Historia de España: De los Pueblos Prerromanos a los Austrias

Pueblos Prerromanos

En el I milenio a.C. diversos pueblos prerromanos habitaban la Península con distinto desarrollo, como los Tartessos en el valle del Guadalquivir, con una economía basada en la agricultura, ganadería y comercio con fenicios y griegos, organizados como monarquía y con restos como el tesoro de El Carambolo; los íberos al sur y este peninsular, con economía rica, comercio activo, moneda, arte destacado como la Dama de Elche, y lengua aún sin descifrar; y los celtas y celtíberos, llegados del norte de Europa, situados en el norte, centro y oeste, con economía más simple, sin moneda ni comercio, destacando por esculturas como los verracos y castros como el de Santa Tecla, siendo los celtíberos los más avanzados por contacto con los íberos; desde el siglo VIII a.C. llegaron pueblos colonizadores como los fenicios, que fundaron colonias como Gadir y difundieron el hierro, el torno y la escritura alfabética, y los griegos que también establecieron colonias buscando metales, pero sin intención de conquistar.

La Monarquía Visigoda

A principios del siglo V los visigodos entran en Hispania como pueblo federado del Imperio romano para frenar a otros pueblos bárbaros, tras la caída del Imperio romano de Occidente en 476 se quedan como única autoridad y, tras ser derrotados por los francos en 507, se asientan definitivamente en la Península con capital en Toledo hasta la invasión musulmana en 711, su gobierno era una monarquía electiva, aunque podían asociar a un heredero, lo que generaba frecuentes conflictos entre nobles, el rey tenía amplios poderes aunque limitados por la nobleza y la Iglesia, contaba con apoyo institucional como el Officium Palatinum (Aula Regia y Concilios de Toledo), y cargos como duces, comes y gardingos, lograron tres grandes unificaciones: territorial (Leovigildo y Suintila), religiosa (Recaredo en el III Concilio de Toledo en 589) y legislativa (Recesvinto con el Fuero Juzgo en 654), en la sociedad predominaba el campo, con el paso de los esclavos a siervos, en cultura destaca San Isidoro de Sevilla con las Etimologías y en el arte visigodo iglesias como San Juan de Baños, con arco de herradura y pocas ventanas, y orfebrería como la corona votiva de Recesvinto.

Al-Ándalus: Economía, sociedad y cultura

En Al-Ándalus, la economía se integra en el mundo islámico, destacando la agricultura gracias al regadío, norias y acequias, con cultivos como cítricos, arroz, algodón, azafrán o moreras, mientras que se mantienen trigo, vid y olivo; la ganadería ovina y equina aumentó, la artesanía sobresale con la seda en Córdoba, lino en Zaragoza, cuero, cerámica o vidrio, y se utilizaban el dinar de oro y el dírhem de plata, el comercio interior giraba en torno a zocos y alhóndigas, mientras que el exterior exportaba productos agrícolas e importaba esclavos, madera o metales, la sociedad era diversa: los árabes dominaban política y económicamente, los beréberes y muladíes eran mayoría, y convivían con mozárabes, judíos y esclavos, había una élite (jassa) y una mayoría popular (amma), culturalmente fue un centro de transmisión de saberes clásicos y orientales, destacando Averroes en filosofía, Abulcasis en medicina, Azarquiel en astronomía e Ibn Hazn en poesía, el arte se centró en la arquitectura por la prohibición de representar imágenes, con monumentos como la mezquita de Córdoba, la Giralda o Medina Azahara, el legado judío fue notable: presentes desde época romana, vivían en juderías, desarrollaron intensamente la ciencia y la filosofía entre los siglos X y XIII gracias al ambiente de tolerancia inicial, sobresalen figuras como Ibn Shaprut, Isaac Albalía y Maimónides, cuya obra influirá en la cultura medieval hispánica y europea.

Los Reinos Cristianos: Evolución de la conquista y organización política

Entre los siglos VIII y X se consolidan los núcleos cristianos en zonas no controladas por los musulmanes, destacando el Reino astur-leonés con Don Pelayo en Covadonga y Alfonso III en León, el condado de Castilla se independiza con Fernán González y se convierte en reino con Fernando I, en el Pirineo occidental nace el Reino de Pamplona (luego Navarra), con Sancho III el Mayor como figura destacada, en el Pirineo central surgen condados como Aragón, independiente con Ramiro I en el siglo XI, y en el Pirineo oriental los condados catalanes, como Barcelona, se independizan con Wifredo el Velloso, el avance cristiano tuvo tres etapas: en la primera (VIII-X) se consolidan los reinos y se repueblan zonas como el Duero o Galicia, en la segunda (XI-XIII), aprovechando la debilidad de los reinos taifas, se conquista Toledo (1085), Zaragoza (1118), Tortosa (1148) y Lérida (1149), tras las Navas de Tolosa (1212) se toman Córdoba (1236), Sevilla (1248), Valencia (1238) y Baleares, en la tercera etapa (XIV-XV), Enrique IV toma Gibraltar (1462) y el Reino Nazarí de Granada cae en 1492 con los Reyes Católicos, políticamente Castilla y León se unifican definitivamente con Fernando III, Aragón era una confederación con poder limitado del rey y cortes propias, mientras que Castilla era una monarquía unitaria con cortes de escasa fuerza, las primeras cortes fueron las de León en 1188, que aunque no legislaban decidían sobre impuestos, el territorio se dividía en merindades y adelantamientos en Castilla, y en honores y veguerías en Aragón y Cataluña.

Conquista de América

En 1492, con la conquista de Granada finalizada, los Reyes Católicos financiaron la expedición atlántica de Cristóbal Colón, que buscaba una nueva ruta hacia Asia. En las Capitulaciones de Santa Fe se le otorgaron títulos y parte de las riquezas descubiertas. El 12 de octubre de 1492 llegó a América (Guanahaní, en las Bahamas), aunque creyó estar en Asia. Hizo tres viajes más y descubrió Cuba, la Española, la costa de Venezuela y Centroamérica. Américo Vespucio confirmó que era un nuevo continente. Para evitar conflictos con Portugal, se firmó el Tratado de Tordesillas (1494), que dividía las nuevas tierras entre ambos reinos.

Durante el reinado de Carlos I, la conquista se confió a particulares mediante capitulaciones. Se distingue una etapa antillana (Española, Cuba, Puerto Rico, Jamaica) y otra continental. Hernán Cortés conquistó el imperio azteca (1519-21), derrotando a Moctezuma. Francisco Pizarro y Almagro vencieron al imperio inca (1531-33) capturando a Atahualpa. Otros exploradores fueron Núñez de Balboa (Pacífico), Orellana (Amazonas), Hernando de Soto (Misisipi), Pedro de Valdivia (Chile) y Pedro de Mendoza (Río de la Plata). Magallanes y Elcano dieron la primera vuelta al mundo (1519-1522).

La colonización implicó la explotación de recursos (oro y plata en Potosí y Zacatecas) para financiar guerras en Europa. Los indígenas fueron sometidos mediante sistemas como la encomienda o la mita. Hubo protestas por el maltrato, destacando Fray Bartolomé de las Casas y Antonio de Montesinos. Se aprobaron leyes como las de Burgos (1512) y las Nuevas (1542) para proteger a los indígenas.

Los Austrias del siglo XVI: Política interior y exterior

Carlos I (1516-1556) hereda Castilla, Aragón, Navarra, América, el Imperio alemán y Flandes.

En política interior, sube impuestos para financiar su elección imperial, lo que genera la Revuelta de las Comunidades en Castilla (derrotada en Villalar, 1521) y la Revuelta de las Germanías en Valencia. Ambas acaban reforzando su alianza con la alta nobleza.

En política exterior, impulsa la idea de monarquía cristiana universal. Lucha contra Francia (victoria en Pavía, 1525), contra los turcos (defiende Viena y conquista Túnez) y contra los protestantes alemanes (Dietas de Worms y Spira, batalla de Mühlberg), pero acaba aceptando la Paz de Augsburgo (1555) que reconoce la libertad religiosa.

Felipe II (1556-1598) hereda los territorios hispánicos y añade Portugal y Filipinas. Centraliza el poder desde Madrid (1561) y refuerza el sistema polisinodial con consejos territoriales y temáticos.

En política interior, enfrenta la rebelión morisca de las Alpujarras (1568), las Alteraciones de Aragón (1591) por el caso Antonio Pérez, y reprime protestantes con la Inquisición. Encarcela a su hijo Carlos, lo que alimenta la leyenda negra.

En política exterior, lucha por mantener la hegemonía: derrota a Francia en San Quintín (1557), a los turcos en Lepanto (1571), pero fracasa contra Inglaterra con la Armada Invencible (1588). En Flandes, las Provincias Unidas se independizan. En 1580 anexiona Portugal, manteniendo su autonomía institucional.

Los Austrias del siglo XVII: Política interior y exterior

Este siglo se caracteriza por la crisis de la monarquía hispánica y la creciente delegación de poder en los validos, que gobernaban por el rey.

Felipe III (1598-1621) tuvo como validos al duque de Lerma y de Uceda. Expulsó a los moriscos (1609), y adoptó una política exterior pacifista con Inglaterra (Tratado de Londres) y las Provincias Unidas (Tregua de los Doce Años).

Felipe IV (1621-1665) gobernó con el conde-duque de Olivares. Su política fue centralista y belicista: entra en la Guerra de los Treinta Años (1618-48). La crisis se acentúa en 1640 con rebeliones en Cataluña (Corpus de Sangre, unión con Francia hasta 1652) y Portugal (independencia en 1640). Derrotas en Rocroi (1643) y Las Dunas llevan a firmar la Paz de Westfalia (1648) y la Paz de los Pirineos (1659): España pierde territorios y se casa la infanta con Luis XIV de Francia.

Carlos II (1665-1700), último Austria, reina en un contexto de decadencia total. Gobierna su madre Mariana de Austria y después varios validos. Hubo algunas reformas con el duque de Medinaceli y el conde de Oropesa, que estabilizan algo la economía desde 1680. Conflictos internos: revuelta de los Barretines (Cataluña), segunda Germanía (Valencia) y el Motín de los Gatos (Madrid). Francia aprovecha la debilidad y conquista territorios. La falta de descendencia de Carlos II provoca la Guerra de Sucesión (1700-1713) al nombrar como heredero a Felipe de Anjou, iniciando la dinastía borbónica en España.