La Renovación Narrativa en España a Principios del Siglo XX
Las obras significativas en España, con su estilo peculiar que se alejó del realismo en busca de la expresión de la realidad interior, se caracterizan por los siguientes rasgos:
- Pérdida de relieve de la historia: Lo que se cuenta pierde importancia frente a la manera en que se cuenta.
- Centralización en la problemática del héroe: La acción se sustituye por la percepción y la realidad externa se diluye a favor del retrato interior del personaje.
- Momentaneidad y fragmentarismo: La narración suele fragmentarse en estampas, producto de los pensamientos del protagonista, y se produce una indeterminación de los hechos narrados.
- Dramatización: Aunque la novela dramatizada ya había sido practicada por Galdós, aparece de manera relevante en las primeras décadas del siglo XX. Por medio de esta estructura, el narrador se diluye y los personajes hablan por sí mismos.
Evolución de la Narrativa Hispanoamericana
Primer Tercio del Siglo XX: Realismo y Modernismo
La narrativa hispanoamericana del primer tercio del siglo XX es, sobre todo, de corte realista (herencia del XIX) y modernista. Sus temas y motivos esenciales son la tierra, la naturaleza y el ser humano que la habita. Destaca en este momento la llamada novela regionalista, que constituye un modo de protesta ante las desigualdades sociales, en especial ante la opresión del indio.
A partir de 1940: La Nueva Novela y el Realismo Mágico
El panorama se vuelve más complejo a partir de 1940, fecha considerada como punto de partida de la nueva novela hispanoamericana, caracterizada por la renovación del lenguaje, de la estructura y de las técnicas narrativas. Existe también un mayor interés por los problemas humanos y existenciales, y se supera el realismo tradicional con el llamado realismo mágico. Este movimiento incorpora elementos míticos (extraños, extraordinarios, irreales) procedentes de la tradición indígena y de la fuerza de la propia geografía para integrarlos en lo cotidiano.
El Boom de la Narrativa Hispanoamericana
En la década de los 60 tiene lugar lo que se conoce como el “boom” de la narrativa hispanoamericana. Fue un fenómeno centrado sobre todo en el género de la novela y, en concreto, en aquellas que tendían a la experimentación formal y a la innovación del lenguaje. Sus principales aportaciones fueron:
- Tratamiento del tiempo de forma no lineal.
- Apuesta por la polifonía narrativa.
- Creación de neologismos y juegos de palabras.
- Énfasis en una identidad regional y nacional que usaba el relato histórico como telón de fondo. De hecho, la ficción histórica tuvo también su espacio, explorando temáticas como la del dictador latinoamericano.
Estos autores rompieron las barreras entre lo fantástico y lo cotidiano, convirtiendo esta mezcla en una nueva realidad y difundiendo el realismo mágico, cuyas características son:
- Presenta elementos mágicos o sobrenaturales que los personajes perciben como normales.
- La realidad se distorsiona con elementos que tienden hacia lo exuberante o exagerado.
No existe una unidad temática en las novelas del “boom”, ya que sus apuestas responden siempre al interés personal de cada autor.
Autores Clave y sus Obras
Julio Cortázar
Entre sus colecciones de relatos podemos citar, por ejemplo, Bestiario u Octaedro.
Historia de cronopios y de famas es un libro singular, de difícil clasificación, en el que Cortázar hace gala de humor e ingenio. Es una recopilación de sesenta y cuatro relatos cortos repletos de sarcasmo e ironía que esconden reflexiones filosóficas a través de un lenguaje sencillo y claro.
Tras su segunda novela, Los premios, su obra más celebrada es Rayuela. En ella, la búsqueda de liberación de su protagonista, Oliveira, es al mismo tiempo la de nuevas formas narrativas capaces de expresar dicho proceso, como las variadas posibilidades de lectura, la dislocación del tiempo y la participación activa del lector.
Pío Baroja
Sus novelas se agrupan con frecuencia en trilogías, como La lucha por la vida, compuesta por La busca, Mala hierba y Aurora roja. En esta trilogía narra las andanzas de su protagonista, Manuel Alcázar, y nos ofrece una visión de la sociedad y de los ambientes madrileños de finales del siglo XIX y principios del XX. En ella, Baroja manifiesta su idea de la cruel y dramática lucha por la vida, que al final dará sus frutos y permitirá al personaje solucionar sus problemas.
Escribió también Zalacaín el aventurero y Las inquietudes de Shanti Andía, dos novelas de ambiente vasco, y Memorias de un hombre de acción, un ciclo de veintidós volúmenes en los que relata la vida de un antepasado suyo, Eugenio de Aviraneta.
Por último, destaca entre otras muchas El árbol de la ciencia, novela de carácter filosófico y existencial. En ella, el autor presenta una visión desolada, pesimista y crítica de la vida en la España de la época en todas sus vertientes: cultura, política y economía.