas y acontecimientos, sino que enjuicia los hechos con sentido crítico, indagando en sus causas. Aborda el estudio psicológico de los personajes y anima el relato con diálogos y epístolas.

Don Juan Manuel y El Conde Lucanor

Don Juan Manuel es el autor de El Conde Lucanor, obra didáctica que constituye, junto con la del Arcipreste de Hita, la cumbre literaria del siglo XIV. Se trata de una colección de cincuenta cuentos (exempla) de procedencia clásica y oriental, con los que el Conde Lucanor es instruido por su criado y consejero Patronio.

Sus enseñanzas morales invitan a adoptar una actitud práctica ante la vida, donde hay que desenvolverse con astucia y cautela. En este libro, Don Juan Manuel no se limita a compilar un material cuentístico ya existente, sino que lo recrea de forma inconfundible, persiguiendo la claridad y la precisión.


La Novela: Un Nuevo Género en el Siglo XIV

Un nuevo género surge también en el siglo XIV: la novela. Nace unido a un doble fenómeno: la degeneración de la épica y la decadencia de la sociedad feudal, que entra en crisis a finales del siglo XIII con el advenimiento y auge de la burguesía.

Primeras Manifestaciones del Género

  • Novela de aventuras (La Gran Conquista de Ultramar): En ella confluyen el sentimiento amoroso y la acción de las leyendas clásicas adaptadas al mundo medieval.
  • Novela caballeresca (El Caballero Zifar): Dos ingredientes intervienen en su configuración: el elemento heroico de la épica francesa y el fantástico, mágico y legendario de la historia de Bretaña.

Comentario Adicional sobre el Libro de Buen Amor

Estilo: Superposición Retórica

En el estilo hay una permanente superposición de un estilo sabio y retórico y otro bajo y popular.

Estilo Sabio y Retórico

Se manifiesta en el continuo empleo de variación retórica, como la amplificatio rerum (reduplicaciones) y la amplificatio verborum, el uso frecuente de la interrogación retórica y la acumulación de sinónimos.

Estilo Bajo y Popular

Está presente en diferentes usos sintácticos: dativos éticos, anacolutos (cambio de la primera a la tercera persona en la misma oración), empleo del sufijo deformador, etc.

Métrica y Recursos Literarios

La métrica presenta igual variedad. Al lado de la estrofa culta cuaderna vía (generalizada en toda la obra), se impone el uso de metros populares, generalmente de estructura zejelesca, característica de la poesía popular.

La propia cuaderna vía será manejada con intensa flexibilidad por el autor, alternando las combinaciones de versos de 14 y 16 sílabas (aunque, como señaló Corominas, no dentro de la misma estrofa ni del mismo verso, por lo que no se romperá la uniformidad de los hemistiquios de 7/7 y 8/8).

Recursos Destacados

  • Hipérbole
  • Personificación
  • Metonimia
  • Paralelismo
  • Quiasmo
  • Aliteración
  • Epítetos
  • Asíndeton

Contenido Misceláneo y Legado

El contenido incluye:

  • Relato amoroso en forma autobiográfica.
  • Fábulas y cuentos.
  • Una paráfrasis de Pamphilus.
  • Un relato alegórico (Don Carnal y Doña Cuaresma).
  • Diversas composiciones líricas (de inspiración devota, como los gozos y cánticos a Santa María; y de carácter profano, como los cantares escolares).
  • El prólogo en prosa.

El libro no tiene unidad absoluta y aparece como una recopilación de la obra poética variada del Arcipreste. Más que conseguir una unidad perfecta, procuró dar cierta ilación a coplas que tenía ya escritas sueltas, mediante la inclusión de versos que actuaran a modo de enlace. Esta diversidad de estilo convive junto a páginas de gran belleza, principalmente cuando se expresa el tono lírico.

Reconocimiento y Proyección

El mérito de la obra es unánimemente reconocido. Si en las cantigas sigue al mejor Alfonso X, en las “serranas” se anticipó al Marqués de Santillana y, con la figura de la Trotaconventos, a La Celestina (en el caso de Juan Ruiz, la trata con mimo y cariño, dedicándole incluso un epitafio para su muerte). El Arcipreste fue un gran pecador y un profundo creyente retórico.