Claves del Naturalismo en Los Pazos de Ulloa y la Esencia del Esperpento Valleinclanesco

Características Naturalistas en Los Pazos de Ulloa de Emilia Pardo Bazán

Se dice que es una novela naturalista porque su autora, Emilia Pardo Bazán, siguiendo en líneas generales los principios de Émile Zola, la plantea como un experimento científico para mostrar cómo el carácter y la conducta humana están determinados por factores como la herencia, el entorno y el ambiente.

Pedro Moscoso está marcado por su origen irregular, el medio degradado en que vive y los ambientes que frecuenta, lo que lo lleva a ser un depredador insensible, con conductas casi bestiales. Lo mismo sucede con su amante, Sabel, cuyos objetivos limitados en la vida provienen de su crianza y herencia paterna, así como con el hijo de ambos, Perucho.

En cambio, el capellán y Nucha, formados en un ambiente diferente, acaban siendo vencidos por las hostilidades del medio. Nucha muere a causa de ello, y el capellán se exilia en la montaña, donde, gracias a ese nuevo entorno, logra madurar.

El Esperpento según Ramón María del Valle-Inclán

El esperpento es una corriente estética creada por Ramón María del Valle-Inclán en su obra Luces de bohemia, donde lo define como una visión distorsionada y grotesca de la realidad, necesaria para retratar una España absurda y decadente. El autor lo ejemplifica con los espejos cóncavos del callejón del Gato, que deforman la figura humana, igual que la sociedad española ha corrompido sus valores. El término «esperpento», de origen popular, alude a lo ridículo, monstruoso o grotesco. Según Max Estrella, personaje de la obra, Goya sería un precursor de esta estética. El esperpento deforma la belleza para mostrar una realidad ya deformada por sí misma. Aunque surge como evolución del modernismo, conserva algunos de sus recursos expresivos, pero los usa con una mirada más crítica y pesimista.

Profundización en Los Pazos de Ulloa

Contextualización de la Novela

Los pazos de Ulloa es una novela escrita por Emilia Pardo Bazán, una de las autoras más importantes del siglo XIX y figura clave del naturalismo en España. Publicada en 1886, la obra refleja la decadencia de la aristocracia rural gallega y denuncia, desde una perspectiva crítica y determinista, los efectos del ambiente y la herencia sobre el comportamiento humano, tal como propone el naturalismo.

Estudio de un Fragmento del Capítulo V

El fragmento, perteneciente al capítulo V, se centra en la evolución de dos personajes: el capellán don Julián y el niño Perucho, hijo ilegítimo del marqués y la criada Sabel. La estructura interna del texto puede dividirse en tres partes:

  • Primero, la adaptación del capellán a la vida rural.
  • Luego, su creciente interés por Perucho y su decisión de educarlo.
  • Finalmente, la descripción de la resistencia casi animal del niño ante el aprendizaje.

El Contraste entre Don Julián y Perucho

El fragmento contrapone claramente a ambos personajes. Don Julián, inicialmente un joven sacerdote piadoso y tímido, va perdiendo su fervor religioso para desarrollar una caridad más humana y emotiva, influido por el entorno natural y la miseria que lo rodea. En especial, se siente movido por Perucho, un niño criado sin normas, que vive entre el estiércol y los animales, y que actúa más por instinto que por razón. Su comportamiento refleja no solo su origen ilegítimo, sino también las consecuencias de una crianza descuidada, lo que lo convierte en una figura casi animal.

Este contraste es clave para entender el enfoque naturalista de Pardo Bazán: el medio y la herencia determinan el comportamiento de los personajes. Mientras que el capellán cambia y despierta su ternura, el niño no puede escapar de su condición degradada. Ambos personajes evolucionan (o no) según lo que su entorno les permite.

Estilo Narrativo y Lenguaje Descriptivo

El estilo del texto es claro y descriptivo, con imágenes sensoriales muy expresivas que refuerzan el realismo y el tono crítico. El lenguaje que describe a Perucho —con comparaciones como “chillidos de estornino preso”— subraya su naturaleza casi salvaje. La narración, en tercera persona, mezcla objetividad con un leve tono irónico y compasivo, propio de la mirada crítica pero humana de la autora.

Conclusión: Reflejo del Naturalismo

En conclusión, este fragmento es representativo del naturalismo en Los pazos de Ulloa, al mostrar cómo el entorno puede modelar a los personajes de formas muy distintas. A través del contraste entre don Julián y Perucho, Emilia Pardo Bazán retrata una sociedad atrasada, donde la educación y la religión fracasan frente al poder del ambiente. La escena condensa así los grandes temas de la novela:

  • La crítica social.
  • El peso del medio.
  • La imposibilidad de redención en un mundo dominado por la miseria.