Velázquez, David y Goya: Un Recorrido por la Obra de Tres Genios de la Pintura

Velázquez: El Maestro del Realismo y la Luz

Diego Velázquez fue un pintor andaluz, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española.

Etapa sevillana

En su primera etapa, la sevillana, se le conoce como el pintor de la luz. Una de sus obras más representativas es Vieja friendo huevos. Se trata de un gran retrato que destaca por su calidad y la preocupación por los detalles, como se puede apreciar en la sombra del cuchillo. Demuestra una gran precisión en el dibujo.

Otra obra clave es El aguador de Sevilla, que encierra, bajo su aparente simplicidad, un complejo significado. Se interpreta como una alegoría de las tres edades del hombre. La calidad es excepcional, visible en las diferentes texturas de la cerámica, la transparencia de la copa de cristal y el uso del tenebrismo. El tratamiento de la luz es magistral, aportando brillos sutiles en varias zonas de la copa.

Etapa madrileña y viajes a Italia

A partir de aquí, marcha a Madrid, asegurándose un porvenir al convertirse en pintor de la corte. La influencia de Rubens le convence para viajar a Italia. En los retratos del rey Felipe IV se observa no solo la evolución física del monarca, sino también la evolución política de España.

Obras destacadas

  • Los borrachos (El triunfo de Baco): En esta obra se aprecia una mezcla de bodegón, mitología y naturalismo. Rompe con el tenebrismo, resalta la blancura de la piel de Baco y funde el mundo mitológico con el de los personajes más populares. Demuestra así su conocimiento tanto de la mitología y el tratamiento del desnudo clásico como del mundo que recreaban las novelas picarescas.
  • La fragua de Vulcano: Pintado durante su primer viaje a Italia, en este cuadro idealiza las formas manteniendo un gran naturalismo. El dios Vulcano, en su fragua, está forjando armas para el dios Marte. La calidez de los colores es también un rasgo distintivo.

Segunda etapa en España

Más tarde, vuelve a España y comienza su segunda etapa madrileña.

Obras destacadas

  • Cristo crucificado: Le representa con cuatro clavos y, para quitar dramatismo, le añade un posapiés. La luz emana del propio cuerpo de Cristo y el rostro está idealizado.
  • Retratos ecuestres: Realizó diversos retratos ecuestres de la familia real.
  • La rendición de Breda (Las lanzas): Es un cuadro de gran tamaño que representa un hecho histórico real, un episodio de la guerra de los Países Bajos. A la izquierda se sitúan los perdedores y a la derecha los vencedores. La pincelada se agranda y es variada, destacando también el uso de la composición en diagonal.
  • Bufones de la corte: Retrata a personas con enanismo o discapacidades psíquicas con una dignidad inusitada. Estas obras poseen una gran profundidad ambiental y un profundo análisis psicológico. En El Niño de Vallecas, por ejemplo, lo sienta para disimular su enanismo y le esconde parcialmente las manos.

Última etapa

Tras un segundo viaje a Italia, donde pinta el impresionante Retrato de Inocencio X —en el que existen fuertes contrastes cromáticos con colores muy intensos, representando una personalidad dura, firme y casi cruel, con unas manos muy finas—, inicia su última etapa madrileña.

Obras maestras finales

  • La Venus del espejo: Introduce una nota de teatralidad en el cuadro. Es una Venus de espaldas con un modelado naturalista.
  • Las hilanderas (La fábula de Aracne): En esta obra hay una contraposición de dos mundos. En el fondo se percibe la disputa mitológica entre Aracne y Palas Atenea. Es interesante en el primer plano el efecto de movimiento de la rueca, que difumina lo que hay detrás.
  • Las Meninas (La familia de Felipe IV): Considerada su obra maestra, en ella se concreta la perspectiva atmosférica. Velázquez se autorretrata en el lienzo. Los trazos están difuminados, la forma se diluye y todo se construye a base de manchas de color.

Jacques-Louis David y el Neoclasicismo

Jacques-Louis David fue una figura central del Neoclasicismo, un movimiento que buscaba revivir los ideales estéticos de la antigüedad clásica.

Obras principales

  • Juramento de los Horacios: En las figuras femeninas se percibe el decaimiento al presentir la tragedia que se avecina. La composición representa varias escenas: una con los tres hermanos Horacios, otra con el padre y una tercera con las mujeres. Se convirtió en un símbolo de la libertad y el sacrificio por la patria.
  • La muerte de Marat: Marat padecía una enfermedad en la piel que le obligaba a tomar baños frecuentes para aliviar sus picores. Es un cuadro silencioso que transmite la quietud de la muerte. Vemos a una persona que acaba de morir, la sangre aún gotea. La mano caída recuerda a la de Cristo en La Piedad de Miguel Ángel. No parece sufrir, sino que incluso esboza una leve sonrisa, simbolizando que la muerte por la República merece la pena.
  • El rapto de las Sabinas: Es un cuadro que representa la reconciliación, pintado cuando David estaba en la cárcel. Hay un contraste entre la inestabilidad de los caballos y la figura central del hombre. Hersilia, la sabina, se interpone entre su marido, el romano Rómulo, y su padre, el rey sabino, pidiendo la paz.
  • Retratos de Napoleón: Hizo numerosos retratos de Napoleón Bonaparte, como Napoleón cruzando los Alpes.
  • La coronación de Napoleón: Recoge el momento en el que Napoleón corona a su esposa Josefina. David representa la soberanía de un emperador que se corona a sí mismo. Predomina la verticalidad de la arquitectura, que empequeñece a las figuras. El cuadro destaca por la gran infinidad de personajes representados.

Francisco de Goya y Lucientes: Precursor del Arte Contemporáneo

Francisco de Goya es considerado el precursor del arte contemporáneo y un pintor que siempre fue a contracorriente. Vivió casi 80 años y su obra atravesó profundas transformaciones marcadas por dos crisis personales:

  1. Una grave enfermedad durante un viaje a Cádiz que le dejó como secuela una sordera permanente. Este factor se refleja en su obra, que se vuelve cada vez más oscura y tormentosa.
  2. La Guerra de la Independencia Española, que marcó profundamente su visión del ser humano y la sociedad.

Entró en la corte de Carlos IV y dejó una vasta y variada colección de obras.

Primeras obras y cartones para tapices

  • El quitasol: La diagonal del rectángulo del cuadro determina la perspectiva de la pared del fondo y la posición del parasol. Tiene una composición simple y equilibrada. Es una escena de la vida popular con personajes idealizados y galantes, destacando la minuciosidad en los pequeños detalles. Originalmente, fue un cartón para tapiz trasladado a óleo sobre tela.
  • La boda: Contrapone la infancia con la vejez. La obra critica los matrimonios por interés, ya que el novio es representado como un hombre mayor y poco agraciado, mientras que la novia es joven y hermosa.

Los Caprichos y la crítica social

  • El sueño de la razón produce monstruos: Pertenece a la serie de grabados Los Caprichos. Son estampas satíricas que la censura de la época retiró. La luz es vibrante y la colección entera tiene una clara función de crítica social.

Retratos y desnudos

  • La maja desnuda: Destaca por su sensualidad, perfección anatómica y un dibujo más definido con una pincelada lisa. La disposición de la figura y su realismo son notables, presentándose semi-incorporada y mirando directamente al espectador.
  • La maja vestida: En esta versión, resalta la luminosidad del blanco del vestido, con una pincelada más suelta, una técnica más libre, menos academicismo y mayor riqueza cromática.

Ambos cuadros tienen en común el rostro de la modelo. Algunos estudiosos piensan que podría ser la Duquesa de Alba. La referencia iconográfica podría ser la Venus de Urbino de Tiziano.

  • La familia de Carlos IV: En el centro de la composición se encuentra la reina María Luisa de Parma. Aunque era considerada poco agraciada, estaba orgullosa de sus brazos, un detalle que Goya percibe y plasma. La gama cromática es muy amplia y rica.

La Guerra de la Independencia y las Pinturas Negras

  • El coloso: Una alegoría que critica la violencia y los horrores de la guerra.
  • El 2 de mayo de 1808 en Madrid (La carga de los mamelucos): Es un exponente del sentimiento romántico por la libertad. Representa, en un ambiente urbano, el inicio de la lucha popular contra la invasión francesa. Goya plantea la guerra no desde la perspectiva de los vencedores, sino desde la del pueblo.
  • El 3 de mayo de 1808 en Madrid (Los fusilamientos): La escena transcurre de noche, bajo la luz de un gran farol. A un lado, el pelotón de fusilamiento francés, anónimo y mecánico; al otro, el pueblo español. Entre ellos se ven diferentes actitudes: el personaje central con los brazos en cruz, los que se tapan el rostro para no ver y los que ya yacen muertos. Aparecen puños cerrados simbolizando la ira y la impotencia. La expresividad de los rostros es sobrecogedora.
  • Pinturas Negras: En la última etapa de su vida, Goya decoró los muros de su casa (la Quinta del Sordo) con una serie de obras de temática sombría. Entre ellas destacan Duelo a garrotazos y el impactante Saturno devorando a su hijo.