El Grupo Poético del 27
Aunque se han barajado otros nombres (como Generación del 25, de los ismos o de la Dictadura), hoy se ha impuesto la denominación de Generación del 27 para designar a un grupo de escritores que participó en los actos celebrados ese año con motivo del tercer centenario de la muerte de Góngora, en concreto, en el homenaje celebrado en el Ateneo de Sevilla.
Autores de la Generación del 27
Constituyen esta generación: Rafael Alberti, Federico García Lorca, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Pedro Salinas y Vicente Aleixandre. De menor importancia son: Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.
Características Biográficas
- Nacimiento en fechas similares.
- Amplia formación intelectual.
- La Residencia de Estudiantes de Madrid, creada por la Institución Libre de Enseñanza, fue un lugar donde no solo convivieron, sino que también se formaron (asistiendo a charlas, conferencias…).
- Una sólida relación de amistad, que les llevó a participar en las mismas empresas culturales (como el homenaje a Góngora) y a colaborar en las numerosas revistas literarias.
- Ideológicamente, son liberales y progresistas. Con el estallido de la Guerra Civil (1936-1939), su simpatía por la República supuso su muerte (Lorca) o su exilio (Alberti, Cernuda, Salinas, etc.).
Características Literarias
La principal característica es la mezcla de tradición y modernidad (es decir, de las vanguardias). En sus obras practican la sencillez de la poesía popular y la complejidad de las vanguardias europeas.
En primer lugar, admiraron a los grandes autores clásicos de la literatura española como:
- Jorge Manrique o los clásicos del Siglo de Oro.
- La lírica popular, el romancero y el cancionero influyeron en autores como Lorca y Alberti. Por ello se habla de la poesía neopopular (que imita la popular) de estos autores.
- La poesía de Bécquer, en Cernuda, Salinas y Alberti.
- Góngora, sobre todo su lenguaje poético, plagado de metáforas deslumbrantes.
Etapas de la Generación del 27
- Primera etapa: Poesía pura y vanguardias (años 20)
Los autores escriben bajo el influjo de la poesía pura de J. Ramón y las vanguardias europeas. Los poemas plasman el afán de innovación y experimentación y presentan un tono gozoso y optimista. En cuanto al contenido, estos se caracterizan por su deshumanización, por la ausencia de sentimientos. En cuanto a la forma, presentan un lenguaje muy depurado, hermético, difícil, casi indescifrable, debido a la cantidad de metáforas e imágenes audaces empleadas por los poetas. Es un arte autónomo.
- Segunda etapa: Surrealismo y rehumanización (finales de los años 20)
La llegada a España del chileno Pablo Neruda y su idea de una poesía comprometida, así como la influencia del Surrealismo, supuso un cambio notable en el quehacer poético de estos autores: por lo que respecta al contenido, la poesía se rehumaniza, pues reaparece la introspección y el sentimiento (temas amorosos, existenciales…), pero también aparecen preocupaciones sociales (la injusticia, la opresión…). Por lo que respecta a la forma, se introduce la escritura automática para dar rienda suelta al subconsciente, con lo que aparecen imágenes muy sugestivas.
- Tercera etapa: Compromiso, exilio y desarraigo
Las convulsiones políticas y sociales que se viven en España en los años 30 y desembocan en la Guerra Civil, así como el triunfo de los fascismos en Europa, provocan que los miembros de esta generación escriban obras combativas y críticas en las que defienden la República y la libertad. Tras la Guerra Civil, el grupo se disgrega: Lorca muere asesinado en 1936; la mayoría parte al exilio (Alberti, Cernuda, Altolaguirre, Salinas, Guillén – recordemos que también Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez se habían exiliado también -); Miguel Hernández (poeta más joven que los del 27 pero con muchas características comunes) está en la cárcel hasta 1942, fecha en la que muere; finalmente, destaquemos que otros se quedan en España (Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre). Las obras de estos años de posguerra están teñidas de angustia, soledad y nostalgia.
Autores y Obras
Pedro Salinas
“La poesía como aventura hacia lo absoluto”, “poesía como búsqueda incesante del conocimiento”. Tema: amor. Su trayectoria poética se divide en tres etapas.
- 1ª Etapa: inicial. Libro: Presagios, en el que se ve el destino incierto y la lustración. Amor. Lo que se esconde detrás de la realidad; lo real convertido en espíritu, humanizado. Influjo de las vanguardias se deja ver en Seguro azar y Fábula y signo. Uso del verso libre e influjo de Bécquer y el Modernismo.
- 2ª Etapa de plenitud (al menos produce su obra más conocida). Temas: el amor y la expresión del goce amoroso a través del diálogo. La voz a ti debida (recoge un verso de la égloga tercera de Garcilaso de la Vega), Razón de amor, Largo lamento.
- 3ª Etapa de la guerra. El contemplado: el tema del mar (cierto misticismo; también el tema de la eternidad). Todo más claro y otros poemas: se manifiesta la angustia por los errores de la guerra…
Jorge Guillén
Era fiel a la poesía pura; visión optimista y positiva del mundo. Influjo de poetas simbolistas y parnasianos. Lenguaje directo y sencillo, es directo a aprehender la esencia de las cosas. Combina tradición y renovación. Elude el Surrealismo y ofrece una visión optimista y serena del universo, opuesta a la conciencia pesimista contemporánea.
- Su poesía se caracteriza por precisión, claridad conceptual.
- Sobriedad, calidad expresiva.
- Prefiere versos cortos y endecasílabos.
- Estrofas: silva, décima, sonetos.
Obras: Cántico (la primera edición solo 25 poemas. Es su libro más conocido y entusiasta o jubiloso. Lo elemental, la imagen salvadora y fascinante de la vida). Clamor es su opuesto. Homenaje y otros poemas: ahonda en la ética.
Rafael Alberti
Presenta variedad de registros: Neopopular; vanguardias; comprometido; métrica popular y verso libre y versículo. La tradición y modernidad se confunden en su obra: Baudelaire; Góngora; Bécquer; Garcilaso.
Su poesía atraviesa varias etapas:
- Neopopular.
- Vanguardista: Surrealismo y Futurismo.
- Poesía civil: poesía propagandística o comprometida con la clase obrera, su ideología comunista, su apoyo a la República.
- Exilio.
Dámaso Alonso
Es sobre todo crítico y guía para los poetas de posguerra gracias a Hijos de la ira que publica en 1944.
Su concepto de poesía: es un fervor y una claridad. Un fervor de unión con la entraña del mundo y su causa primera. Una claridad por la que el mundo es comprendido de un modo intenso e inhabitual. El objeto del poema no es expresar la realidad inmediata, sino la auténtica realidad iluminada por la claridad fervorosa de la Poesía: realidad oculta solo intuible por la facultad poética y no expresable por el pensamiento lógico. (Aquí tendríamos lo inefable o la importancia de la metáfora u otro tipo de misticismo no religioso que nos acerca a San Juan de la Cruz).
Su poesía pasa por varias etapas:
- 1ª etapa: Influjo de Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado de formas breves, lenguaje cercano a lo prosaico (Poemas puros, poemillas de la ciudad).
- 2ª etapa: Existencial: Hijos de la ira (grito de horror, absurdo de la vida; deshumanización). Surrealismo; imágenes alucinadas; versículo mayor. Se pide ayuda a Dios o respuestas para entender los horrores que están pasando. Corresponde a los difíciles años de la guerra y la posguerra. Obra clave de la poesía “desarraigada” de posguerra, Dámaso acuña el término que designa a una parte de la 1ª Generación postveintisiete.
Gerardo Diego
Cultiva lo tradicional y la vanguardia al mismo tiempo. Poesía expresión del sentimiento, lo trascendente y los mundos inéditos. En su trayectoria poética combina lo tradicional y el Creacionismo. Influjo de Lope, Góngora; Bécquer, Antonio Machado; tradición.
- Creacionismo: Vicente Huidobro, Juan Larrea o Gómez de la Serna.
- Vanguardismo: Ultraísmo y Creacionismo: Manual de espumas, estética libre, sin signos de puntuación, asociación libre de imágenes vanguardista. Fábula de equis.
- Neopopularismo. Temas recurrentes: amor; recuerdos y autobiografismo; importancia de la música y la musicalidad, deseo de trascender.
Federico García Lorca
- Su poesía está muy vinculada a la poesía popular: Romanceros, Cancioneros. Lírica culta y popular arábigo-andaluza. Garcilaso de la Vega, Góngora. Influjo de Bécquer, Rubén Darío, J. R. Jiménez, poetas hispanos como Pablo Neruda.
Su trayectoria poética se divide en varias etapas:
- a) Etapa de juventud: poesía de tono posromántico modernista. Metáforas abundantes. Contraste entre inocencia y dolor que produce el conocimiento y el antagonismo vida/muerte, aspecto recurrente en su obra posterior.
- b) Etapa de plenitud. Poema del cante jondo. Neopopular, neopopularismo. El romancero gitano. Inspiración folklórica. Temas: Amor, muerte. Gitano/sociedad burguesa. Composiciones con gran musicalidad, Manuel de Falla las pondrá música. Métrica. Otras composiciones: canción, romance…
Temas: Muerte, tiempo enmarcado en la noche, la ciudad andaluza, paisaje con la luna como protagonista, la misma realidad bajo diferentes espejos.
Romancero gitano: Composición de crítica social donde el gitano encarna la figura del hombre puro e inocente socialmente excluido. Es por lo tanto un símbolo, no se trata de una obra folklórica. El gitano se enfrenta a la sociedad establecida, aquí representada por la Guardia Civil.
- Técnica: Romance. Está presente el Expresionismo, Surrealismo… Palabras con valor simbólico para Lorca: verde, azul, pozo, sombra, el caballo, luz blanca (muerte) (Vida nocturna).
Obra en contra de la sociedad americana y en general deshumanizada que aliena al ser humano. Civilización y naturaleza incompatibles.
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Es una elegía dividida en cuatro partes de elogio y dolor por la muerte del torero y amigo de los poetas de este grupo Ignacio Sánchez Mejías.
Vicente Aleixandre
Poesía como forma de expresión trascendente, con la cual el hombre se funde con lo creado.
- 1ª etapa de estilo simbolista o surrealista. Libros que tratan la unidad y elementalidad del mundo, de la sustancia de todos los seres, del amor (intento de comunicación con lo absoluto) y de la muerte, desde una perspectiva abstracta y un lenguaje simbólico.
- 2ª Etapa. Estilo más histórico o real. Los mismos temas de su anterior etapa pero desde una perspectiva solidaria con el hombre de su tiempo.
Historia del corazón: angustia existencial. Poeta de gran influencia posterior.
Luis Cernuda
Es un poeta intimista al estilo de Bécquer (quien le influye en gran medida). Toda su vida marcada por la desazón y la angustia entre la realidad y el deseo (que será el título de una de sus obras).
- Tema: Oposición entre su interior y el exterior que lo provoca desarraigo.
Trayectoria poética dos planos: Naturaleza. Histórico-social. Espíritu romántico (gran influjo del Romanticismo inglés) y estética surrealista.
Su poesía pasa por varias etapas:
- Poesía pura: Perfil de aire (influjo de Garcilaso, formas poéticas clásicas).
- Surrealista: Los placeres prohibidos; Donde habite el olvido. Influjo de poetas surrealistas como los franceses Breton, Éluard, Aragon. Uso del versículo; verso libre. Imágenes visionarias.
Temas: Amor (notación homosexual pero extensible al amor heterosexual) amenazado por el desgaste del tiempo, la separación, la pérdida, el olvido y la muerte.
- Exilio. Aumenta su desarraigo y soledad. Obras: La desolación de la quimera; Las nubes. Expresan una verdad profunda de la vida a través de un lenguaje contenido próximo al registro conversacional de tono meditativo que vierte en poemas de corte clásico.
Emilio Prados
Temperamento solitario, alejado de los poetas de la G. del 27, funda, junto con Manuel Altolaguirre, la revista Litoral.
Tiene una poesía intimista, contemplativa, existencial. Búsqueda interior y vínculos con la unidad de la naturaleza y de los hombres.
Utiliza las metáforas inspiradas en la greguería. La comparación, la paradoja. Uso del diálogo para subrayar la tensión discursiva.
La Narrativa desde la Guerra Civil hasta los Años 50
Introducción
La Guerra Civil supuso un profundo corte en la evolución literaria española debido a una serie de razones:
- La muerte de algunos de los grandes modelos de la novela española del siglo XX (Unamuno, Valle-Inclán).
- El exilio obligado de otros autores que habían comenzado a destacar en la década de los treinta: Max Aub, Francisco Ayala, Ramón J. Sender, etc.
- Las nuevas circunstancias políticas y la censura impiden que se siga con una tendencia de novela de corte social que se venía haciendo desde los años treinta.
- Esas mismas circunstancias históricas (miseria, desigualdades, falta de libertades, etc.) hacen que pierda sentido otra de las tendencias novelísticas anteriores a la Guerra, como es el caso de la novela deshumanizada y vanguardista.
Como consecuencia, la novela española en la década de los 40 debe, prácticamente, comenzar de nuevo. En lo referente a la periodización de la novela que se inicia después del año 1939, la crítica literaria ha señalado unas etapas sucesivas: Posguerra, Realismo Social, Renovación técnica.
Organizamos en dos bloques la narrativa desde los años 40 a los 50: La novela del exilio y la novela escrita en España.
La Novela del Exilio
No obstante, en todos se observan, al principio, ciertas semejanzas:
- La rememoración en sus textos del conflicto bélico y de la España que abandonaron.
- La presencia de los nuevos lugares.
- La reflexión sobre temas que afectan a la existencia del hombre.
Entre ellos destacan Rosa Chacel, Max Aub, Francisco Ayala o Ramón J. Sender.
La Novela en España
La Novela de los Años 40
Los novelistas de estos primeros años tendrán que buscar un nuevo camino, y ese hecho explica que nos encontremos en la década de los 40 con múltiples tendencias novelísticas:
- Novela triunfalista, afín al régimen franquista, que defiende las nuevas circunstancias políticas del país y hace propaganda de los valores de la dictadura: Agustín de Foxá, Rafael García Serrano. Esta novela defiende los valores tradicionales (Dios, Patria, Familia) y justifica la Guerra Civil y sus consecuencias, culpando de las mismas al bando perdedor.
- Tremendismo. Esta tendencia es iniciada por Camilo José Cela con La familia de Pascual Duarte en el año 1942. Esta novela inaugura una narrativa en la que toman protagonismo los conflictos, dramas y tragedias individuales: sus personajes encarnan la frustración. Son novelas que nos retratan un mundo y unos personajes dominados por la violencia y por la miseria.
- Novela existencial. Podríamos decir que se inicia con la novela Nada (1945) de Carmen Laforet y continuada por Miguel Delibes con La sombra del ciprés es alargada (1948) y Gonzalo Torrente Ballester con Javier Mariño. Estas novelas reflejarán el tema de la angustia existencial, la tristeza y la frustración de las vidas cotidianas.
La temática de las novelas de este período girará en torno a la amargura de las vidas cotidianas, la soledad, la inadaptación, la muerte y la frustración. Los personajes se adaptarán a estos temas, de forma que los protagonistas serán seres marginados socialmente.
Técnicamente, estas novelas se caracterizan por su sencillez y línea tradicional:
- Narración cronológica lineal.
- Narrador en tercera persona (mayoritariamente).
- Ausencia de saltos temporales.
La Novela de los Años 50: el Realismo Social
El Nacimiento de la Novela Social: La Colmena
A partir de los años 50 la novela existencial va a dejar paso a una nueva corriente, la novela social. Será Camilo José Cela con su novela La colmena (1951) quien inicie el cambio, introduciendo en la novela una serie de elementos que más tarde serán los característicos de la novela social.
- El personaje individual como protagonista dejará paso al personaje colectivo, verdadero protagonista en la nueva novela social. En este sentido, el Madrid de los años cincuenta es en el fondo el personaje de la novela de Cela.
- La obra solo narra instantes triviales en la vida de los clientes del café de doña Rosa. Más de trescientos personajes, todo un micromundo representativo de la sociedad del momento.
- El autor trata de imponer la absoluta objetividad narrativa para dejar testimonio de una sociedad y una época; lo que ocurre es que su visión nihilista del mundo le lleva a retratar solo lo más sórdido, a personajes (muy típicos de sus novelas) que…
El Neorrealismo
Cronológicamente es la primera corriente. Aparece a principios de los años 50 y tiene un objetivo claro: es un intento por acercar la vida a la literatura. El escritor neorrealista trata de desaparecer casi detrás de la narración para que la novela sea un fotograma lo más parecido posible a un momento de vida cualquiera. Por ello en la técnica neorrealista destacan:
- Personaje colectivo: Generalmente personajes pertenecientes a las clases medias o bajas de la sociedad, gente común en definitiva.
- Lenguaje: Coloquial, de significación denotativa, claro y prosaico. Los personajes hablan como podría hablar cualquier persona real a la que le hubieran puesto un magnetofón en la calle.
- Temas: el retrato de la vida cotidiana de la gente, preocupaciones y tópicos propios de la gente en la sociedad de la España de los años 50.
- El narrador: Prácticamente no interviene en la narración. Desde la tercera persona narrativa trata de ser solo el intermediario entre los personajes y el lector. No juzga ni, en la medida de lo posible, interviene en la narración, sino que deja a los personajes que hablen y actúen libremente en situaciones triviales y comunes que resultarían familiares para casi cualquier lector del momento.
- Tiempo y espacio: La novela suele abarcar un breve periodo de tiempo, unas horas, un día, unos días a lo sumo. Espacios concretos del campo o la ciudad: un edificio de vecinos en una ciudad, bares, un parque, una fábrica, etc.
La obra cumbre del neorrealismo es la novela de Rafael Sánchez Ferlosio: El Jarama (1956), que logra una perfección insuperable dentro de las líneas marcadas por el neorrealismo y que, prácticamente, agota esta etapa para dar paso a la siguiente: el realismo social.
Una interpretación más personal de la novela neorrealista es la que ofrecieron dos grandes novelistas: Carmen Martín Gaite y Ana María Matute. Aunque con diferencias entre sí, en estas autoras hay una mayor tendencia a explorar en la psicología de los personajes que nos conduce a un mayor intimismo y subjetivismo en sus novelas.
Realismo Social
Se desarrolla desde mediados de los años cincuenta durante una década, hasta mediados de los años sesenta. Comparte muchas de las características del neorrealismo. En este sentido, también hace uso del personaje colectivo, el narrador en tercera persona y el gusto por la vida de gente común, coetánea al lector del momento. Sin embargo, se diferencia del neorrealismo en:
- El compromiso político y social: El autor trata de denunciar las injusticias sociales que se cometen. Especialmente se fija en la dura vida de los marginados, tanto de la ciudad (preferentemente) como del campo. La dolorosa y triste vida del trabajador de la fábrica, la mina, el campesino… el entorno proletario y sus extremas condiciones de vida en definitiva. Intenta, por medio de su obra, concienciar al lector de los graves problemas que acosan a la sociedad del momento y al mismo tiempo (a la manera del socialismo comunista) el objetivo último de la obra es mover al cambio social (objetivo este que nunca consiguió en una España donde el terreno no estaba abonado para tal cambio).
- Personajes: Especial predilección por seres marginales, obreros, artistas fracasados… personas que de una u otra manera tienen que sufrir los abusos de los que ejercen poder sobre ellos (empresarios, políticos, etc.).
- Lenguaje: Como ocurría con el neorrealismo, el autor se preocupa de hacer que su mensaje llegue al mayor número posible de lectores, por tanto, se evita cualquier tipo de artificiosidad lingüística y se apuesta por la expresión clara, directa, sin dobles sentidos. En cierto modo, se puede decir que se sacrifica la calidad literaria por un lenguaje utilitario a disposición de los fines de la novela.
Algunas obras representativas son Central Eléctrica (1958), de J. López Pacheco sobre la explotación de unos campesinos en la construcción de un embalse; Dos días de septiembre de J. M. Caballero Bonald; y Tormenta de verano (1962), de García Hortelano.
De fuerte contenido crítico de la burguesía de su ciudad natal, Barcelona, y como reflejo de la vida de los más olvidados de la sociedad son las novelas de Juan Marsé. Autor al que no le corresponde el epígrafe de novelista social a la manera en que lo estamos empleando para los autores anteriores. Además, su obra principal se publica en las décadas de los años sesenta y setenta como Las últimas tardes con Teresa (1966) y Si te dicen que caí (1972).
La Otra Narrativa de Estos Años
Pero no todo en los años cincuenta fueron novelas sociales. Hay que destacar también el desarrollo de lo que hoy conocemos como best-seller o novela comercial. Estas novelas emplean un estilo realista tradicional y se preocupan por ofrecer una intriga bien sostenida, con historias de sentimientos y finales felices. En ocasiones hay distancia temporal (otras épocas) o la recreación de episodios históricos. Tratan de entretener al lector con una historia interesante pero alejada de la problemática social.
Autores: Torcuato Luca de Tena (Edad prohibida [1958], Los renglones torcidos de Dios [1980]), José María Zunzunegui, José María Gironella (Los cipreses creen en Dios [1953]).
También fueron los años cincuenta el mejor momento que ha vivido el cuento contemporáneo: la edad dorada del cuento. Se escriben y publican muchas colecciones de cuentos y además se multiplican los concursos, certámenes, premios… dedicados al cuento. Quizá la razón de este éxito se debe a que el cuento, por su brevedad y concisión, se adaptaba incluso mejor que la novela a las necesidades expresivas del relato social. Así pues, cuando hablamos de cuento en los años cincuenta, nos referimos a cuentos social-realistas, con temas y personajes similares a los antes referidos para la novela. Maestros del cuento fueron Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, Medardo Fraile, Alonso Zamora Vicente, Carmen Martín Gaite y Francisco García Pavón.
En conclusión, la novela comercial y el desarrollo del cuento darán paso a una multitud de autores que plasmarán en sus novelas la realidad y las situaciones del momento. A partir de los años 70 proliferan diferentes subgéneros narrativos: histórico, policiaco, problemas de pareja, feminismo, convivencia, etc. Surgen y se otorgan diferentes premios como el Nadal, Planeta… Además, florece la industria editorial, la literatura se difunde por los medios de comunicación, cine…
La Poesía desde la Guerra Civil hasta los Años 50
El Contexto
La Guerra Civil (1936-1939), el comienzo de la dictadura franquista (1940-1975) y el exilio de muchos intelectuales españoles cortaron la evolución natural de la literatura española y la sumieron en un profundo aislamiento, vigilado además por la censura. Este periodo suele analizarse por etapas que corresponden a grandes rasgos con décadas.
Tras la Guerra Civil, España quedó sumida en una depresión social, económica, política y cultural que repercutió en todos los órdenes de la vida, y por supuesto, en la literatura.
En esta época coexisten poetas de varias generaciones: se caracterizó por la falta de libertad y por una sociedad cercada por la miseria y el hambre. En esta situación la literatura tomó los dos caminos posibles:
- LITERATURA ARRAIGADA, la cual aprobaba el régimen político y se sentía triunfadora. Se trata de una literatura que canta las alabanzas del régimen o bien es costumbrista y evasiva.
- LITERATURA DESARRAIGADA, que refleja la desesperanza del presente y del futuro y es de carácter existencialista.
La literatura de los años 50 fue de carácter realista y social, aunque muy vigilada por la censura.
La Lírica de Posguerra
La Obra de Miguel Hernández (1910-1942)
La trayectoria poética de Miguel Hernández constituye un hecho singularísimo dentro de la literatura española. Pastor de profesión y sin preparación académica, en los años inmediatamente anteriores a la Guerra Civil entabló contacto con algunos de los poetas del 27 a los que admiraba. Abandona su Orihuela natal y se marcha a vivir a Madrid donde intentará iniciar una carrera literaria ayudado por algunos autores del 27. Autor muy comprometido políticamente, será uno de los mayores defensores de la causa republicana, alistándose en las tropas y luchando en el frente.
La Poesía en el Exilio
La lista de poetas exiliados es muy larga, pero se puede dividir en dos grandes grupos:
- Poetas de la Generación del 14 (Novecentismo): Enrique Díez Canedo, Juan José Domenchina, José Moreno Villa; León Felipe… y el propio Juan Ramón Jiménez, que en estos años escribe En el otro costado y Dios deseado y deseante.
- Poetas de la Generación del 27: salvo Gerardo Diego, Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso, que permanecen en nuestro país, el resto de los autores escriben y publican en el exilio: Salinas, Jorge Guillén, Alberti, Luis Cernuda, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Recordemos que Federico García Lorca fue asesinado poco después del inicio de la Guerra Civil en 1936.
Las Tendencias Poéticas
Hasta los años cincuenta, los poetas muestran tres tendencias que implican formas distintas de situarse literaria, poética, estética y vivencialmente ante la tragedia de la Guerra Civil y ante el propio ser humano; estas tendencias son:
- Poesía arraigada, años 40. Es la de un grupo de poetas que se fijaron más en la perfección del verso y en la expresión de la belleza que en pintar la triste situación del momento. En sus versos, acudieron a los sentimientos religiosos o a temas tradicionales como el paisaje, el amor y la expresión de la belleza. Pretendían una forma serena y clásica, evitando las estridencias y gritos de angustia.
- Poesía desarraigada, en la misma década de los 40, contra el esteticismo clasicista de los arraigados, surge una reacción en otros poetas a los que se les llama desarraigados. Los poetas de Espadaña elevan su tono para gritar la desesperación del hombre.
- Poesía social: cuando el yo angustiado y existencial mira más hacia el exterior, la voz puede volverse poesía social, de testimonio, comprometida y de denuncia. Entre otros, son poetas sociales Gabriel Celaya y Blas de Otero.
Los Poetas
- Luis Rosales: Nace en Granada, escribe su primer libro Abril sobre temas amorosos y religiosos. Se publica antes de la guerra española, utiliza un lenguaje brillante y formas estróficas clásicas. Su obra más relevante y de influencia en la poesía posterior es el poema unitario La casa encendida, publicado en 1949.
- Victoriano Crémer: Burgos 1907. Su palabra es, en general, solidaria y de honda preocupación humana. Poesía total recopila su obra hasta 1966. En 1984 hace una nueva recopilación de Poesía.
- José Hierro: madrileño (1922-2002). Su obra poética es una de las más sólidas y personales de la lírica española del siglo XX. Es un poeta de palabra densa y cuidada, y sus versos se suelen afirmar en hondas raíces vitales. En su larga y ejemplar trayectoria poética, aparecen el hombre y su realidad histórica, la temporalidad, el arraigo social. El amor y los sentimientos, el paraíso perdido, el recuerdo, la cultura y la poesía misma. Él mismo decía de su poesía que sigue dos caminos: “reportajes”, en los que trata de una manera directa, narrativa, un tema, y “alucinaciones”, donde caben elementos imaginativos y visionarios y donde “todo aparece como envuelto en niebla”. Es el autor de títulos como Quinta del 42 (1952), Cuanto sé de mí (1957), Libro de las alucinaciones (1964), Agenda (1991) y Cuaderno de Nueva York (1998).
- León Felipe: es importante mencionarlo porque es una de las voces más auténticas de la poesía española en el exilio.
- Blas de Otero: no es una poesía muy extensa y está dotada de una extraordinaria calidad, de enorme fuerza expresiva, de gran profundidad temática y conceptual, y de indudables valores líricos. Podemos estructurar su obra en tres etapas.