Características Lingüísticas de la Oralidad
Fonética
- Rapidez de la expresión: elisión de ciertos sonidos (ej. “‘tol día” estudiando, “voy pa’ allá”).
- Importancia de la entonación y de los signos paralingüísticos.
Morfología
- Abundante uso de los deícticos: personales (yo –centro de la comunicación–, tú,…), espaciales (aquí, allí, aquello,…) y temporales (luego, esta mañana,…).
- Uso de aumentativos (un montonazo, muchísimo) y diminutivos (cuchi, chirriquitín), apelativos cariñosos (cariño, tío, colega, gordi, peque), hipocorísticos (Pili,…) y abreviaciones (bici, bus, foto, peli, tele,…).
- Referencias al interlocutor mediante imperativos lexicalizados (mira, oye, atiende,…) y vocativos (tío, colega, tronco, chaval).
Sintaxis
- Estructuras sintácticas más simples (yuxtaposición, coordinación) y… y… y.
- Alteraciones en el orden sintáctico para destacar lo que más interesa (El pobre gato, todavía me acuerdo de él).
- Elipsis (Yo, eso sí).
- Incorrecciones sintácticas (anacolutos): Yo eso no me gusta.
- Interrupción de la frase iniciada.
Estructura
- Escasa estructuración de los contenidos y frecuentes cambios de tema.
- Dos tendencias contrapuestas: gran economía de recursos (ej. Pillo el bus) / reiteración de ideas y prolijidad de detalles.
Léxico
- Léxico no marcado como formal (entre “despacio” y “lentamente”, será mucho más frecuente en el lenguaje oral el uso de la primera).
- Frecuentes repeticiones léxicas. Muchas veces con valor ponderativo (es muy muy raro).
- Uso de proformas o palabras comodín (esto, cosa, chisme, hacer, cacharro, trasto, tía, chachi, ok…).
- Fórmulas de apoyo (muletillas: ¿vale?, ¿me explico?, o sea, ¿me entiendes?, ya te digo…).
- Fórmulas de cierre (y eso, y punto, y tal,…).
- Uso frecuente de frases hechas y expresiones coloquiales (mítico, épica, qué rallada, no me ralles, vaya jari… dar un pigui, qué chana, dar un voltio, no flipes, lo petas, qué tolai, maula, vaya personaje…).
- Uso de interjecciones (¡Ah!, ¡joé!, ¡Qué hartá!…).
La Adecuación en la Comunicación Oral
“Hablar bien es conseguir expresar con eficacia lo que nos hemos propuesto transmitir, de modo que el mensaje resulte adecuado teniendo en cuenta quién es el interlocutor y en qué situación comunicativa nos hallamos”.
Depende de con quién hablemos y el contexto en el que nos encontremos.
Ejemplo: ¿Me pasas el boli? / ¿Quiere usted hacer el favor de dejarme un bolígrafo?
Corrección en el Lenguaje Oral
Las incorrecciones se cometen en todos los planos de la lengua: la fonética (pronunciación; ej. *pograma*, *almóndiga*, *retonda*, *crocretas*), la morfología y la sintaxis (ej. *No dijiste* nada; *Le di* un recado a tu hermana; *Se te ha caído* eso) y la semántica (vocabulario; ej. *Estoy radiante* de alegría). No todas tienen el mismo nivel de censura social.
Ortología
Arte de pronunciar correctamente y, en un sentido más general, de hablar con propiedad.
Ortoepía
Rama de la fonética encargada de la pronunciación correcta.
Ortofonía
Encargada de corregir los defectos de la voz y de la pronunciación.
La Producción del Sonido Articulado
El lenguaje verbal consiste en la transmisión de mensajes mediante una sucesión de sonidos. La fisionomía del ser humano debe permitir la emisión de estos sonidos. Para ello intervienen diversos órganos que pertenecen al aparato respiratorio. Tradicionalmente, los órganos de fonación se clasifican en:
Órganos Infraglóticos
Diafragma, pulmones, bronquios y tráquea. Proveen y vehiculan el aire necesario para iniciar el proceso.
Órganos Laríngeos
Se sitúan en la parte superior de la tráquea. Papel fundamental tienen aquí las cuerdas vocales: cuando el aire pasa por ellas, pueden vibrar o no. Si lo hacen, el sonido será sonoro; si no, será sordo. El aire modificado continúa por la laringe.
Órganos Supraglóticos
El aire pasa por la faringe y llega a la cavidad bucal (y nasal) donde la úvula, el paladar, los dientes y los labios se encargan de modificarlo para articular toda la gama de sonidos posibles en una lengua.
Todo sonido se define por cuatro propiedades físicas fundamentales: tono, timbre, intensidad y cantidad (duración).
En el organismo humano, el aire adquiere forma de onda y pasa a ser sonido con la vibración de las cuerdas vocales. La frecuencia de la vibración determina un tono fundamental para cada sonido (+ grave o + agudo y se mide en Hz). Diversas cavidades y obstáculos modifican la onda, lo que hace que cada uno tenga un timbre diferente. La intensidad depende de las cuerdas vocales; cuanta más amplia sea su vibración, mayor será la intensidad (se mide en dB). La cantidad se refiere al tiempo que dura la producción de un sonido.
Sonidos y Fonemas: Fonética y Fonología
Cuando utilizamos la lengua oral, los elementos fónicos forman una sucesión.
Diferencia entre Fonema y Sonido
- Fonema: modelo abstracto, unidad invariante, es ideal. Cada lengua tiene un inventario cerrado, un número limitado de fonemas, unidades que pertenecen al sistema lingüístico. Se representan entre / / y de su estudio se encarga la Fonología.
- Sonido: realización concreta de un fonema, es real, número ilimitado. Se escriben entre [ ] y de su estudio se encarga la Fonética.
Variantes del Sonido
Dado que los fonemas son elementos abstractos, presentan múltiples variantes que podemos clasificar en:
Variantes Libres, Estilísticas o Facultativas
Realizaciones del mismo fonema que pueden aparecer en cualquier contexto (ej. interdental /Ɵ/).
Variantes Individuales
Proporcionan información sobre un hablante determinado y no son elegidas conscientemente.
Variantes Combinatorias o Contextuales (Coarticulación)
Se trata de dos o más realizaciones fonéticas semejantes que dependen exclusivamente del contexto lingüístico. Los alófonos nunca pueden ocurrir en el mismo contexto, por eso se habla de una distribución complementaria.
La Prueba de la Conmutación
Consiste en sustituir un sonido por otro en la misma posición para comprobar si el cambio afecta al significado.
- Si no se produce cambio de significado, se tratará de alófonos o variantes.
- Si se produce cambio de significado, se tratará de fonemas diferentes o invariantes.
La prueba de la conmutación pone en evidencia que los fonemas de cada lengua son diferentes.
En definitiva, solo los fonemas son capaces de crear diferencias de significado, frente a los alófonos que no tienen una función distintiva.