Riesgos Relacionados con la Geodinámica Interna
Volcanismo
El volcanismo es un fenómeno geológico que comprende todos los procesos mediante los cuales los materiales fundidos generados en el interior de la Tierra (magmas), ascienden hasta la superficie, constituyendo en su salida una erupción volcánica. Las principales fuerzas que impulsan el ascenso de un magma son las diferencias de presión y densidad con las rocas encajantes. Una vez abierto el conducto de salida, el magma fluye de manera continua o intermitente hasta que cesan las condiciones que han propiciado el ascenso. La secuencia normal de una erupción comienza con la salida de los gases, seguida por materiales piroclásticos y, finalmente, lavas, con explosiones esporádicas que mantienen abierto el cráter. Cada episodio eruptivo contribuye al desarrollo del volcán, mientras que en los períodos de tranquilidad entre dos erupciones, la erosión actúa originando formas de relieve típicas.
Productos Volcánicos
Gases
Son el principal vehículo de transporte del magma hacia la superficie e influyen en la violencia de las erupciones. Suelen ser los primeros productos volcánicos en alcanzar la superficie, predominando en las etapas iniciales de la erupción. Domina el vapor de agua procedente directamente del magma, de aguas infiltradas o de aguas marinas. Le siguen en importancia numerosos compuestos como CO₂, CO, NO₂, SO₂, H₂S, Cl₂, NH₃. El contenido en volátiles tiene gran importancia ya que, junto con la viscosidad del magma, determina el tipo de erupción y el grado de explosividad.
Lava
Es un magma parcialmente desgasificado compuesto por un fundido de minerales silicatados y aluminosilicatados a temperaturas que oscilan entre los 900 y 1200 °C.
Las lavas se extienden sobre el terreno, constituyendo coladas cuya extensión, velocidad y fluidez dependen de su composición y temperatura. Las lavas se clasifican atendiendo a su viscosidad, que depende de la composición química del fundido, y a su morfología.
Según su Viscosidad
- Lavas Ácidas: Con más del 55 % de sílice, contenido alto en aluminio y muy viscosas y una temperatura media de 900 °C. Fluyen lentamente, pudiendo acumularse en el cráter en forma de domos o agujas. Su alto contenido en volátiles las hace lavas muy explosivas.
- Lavas Intermedias: Entre el 50 % y el 55 % de sílice, con contenido medio en aluminio y viscosidad intermedia. Temperaturas de 1000 °C.
- Lavas Básicas: Contenido en sílice inferior al 50 %. Cantidades apreciables de Fe y Mg y muy poco Al. Temperaturas alrededor de los 1200 °C. Viscosidad mínima; sus coladas pueden alcanzar velocidades de hasta 100 km/h y recorrer largas distancias.
Según su Morfología
- Lavas en Bloque: Lavas viscosas que tienden a solidificarse rápidamente. De su superficie semiconsolidada, escapan los gases de forma explosiva, fragmentándose la colada, dando como resultado coladas de superficie muy irregular, accidentada y espinosa que se conoce con el nombre de malpaís debido a la dificultad que supone andar por encima de ellas.
- Lavas Cordadas: Son lavas muy fluidas que solidifican lentamente, recorriendo grandes distancias. Los gases escapan con facilidad y la costra superficial de la colada se solidifica, siendo arrugada por el avance interno del fluido, tomando el aspecto característico de cuerdas alineadas. En ocasiones, el contenido líquido de la colada escapa de esa costra superficial ya solidificada, formando los túneles de lava.
- Lavas Almohadilladas: Típicas de erupciones submarinas. Las lavas que van fluyendo tienden a solidificarse rápidamente al entrar en contacto con el agua, adquiriendo un aspecto de pequeñas almohadillas. La costra vítrea de estas lavas almohadilladas o pillow-lavas, se solidifica progresivamente hacia el interior, concéntricamente, quedando un núcleo que se enfría más lentamente y que, por tanto, es más cristalino. La última etapa de retracción hace que aparezcan fracturas radiales. La presencia de estas lavas es indicio seguro de erupción submarina.
Productos Sólidos (Piroclastos)
Son materiales lanzados al aire, procedentes de lavas semiconsolidar, de fragmentos de rocas arrancados por el magma de los conductos volcánicos o restos de erupciones anteriores. Se denominan piroclastos. Cuando los piroclastos se fusionan y se compactan, se originan las tobas volcánicas. Por su tamaño, se diferencian varios tipos:
- Bombas Volcánicas: De tamaño grande o medio, con formas fusiformes, resquebrajadas en forma de pan, etc. Su acúmulo origina los aglomerados o brechas volcánicas.
- Lapilli: Fragmentos de tamaño medio, tipo gravilla, muy porosos que flotan en el agua.
- Cenizas: Son materiales muy finos procedentes de la pulverización de las lavas, constituidos por diminutos fragmentos de vidrio volcánico. Al depositarse sobre la tierra se alteran fácilmente dando.
La explosividad de una erupción depende del contenido y presión de los gases, controlados por la viscosidad y velocidad de solidificación de la lava; dependiendo esto, a su vez, de la composición química de la lava. Al aumentar la viscosidad y el contenido en gases, aumenta la explosividad y, por tanto, la cantidad de materiales piroclásticos. La secuencia normal de una erupción comienza con la salida de los gases, seguidos por materiales piroclásticos y, finalmente, las lavas, con explosiones esporádicas que mantienen abierto el cráter. La clasificación clásica de las erupciones se debe a Lacroix:
Erupciones Fisurales
Se producen a lo largo de fracturas más o menos amplias. Se supone que están relacionadas con emisiones de lavas basálticas, propias de las dorsales oceánicas.
Erupciones Centrales
Originadas en puntos localizados. Comprenden varios tipos, que, ordenados de menor a mayor violencia, son:
- Hawaiano: La lava es muy fluida y forma extensas coladas, de las que los gases se liberan mansamente. En el cráter se origina un lago de lava.
- Estromboliano: Lava menos fluida, de la que escapan los gases en explosiones esporádicas, más o menos violentas, proyectándose lluvias de piroclastos que alternan con coladas.
- Vulcaniano: Lava muy poco fluida que solidifica rápidamente. Los gases se desprenden en explosiones violentas, separadas por espacios de tiempo prolongados. Se forman grandes nubes piroclásticas.
- Vesubiano: Semejante al anterior pero de extremada violencia. Tras un prolongado reposo durante el cual se forma un tapón de lava en la chimenea, los gases acumulados irrumpen, arrastrando los materiales solidificados en una gigantesca nube que se eleva a gran altura; a esto le sigue la salida, también violenta, de magma fundido en forma de nubes incandescentes.
- Peleano: Lava muy viscosa que se solidifica en la parte alta del interior de la chimenea, impidiendo la salida de los gases que se abren paso lateralmente arrastrando las lavas en fusión. Se forman así masas muy densas, que se deslizan por la ladera, con explosiones continuas de sus fragmentos, constituyendo las nubes ardientes.
- Explosivo o Freático: Son erupciones de inusitada violencia, que se producen cuando el agua del mar irrumpe por fisuras en la cámara magmática o cuando el magma, en su ascenso, penetra en materiales impregnados de agua. La vaporización casi instantánea de esa gran masa de agua produce un enorme volumen de vapor a presión, que causa una explosión inmensa. En la explosión, es lanzada al aire la mayor parte de la cobertera de rocas superficiales del volcán.
Distribución de las Áreas Volcánicas
La mayor parte de la actividad volcánica en la actualidad tiene lugar en los fondos oceánicos, por lo que es difícil calcular con exactitud el número de volcanes. A pesar de esto, en la actualidad se conocen unos 500 volcanes activos, o que lo han sido en épocas no muy lejanas. Los volcanes recientes no están distribuidos al azar sobre la Tierra, sino que se concentran en determinadas bandas. La mayor parte de los volcanes activos en la actualidad o recientemente extinguidos, se concentran a lo largo del borde del océano Pacífico. En resumen, podemos decir que el volcanismo representa la manifestación externa de una acumulación de energía en nuestro planeta. Para que se produzca un volcán se necesita, además de la generación en alguna zona de un magma, la creación de fracturas por las que los fundidos lleguen a la superficie. Por esta razón, las zonas más delgadas o débiles de la corteza son las más favorables para que se produzca este fenómeno. Es decir, existe una relación estrecha entre tectónica, espesor de la corteza y generación de magmas. No obstante, hasta el momento, es difícil establecer con precisión los mecanismos y procesos que tienen lugar antes de que se produzca una erupción volcánica.