La historiografía es el género literario que se encarga de narrar la historia como si fuera un relato. Su propósito no era únicamente contar hechos, sino también reflexionar sobre el pasado para poder entender el presente. Se trataba de un género mixto que combinaba crónica, filosofía moral, arte literario e incluso retórica.
En Roma, escribir historia no era una actividad neutral. Los historiadores escribían para enseñar valores y, muchas veces, para defender su ideología o criticar el sistema político. La historiografía tenía una fuerte carga política, ya que se utilizaba como un instrumento para pensar sobre el gobierno y la sociedad.
El Carácter Propagandístico de la Historiografía
Los romanos heredaron de los griegos un modelo de historia analítica y reflexiva, pero le dieron su propio enfoque, mucho más práctico y directo. Por eso, en muchas obras era habitual encontrar discursos inventados y la dramatización de batallas, traiciones o conflictos políticos, al estilo de las tragedias teatrales. Estas exageraciones servían a menudo como instrumentos de propaganda política.
La Historiografía Republicana
Durante la República, la historiografía se centró en hechos contemporáneos y en personajes destacados como Sila, Mario, César, Pompeyo, Catilina o Cicerón. Se desarrollaron dos subgéneros:
- Commentarii: Relatos objetivos que narraban hechos históricos sin intención literaria, casi como si fueran diarios personales.
- Biografías: Narraciones centradas en el comportamiento y vida de personas famosas.
Los autores más importantes de esta época fueron Nepote, Julio César y Salustio.
Julio César (100-44 a.C.)
Julio César fue cónsul, dictador, general y reformador político. Sus principales obras historiográficas fueron los Commentarii de Bello Gallico y los Commentarii de Bello Civili. Escribía en tercera persona para dar la impresión de objetividad. Su estilo era sobrio, claro y estratégico, aunque en realidad ocultaba y manipulaba datos para construir una imagen moderada y justa de sí mismo.
Commentarii de Bello Gallico
Relata las campañas de César en la Galia entre los años 58 y 52 a.C. Está redactado como un informe militar, pero en realidad es una obra de propaganda política. Aunque César aparenta objetividad escribiendo en tercera persona, falsifica datos y oculta información para engrandecer su figura.
Commentarii de Bello Civili
Describe los primeros dos años de la guerra civil contra Pompeyo (49-48 a.C.). En esta obra, César se presenta como el único defensor de la legalidad y de la paz, mientras critica a sus oponentes. Se autoalaba y manipula los hechos para justificar sus acciones.
Salustio Crispo (86-35 a.C.)
Fue político, militar y escritor, contemporáneo de Julio César. Escribía también en tercera persona y se caracterizaba por un estilo conciso, directo y pesimista. Su enfoque era moralizante: denunciaba la corrupción, la decadencia moral y la ambición de su tiempo.
De Catilinae coniuratione
Monografía de 61 capítulos que explica la conjuración de Catilina. Salustio la presenta como un síntoma de la decadencia de la República, provocada por el lujo, la codicia y la ambición desmedida de la élite.
Bellum Iugurthinum
Relata la guerra contra Jugurta, un rey númida (111-105 a.C.). En esta obra, Salustio denuncia la corrupción y la incompetencia de las clases dirigentes, que anteponen sus intereses personales a los del Estado.
La Historiografía Imperial
Con la llegada del Imperio, Roma se convierte en un Estado centralizado bajo la figura del emperador. Augusto impulsa una visión oficial de la historia, aunque muchos autores utilizan la ironía o las alusiones al pasado para criticar el presente sin exponerse directamente. La historia sigue siendo una fuente de ejemplos morales, pero también se convierte en un medio de crítica indirecta.
Tito Livio (59 a.C. – 17 d.C.)
Tito Livio fue un intelectual admirador de la República y simpatizante de Augusto. Perteneció al círculo de Mecenas. Su obra más importante es Ab Urbe Condita (“Desde la fundación de la ciudad”).
Esta obra pretendía contar la historia completa de Roma desde sus orígenes hasta la muerte de Augusto, aunque no la concluyó. Tiene una estructura analítica y refleja un profundo patriotismo. Livio idealiza el pasado y utiliza la historia para formar moralmente a los ciudadanos, exaltando las antiguas virtudes romanas, la tradición y el respeto a los dioses.
Tácito (55-120 d.C.)
Tácito fue senador, cónsul, gobernador e historiador. Su estilo es denso, preciso, irónico y crítico. Muestra una gran habilidad literaria y una visión muy crítica del poder imperial. Es uno de los autores más importantes del Alto Imperio.
Anales
Obra que narra los acontecimientos desde la muerte de Augusto (14 d.C.) hasta Nerón (68 d.C.). Aunque Tácito reconoce que el Imperio era necesario para mantener el orden, critica la falta de libertad y la decadencia moral del sistema.
Historias
Relata las luchas por el poder entre el 68 y el 96 d.C., incluyendo el año de los cuatro emperadores y los gobiernos posteriores. Aunque también muestra una visión crítica, defiende el Imperio como la única forma de asegurar la paz y la fidelidad de los ejércitos.