1. Al-Ándalus: Economía, Sociedad y Cultura
Economía
Al-Ándalus destacó por una economía próspera y urbana que contrastaba con la economía rural de la Europa feudal. En la agricultura introdujeron cultivos como arroz, cítricos y algodón, además de técnicas avanzadas de regadío. La propiedad de la tierra era principalmente latifundista. La ganadería se enfocó en la cría de caballos, ovejas y en la apicultura. Y en la artesanía se producía cerámica, vidrio, armas y tejidos de seda, siendo la industria textil especialmente destacada.
Sociedad
Córdoba fue una gran ciudad durante el Califato, y la sociedad se dividió en musulmanes que eran los árabes (élite terrateniente), bereberes (agricultores) y muladíes (cristianos convertidos al Islam), los mozárabes y judíos que se denominaron como “Comunidades del Libro”. Y los esclavos que provenían del este de Europa y el sur del Sáhara, y se dedicaban a trabajos diversos.
Cultura
Al-Ándalus fue un gran foco cultural y científico que transmitió conocimientos de Oriente a Europa. En el Califato destacaron la filosofía (Averroes), astronomía (Azarquiel), literatura (Ibn Hazm) y matemáticas. En el arte, destacan en arquitectura por su carácter anicónico (sin imágenes figurativas) y por obras como la Mezquita de Córdoba y la Alhambra de Granada.
Legado Judío
Los judíos destacaron en artes, comercio y traducción de textos clásicos. A pesar de ser una minoría, prosperaron tras las persecuciones visigodas, viviendo en juderías y desempeñándose como artesanos y comerciantes. Intelectuales judíos sobresalieron como traductores de lenguas clásicas y hebreo al árabe y a lenguas romances. Una figura clave fue Maimónides, quien buscó conciliar el judaísmo con el aristotelismo musulmán.
2. Los Reinos Cristianos: Evolución, Conquista de la Península y Organización Política
Entre los siglos VIII y X surgieron los primeros núcleos de resistencia cristiana en el norte de la Península Ibérica. El reino astur-leonés, iniciado tras la victoria de Don Pelayo en Covadonga (722), se expandió con Alfonso III, convirtiéndose en el reino de León. En los Pirineos surgieron Navarra, con su esplendor bajo Sancho III el Mayor; Aragón, tras la unión de Sobrarbe y Ribagorza con Ramiro I; y los Condados Catalanes, que se independizaron con Wifredo el Velloso.
La Reconquista, destinada a recuperar territorios musulmanes, avanzó lentamente hasta el siglo X. Tras la debilidad de los reinos de taifas, se reactivó con la toma de Toledo y Zaragoza. A inicios del siglo XIII, Castilla, León y Portugal dominaban el Guadiana y Aragón, el Ebro. La conquista culminó en 1492 con la toma de Granada, destacando hitos como la batalla de las Navas de Tolosa (1212) y la expansión de Castilla en Andalucía, Aragón con Jaime I en Levante y Portugal en el Algarve. Políticamente, Castilla centralizó el poder mientras Aragón funcionaba como una confederación pactista.
3. Los Reinos Cristianos: Modelos de Repoblación y Organización Social
Modelos de Repoblación
La repoblación de las tierras reconquistadas se dio en tres modelos:
- Presura: Campesinos libres, generando propiedades pequeñas y medianas.
- Concejos: Se dividían territorios en concejos con cartas puebla y fueros que otorgaban privilegios a los vecinos.
- Repartimientos: La corona recompensó a nobles y órdenes militares con latifundios, creando grandes propiedades en zonas poco pobladas.
Organización Social
La sociedad estamental estaba dividida en nobleza, clero y pueblo llano, con privilegios para los estamentos superiores (nobleza y clero) como no pagar impuestos y tener ventajas fiscales y jurídicas. Estos estamentos eran grupos cerrados y determinados por el nacimiento, siendo casi imposible pasar de uno a otro.
El régimen señorial otorgaba grandes latifundios a la alta nobleza y clero a cambio de apoyo militar.
4. La Baja Edad Media: Coronas de Castilla y Aragón y Reino de Navarra
La Baja Edad Media (siglos XIV-XV) estuvo marcada por profundas crisis: la peste negra causó una crisis demográfica, las malas cosechas y la alta presión fiscal provocaron una crisis económica, y los conflictos dinásticos y revueltas nobiliarias derivaron en guerras civiles y entre reinos cristianos.
Castilla
En Castilla, unificada con León en 1230, destacó la expansión por el Guadalquivir y el Atlántico. Sin embargo, enfrentó conflictos sociales como la Revuelta de los Irmandiños, ataques a juderías y guerras civiles, como la lucha entre Pedro I y Enrique de Trastámara, que estableció esta como nueva dinastía. Otros conflictos incluyeron la Farsa de Ávila y revueltas nobiliarias contra Álvaro de Luna.
Corona de Aragón
La Corona de Aragón, compuesta por Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca, tuvo una política pactista. En el siglo XIV se expandió por el Mediterráneo (Sicilia, Nápoles, Atenas) y enfrentó conflictos internos como la guerra civil entre Juan II y los nobles o el enfrentamiento entre la Biga y la Busca. Tras la muerte de Martín I sin herederos, el Compromiso de Caspe (1412) llevó a la dinastía Trastámara al trono.
Reino de Navarra
Navarra pasó a la influencia francesa tras el matrimonio de Juana I y Felipe IV, pero recuperó cierta independencia con Blanca de Navarra y Enrique IV de Castilla. Sin embargo, los conflictos dinásticos y sociales, como las guerras entre agramonteses y beamonteses, la debilitaron, culminando en su conquista por Fernando el Católico en 1512.