Panorama de la Literatura Española: Generación del 98 y del 27

Grandes Autores de la Generación del 98

Valle-Inclán

Radical en su crítica de la sociedad, la cultura y la política, pasó del modernismo decadente a la creación de un género personal: el esperpento. De carácter modernista son sus Sonatas, cuatro novelas (Sonata de Otoño, Sonata de Estío, Sonata de Primavera y Sonata de Invierno), y Tirano Banderas. Aunque es más conocido por su teatro renovador.

Miguel de Unamuno

Levanta un mundo propio y original, con un gran trasfondo filosófico. Sus poemas de corte metafísico se caracterizan por el uso de estrofas breves, castellanas y muy personales (Poesías, El Cristo de Velázquez y Cancionero). Refleja cierta nostalgia de la fe y de angustia espiritual, así como el dolor que provoca el silencio de Dios. En los ensayos, alternó la reflexión existencialista y la reflexión sobre España. En las novelas, prima el contenido filosófico e intelectual sobre la trama (San Manuel Bueno, mártir; Niebla). Acuñó el término de intrahistoria: la historia del pueblo que trabaja día a día, los hechos cotidianos.

Pío Baroja

Importancia de la acción en las novelas. Retrata a los personajes de forma directa y esquemática, frente al descriptivismo de Azorín. La descripción está presente en la descripción de lugares y sus gentes. Posee un estilo sobrio y natural. Destacan obras como Zalacaín el aventurero y El árbol de la ciencia (novela importante).

Azorín

Publicó artículos, críticas literarias, ensayos y novelas. Destacan La voluntad y Don Juan. Con una trama mínima, se centra en la descripción de los lugares, ambientes y sensaciones. Sus novelas presentan escenas descriptivas que intentan captar el ritmo de la vida real.

La Generación del 27

Contexto y Características

El hecho histórico que reúne a estos autores es un homenaje para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Góngora, aunque no había mucha amistad entre ellos. La gran tarea común de este grupo es la Antología de la poesía española contemporánea.

La vida de este grupo se desarrolla entre 1920 y 1936. Pertenecían a la clase media-alta y compartían un mismo talante liberal y progresista, así como semejantes inquietudes intelectuales. Muchos fueron profesores que coincidieron en Madrid entre los años 20 y 30; algunos vivieron en la Residencia de Estudiantes. Colaboraron en varias revistas poéticas, se reunían en tertulias, cafés y en el Ateneo, teatros, etc., y asistían a actos de homenaje.

Comparten la búsqueda de la innovación, de la creación de un arte nuevo que responde a los planteamientos del arte deshumanizado. Sin embargo, a su conciencia de modernidad hay que añadir el respeto por la tradición, tanto por la cercana como por la lejana. Este respeto va unido a la vuelta a la estrofa, dejando el verso libre abandonado. Surge una clara controversia entre quienes consideraban regresivo volver a la estrofa y quienes la ven como una evolución de la vanguardia.

Etapas de la Generación del 27

Se distinguen tres etapas: la primera es una época de tanteo, en la que están presentes los tonos becquerianos y modernistas y el influjo de Garcilaso, Góngora y Lope. Hacia 1929 hay una clara conciencia de cambio; se propone la rehumanización, frente a la poesía pura, la poesía impura; frente a la evolución, el compromiso. En estos cambios jugó un papel imprescindible el Surrealismo.

Pedro Salinas

Su obra se divide en tres etapas, que coinciden con los rasgos de la Generación del 27. Destaca la influencia de JRJ en su primera etapa (Seguro azar). Sus mejores obras se encuentran en la segunda etapa (La voz a ti debida). Tras la guerra, su poesía se tiñe de dramatismo y dolor, a través de temas como la muerte, la guerra y el exilio (Todo más claro).

Jorge Guillén

Considerado el más puro e intelectual, el más fiel a la poesía desnuda de JRJ. Recogió toda su producción poética bajo el título general de Aire nuestro, dividido en 5 libros, entre los que destaca Cántico.

Gerardo Diego

Su obra se divide en dos etapas: Poesía absoluta (Imagen y Manual de espumas) y Poesía relativa (Versos humanos).

Vicente Aleixandre

Su obra se apoya en tres pilares: el amor, la naturaleza y la muerte. A la primera etapa pertenecen Espadas como labios y Sombra del paraíso, que ofrece una visión paradisíaca de la existencia humana. En su segunda etapa destaca Historia del corazón, y en una tercera, Poemas de la consumación.

Dámaso Alonso

Su obra Hijos de la ira es un grito de rebeldía contra la situación del hombre y del mundo.

Rafael Alberti

Se inspira en la lírica de cancionero, como en Marinero en tierra. Sobre los ángeles está adscrita al Surrealismo.

Luis Cernuda

Su obra está marcada por su carácter hipersensible y su homosexualidad. Del conflicto entre la realidad que vivió y sus deseos nacen los temas de su poesía: soledad, frustración, muerte, amor como una experiencia dolorosa. Su obra se inicia con Perfil de aire, cercana a la poesía pura; otras obras destacadas son Un río, un amor, Los placeres prohibidos y Donde habite el olvido.

Federico García Lorca

Supo unir a su predisposición natural para la creación poética un riguroso trabajo en busca de la perfección, fusionando lo popular y lo culto. Los temas dominantes en su obra son el destino trágico, el amor frustrado y la naturaleza. En su primera etapa está influenciado por la lírica tradicional y la popular. En Poema del cante jondo y Romancero gitano aparecen temas habituales como el amor o la Andalucía trágica en versos llenos de angustia. Cuando llegó a Nueva York sufrió un cambio que le marcó profundamente. Escribe Poeta en Nueva York, en la que hay protesta social y una inclinación hacia el surrealismo. Se presenta al hombre como víctima de su propia creación.

Miguel Hernández

Considerado un puente de unión entre la Generación del 27 y la Generación del 36. El tema principal de su obra es el amor. Su producción tiene dos etapas separadas por la guerra: 1. El rayo que no cesa; la segunda, Viento del pueblo. Sus composiciones más importantes se incluyen en el Cancionero y romancero de ausencias, donde están sus famosas Nanas de la cebolla, seguidillas destinadas a alegrar la penuria de su hijo.